Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Psique

Raina Hein

Recommended Posts

3gu37Uo.jpg

separador.png

 

tWuZhgo.jpg

Descripción física

Su alta estatura y su cuerpo esbelto revelan de inmediato que ha tenido una vida sin muchos lujos, de brazos y muñecas finos, cuello alto y clavículas marcadas. La ropa que lleva no deja remarcar su torso pues tiende a llevar camisas amplias, si bien bajo ella poco habría para realzar, de escaso pecho y hombros marcados.  Su rostro de lineas hundidas, casi famélico, hace que resalten unos llamativos ojos grises, de cuenca amplia, redondos, que dibujan bajo si unas ojeras oscuras, indicativo de que duerme poco. Así mismo, y a pesar de tender a entornarlos, resultan demasiado llamativos que, sumado al hecho de que su mirada tiende a hundirse, no deja claro si realzan o afean. Labios gruesos, el inferior partido por la mitad por un tropiezo de hace mucho tiempo que tardó otro tanto en sanar. La melena oscura y fina tiende a desdibujar la raya central por llevarlo a un lado sin mucha preocupación, aun que es pobre y deja entrever los rastros de una clara desnutrición. Nariz de tabique ondulado, en su justa medida.

Descripción psicológica

Dicen que los Bosques de Ocaso crían a los hombres y mujeres más curtidos, desenvueltos en un ambiente típicamente hostil y peligroso. Aun que su carácter case con los aires tétricos y distanciados del bosque, esto se debe más a una predisposición genética que a otra cosa. Huraña, de trato difícil, demasiado directa a la hora de hablar.

 

 

 

separador.png

Índice

- Creaciones alquímicas y capacidades médicas.

- Equipo, vivienda y otras posesiones.

- Historia.

- Eventos asistidos/mastereados.

Editado por Psique
  • Like 5

Compartir este post


Enlace al mensaje

//en construcción

B6tZVF9.jpg

Post inspirado en las guías de Sanación/hierbas y Plantas de Azeroth,

escritas por @Nuvalia

separador.png

Nivel actual de Alquimia: 5

- Estimulante 3%

- Revitalizante de Luna Nueva (Poción de salud débil)

- Aliento de Tumba (Vapores tóxicos)

- Ácido del Ocaso (Poción abrasiva)

- Caricia de Ortiga (Veneno)

 

Nivel actual de Sanación/Hierbas: 5

- Venda simple

- Té revitalizante

- Aceite de Solea

- Hilo de Sutura

- Apósito de Hierba Cardenal

- Poción Analgésica

 

Nivel actual de Anatomía/Cirujía 3 (humanoides)

 

Nivel actual de Anatomía/Cirujía 1 (Cánidos)

separador.png

 

H6CIuy4.png

 

Y1egdoR.png Produce un aumento de la atención, mejora la memoria y disminuye la irritabilidad, permitiendo al individuo concentrarse con más facilidad. Disminuye en 1 la dificultad de tirada de habilidades vinculadas al atributo Inteligencia durante x turnos siendo x el valor de alquimia. Después, el sujeto sufre un penalizador de -2 a acciones vinculadas al atributo Inteligencia durante dos días.

Receta: Se disponen 200 gramos de Aceite de Marregal en el alambique y se deja decantar durante 6 horas. Se extrae el jugo resultante y mediante la pipeta con llave decantadora, separamos el aceite. Conservamos a parte.

Repetimos el proceso con el Mostacho de Kadgar (50 gramos) y la Salviargenta de montaña (100 gramos). Con la solución resultante de las tres partes, se aplica una proporción de 3/37/60 respectivamente. Se remueve la mezcla y se conserva en un lugar seco y sin luz directa durante una semana. 

Útiles necesarios: Alambique, pipeta con llave decantadora, botella con gotero.

 

 

 

 

 

ZSYKXTd.png

 

NDY3Jxc.pngRegenera 1d6 PdV en combate. Solo puede sanar daño leve (por encima del umbral de herido).

 

Receta: 

 

Útiles necesarios:

 

        

 

 

 

 

 

 

 

vaporestoxicos.png

 

 

BrXlEEk.pngEste compuesto, ideado para ser arrojado contra un objetivo con el fin de ser inhalado, corroe y dificulta la función a las vías respiratorias, que supone un efecto corrosivo a corto plazo de breve duración. Inflinge x puntos de daño por turno, siendo x la mitad del nivel de alquimia redondeado al alza durante d3 turnos a un máximode 2 turnos de distancia. Ignora armadura.

 

 

 

 

 

 

 

 

v0DykDz.png

 

aKUx6G1.png

Un compuesto químico abrasivo que puede ser arrojado hasta a 2 turnos de distancia que genera 1d3 de daño a un máximo de 3 objetivos juntos que ignora armadura.

 

Receta: Se dispone con cuidado el veneno de araña-lobo en un colador para librarlo de impurezas. Se le añade el champiñón fantasma triturado y diluido en agua.

 

 

 

 

1XqfLqf.jpg

El envenenado sentirá ardor en la herida contaminada, ralentizando laKjAjKVo.png coagulación de la sangre y padeciendo un intenso dolor. Provoca 1d3 de daño (sin críticos) durante 3 turnos. El daño de este dado ignora armadura. El veneno dura en el filo un máximo de tres ataques con éxito en objetivos Malheridos. Una pifia en ataque provoca que el poseedor del arma se envenene con su propio filo. El daño no es acumulable ni reinicia su duración. Se debe aplicar en un arma de filo. Se requiere que el objetivo esté en estado Malherido.

 

Receta:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

separador.png

 

Componentes

nrmEqmr.jpg8zvnYWb.jpgrw7dv1h.jpgiWKDV7p.jpgcpGk4dl.jpgexaqQli.jpgNSpey1C.jpgbMDclC1.jpgDl5I7K7.jpgK69bjth.jpginFekGR.jpg3YqBclg.jpgqMrsTqp.jpg5t8hGKr.jpg0z35sBu.jpg8OqT8Be.jpgX5hGmG5.jpgUZoGDkV.jpg

 

 

 

Tipo de criatura: Carroñeros

Carroñeros
Salud 20 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +11 Ataque
Defensa +6 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +13 Iniciativa
Daño 1d6+2 Daño
Habilidades Especiales Garras Aceradas
Habilidades defensivas Atletismo: +13 Percepción: +10 Físico: +6 Voluntad: +9

 

UBSq4v6.jpg Garras Aceradas: Las garras de los Carroñeros son antinaturalmente largas y duras. Por si fuese poco, suelen estar astilladas y desgastadas, siendo las heridas causadas por estas manos no-muertas increiblemente peligrosas por el altísimo peligro de infección y desangrado.

Un golpe crítico de un Carroñero causa sangrado. El sangrado causa 2 de daño directo

 

hSjJuBN.jpg Venenosa Letal: Causa 3 de daño por turno.

  • Cuando realice un golpe cuerpo a cuerpo, si su objetivo es vulnerable a los venenos naturales, este habrá de realizar una tirada de Físico vs Dificultad 13 o caer presa del veneno. 
  • El veneno dura tres turnos y no se puede volver a realizar una tirada de aplicación hasta que haya acabado su efecto.
  • Se considera un veneno de rango Diestro (Dif 16) a la hora de ser purgado alquímica o mágicamente.

 

 

 

Tipo de criatura: Hombres cerdo

Hombres cerdo
Salud 20 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +9 Ataque
Defensa +6 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +10 Iniciativa
Daño 1d6+2 Daño
Habilidades Especiales Garras Aceradas
Habilidades defensivas Atletismo: +13 Percepción: +7 Físico: +6 Voluntad: +9

 

UBSq4v6.jpg Garras Aceradas: Las garras de los Carroñeros son antinaturalmente largas y duras. Por si fuese poco, suelen estar astilladas y desgastadas, siendo las heridas causadas por estas manos no-muertas increiblemente peligrosas por el altísimo peligro de infección y desangrado.

Un golpe crítico de un Carroñero causa sangrado. El sangrado causa 2 de daño directo

 

 

 

Tipo de criatura: Las Tres Moiras

 
Salud 60 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +13 Ataque Mágico
Defensa +8 Defensa
Defensa Mágica +13 Defensa Mágica
Iniciativa +10 Iniciativa
Daño Según el Hechizo
Habilidades Especiales Maldición del Drust
Habilidades Atletismo: +5 Percepción: +6 Físico: +5 Voluntad: +13

 

inv_archaeology_80_witch_etcheddrustboneMaldición del Drust: Este enemigo está bendecido con los poderes del Drust. Podrá usar estos hechizos: Abrasar Alma (dif 16), Abrazo Vampírico (dif 16) e Impuesto Espiritual (dif 16) y Enjambre Espiritual (dif 18).

Además una vez por encuentro, puede maldecir a un objetivo de la siguiente manera:
El objetivo del nigromante queda maldito mientras permanezca en el bosque. Mientras esté maldito, sus golpes físicos causan -4 de daño, recibiendo además -2 a toda tirada de Hechizos.

 

 

Tipo de criatura: Lobos drust

 
Salud 20 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +13 Ataque
Defensa +6 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +12 Iniciativa
Daño 1d6+3 Daño
Habilidades Especiales -
Habilidades defensivas Físico 6 Espíritu 4 Percepción 9 Reflejos: 11 Atletismo: 13

RfpgdKX.jpg Sentido de la Manada:

Esta mascota aumenta el bono por Flanqueo de +2 Ataque a +4 Ataque sí otro miembro de su especie o su dueño está atacando al mismo objetivo desde el flanco opuesto.

  • El dueño de esta mascota aumenta el bono de Flanqueo de +2 Ataque a +3 Ataque si está atacando al mismo objetivo que su mascota por el flanco opuesto.
    • Esta mascota aumenta el bono de Retaguardia de +4 ataque a +6 Ataque si otro miembro de su especie o su dueño está atacando al mismo objetivo desde el frente.

 

 

Tipo de criatura: Ciervos drust

 
Salud 20 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +11 Ataque
Defensa +9 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +10 Iniciativa
Daño 1d6+3 Daño
Habilidades Especiales -
Habilidades defensivas Físico 6 Espíritu 4 Percepción 9 Reflejos: 11 Atletismo: 13

 

 

 sznYf2v.jpg Carga letal: Cuando esta criatura carga, su ataque de carga cuenta con +3 a su daño y derriba automáticamente a su objetivo si es de tamaño medio o inferior.

 

 

 

 

Tipo de criatura: Milicia Embrujada

 
Salud 24 PdV
Armadura 1 Absorción
Iniciativa +10 Iniciativa
Ataque +10 Ataque / +11 Disparo
Defensa +10 Defensa
Daño 1d6+3 Daño CC/ 2d6+1 Daño Distancia (Recarga)
Habilidades Atletismo: +8 
Apuntes/Equipo Ropas de civil, espadas roperas, ballestas ligeras, espadas ligeras.

 

 Ballesta ligera  1d6+1 (2M)

 Ignora 3 de armadura

Ropa de cuero

Físico 5 Absorción física 2 Estorbo 1 Penalización Def. Mágica -1

 

 

 

 Espada ligera / Guja Ligera  1d6+2

 Dual, +3 Iniciativa, Desenfundado rápido

 

 

Tipo de criatura: Ciervos drust

 
Salud 20 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +11 Ataque
Defensa +9 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +10 Iniciativa
Daño 1d6+3 Daño
Habilidades Especiales -
Habilidades defensivas Físico 6 Espíritu 4 Percepción 9 Reflejos: 11 Atletismo: 13

 

 

 sznYf2v.jpg Carga letal: Cuando esta criatura carga, su ataque de carga cuenta con +3 a su daño y derriba automáticamente a su objetivo si es de tamaño medio o inferior.

 

 

 

 

 

 Tipo de criatura: Bandada de cuervos

 

Salud 16 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +13 Ataque
Defensa +9 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +10 Iniciativa
Daño 1d6 de daño directo
Habilidades Especiales

Mientras esté rodeado por esta bandada espectral el

objetivo recibirá un -1 a todas sus tiradas.

Habilidades defensivas Físico 6 Espíritu 4 Percepción 9 Reflejos: 11 Atletismo: 13

 

ability_hunter_murderofcrows.jpgBandada de cuervos: El objetivo del Nigromante es rodeado por una bandada de cuervos. Este bandada tiene 16 PdV que recibe el doble de daño de hechizos de área, inmune a golpes críticos.

 

 

 

 

 

 

Tipo de criatura: Feral astado

ability_hunter_murderofcrows.jpgBandada de cuervos: El objetivo del Nigromante es rodeado por una bandada de cuervos. Este bandada tiene 16 PdV que recibe el doble de daño de hechizos de área, inmune a golpes críticos.

Salud 16 PdV
Armadura 0 Absorción
Ataque +13 Ataque
Defensa +9 Defensa
Defensa Mágica +0 Defensa Mágica
Iniciativa/Reflejos +10 Iniciativa
Daño 1d6 de daño directo
Habilidades Especiales

Mientras esté rodeado por esta bandada espectral el objetivo

recibirá un -1 a todas sus tiradas.

Habilidades defensivas Físico 6 Espíritu 4 Percepción 9 Reflejos: 11 Atletismo: 13

 

 

Editado por Psique
  • Like 6

Compartir este post


Enlace al mensaje

 

El tiempo pasa factura a todo lo que nos rodea, lo transforma o lo destruye. Pero incluso cuando pretendemos alejarnos de aquello que nos hace enfermar, de aquello aislado en recónditos recovecos en nuestra memoria, el pasado nunca nos suelta. Me encuentro frente a la puerta, el frío del pomo me petrifica, y después, la oscuridad de la habitación, ese templo de soledad y lamento silencioso, me golpea con su indiferencia. No es mio ese santuario, y al mismo tiempo, es parte de mi. Parte de mi sangre, de mi herencia paterna. Me da la bienvenida, cede y se resigna, me deja entrar.

 

Mis pasos hacen que la madera se queje y gruña. Veamos qué hace aullar a los perros por la noche, y enderezar las orejas a los gatos después de las doce, me digo intentando vestirme de la frialdad propia de un espectador ajeno a la obra y drama de los personajes.

 

Me aproximo al caballete dispuesto en mitad de la habitación, lo único que parece haberse encontrado en el centro del huracán que terminó alborotando el resto del inmueble ante uno de sus arrebatos de furia desbocada que, con el tiempo, se habían vuelto crónicos. Descubro el lienzo de la tela que lo cubre, y ésta cae inerte sobre el suelo ante mi espanto. ¿Mamá?, me pregunto con miedo al advertir los caóticos trazos, colmados en exceso de pintura al óleo que armaban una atroz e irreal representación de una figura femenina, la única que dejó entrar en su vida voluntariamente para hacer de ella la diana de una ira abstracta y masculina.

 

aArpQKEASd-7MwKg-PipC4JFDM-VxAFvLvC5ectk


 

El amor de un hombre duele, decía ella, pero es voluntad divina la de que seamos sometidos a incontables dificultades a lo largo de nuestras vidas, que la esposa sepa acoger la dicha que le brinda el marido y aprenda a soportar sus desaires. Nos pone a prueba, nos concede nuestros anhelos a cambio de hacernos infinitamente desdichados para que el día en que dejemos este mundo, nuestra virtud pueda ser defendida ante el juicio divino. No llores, hija mía… Aunque mi cuerpo sangre y mis huesos se quejen, tu mera visión me aplaca, mi pequeño ángel, mi gran anhelo.


 

Mi madre era una feligresa redomada y complaciente cuya vida giró en torno a su deseo imperioso de convertirse en una esposa y madre modélica. Una mujer clásica y tradicional, heraldo de la mismísima compasión. Mi padre por el contrario, consagró su vida a las ciencias empíricas en concreto a las referentes a la salud y la enfermedad, con el tiempo, se convirtió en un reputado médico gilneano gracias a un par de patentes de su propia cosecha. Sin embargo, su cinismo y osadía le generaron tantos enemigos que se vio obligado a abandonar el territorio junto con nosotras, cuando yo apenas era un bebé. Sus torpes y erráticos pasos le llevaron hasta Bosque del Ocaso, y allí, no tuvo otra opción que la de aceptar uno de los pocos trabajos ofertados a los forasteros -aunque en un lugar como este, puedan pasar una veintena de años y sus inquietantes residentes te seguirán viendo como un extraño-. Y así, empezó a ejercer el escasamente glorioso cargo de enterrador local. Mi madre siempre sospechó que tener que rendir culto a la muerte en lugar de a la vida como hacía en su antigua ocupación terminó desgajando la cordura de su elevada mente conforme pasaron los años.  ¿Y a quién no? El trato con los muertos hace de la persona un ser inestable y tenebroso.

 

Convivir con él se había vuelto un tormento. Durante las noches miraba el techo tumbada en la cama escuchando los gritos de mi padre hacia la oveja servil de mi madre, hasta que al final, se convirtieron en mi canción de cuna habitual. Aún podía escuchar en aquella casa el aullido de ese tempestivo perro desgraciado aunque hubieran pasado horas desde su funeral.

 

Me llevó días macerar todo ese torrente de sensaciones, sentimientos y recuerdos.

 

Registré la casa por entero, revolví cada cajón y levanté cada tablón suelto mientras imaginaba las atrocidades que había podido ejercer en ese apartado a espaldas de todo el mundo.

 

Y encontré lo que buscaba.

 

Acaricio las desgastadas cubiertas de una libreta sin título. Con pulso firme, la abro de par en par y comienzo a leer. Notas médicas. ¿De quién? La fecha insinúa que fueron tomadas hace poco más de un año, cuando... No puede ser.

 

Mujer… Fiebre elevada… Escalofríos… Erupciones cutáneas…

 

Viruela.

 

Carolina Hein.

 

Mamá.

 

Y nunca lo sospeché… Después de tantos años donde había aprendido de él mediante intervenciones de práctica sobre cuerpos inertes… No se me ocurrió pensar que se atreviera a tratarla sin medios, sin instrumental apropiado… que quisiera arriesgarse a sobrepasar el umbral de cuarentena por la elevada capacidad infecciosa de la viruela. Incurable y atroz. Y ella… Guardó silencio. Como siempre.

Las páginas están plagadas de pruebas y ensayos. La sometió a tanto tormento… A tanto dolor…

Se me caen las lágrimas, sudor frío de impotencia. Y un miedo atroz me consume. La ira es lo que resta tras unos momentos.

Antes de darme cuenta, me encuentro frente a ese dichoso cuadro. ¿Es esta tu mofa, perro? ¿La culminación de tu mal interior una vez te diste cuenta de que no podías retener a tu diana personal más tiempo contigo?

 

Arrojo el cuaderno al suelo. Me planteo destruir el cuadro. Su recuerdo no se merece permanecer enturbiado por la visión de un loco. Nunca lo mereció… Nada de todo lo que tuvo que soportar y que de tan buen grado supo perdonarte. Ahí, sin ojos, sin expresión, con el cuerpo retorcido… Como un pedazo de carne muerto y pálido. Un cadáver. Tomo el lienzo entre ambas manos y miro hacia la chimenea encendida. Pero me detengo a un par de pasos.

 

Nunca la amaste verdaderamente. Tus actos lo demuestran. ¿Cómo era posible que la locura y no la lucidez te arrojasen a amarla con tanta desesperación? ¿Por qué cuando ya yacía inerte? No se merece esto. Ella, no lo merece. No merece ser por última vez la víctima de tus barbaridades.

 

Dejo el cuadro donde estaba y me hago con una de las botellas de licor que se encuentran en el cuarto. Me hace falta. Miro ausente el cuadro, sentada en la silla enfrentada a éste…

 

Y me puse a continuar lo que él hizo. No. A rehacer lo que él había roto tan compulsivamente.

 

Una. Y otra. Y otra vez.

 

separador.png

 

Fue en una de esas largas noches de arte nocturno que un aporreo en la puerta me hizo soltar los pinceles y la paleta del sobresalto. Una noche lluviosa que auguraba una mañana neblinosa. No hay más médicos en el pueblo salvo yo, y aunque ahora mi oficio también requiera de atender a los muertos por herencia mientras encontraba a alguien lo suficientemente demente como para aceptar el puesto de enterrador, son los vivos quienes suelen despertarme a altas horas de la noche. Por mucho que puedan decir que acudir a un médico que también hace las de enterrador sea igual a poner el brazo frente a un lobo hambriento, no había otra alternativa.

 

Cubro el lienzo con la tela y me encamino a la puerta. Tras ella, un hombre carga con otro al borde del desangramiento. Les invito a pasar amablemente y este, tiende a su compañero sobre la camilla. Están empapados y apestan a lodazal.

 

-Me alegra que hayas venido.-Le interrumpo entonces, cortando en seco el relato sobre fantasmas y espectros de la noche que deambulan por Ocaso, ya cansada de escucharlos.

 

Está sentado en la ventana, muy pálido. Junto a uno de sus brazos arden dos velas casi derretidas que proyectan una enfermiza luz ambarina sobre su nariz larga y su breve mentón. Nathan, el amigo del herido Eloy, es un hombre entrado en años, de mirada cansada y muy malas pulgas. Uno de esos tantos perros sarnosos que moran este pueblucho de mierda. Un perro sarnoso muy duro de matar, todo un reto incluso para los lupinos bípedos del norte. Un cazador, un mercenario o lo que hiciera falta que fuera para sobrevivir en una región donde sólo los fuertes sobreviven.

 

-Quieres decir que te alegra tener trabajo del que lucrarte esta noche.- Es cierto, los cazadores suelen costearme aproximadamente la mitad del mes a cambio de curarles sus rasguños, típicos de las cacerías. Se aproxima a la camilla donde descansa Eloy alejándose del pollete de la ventana sobre el que reposaba de un leve impulso. Va armado, y un hombre armado significa que se cree más de lo que es.-Aun que preferiría que fuera de otro tipo.-Estoy acostumbrada a ese tipo de comentarios. Una mujer adulta, soltera, viviendo sola, nada más lejos de la realidad.

 

Punteo con los dedos cual aguijón la herida abierta que le surcaba el hombro a Eloy que dolía como mil demonios. El hombre dio un respingo y se le arrugó la expresión de un rugido, pero contuvo las ganas de mentar a todos mis difuntos. Me limité a mirar a Nathan una vez me aseguré de que había captado la indirecta “no le toques las cosquillas a un médico.”

 

Lavo mis manos y preparo los útiles necesarios para atender ese desgarro. Parece la mordida de un lobo. Tras administrarle una dosis de anestésico, comienzo a limpiar y coser la herida.

 

Me extrañaba que Nathan guardase silencio durante mucho tiempo.

 

- Me sorprende que un médico sea devoto,-dice mirando los libros sacros entre los infinitos volúmenes de medicina avanzada en la estantería- uno competente me refiero, ¿o a caso es de tu padre? ¿Qué es del viejo sepulturero?

 

Concluyo la sutura valiéndome de un par de giros de muñeca de mi diestra. Lo he hecho tantas veces… El tirón final es de propina.

 

-Teniendo en cuenta que el anterior médico del pueblo creía a ciencia cierta que la pus en una herida es beneficiosa, competente podría serlo cualquiera.-Llevo la vista a las profundas cicatrices que liman el rostro y cuello del hombre, tan mal cosidas y tratadas por el susodicho que me hace hasta gracia. Maldito incompetente. Me incorporo y comenzo a buscar en las estanterías llenas de compuestos alquímicos, docenas de frascos etiquetados de distintos tamaños y colores.-Y mi padre murió hace unos días. Lo poco que la locura no se había llevado de él terminó arrebatándoselo un brote de viruela. No te vi en el funeral. A pocos os vi allí.-Lo interrumpo antes de que me brinde alguna excusa barata.-Era un lobo, ¿verdad Nathan?

-Lo era, uno muy grande, de pelo negro.

-¿Estaba escondido en alguna cueva?

-Eh… Sí, ¿es importante?

 

Como me temía, no encuentro lo que ese pobre diablo necesita, así que tomo el libro sacro y se lo tiendo a Eloy, que me mira con cierto desconcierto.

 

-Mi madre decía que los médicos tenemos el don de darle una segunda oportunidad al enfermo y al herido para que puedan redimirse e intentar hacer llegar la virtud a su vida antes de que irremediablemente deban rendir cuentas ante la Luz por pecadores. -Eloy coge el libro, sintiendo en sus venas el miedo al juicio divino, como sienten todos los malnacidos como él.- Reza, Eloy. Dale motivos para evitarte una muerte lenta y agónica por desangramiento mañana, o de rabia dentro de una semana. Demuestrale que hay dicha en tu alma para que esta no se pierda en el olvido. No puedo tratarte.

-¿Rabia? No me jodas.

 

Miro al idiota de Nathan y aproximo un candil prendido a Eloy. Sus pupilas se contraen dolorosamente por la insidiosa jaqueca. Está babeando, tiene fiebre y leves combulsiones en las extremidades. No nota el brazo zurdo. Sensibilidad anómala en la zona mordida. Es rabia.

 

Me incorporo y me encamino hacia la puerta que da al salón.

 

-Puedes dejarle aquí esta noche, pero procura poder pagarme la atención que va a requerir. También puedo ahorrarle sufrimiento.

-No es un sucio perro al que sacrificar, matasanos.

-Ni yo hago milagros, Nathan. Ten más cuidado ahí fuera, las noticias que llegan estos días parecen sacadas de cuentos de viejas. Da gracias porque vaya a morir por un perro y no por un muerto que camina.

Nathan me paga mi parte y se lleva a su amigo con él. Lo veré en cuestión de días pasando por la puerta con los pies por delante.

 

No tardo más de un par de meses en sentir la imperiosa necesidad de huir de mi pasado. He encontrado un hombre dispuesto a ser el guardián de los difuntos, así que ya nada me ata a este lugar. Por dicha divina, mi diligencia sufrió desperfectos en el camino y no llegué a Villa Oscura antes de que las cosas empezasen a enturbiarse. Las sombras se arremolinan en el bosque, los cánticos paganos devoran el silencio en la noche. Los muertos se alzan y reclaman el hogar de los vivos.

 

Ofrezco mis conocimientos médicos a los refugiados y a los heridos. Sus rostros de terror hacen de los cuentos de viejas una noticia local. El nigromante ha abierto sus fauces y arrancado la frágil tranquilidad que tenían los antiguos residentes de los pueblos cercanos. Este bosque se ha convertido en el hogar de los parias, los desterrados y los malditos. A veces, durante las ruidosas noches dudo entre si esta cadena de desdichas no es fruto del mal, si no un castigo divino infligido hacia los impenitentes moradores de Ocaso. Ya ni la tumba es un descanso para nadie.

 

22bMAEz.png

Editado por Psique
  • Like 2

Compartir este post


Enlace al mensaje
Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...