[Rumor] Inusitada migración de ciudadanos imperiales hacia la Mano de Tyr.

[Thorch 360]

Según se escucha en cada rincón de los reinos del este, la ciudad escarlata de la "Mano de Tyr" estaría recibiendo una inusitada afluencia de gente que va allí buscando labrarse un futuro. No se tratarían de refugiados, sino trabajadores calificados, pioneros y comerciantes, en su mayoría. Quienes buscan escapar a la inseguridad en el sur, bajo las promesas de orden, y la idea de ser los primeros en estar allí cuando se reconquiste el Reino de Lordaeron. Panfletos distribuidos en las ciudades, y pregoneros recitando en las zonas rurales para aquellos que no saben leer ni escribir, versarían así:

“ La Mano de Tyr conocida también como la perla del norte, único bastión humano remanente del Reino Lordaeron. Un oasis floreciente y vivo, que irónicamente ofrece la mayor de las seguridades tras murallas, en uno de los entornos más peligrosos del mundo. Presenta un crecimiento constante de población, por lo que nuevas oportunidades de comercio y trabajo surgen a diario. Contando con la seguridad que solo la cruzada escarlata puede brindar, en una de las ciudades imperiales con menor índice de delincuencia. El custodiado puerto de la ciudad, permite la conexión con el resto del continente, y termina cerrando sin lugar a dudas, una coyuntura propicia para el comercio. El futuro está en el norte, invierta lo que ganó con esmero, reciba a cambio la bendición de la Luz y el prosperar espiritual y económico. Sea uno de los primeros en repoblar el Reino de Lordaeron, la sagrada luz ampara esta causa." Capellán Escarlata e Historiador Máximo Cornelius

 

Editado November 8, 2017 por Malcador

[Nathan 226]

Diana, tras su conversación con Eleandris, tomo la tarea de pregonar la inminente marcha de los escarlatas y otros fieles al norte. Cada carta o paquete que entregara iría acompañado de una mención o invitación para marchar según leyera en el rostro de quienes recibían el servicio rápido y eficaz de los mensajeros de Thobias El Ligero. Un tono inspirador sonaría en sus palabras cuando le abrieran la puerta y preguntaran por las noticias de los caminos. No sería un trabajo remunerado, si no bien intencionado, con el que quizás consiga que más personas de pueblos y pedanias alejadas que entraban en su ruta de reparto se animaran a iniciar un viaje al vergel de la Luz del norte.