Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Stannis the Mannis

[Trama] Bandidos. Montaraces. Y el recuerdo de antaño.

Recommended Posts

Reconociendo el terreno

871f9d055bc08847c698ece843714794.png

Costasur/Interior - Media tarde.

 

Había pasado ya una semana desde que los dos cabos: Elegost y Santiago, fueran capturados por los rebeldes. Ya habían descansado bien y todo volvía a la rutina.

Nubes de tormenta y una lluvia se cernía sobre la ciudad costera, pocos andaban por las calles salvo los que iban a sus casas y Elegost montado a caballo. 

Los dos cabos se encontraron en medio de la calzada y comenzó una charla, la típica charla suya: Santiago diciendo que de dónde había sacado el caballo, que si era robado, que le denunciaría por tal cosa. Elegost por su parte le explicó que era de aquel granjero al que ayudaron, cuando llegaron aquí, que se estaba acostumbrando al caballo para usarlo en una patrulla y revisión de la zona.

Al final Santiago con razones como: Te van a matar el caballo los bandidos. Acabaron dejando el caballo en el establo del granjero y siguieron con la charla trivial. La charla se fue encauzando al asunto que correspondía: el aumento de bandidos.

Los bandidos estaban más activos ahora que antes y era evidentemente por todos aquellos rebeldes que se habían formado meses atrás... Y ya eran un problema importante. 

Santiago dio ideas y entre ellas el hecho de dejarlo estar, que sirvieran de escudo contra los Renegados, pero estos bandidos no estaban en zonas de peligros Renegado, sino acosando a caravanas imperiales.

Al final concordaron en un plan de cebo en el que necesitarían: Un comerciante de verdad, para engañar, mercancías, ropa casual para la mitad de las tropas, un carro y animales de tiro. Un plan que llevarían acabo con el tiempo. 

 

 

Laderas de Trabalomas - Cerca del atardecer.

 

Luego de recorrer un par de kilómetros, Santiago ya no podía más. El sureño pidió hacer una parada y Elegost aceptó. 
Mientras Santiago descansaba, Elegost inspeccionaba la zona... Santiago le había dicho que no era posible que les asaltaran, no tenían nada de valor y eran solo dos. 

Elegost acabó por relajarse también... Santiago tenia parte de razón y había aún bastante luz solar, así que se sentó junto un árbol rodeado de frondosos arbustos. Escuchando los pájaros estaba, perdido en la nada... cuando escuchó un movimiento de ramas y hojas a su espalda, además de unos jadeos. Pensó rápido y se fue a esconder a los frondosos arbustos, pero cuando se quiso dar cuenta: Tenia al lado a un desconocido encapuchado que poco tardó en salir volando de ahí, con un fuerte movimiento de Elegost. 

El desconocido fue descubierto: Era Anorld, uno de los Exploradores enviados desde el sur, de la escuadra "Fatalix" la de Santiago. Al rato apareció su pareja asignada: Tim "Timmy" de la escuadra Falveri, la de Elegost.

Para entender qué hacían estos dos exploradores aquí, tenemos que recordar que Elegost los había asignado en parejas tal que así:

Escuadra Fatalix: Arnold / Elisa / Tristán / Damián.
Escuadra Falveri: Tim / Bronn / Enrique / Alberto.

La primera pareja se ocuparía de el Noreste de Costasur. La segunda del lado oeste del río "Falveri Norte" desde el puente a su desembocadura. La tercera de vigilar el Noroeste y la última de la propia Costasur y alrededores del extramuros del poblado.

Aclarado el asunto con Arnold y Tim, mandados de nuevo a Costasur y descartado que ellos supieran algo sobre avistamientos de bandidos, los dos cabos siguieron hasta el puente del río, para encontrar a Bronn y Elisa.

Cuando los dos cabos llegaron al puente, el atardecer teñía el bosque de un tono anaranjado apagado, fruto además de las nubes que seguian cubriendo parte del cielo.
No había rastro de sus soldados... y Elegost creyó que imitando algún ave de fuera de la zona, quizás llamaría la atención, si estos soldados estaban cerca. Lo cual funcionó

Elisa y Bronn aparecieron. Y respondiendo a las preguntas de si habían visto algo en el otro lado del río: Unos ruidos y figuras al otro lado, más cerca del puente que de Costasur.. pero de eso hacia rato; le dijo Elisa a Elegost.

Con toda esta información, los dos cabos se pusieron a divagar. Santiago aseguró que al norte, siguiendo el río y por la orilla este, deberían estar las ruinas de Durnholde y que posiblemente los bandidos se ocultaran allí -en su mayoría- 

Elisa y Bronn siguieron su patrulla antes de que cayera la noche y los dos cabos se quedaron en el puente, manteniendo una vigilia hasta que la noche tormentosa apareció sobre ellos.

 

Este de las Laderas de Trabalomas - Noche

 

Viéndose con una tormenta encima y ya lejos de Costasur, los dos cabos decidieron seguir al este, con la idea de llegar a la Muralla de Thoradin y recopilar más información sobre los bandidos que atacaban por este lado de la región.

Hicieron un alto en el camino, al lado de una torre a la que los dos montaraces aceptaron explorar por si era usada por estos bandidos. 

Elegost buscó una entrada más próxima a ellos sin tener que dar un rodeo y con facilidad lo encontró. Con sencillez los dos montaraces treparon los tres metros de alto, subiendo por boquetes en el muro y  enredaderas. 

Una vez dentro de la torre, fueron sorprendidos por murciélagos y menudo susto que se llevaron, uno acabó por el suelo panza arriba cual gato y otro viendo su vida pasar delante de él. Cuando recobraron el aliento notaron que ahí no pasaba nada, que nadie había montado campamento alguno ni era habitable... 

Truenos caían y una llovizna empezó a caer cuando los montaraces se pusieron a rebuscar en la torre algún resto para montar un pequeño campamento. Fructífera suerte tuvieron porque quedaron con las manos vacias y la lluvia más fuerte. 

Cubiertos en sus mantos y la entrada de la torre ahí quedaron, hablando sobre la nula posibilidad de volver a ver la grandeza de Lordaeron como era antaño... Santiago acabó por buscar de nuevo, quería encontrar algo en lo que poder dormir y no solo sobre el frío y sucio suelo.

Aún les quedaba un trayecto para llegar a la muralla de Thoradin...

 

 

 

Mastreado por: @SwordsMaster
Participantes
: @Stannis the Mannis como Elegost Friederich Faler von Falveri y @SwordsMaster como Santiago de Sveri
Habilidades usadas: Elegost: Advertir/Notar - Fauna - Combate desarmado (Ofensivo) - Buscar - Sigilo.  / Santiago: Advertir/Notar - Escalar - Buscar
Duración del evento: Dos horas - Evento corto

Editado por Stannis the Mannis
  • Like 1

Compartir este post


Enlace al mensaje

Una tarde cualquiera

67bab044aaa1faa00ef3da3c582173b7.jpg

 

Muro de Thoradin. Varios días después de la llegada de la escuadra al lugar.

 

Aclimatados ya en la muralla, con los campesinos armados y unos cuantos reclutas ya en el lugar: todo estaba tranquilo. Pero no en el exterior, pues unos caravaneros que llegados al muro, se quejaban de que habían visto a unos bandidos asaltar cerca de una torre caída en el camino y que luego huían bosque adentro. 

Elegost se hizo eco de esta noticia e informó a Santiago para salir e investigar la zona. Los bandidos eran cosa suya, habían proliferado en parte por culpa de ellos al no poder controlarlos en su momento, por lo tanto había que hacer justicia...

El dúo se pertrechó, se llevó lo dispensable y marchó por el camino rumbo a la vieja torre, la cual conocían y habían pasado la noche. 

Sin problemas ni cansancio marcharon durante un buen trecho hasta que llegaron a la altura de la torre, que se erguía lamentable en una pequeña loma. Y allí, una figura distante observaba el camino y a los dos hombres...  

Elegost preguntó a la figura que qué hacia allí... Santiago siguió... Pero nada, no hubo respuesta por la figura misteriosa y sin más, Santiago con el arco en la mano, disparó una flecha que hirió en el hombro a la figura, que con el grito que soltó se demostró que era una chiquilla humana. Cuando los dos hombres treparon el muro y llegaron hasta ella, vieron que no debería tener más de trece años, de pelo oscuro y piel clara, con túnica verde y una capa de cuero.

Santiago, que es como es, pues bombardeó a la niña a preguntas de por qué estaba ahí, dónde estaban sus padres, etc... pero la niña solo lloraba de dolor, gateando por el suelo, alejándose del montaraz. Al final en Santiago afloró compasión y trató a la niña que nada más tenia un corte en el hombro provocada por su flecha, mientras Elegost miraba dentro de la torre por si había alguien más.

Al final todos reunidos debatieron sobre qué hacer con la niña: Santiago argumentó que no podía quedarse ahí ni volver a casa, la cual había sido ocupada por los bandidos, por lo tanto debería ser llevada al muro. Elegost por contraparte, no apoyaba el volver al muro, pues tardarían y esos bandidos seguirían ahí. Y por último la niña, que no quería ni irse al muro -por miedo, pues Santiago no es que le inspirara seguridad- y porque su casa era lo único que tenia.

Santiago, que molestó porque la niña no quería irse, cogió y marchó... esperan a Elegost que quedó preguntándole a la niña por la dirección de su casa y cuántos bandidos habían.

Una vez con la información.. marcharon por la ladera hasta el valle donde había la granja. Un bandido había visto la niña, pero los dos montaraces sospechaban que habría más. 

Al caer la noche y con una lluvia que iba más, llegaron a la granja, donde decidieron qué rumbo tomar: Si rodearla por el lado del campo, o subirse a una loma y otear: tomaron la primera elección, pues ir por el centro del campo era demasiado visible al enemigo.

Elegost llegó a ver a tres bandidos armados por el lado de la alta loma y a medida que iban entre arbustos y valla, se toparon con otro bandido, que al escuchar el ruido entre los arbustos tomó una piedra y la arrojó... queriendo la Dama que saliera un topillo y no se percatara de los dos montaraces que al abrigo de la noche y la lluvia, iban entre el follaje. 

Con la vía libre, siguieron hasta llegar al comienzo del campo de cultivo, donde la casa de la niña era visible y una luz rojiza se veía en su interior por una de las ventanas. Elegost, que sabia que Santiago era el más sigiloso, lo mandó a que observara cuántos habían dentro, mientras él quedaba fuera, vigilando a los cuatro bandidos que merodeaban por el campo embarrado.

Santiago marchó presto y sigiloso hasta la ventana donde la luz rojiza era claramente visible, asomó la cabeza para un rápido vistazo y no logró ver nada más allá que unas figuras, pues miró demasiado rápido. Volvió a Elegost... este le dijo que lo intentara de nuevo, pero nada, las ventanas estaban demasiado empañadas por el calor del interior y el frío del exterior.

Decidieron volver a la cordillera y bordear el campo. Allí, podrían acabar con los tres bandidos que vigilaban uno de los lados de la granja.

Con sigilo, velocidad y destreza, acabaron con un bandido portando una lanza, que vigilaba una casucha de las herramientas, pero antes de que cayera: pudo dar la voz de alarma y dos bandidos más con arco fueron a él. Aún así, la oscuridad, lluvia y terreno elevado, daban a los montaraces un camuflaje ideal y pudieron hostigar a los arqueros, que cuando dieron con ellos era demasiado tarde, pues sólo uno llegó a su altura y se vio abrumado por flechas y espadazos... acabando al final con una flecha en el cuello por Elegost. Los tres bandidos del exterior habían muertos. Quedaban los del interior de la casa.

Marcharon por la cordillera, que daba protección, pero Santiago no tuvo los reflejos para percatarse de una caída en pendiente y se llevó un buen susto al caer. Los dos montaraces perdieron la altura pero esperaban que el campo tranquilo se mantuviera así hasta llegar a la casa y ver cómo actuarían a continuación.

Santiago revisó la casucha de las herramientas pero no encontró nada que le valiera la pena...Por lo tanto siguieron dando vueltas a cómo harían para sacar a los bandidos que estuvieran dentro de la casa. Y Santiago se le ocurrió la idea..

Uno treparía y quedaría en el tejado, otro en el exterior para llamar la atención y ser un cebo. Los bandidos que saldrían serían atacados por todos lados... aunque claro, puede que no todos los bandidos picaran.

Elegost se colocó a unos metros delante de la casa, oculto en el huerto y Santiago por un lado de la casa, buscando una forma de ayudarse a alcalizar el tejado, que no era muy alto, pero estaba todo resbaladizo por la lluvia. Encontró una maltrecha caja y esta no pudo con el peso de Santiago, la cual se rompió y Santiago tuvo que negar ese apoyo. Debería encontrar otra forma.. pues ya llevaban tiempo, la lluvia volvía a caer y Elegost seguía esperando en el campo.

Flechas, sangre, sudor... El combate duró una hora, quizás dos. Todo lo que pudo salir mal, salió. Bandidos acabaron muertos, Santiago malherido huyendo de la casa ante las insistencias de Elegost, que permanecía entablando batalla. A Santiago le dolía más dejar a su compañero, que el dolor de las heridas.

Corrió por la espesura  el pobre Santiago, hasta que logró dar esquinazo al bandido que le perseguía, aún en la noche lluviosa a poco del amanecer. Mientras, Elegost seguía a golpe de espada, contra el bandido que quedaba en la casa.

Una desesperada lucha. Santiago salvó la vida esta noche, Elegost por su parte, a las puertas de caer en la muerte, logró con una determinación sin parangón.. impulsado por la JUSTICIA, que hizo que permaneciera infalible hasta que el último de los bandidos cayó en el barro.

Todo acabó, con la llegada del amanecer. Los cadáveres de los bandidos sembraban el campo de la muerte, el cuerpo de Elegost también yacía junto a dos bandidos en la salida de la casa de la granja. Todo había terminado. Los bandidos habían muerto, la granja había sido liberada, la niña podría volver a su hogar.. y eso hizo, cuando la lluvia se retiró, las nubes dejaron paso al sol y los cuervos picoteaban los cadáveres.

La joven niña revisó los cuerpos... algo de provecho habría. Notó que el rubio montaraz seguía vivo y se lo llevó arrastras hasta su casa, que ahora permanece en coas y desorden.

Mientras tanto, Santiago tiritaba en el bosque, con una hoguera pequeña, esperando recobrar fuerzas para volver a la muralla, dar las malas noticias.... y volver a por su compañero, su bro, su hermano.

 

Mastreado por: @Stannis the Mannis
Participantes: @SwordsMaster como Santiago / @Stannis the Mannis como Elegost
Habilidades usadas:
Santiago: Espada ligera/Defensa/Advertir-Notar/Escalar/Supervivencia/Arco Corto/Atletismo/Sanación-hierbas/Reflejos/Buscar/Sigilo/Carpintería.
Elegost: Espada pesada/Defensa/Advertir-Notar/Arco Largo/Sigilo/Reflejos/

Fichas de los bandidos

Spoiler

VALORES DEL ENEMIGO arquero x3

8 iniciativa


Ataque CC: 4
Defensa: 4
Ataque a distancia: 7
1 Absorción

20 Puntos de Vida
6 Daño

 


VALORES DEL ENEMIGO lancero x3

8 iniciativa


Ataque CC: 7
Defensa: 5
2 Absorción

20 Puntos de Vida
6 Daño

 

Editado por Stannis the Mannis
  • Like 3

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...