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Klamendor(Klamen) Daal'inar

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  • Nombre: Klamendor Daal'inar
  • Raza: Quel'dorei
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 84
  • Altura: 1,83
  • Peso: 78
  • Lugar de Nacimiento: Quel'thalas
  • Ocupación: Ninguna de momento
  • Historia completa

 

Descripción física:

De cabellos marrones claros, lleva una barba de mentón y cejas alargadas, klamendor es un elfo joven y apuesto aparentando unos 19 años humanos, tiene labios un tanto finos junto con una nariz delgada pero firme, goza de buena salud y físico teniendo una musculatura atlética, tiene un par de cicatrices en la espalda y hombro derecho.

 

 

 

Descripción psíquica:

Klamendor tiene una actitud un tanto rebelde, no suele dejarse pisotear por nadie, es alguien impulsivo que deja en claro que no se metan con él ni con sus amigos, si le importa alguien aun qué sea un poco lo defiende sin dudar, suele meterse en problemas por su actitud, particularmente con las autoridades, pero sabe cómo cuidar de sí mismo en ciertas situaciones, no siente respeto alguno por nadie a menos que lo merezca, sin embargo sabe callarse cuando es debido. Debido a su falta de memoria se sorprende por lo desconocido y tiende a curiosear bastante, quizas su actitud no sería la misma si tuviera sus recuerdos originales, pero es lo que aprendió a ser y es la actitud que se le acomodó segun las experiencias que tuvo.

 

 

 

Historia

 

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La luna brillaba de tal manera esa noche en Quel’thalas, la lluvia calma pero duradera no dejaba un alma en las calles de la gloriosa ciudad, excepto un elfo que esperaba en los escalones de su hogar. Aquella noche Alvia estaba dando a luz a su futuro hijo, las horas pasaban y para el amanecer el niño había nacido. La puerta se abrió, recibiendo al hermano de Alvia el cual estaba fuera con sus pensamientos.

 

-Pase señor- decía una quel’dorei que hacia el rol de partera.

 

El joven espabilando se levanta del escalón y se dirige dentro para ver a su sobrino. Alvia cargaba al niño mirándolo con felicidad, al escuchar los pasos de su hermano le dirige la mirada y una sonrisa.

 

-Lauren, ven saluda a Klamendor- el quel’dorei de roja cabellera se inclinaba para darle un vistazo al pequeño.

 

-Klamendor… como nuestro abuelo- sonriendo un poco- bienvenido a la familia pequeño.

 

El niño nacido en la familia Daal’inar, si bien era feliz con su madre, había crecido sin un padre ya que éste había caído en una escaramuza trol. A pesar de eso Lauren, el hermano de Alvia, hizo lo que pudo para darle lo más parecido a un padre, un hermano mayor, sin embargo él debía ocuparse de cosas importantes ya que era miembro de los forestales al igual que el esposo de su hermana, por lo que no tenía mucho tiempo para el pequeño. Lauren recordaba a su abuelo con mucho cariño, éste le contaba historias asombrosas de los misterios del mar y criaturas inimaginables, por lo cual decidió hacer lo mismo con el pequeño, a las noches le leía de un viejo libro de su abuelo. Klamendor era maravillado con esos relatos, él esperaba ansioso la siguiente noche ya que era de los momentos que mejor la pasaba con su “hermano mayor”, sin embargo cada vez se hacía menos frecuente la llegada de Lauren al pasar los años, ya que era de los soldados más valiosos y eficientes teniendo así responsabilidades cada vez más pesadas.

 

El niño asistía a una Academia todos los días, no hacía muchos amigos pero era buen estudiante, durante un buen tiempo mantuvo esa actitud hasta que empezaron los problemas, constantemente era molestado por un grupo de niños, aprendió a ignorarlos hasta cierto punto, pero eso duró poco. Cuando Klamendor perdió la paciencia no supo otra manera de reaccionar más que a puñetazos agarrando al “líder” del grupo, la pelea no duró mucho ya que los separaron, pero a partir de entonces su actitud cambió completamente, cosa que le trajo más problemas.

 

Una tarde volviendo a su casa, fue acorralado en pleno callejón para ser golpeado.

 

-¡¿Y ahora que quieren?!-Les decía Klamendor.

 

-Tu qué crees, darte lo que te mereces Daal’inar-Contestaba uno del grupo

 

-¿Pensabas que no te devolvería el favor?- Contesta el “líder”

 

Klamen aun que tenía miedo enfrentaba firme a los brabucones.

 

-Entonces ven y pelea, no traigas a tu estúpida banda de subnormales- Decía con tono provocante

 

-Jaj, ¡a darle chicos!-Respondía el líder

 

El chico esquivaba y golpeaba como podía, algo había aprendido de su “hermano mayor”, pero no era suficiente, luego de ser golpeado un par de veces se ve tirado en el suelo con esperanza de que paren.

 

-Y.. eh..¿a qué te sabe el suelo?-Decía el líder entre un par de jadeos por la pelea.

 

Y en ese momento Klamen ve entre las piernas del chico a alguien  que se acerca, y es entonces cuando ese alguien ya está detrás del “líder”.

 

-Eh?, quie..*paf!*- el chico sale disparado contra una pared de una patada que lo deja en el suelo tratando de asimilar que pasó.

 

Los demás se mueven rápido e intentan levantar a su amigo, mientras que Klamendor en el suelo mira un poco hacia arriba esperando ver el rostro de su “salvador”, siendo obstruido por los rayos del sol.

 

-Quien…ah, quien está ahí?-  preguntaba el pobre de Klamen tratando de levantarse.

 

-Descansa, yo me encargo- decía con una voz femenina mientras que se dirigía al grupo.

 

-¡Qué demonios!- decía el líder mientras se levantaba para devolverle el favor al que le golpeó.

 

En ese momento Klamen ve como rápidamente  rodean a la elfa de blancos cabellos, pero la chica les hacía frente para defenderlo, un espectáculo de puñetazos bien dados por parte de ella se ve hasta que la logran agarrar.

 

-¡Ya la tenemos!-Exclamaba uno de los brabucones cansado por la pelea.

 

Klamendor sin quedarse atrás se levanta y la ayuda tirando al elfo que la tenía, ahora trabajando en equipo para enfrentarlos.

 

-¡Mierda, venga nos largamos de aquí!- decía el líder con miedo.

 

-¡Imbeciles!- Klamen intentaba perseguirlos, pero es detenido por la chica.

 

-Ya suficiente, les hemos dado una buena- decía ella sonriéndole un poco.

 

-Querras decir tú…¿Quién eres, por qué me ayudaste?-dice él.

 

-Oyee, ¿¿y el gracias por salvarme??- dice la chica cruzándose de brazos.

 

-Yo hubiera podido con ellos…-  dice él quitándose el polvo de la ropa.

 

-Claaaro, y por eso estabas en el suelo ¿no?- dice ella con cierta ironía entre risas.

 

-¡Calla, me atacaron entre cuatro no es nada justo!- dice él tratando de excusarse.

 

-Ya ya, *ríe un poco* ¿Cómo te llamas?- Pregunta la chica

 

-Klamendor…Klamendor Daal’inar, gracias supongo.. ya sabes, por venir- Contesta, ya un poco más tranquilo.

 

-No agradezcas*le sonríe y le golpea el hombro amistosamente* Klamendor eh, yo soy Lirya, un gusto-

 

-Igual- Klamendor contesta sonriente.

 

-¿Sabes?, te queda mejor Klamen, te diré así de ahora en adelante-

 

-Claro- concluye él

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Y asi el joven Klamendor conoció a su primer gran amiga, Lirya era un poco mayor que él, pero se entendían bien. Al cabo de unos años ella ya era instruida para ser forestal, lo cual despertó en Klamen cierta curiosidad, por lo que decidio hablar con Lauren a cerca de eso. Klamendor nunca había mostrado interés alguno por lo militar, ni había tocado una espada o arco en su vida, pero si quería ser parte de los forestales debía ser entrenado pronto, cosa que Lauren facilitó al joven elfo, él dio su firma y recomendación para que entrenara junto con su maestro, cosa que no fue fácil de conseguir, pero era un Daal’inar… ser forestal corría por sus venas, por lo que fue aceptado en poco tiempo.

 

El entrenamiento era duro, pero efectivo . . . pronto el joven indefenso que era Klamendor se convertiría en un fuerte miembro de las filas de Quel’thalas, su destreza con el arco dejaba un poco que desear, no era lo más preciso que había pero con su espada lo compensaba, rápidamente fue ganando una buena maestría en el combate cuerpo a cuerpo, por lo que debía trabajar un poco más en el arco si quería ser aceptado. Cosa que logro con esfuerzo y dedicación, sin embargo Klamendor aún era muy joven, su fortaleza no era tan apreciada en los forestales, por lo que se sentía desanimado. A pesar de eso llegó el día, iría en una misión con Lauren, al fin saldría a la acción verdadera que tanto ansiaba. . . pero lo que encontró allí no fue lo que esperaba.

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Los  cadáveres de sus compatriotas forestales, algunos decapitados, otros cercenados hasta la muerte, poquísimos eran los sobrevivientes y aún más pocos eran los que hablaban, pero el que hablo dijo algo que hizo recorrer un escalofrío por todos los forestales.

 

-E..Es..Una em..emboscada… Ya..vienen- El elfo moribundo y sangrando hablaba entre balbuceos, pero se oía bien lo que dijo.

 

-Forestales! Formación 4 ya!- Se escuchaba la orden del capitán de escuadrón.

 

Lamentablemente ese día eran pocos los del escuadrón, no se esperaban lo que venía.

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De repente un buen grupo de trols Amani se enfrentaban ferozmente a los elfos que bien organizados se defendían como podían, pero no era suficiente . . . Klamendor en el fervor de la batalla combatía junto a Lauren protegiéndose el uno al otro, ellos dos junto con otros 5 se defendían ante el ataque trol. Lauren se aleja un poco sin notarlo entre que era atacado por tres trols y no es asistido como se debería, Klamendor al notarlo ataca con más furia tratando de alcanzar a su hermano, pero ya era tarde habían atravezado a Lauren con una lanza en el abdomen.

 

-¡¡¡Noooooooooo!!!, ¡!Hermano!!-Grita con furia y tristeza dejándose llevar tratando de alcanzarlo

 

-¡¡Recluta dos no se aleje!!-Ordena el jefe de escuadron.

 

-¡Pero Lauren..!-Contesta Klamen siendo callado.

 

-¡Ya ha muerto!, ¡¡¡Retirada!!!- Por miedo o cobardía el jefe de escuadrón ordena la retirada dejando a 3 de sus hombres atrás junto con Klamendor.

 

-¡Demonios!, ¡Aaaagh!-Carga sin dudar contra los trols que tienen a Lauren matando a 2 en el proceso.

 

Klamendor trata de quitar la lanza del cuerpo de su “hermano” pero éste dice algo antes.

 

-Aaagh, no Klamen ya es tarde para mí, no hagas que tu madre llore por los dos-Contesta como puede a su “hermano menor”.

 

-Hermano, no, ¡no te mueras! ¡te sacaré de aquí como sea!- Desesperado trata de levantar a Lauren

 

-P..por favor, vete- Lauren dice sus últimas palabras intentando salvar el futuro de su sobrino

 

-Lauren…!Lauren!, no.. ¡¡Nooo!!-En un último grito de dolor hace honor a su hermano tratando de matar a sus asesinos, pero un elfo no puede hacer nada contra un grupo de seis trols.

 

Klamendor cae de rodillas al suelo después de un gran tajo en su espalda, el trol que asesta el golpe final se toma su tiempo para tomar a Klamen  de la cabellera, pues éste iba a decapitarlo.

 

-Este es el final, asi moriré- Pensaba Klamendor, cuando de repente una flecha atraviesa el cráneo de su captor, desplomándose en el suelo y Klamen cayendo finalmente preguntándose que habrá pasado.

 

-¡¡Klamen!!- se oía una voz familiar, mientras que también se podían escuchar los gritos de dolor de varios trols.

 

-A..Alguien dijo mi nombre…-Pensaba el agotado Klamendor, al oir ese grito abre lentamente los ojos, su vista borrosa no dejaba ver a quien estaba encima suyo ahora pero poco a poco se aclaraba la imagen.

 

-¡Despierta por favor!- Era nada más y nada menos que Lirya, salvándolo una vez más junto con el tercer grupo de reconocimiento.

 

-Li…Lirya… ¿E..Eres tú?- Decía con vos baja y temblorosa, había perdido mucha sangre.

 

-Sí… tranquilo, te curaremos, e… ¡estaras bien Klamen!- Decía la asustada Lirya entre lágrimas.

 

-O..otra vez, me s..salvas. Li…- Dejando escapar un suspiro y cerrando sus ojos, Klamen a simple vista parecía muerto, pero estaba inconsciente.

 

-No, ¡no mueras!, hay tanto que quiero decirte, no…  ¡Aaaaagh!-La elfa de blancos cabellos recayendo en el pecho de Klamendor lloraba desesperada por su supuesta muerte.

 

-¡Busquen supervivientes y traiganlos!- Ordenaba el jefe del escuadrón tres.

 

-Lirya levanta, déjame ver su pulso- Decía una quel’dorei con cierta habilidad médica.

 

-Sí, está vivo, llévenselo con los demás- Lirya al escuchar esas palabras lo lleva rápidamente para poder sanarlo, su estado era delicado pero  Klamendor pudo salvarse ese día, tuvo un gran golpe de suerte que no olvidaría, pero también sufrió una  gran pérdida, tal como su padre Lauren cayó  en nombre de Quel’thalas y su muerte, como la de los demás quel’doreis, fue honrada entre los miembros de los forestales.

 

Unos días después Klamendor despierta en cama, lo que fue una simple escaramuza para los demás, fue el infierno para él . . . esa no era la vida que quería vivir, y haría algo al respecto. Luego de vestirse baja las escaleras de su habitación cuidadosamente, y antes de que se diera cuenta ya lo estaban “atacando”.

 

-¡Klamen!- Lirya salta a abrazarlo- Que bien que estés mejor.

 

-No si sigues apretando tanto-dice él entre risas.

 

Ella sin embargo no deja de abrazarlo, esto extrañaba al joven elfo.

 

-Oye, ¿estás bien?- dice Klamendor.

 

-Sentí tanto miedo… tenía miedo de que murieras…tenía miedo…de perderte- Una lagrima cae de su ojo.

 

Klamendor la abraza también- Tranquila, sé que fue duro, pero ya estoy aquí… a tu lado-

 

En ese momento Lirya lo besa dejando en claro sus sentimientos por él.

 

-Y yo nunca me separaré del tuyo- Dice ella en una pausa- Te amo.

 

Ambos terminan besándose, para Klamendor ese momento fue el que despejó sus dudas acerca de lo que sentía por ella, la amaba pero no sabía que hacer ahora, ser forestal era el sueño de Lirya, ¿seguir como forestal para poder protegerse el uno al otro? O dejar eso atrás y esperar cada día por ella hasta que la matasen. . . la respuesta estaba clara, lo haría todo por ella.

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Pasaron años, todo seguía su curso, la paz que Quel’thalas gozaba era sublime, pero por desgracia todo tiene un final. Aquello que venía a atormentar a los altos elfos era la plaga de no-muertos de Arthas el príncipe traidor, con su gran legión de no-muertos arrasaba todo a su paso, poco podían hacer los quel’doreis que aun aguantaban contra aquella plaga, entre ellos Klamendor y Lirya guíando a los que pudieran para que huyeran seguros.

 

-¡Klamen, allá!- Lirya señalaba a un par de no-muertos que venían a por los demás.

 

-Demonios..!Lirya cúbreme con el arco!- Klamendor en un intento por ayudar a su gente se lanza para mantener a raya a los no-muertos junto con otros quel’doreis.

 

La batalla no iba nada bien, los elfos morían, incluso el líder de los altos elfos ya lo había hecho. Habían perdido toda esperanza de salvar su ciudad, pero ya era tarde para huir… el grupo de Klamendor se veía rodeado de no-muertos, aun asi se mantenían fuertes ante tal amenaza. Sin embargo Lirya corría peligro, una gran abominación logró colarse por una casa alcanzando a la quel’dorei, ella con gran valentía enfrentaba al monstruo tratando de distraerlo del grupo, pero era muy grande para solo un elfo.

 

-Li.. Aaagh*da un tajo mortal a un muerto* ¡Lirya, huye!.. Hgaa*otro espadazo*- Klamendor tratando de advertir a su amada mientras peleaba.

 

Sin embargo Lirya sabía que si hacía eso la abominación iría a por él y los demás, por lo que siguió haciéndole frente por un tiempo, hasta que la derribó.

 

-¡Lirya!-grita entre espadazos tratando de avanzar hacia ella, olvidándose de sus compañeros.

 

-¡¡Aaaagh!!-corta todo los muertos que puede desesperadamente para llegar a ella, pues la abominación está alzando su arma hacia Lirya.

 

En ese momento Klamendor estaba siendo muy lastimado, pero no importaba, si no hacía algo la mataría ese monstruo, por lo que rápidamente salta hacia el mismo.

 

-¡¡Muere engendro!!- Clavando su espada en el cráneo de la abominación-¡Aaaaagh!- separando su cabeza de su cuerpo de un tajo muy forzado.

 

El monstruo cae al suelo dejando un líquido violeta en el suelo.

 

-¡Lirya huyamos, ya no queda nada por lo que pelear!- dice Klamendor extendiendo su mano para levantarla

 

Ella viendo a todos morir y como rápidamente caía la ciudad en la que paso toda su vida y la ciudad que defendió no tuvo otra opción que huir para seguir viva, así como Klamendor. Ambos escaparon por el bosque, con algo de suerte encontraron a otro grupo de sobrevivientes, un día muy oscuro para los altos elfos que caminaban en silencio hacia su incierto destino.

 

Despues de días caminando por las montañas, el grupo llegó a un risco el cual debían cruzar para llegar a la Avanzada Quel’danil, cuidadosamente cruzaron por el estrecho camino que les ofrecía el risco, Klamendor sin embargo estaba algo distraído, sentía culpa por aquellos a los que abandono a su suerte para salvar a Lirya. Quizá por afán del destino, él dio un paso en un punto del risco que era frágil, el pequeño trozo de suelo se desmoronó, tirando a Klamendor por falta de equilibrio, sin embargo él aún se aferraba al risco con su mano derecha.

 

-¡Aagh!- Sentía como los dedos poco a poco le resbalaban, el suelo era un tanto húmedo por lo cual no duraría mucho.

 

-¡Klamen!- gritaba Lirya ofreciéndole su brazo- ¡Toma mi mano!- los demás elfos se ofrecieron a sostener a la joven para evitar que ambos sucumbieran a la caída.

 

Klamendor en un movimiento rápido alcanza a Lirya con su otra mano, pero la mano que sostenía el suelo hizo que también se desmoronara este trozo, poco a poco subían a Klamen, pero sus manos se resbalaban por la lluvia que hace minutos azotaba a la montaña.

 

-Lirya no podré- Klamendor notaba como el suelo que pisaba ella también se iba desmoronando- Sueltame-

 

-¡No!, ¡moriras!- Lirya observaba como se resbalaban sus manos, ya casi sucumbía a la caída-

 

-Tranquila, volveré a por ti, te lo juro- Aunque sabía que no lo haría, tuvo que calmarla de algún modo-

 

Lirya al darse cuenta de la situación con un brazo coge su collar y lo arranca de su cuello, entregándoselo como una promesa de que volverían a estar juntos- Por favor… vuelve- Sus manos finalmente dejan de sostenerse-¡¡Klamen!!-grita su nombre por ultima vez. Klamendor  cae viendo a su amada a los ojos y colocándose  el collar en el cuello.Cuando finalmente la caída llega a su punto de meta, cae al fondo de un arroyo, en parte el agua amortigua su caída dejándolo consciente por cierto tiempo, pero al ser llevado por la corriente con tal fuerza se golpea la cabeza con una roca de tamaño considerable, dejando  su inconsciente cuerpo a merced de la corriente.

 

Parecía que el futuro del joven elfo acabaría allí, en el mar flotando boca arriba cual cadáver . . . pero nuevamente, quizá por afán de la suerte o el destino, no fue así.

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-¡¡Hombre al agua!!- se oía un hombre de gruesa voz alertando a su tripulación.

 

Pronto al Quel’dorei lo subieron al barco, aunque seguía inconsciente eso no duraría  mucho. La Capitán sale de su camarote para revisar que sucede con su tripulación. Ella es una mujer de  cabellos rojizos, piel blanca y buen cuerpo con porte fuerte.

 

-¡¿Qué está pasando ahora?!, ¡sigan con su labor hombres!-Imponiendo autoridad entre aquellos que rodean al elfo.

 

-Mi Capitán disculpe la molestia, hemos encontrado a un náufrago proveniente de estribor- decía el segundo al mando.

 

-¡¿Qué?! Un náufrago por estos mares… ¿Y que hay con él?- preguntando intrigada.

 

-¡Es un elfo!- contesta extrañado un hombre que ayudaba  a subirlo.

 

-Que estará haciendo un elfo por aquí… ¡Despertadlo!, quiero respuestas- Ordena La Capitán.

 

A Klamendor lo despiertan de manera bruta, como es de esperarse de este tipo de gente.

 

-¡Cof, cof!*tose* ¡Qué demo!.. ¿dónde estoy?-Dice el joven elfo espabilando.

 

-Aquí las preguntas las hago yo extranjero… Bien, empecemos por tu nombre- Se acerca algo intimidante al elfo, mirándolo a sus azules ojos.

 

-¿M..mi nombre?... no lo sé…-Intentando recordar sin éxito, al parecer ese golpe dejó algo más que un dolor de cabeza.

 

-Que no lo sabes… ahá..!Regresadlo al mar!- Indignada por su respuesta La Capitán presiona al elfo.

 

-¡Oye, espera!-Contesta alarmado Klamendor.

 

-Hm, ¿acaso ya recuerdas tu maldito nombre?- Esperando por la respuesta del elfo.

 

-. . . .- él deja un silencio meditando.

 

-Ya veo, entonces no hay nada más que hablar- Le da la espalda.

 

-Kla..-Por alguna razón recuerda un grito- ¡Klamen!.... ¡Klamendor Daal’inar!- Luego recuerda su nombre completo.

 

La Capitán se da vuelta- Ves, no era tan difícil*se acerca* ¿Y bien, nada más?-Esperando respuestas.

 

-No, no recuerdo nada…-Atormentado por sus pensamientos sin sentido mira al suelo sin  poder darle respuestas a su captor.

 

-Hmm…- se queda mirándolo un  tiempo, notando un fuerte físico por parte del elfo- De algo servirás supongo. Maestre Hansel dadle lo básico para trabajar, y elfo…-Lo mira de nuevo.

 

Klamendor la mira esperando que hable.

 

-No cuestiones mis órdenes y seguirás vivo- se da vuelta y se dirige a su camarote con una sonrisa en su rostro.

 

-Vale, levanta el culo compadre… te queda un largo día de trabajo- Le decía el tal Hansel

 

Y a partir de entonces el joven elfo era parte de la tripulación, si bien era un trabajo duro el que hacía por alguna razón era lo que disfrutaba, el navegar por los mares era posiblemente uno de sus anhelos antes de perder la memoria, tantas cosas había olvidado y tantas pocas pudo recordar, lo más intrigante fue su collar que por algún motivo lo seguía llevando, él sólo sentía que era importante y que debía llevarlo con él. No se llevaba muy bien con los miembros de la tripulación los cuales eran la mayoría ladrones, estafadores, o mercenarios que por algún motivo no lo miraban con buenos ojos, con quien si se llevaba bien era con Hansel el segundo al mando.

 

Los días pasaron, no habían hecho nada de mucha importancia era una embarcación de esas ilegales, hacían contrabando, tráfico de armas, etcétera. Pero nada como el premio gordo del que hablaba Hansel que cada vez se acercaba más. Un día fueron a parar a un puerto por alguna razón…

 

-Chico, ¿ves ese barco de allí?- señalaba Hansel

 

-¿Ese? Si lo he visto un par de veces… ¿Qué tiene de especial?- preguntaba intrigado el elfo.

 

-Bueno, el barco nada en especial, pero lo que contiene… es artesanía de gran calidad, llevamos siguiéndolo por un tiempo, pronto llegará el momento de saquear- miraba con codicia el barco, aquello que le tenían planeado no era nada bueno.

 

-Ya veo supongo que habrá que pelear- dice Klamendor.

 

-¿Sabes usarla?-Han le alcanza una espada.

 

-E..eso creo- dice el elfo inseguro.

 

-Bueno espero que sepas que hacer cuando llegue  el momento- después de darle la espalda se retira.

 

-Descuida-Klamendor enfunda la espada y se retira también.

 

Aquella noche fue de las más tensas para él, pensaba en que pasaría y el peligro que afrontaban, pero sobre todo ¿sería capaz de empuñar el espadón que Han le había obsequiado? Mañana lo averiguaría.

 

Despertaron a primera hora de la mañana, todo pasó quizás demasiado rápido y antes de notarlo los demás y Klamendor ya estaban zarpando, tenían que seguirle el paso o tendrían que esperar aún más y esa no era una idea que a la capitana le agradara. El clima no era algo que ayudara del todo, llovía y no poco las nubes tan negras como el carbón y las olas azotaban a ambos barcos, poco a poco la batalla se acercaba.

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-¡¡Preparaos para abordar!!- Gritaba el segundo al mando siguiendo las órdenes de la capitana.

 

Rápidamente Klamendor se pone en posición de abordaje junto a los demas, esperando así el momento para asaltar.

 

-¡¡Listos… Ya!!- Los barcos casi pegados y aguantando dicha marea, el momento  perfecto para abordar.

 

Varios hombres saltan hacia el barco enemigo, preparando sus espadas se enfrentan a la guardia contratada que presentaba el barco, aquella era una escena que Klamendor ya había vivido, de algún modo que no sabe explicar se movía como si siguiera un patrón especifico y efectivo por lo que se veía.

 

-¡Demonios el chico sabe lo que hace!-Exclamaba Hansel hacia su capitán.

 

-Así parece- Contestaba  esta con cierta sonrisa.

 

Disparos y espadazos se escuchaban en el fervor de la batalla, ambos bandos estaban parejos sin embargo se veían superados los del barco enemigo, Klamendor seguía con el mismo ritmo parecía tener un porte de esgrima tal que no dejaba tregua a su contrincante. Cuando la batalla dió su punto final varios de los guardias se habían rendido ante la fuerza pirata que los embestía dejando así a la tripulación pase libre al saqueo.

 

¡Se arrepentirán! ¡Ya nos las veremos de nuevo! ¡Esto no acabará aquí! Varios decían mientras veían como se llevaban dicho botín de su barco. Sin embargo no todo quedo ahí, la capitana quizá se excedió pero decidió llevarse prisioneros, cosa que a Klamendor no le agradó demasiado.

 

-¡Capitán son solo personas con un trabajo y familia! ¿por qué no las dejamos ir?- Exclamaba indignado por la situación ya que no era necesario.

 

A lo que la capitán responde- ¡Así es la vida del pirata elfo, si no estás dispuesto a ensuciarte las manos no la lleves!-Dando por terminada la discusión.

 

-Bien, así será*murmura para sí mismo Klamendor*-

 

Aquella noche mientras todos celebraban con cerveza y disparos, el joven elfo tenía otros planes aquel día de batalla y saqueo sería el último para él en aquella tripulación pirata, sin que nadie se diera cuenta tomó prestado el bote y lo hizo zarpar hacia donde el destino le llevase, esa habrá sido la noche en que más se sintió libre de su olvidada vida. Varios días habían pasado, con la poca provisión que tenía no duraría mucho más, pero nuevamente un golpe de suerte le salvaría la vida aquella embarcación que se veía en el horizonte era ni más ni menos que una embarcación imperial, por suerte para él decidieron llevárselo rescatándolo de su naufragio.

 

-¿Dígame que hacía un elfo como usted en alta mar?- Preguntaba el bucanero curioso.

 

-No mucho, tratando de ir a mejores tierras- Contestaba el joven elfo.

 

-Ya veo, bueno tuvo suerte de acabar aquí, iremos a Ventormenta- Decía  el bucanero

 

-Ventormenta eh, tiene buen nombre,  ¿y que se supone que es para ustedes humanos?-Decía el intrigado Klamendor.

 

-Vaya, usted estuvo muy alejado de la sociedad elfo, es la capital del imperio humano- Contestaba  el bucanero.

 

-Entonces será interesante ir allí- Decía el elfo mirando a su futuro destino.

 

Y así el joven elfo proveniente de la caída Quel’thalas arribó en tierras humanas, su travesía estuvo llena de complicaciones, sin embargo aún le esperan más. Luego de asaltar el barco de artesanías a Klamendor se le repartió su parte de lo ganado, por lo que sus inicios en las tierras humanas no se vieron tan ajetreados, al joven Klamen aún le espera un largo camino y su memoria deberá darle algún indicio de ésta búsqueda por conocerse y desenterrar las partes del rompecabezas.

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Contratos de Cazarrecompenzas

Spoiler

Los Hermanos Weeler

Aquella tarde lluviosa en Elwyn veía el pasar de un elfo que caminaba tranquilamente con un joven humano por las calles de Villadorada. Allí donde se detuvieron, la cazona cerca de un roble quemado desde la pasada guerra gnoll, albergaba a un posible cliente. La figura de un anciano atormentado por la muerte de su hija que tenía el consuelo de hallarse en frente de unos Cazarrecompenzas que podrían darle la venganza que tanto ansiaba.
  Los hermanos Weeler les llamaban, un grupo de tres que poco tenían de especial pero que por algún motivo se habían salido con la suya por tanto tiempo, tanto así que se habían ganado su mala fama de maleantes y ladrones...pero no solo eso, se sabía que eran culpables de contrabando, violacion, y un caso de asesinato. El de la hija de éste buen señor que le habían arrebatado lo unico bueno que creó.

-Treinta cobres por cabeza- dijo el anciano.

-Que así sea-dijo el elfo que, acompañado de un paramoniense llamado José, emprendió la caza de estos mal vivientes.

El resto es historia...así como los Hermanos Weeler, conformado por Jefrey Hugh Weeler y sus hermanos German y Manuel Weeler.

 Participantes:

  • José Leone @Sonico (AtaqueCC+Advertir/Notar+Defenza+Rastrear)
  • Klamendor Daal'inar @Neorexx (AtaqueCC+Defenza+Rastrear+Advertir/Notar)
  • Margot Tanner @Nuvalia (AtaqueDC+Curación)

 Recompenzas:
  - 48 cobres para Klamedor por llevar botin util al cliente.
  - 30 cobres para José.
  - Deuda de 5 platas por parte de Jeffrey Hugh Weeler al hospital de Villadorada

 Duración:
  5 horas(aproximadamente)

 

Editado por neorexx

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