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Vengerberg

Ulric Keel

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  • Nombre: Ulric Sigwald Keel
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 20
  • Altura: 1,71
  • Peso: 68
  • Lugar de Nacimiento: Una aldea pequeña y sin importancia de Lordaeron
  • Ocupación: Desempleado

 

Descripción física:

De estatura media, lo más destacable de su complexión son sus anchos hombros. A pesar de no tener una musculatura marcada, ha adquirido algo de fuerza trabajando como leñador durante los últimos años. Sus manos están llenas de callos, salvo eso no se aprecian cicatrices más allá de alguna pequeña marca, fruto de una herida de la infancia. Aunque es delgado, la percepción habitual que se tiene de él es la de un joven esbelto.

Su tono de piel es el similar al de los ventormentinos, herencia de su padre. Sus ojos castaños observan el mundo con curiosidad innata, fijándose en cuantos detalles llamen su atención. Desde que llegó a Villadorada, mantiene su oscura cabellera negra corta y se afeita regularmente. Con todo, las mozas dirían que tiene una belleza peculiar. En el buen sentido.

Acostumbra a vestir con camisas y pantalones que lo identifican como un simple plebeyo, pero de buen ver. Procura cuidar su aspecto físico de forma modesta, a excepción de en las grandes ocasiones. No suele portar armas vestido de calle, únicamente cuando sabe que caminará por barrios peligrosos.

 

 

Descripción psíquica:

Siempre ha sido un cobarde y ha temido los enfrentamientos y conflictos. Llegado el momento decisivo, es fácil que su espíritu flaquee y ceda ante el miedo. Puede quedarse quieto en mitad de una batalla, o tener una actitud muy defensiva para salvar su propia vida, o en casos extremos, huir y abandonar a sus acompañantes.
Por otro lado, puede tener una inquebrantable determinación que escasas veces deja mostrar. Cuando esto ocurre, el miedo desaparece, camina con decisión y no flaquea en su hacer. Quizá su inexperiencia le haga actuar de forma temeraria. Sin embargo, no tiene control sobre esto, pero es fácil que le suceda cuando piense de forma optimista, o cuando las cosas a su alrededor vayan bien, cuando se siente seguro.

Es tenaz, pero cobarde. Firme cuando sabe que el destino va a su favor, pero débil cuando siente la derrota cercana. Así ha sido la mitad de su vida, indefenso ante las hordas de no muertos, ante los malhechores y ante cualquier ser autoritario. Es una persona indecisa, no tiene referencias en la vida porque siempre han decidido todo por él.

Nunca ha tenido contacto con gente de la alta sociedad, como nobles o burgueses, y tiene su estilo de vida idealizado. Aunque no es un hombre de caprichos, aprecia ir bien vestido y poder pagar buenas comidas en tabernas de vez en cuando. También procura mantenerse limpio, al igual que sus propiedades.
Por sus humildes orígenes, tiene una educación muy básica y unos preceptos de la Luz bien inculcados. Su fe se ha resentido, al ver que ni los grandes paladines pudieron evitar la caída de Lordaeron, o que existen lugares malditos como el Bosque del Ocaso, por nombrar unos ejemplos; no obstante, no concibe ninguna otra religión aparte de ésta, y sigue confiando en los siervos de la Iglesia.

Aún recuerda con tristeza su infancia, interrumpida bruscamente por la Tercera Guerra. La presencia de la no muerte le desestabiliza. Las amistades pérdidas le suponen aún una carga, pero trata de mantenerse extrovertido con gente nueva a la que conozca.
Puede parecer inocente, pero sabe perfectamente que la bondad no es común en estos tiempos. Procura que sus palabras sean las justas con los desconocidos, y limita su contacto con quienes le desagradan, pero realmente no es complicado ganarse su confianza y su plena lealtad.

 

 

 

Historia

 

Ulric nació en tiempos de paz, en una modesta aldea del este de Lordaeron. Su padre, Steven Keel, era oriundo de Ventormenta, pero la Primera Guerra le obligó a huir de su país. En su familia todos habían sido labriegos, pero los tiempos que le tocaron vivir le forzaron a alistarse como soldado raso en la Segunda Guerra, al cumplir la mayoría de edad. En sus viajes para defender Lordaeron de la Horda conoció a varias mujeres. Una de ellas, Sissi, se quedó encinta tras su encuentro con Steven, y tuvo la fortuna de conocer a Redd, hermano de Steven y ajeno a la lucha. Le ofreció cobijo en su casa a cambio de traer a Steven con ella, si vivía al acabar la guerra.
Dicho y hecho, Redd logró contactar con Steven y atraerle al pueblo de Sissi. Al llegar, descubrió a su hija recién nacida, a la que la madre había llamado Gisela. Aunque estuvo tentado de huir, decidió asentarse en aquella población. Steven y Sissi se casaron, y el padre empezó a cultivar las tierras de la familia de Sissi, aunque desistió cuando vió que el puesto de guardia cercano ofrecía mejor salario para mantener una familia. Con la experiencia del combate reciente, aunque escasa, pues Steven nunca destacó por su valor en batalla. Un niño nació poco después, cuando ya estaban bien asentados. Sus nombres fueron Ulric por parte de madre, y Sigwald por parte de padre. Aunque todos acababan llamándole Ulric
Sissi se encargó de que sus tierras ofrecieran ingresos, y contrató de jornaleros a Redd, que también formó a su familia allí, su cuñado y un alto elfo que también vivía allí con su compañera y su hijo, según él porque Lordaeron era un lugar apacible. Cual fuese su razón para abandonar Quel’Thalas, no supuso nunca un problema para su jefa o sus vecinos. Ulric pasó su infancia con el hijo del elfo, Zaelath, su primo, Jace, y el resto de niños de la aldea. Todos acudían a la misma escuela, dirigida por un sacerdote de la Luz, y jugaban por las llanuras bien vigiladas de la zona.

 

A los 10 años de Ulric, la Plaga apareció en Lordaeron. La pequeña aldea que era su hogar podía abastecerse a sí misma de grano, así que la enfermedad no se extendió. Como estaban en el camino a Stratholme, vieron pasar a la caballería del ejército que dirigía el príncipe Arthas, pero no imaginaban las historias que contarían los caballeros que regresaban de la gran ciudad. El recién nombrado paladín Othmar Hartford recorrió las aldeas colindantes con una pequeña compañía con el propósito de proteger a los civiles de los no muertos que vagaban ahora por las tierras del este.
Cuando la guerra se tornó oscura para la humanidad, Othmar estuvo preparado y ordenó la evacuación completa de las aldeas que estuvo vigilando. Había preparado planes para atravesar las montañas y alcanzar Andorhal sin cruzarse con grandes masas de muertos vivientes. En aquella ciudad invadida, algunos altos mandos del ejército tomaron sus tropas y acabaron con el control del paladín sobre su grupo. Los civiles quedaron divididos según los comandantes quisieron, y así separaron a la familia de Steven de Redd y sus vecinos.
Ulric perdió de vista a varios de sus amigos para siempre. Steven quedó bajo el servicio de un comandante que abandonó el combate y llevó a los civiles a Costasur, para luego continuar hacia el oeste, a los bosques de Argénteos. Sissi y sus hijos pasaron meses en Costasur sin saber nada de Steven. Pero esté regresó, junto a un pequeño grupo de los suyos. Según ellos, el Comandante ordenó la retirada, y nadie más llegó tan lejos como Steven y sus camaradas. El padre de familia regresó con un plan claro: refugiarse en Stromgarde. No hubo objeciones.

 

Una ardua travesía por las estepas de Arathi acabó en la ciudad de Strom, una sombra de lo que una vez fue. La familia lo había perdido todo, pero al menos en Strom hallaron refugio. Steven se alistó como guardia de la ciudad, aparentando ser un simple jornalero, Sissi y Gisela empezaron a trabajar de camarera en la mejor taberna que pudieron encontrar. Y Ulric tardó mucho en conseguir un empleo que le aceptase. No sabía hacer nada, solo correr de no muertos. Ni siquiera le aceptarían como camarero en una taberna. Su padre finalmente le consiguió un puesto como ayudante de leñador. Al carecer de fuerza para cortar árboles y leña, de momento podría conformarse con eso.
Con el paso de los años, su situación económica no mejoraba. Strom no era un reino rico, su trabajo no sería verdaderamente recompensado. Steven, siempre atento a las oportunidades, consiguió pagar unos pases muy baratos en un barco mercante con destino a Ventormenta, la capital del nuevo imperio humano. Ulric se despidió de sus amistades en Strom y se preparó para embarcar, emocionado por ir a Ventormenta. Sabía de sobra que ese reino era el origen de su padre.
Lo extraño es que Steven no embarcó con ellos. Les dio direcciones para encontrar la Vega del Este, en Elwynn, pues había contactado con gente allí, parientes lejanos, para ofrecerles un hogar. Y por último, juró mil veces antes de la partida del barco que se encontrarían allí. Con esta angustia, Ulric, su madre y su hermana partieron en barco hacia el sur. No entendían por qué Steven no podía ir junto a ellos.

 

La ciudad de Ventormenta maravilló a la familia, era como regresar a la gloria de la humanidad, antes de la Tercera Guerra. Pero no se detuvieron, ansiaban llegar a algún lugar que pudieran llamar “hogar”. Atravesaron el bosque y llegaron a una aldea cercana al Aserradero de la Vega del Este. Conocieron a sus supuestos parientes, pero no había ni rastro de Steven. Aún con la incertidumbre, Sissi se quedó allí, y Ulric aprovechó para continuar su trabajo de leñador aprendiz.
Ya no era un novato, y sabía usar bien un hacha, pero eso no le protegió de la Guerra Gnoll que se desató en Elwynn. De nuevo, era un refugiado. Ésta vez, podría haber luchado contra los herejes gnolls, pero no lo hizo. De nuevo, huyó del conflicto. Esto marcó a Ulric, se dio cuenta de que no podía seguir viviendo de esa forma.
Tenía en la memoria a su padre, que fue soldado y siempre sobrevivió. Aún después de varios años, no había vuelto a verlo. Cada día perdía las esperanzas de que se reencontrasen. Pero a pesar de ello, decidió honrar su memoria. Le invadió un coraje repentino y decidió empezar a entrenarse para luchar, y que algún día pudiese defender a su familia, al imperio, a la humanidad.
Con todo el dinero que su familia de Elwynn y su madre recaudaron, compraron unas pequeñas casas cerca de Villadorada. Era lo más barato que pudieron encontrar, pero estarían juntos, y cerca de una villa importante. Ulric no se detuvo y empezó a explorar Villadorada en busca de un futuro digno.

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