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TitoBryan

[Desaparecido] Oscar Joshech

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  • Nombre: Oscar Joshech
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 20
  • Altura: 1'73
  • Peso: 78
  • Lugar de Nacimiento: Monasterio Irith (desconocido)
  • Ocupación: soldado de luz (novato)
  • Historia completa

 

Descripción física:

Hombre rudo con armadura,y sin ella, bastante definido,fuerte, en todos los sentidos. Tiene unas piernas de hierro, fuertes y velozes. Ojos azules con el pelo marron como la tierra, lavios bastante finos y orejas tapadas. Un atractivo un tanto extraño ya que la suciedad en el monasterio hacen que no lo sea.

 

 

Descripción psíquica:

Muy inteligente, no presta mucha atencion, pero cuando se concentra en algo, lo hace, y hasta que no haya conseguido su meta no terminara, aunque se le descalifique. Tiene mucho coraje pero haveces tiene panico, se mataria por salvar a un compañero suyo... por eso no tiene tanta disciplina, aunque si se le da la orden la cumplira ante todo, a menos que pase algo mas importante. Muy humoristico, esta claro que no ha vivido todo lo que pasa afuera. Bastante inocente y algo siniestro a la vez.

 

 

 

Historia

 

-          Ya es hora de ir a rezar hijo mio.

Ya se había convertido en una rutina para Oscar Joshech; Rezar, entrenar, rezar, comer, rezar, entrenar, comer, rezar y dormir.

Empezábamos con un rezo rápido y matutino, luego íbamos con los demás y en el patio entrenábamos, no solo en combate, también en la luz; como manipularla, sus bases, las reglas de ella, como hacer daño con ella, curar o incluso defender. Más tarde comíamos para luego rezar mucho más tiempo, luego entrenar otra vez y terminar con un rezo para irnos a dormir purificados de todos los males

Yo sin embargo no podía entrenar en combate aun, no tenía la edad suficiente y ni la fuerza suficiente, pero no se me impedía poder observar a los demás reclutas. Luego nos llevaban a la capilla y ahí empezábamos las clases sobre la luz.

Al llegar a los 5 añitos mi vida cambio. Esta vez no se me permitía observar a los demás alumnos, solamente podía rezar y callar. Estaba extrañado no estaba acostumbrado a rezar tantas horas.

Las semanas pasaban, Oscar solo comía y rezaba, nada más. Un día, Oscar entro en la habitación del monasterio de su padre, el cual estaba serio y callado, observando un libro. No se atrevió a molestarlo, solo entro se sentó al lado y observo. Como había hecho toda su vida: Observar y callar. Después de un largo tiempo de silencio y movimientos de acomodamiento, Oscar hablo.

.- ¿Que hacéis padre? A lo que el padre le respondió con otra pregunta.

- ¿Qué creéis que hago? Respondió con una sonrisa en la boca.

- No se padre. ¿Qué leéis?

El padre no respondió, se limitó a cerrar el libro y mirar a si hijo profundamente. Más tarde cogió su mano y puso su palma mirando hacia arriba.

- Ahora, quiero que cierres el puño con toda la fuerza que tengas, tampoco te hagas daño, pero quiero que hagas un rezo, el que más te guste. Seguidamente, Oscar cerró el puño lentamente, cerró los ojos, frunció el ceño y empezó a hablar, lenta y profundamente. Tras unos minutos de rezo, algo ocurrió, la palma de Oscar empezó a emanar algo luminoso y blanco, le traspasaba la mano, era muy débil per se podía ver, entonces el padre le dijo:

- Hijo, abre los ojos.

Oscar obedeció y los abrió lentamente, luego abrió la mano y observo su creación que a los segundos se desvaneció. Su padre estaba orgulloso, lo cogió de la mano y lo abrazo fuertemente contra su armadura de placas.

Entonces fue cuando su padre llevo a su hijo con el grado de los demás alumnos, ahora si estaba listo para entrenarse.

Era sencillo, ahora rezaba menos, pero dedicaba la mitad del día a entrenar.

Al llegar a los 8 años el padre Oscar abandono el monasterio. Se arrodillo ante Oscar e hizo lo que cualquier padre haría, despedirse de si hijo de la mejor forma. Oscar no entendía porque se iba, solo le extrañaba que su padre llorara, iba a volver, no?

Seguidamente los demás paladines separaron al padre del hijo.

Los años fueron pasando, el muchacho ahora era un rudo soldado. Estaba formado ya, tenía 16 años y tenía un físico bastante marcado, los entrenamientos habían hecho su fruto, y tantos rezos habían hecho su trabajo, ahora Oscar ya podía ser un paladín hecho y derecho, pero aun le faltaba algo.

Días después Oscar fue enviado a Villadorada dado el caso que esta acababa de salir de un asedio de gnolls y algo de que un nigromante habia arrasado Villa Oscura. El monasterio Irith había formado al muchacho, ahora era el turno de la vida y la experiencia, Oscar Joshech tenía que terminar su entrenamiento en las afueras, ya sea en un campo de batalla, curando a los heridos… no se sabe, el destino y la luz haran que termine su entrenamiento para poder ser paladin.

Editado por TitoBryan

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