La selección.

[Elireth 236]

La selección.

 

 

El sonido de la carreta contra el suelo era bastante distintivo, iba rapido, no parecia llevar el ritmo necesario para detenerse a tiempo. La puertezuela del vehiculo se abrio de pronto, Dicea desvió la mirada en dirección aquel suceso extraño mientras caminaba tranquilamente por el pasto de Astranaar. Una hermana de aspecto severo extendio su brazo a la distancia, calculado de alguna manera del momento del encuentro. Dicea alzó una ceja, confundida, pero apenas tenia unos segundos para reaccionar. Las unicas palabras fueron "sube, y encaminate a tu tan solado destino". Quiza por mero reflejo o quiza por haber entendido de manera inconsiente esas palabras, la veterana Kaldorei extendio su brazo y se aferro al de aquella que viajaba la carreta, impulsandose y subiendo abordo. Pronto se sento en la silla, algo aturdida y tratando de comprender lo que pasaba, miraba a la "anfitriona" esperando de algun modo, explicasiones. No hubo ninguna en ese momento, pero Dicea pronto dedujo gracias una idea fugaz en su cabeza que podria tratarse de aquello que por tanto tiempo habia estado buscando - ¿Asi es como seleccionan a sus iniciadas? - preguntó de manera escueta, algo intimidada por la apariencia de la compañera que sin duda parecia tener milenios de experiencia a sus espaldas. Su mira era intensa, analitica, indescifrable. Dicea era nadie ante ella y ya sea adrede o no, lo hacia notar con mucha facilidad - Tenemos muchas formas - respondió escuetamente. Las miradas se mantuvieron durante unos instantes, no hubo más palabras. La Kaldorei entonces se inclino al frente, para colocar un trozo de tela negro sobre los ojos de la Kaldorei que algo tensa no puso ninguna objeción al acto.

Ahora Dicea estaba en la oscuridad y por su cabeza pasaban muchas cosas, habia una inseguridad intrinseca en el desconocimiento de lo que le esperaba cuando esa tela descubriera sus ojos. ¿Que pruebas le esperaban?, ¿acaso estaba lista siquiera para enfrentarlas?, todo eso sucedia en el más incomodo de los silencios. Solo sabia que hacia mucho habia salido de la ciudad y viaja a lo profundo del bosque, pues los sonidos habian cambiado drasticamente. Pasaria un largo tiempo antes de que el vehiculo finalmente se detuviera por completo. Fuera habia voces, otras jovenes habia venido tambien y otras carretas llegaban a la par. Su anfitriona tomó de la mano a Dicea y la ayudó a bajar para finalmente retirar la tela de sus ojos. Sombralunar intento adaptarse rapidamente al cambio de iluminación, sus ojos sencibles volvian a abrazar los rayos lunares mientras ante ella aparecian las figuras de un grupo numeroso de jovenes y adultas que parecian estar alli con el mismo proposito y frente a todas ellas un enorme arbol. Un grupo de mujeres uniformadas observaban en silencio. La anfitriona entonces dejo frente a cada una un trozo de cuerda. No habia nada más que decir, solo se hizo a un lado y dejó que el resto sucediera solo.

Dicea tomó la cuerda, tomandose su tiempo para acomodarla entre sus piernas y torso cual arnes improvisado, a su lado una joven no sabia ni por donde comenzar. Parecia nerviosa y estos nervios no le dejaban en ningun momento concentrarse adecuadamente en tomar la cuerda de forma apropiada. Dicea, que no parecia tener ningun apuro en competir contra nadie, dedico un momento a explicarle rapidamente como hacerlo y ademas, mostrarle como lo habia hecho, cosa que la joven agradeció sin duda. Casi al instante, una de las participantes salió corriendo al otro lado, queriendo ser la primera y comenzó a escalar. Dicea le siguó y la joven que habia ayudado fue detras. Las diez Kaldoreis comenzaron su escalada a toda marcha, habia buen ritmo y Dicea subia con mucha soltura por el enorme árbol usando la cuerda de forma apropiada para reducir la resistencia. La sorpresa vino cuando uan flecha con punta plana golpeo a una de las competidoras haciendola caer y otras flechas comenzaban a volar cerca del resto. Dicea comenzo a saltar en zic-zac mientras subia, indicandole tambien a la jove que le seguia de cerca. Ambas, al saltar de un lado a otro pudieron "protegerse" mutuamente, lo que finalmente les permitio seguir subiendo sin ningun riesgo. La suerte se acabaria cuando la primera de todas en salir, y la que iba en punta, recibió una flecha que la hizo caer y la cuerda quiza carcomida, no resistió su peso, rompiendose y cayendo a una muerte segura. Dicea, reaccionó más por instinto que por consiencia propia, para interponerse en el camino de la camida de aquella hermana, atrapandola pero perdiendo su propia cuerda. Ambas cayeron, una mano atrapo la de Dicea, la joven de antes la sostuvo y Dicea sostenia a la caida. Con su hombro lastimado retenia a ambas, Dicea con ambas manos ocupadas buscaba la manera de ayudar - ¡ Usa la daga para afianzar ! - gritó y ambas obedecieron, pronto retomaron el árbol y comenzaron a subir a la par las tres, apoyandose mutuamente hasta llegar a  la punta del árbol.

Alli arriba, la luna llena les esperaba en todo su esplendor. Habian llegado arriba solo unas pocas al final de recorrido. Disfrutaron de la vista y del ambiente mientras se presentaban y agradecian mutuamente. El trabajo en equipo habia hecho todo por ellas. Volvieron a bajar poco despues y en el mismo silencio con que las recibieron y las hicieron competir, tambien las despidieron en sus respectivas carretas. El día habia terminado, pero, ¿habia superado la prueba?.

Masteado por Vagabundo.
Duracion: 3 horas.
Participante: Dicea Sombralunar.
Habilidades usadas con exito: Escalar, Reflejos, Atletismo.

[Elireth 236]

Día 30 de la selección:

Los entrenamientos habian sido brutales, cienco concursantes a ser aprendices y ya solo quedaban cincuenta para le medio día. El mes más intenso de toda mi vida y mi vida ya habia sido bastante larga para entonces. Antes de que cante el gallo ya estamos de pie. Me asignaron como una de las lideres de tropa, junto a otras tantas. No era un cargo de ninguna clase, solo teniamos la obligación (supuestamente privilegio) de ser las primeras en levantarnos y hacer que todas las demas se pusieran en pie, acomodaran su ropa y su cama antes de que se presentará la oficial para hacer la revisión. Al inicio era dificil pero con el tiempo la rutina se hizo más llevaderá. Aun recuerdo las primeras diez que con rostro incredulo fueron expulsadas de la selección por reirse cuando la oficial les reclamaba las arrugas en su ropa. NADIE volvió a reirse de nada.

Cada día nuevo era una prueba diferente, hoy podiamos estar en Vallefresno y mañana en Tanaris. Jamás sabiamos donde ibamos a ir o que ibamos hacer, nos mantenian con la incertidumbre y nos obligaban a adaptarnos. Cuando la oficial se presentaba en la habitación todas nos quedabamos como estatuas firmes y con mirada fija. Astra, la celadora encargada de nuestro entrenamiento, caminaba con mirada fija observando hasta el más minusculo detalle mientras con la mano derecha usaba las garras metalicas de su guantelete para hacerla sontar contra sucasco. Nadie sabe por que lo hace, pero, suele hacerlo cuando algo la inquieta y todas se ponen nerviosas cuando algo le inquieta a Astra.

Se detuvo frente a una de las participantes. Una joven cachora, sus marcas eran recientes en el rostro. Astra la señalo con su metalico dedo y su voz aspera salio por la mascara que jamas se habia quitado frente a nosotras o frente a nadie que yo supiera. Entonces, esa voz resono en forma de pregunta - ¿No la ayudaste? - la joven la miró aparentemente sin saber a que se referia en ese momento, ademas tan nerviosa que podiamos verla temblar. De pronto sus ojos se abrieron, dandose cuenta seguramente de a que se referia la oficial - No, mi señora. El objetivo e- ni siquiera pudo termina la frase cuando el dedo de Astra paso a señalar la puerta. Todas miramos incredulas aquello, esa joven habia destacado mucho y la mayoria pensaba que seria la elegida al final. Todo se acabó en un instante, solo por un miserable error. Astra continuo su recorrido y la chica marcho, con las lagrimas en el rostro pero tratando de no entrar en llanto frente a todas. Nadie movió un musculo.

Con un severo grito ordeno que todas subieran arriba, quien llegara de ultima seria eliminada. Yo no escuche el resto, ya estaba subiendo las escaleras para entonces, aprendi que con alguien como ella, lo más sensato era intentar adelantarse a sus ordenes y cumplirlas bien. Llegue pronto arriba y rapidamente iba llegando el resto. Astra a la mitad. Las dos desafortunadas en llegar tras Astra fueron expulsadas de inmediato y sin contemplación alguna. La prueba de ese día seria en Vallefresno.

Por el viaje me di cuenta de una peculiaridad de nuestra "maestra" y es que su metodo de enseñanza jamas dependia de las palabras, pocas veces la escuchabamos hablar y siempre era muy concreta en el uso de las palabras. El ejemplo parecia ser su metodo más efectivo y el castigo inflexible tambien.  No habia lugar para los errores con ella, ni para la debilidad y aparenemente, tampoco para aquello que nos hace seres sintientes. A veces, me pregunto si hay realmente una hermana bajo esa armadura.

Cuando llegamos al lugar se nos presento un escenario conocido, Vallefresno en las cercanias a un lasgo con una isla en su centro. La explicasion fue escueta: Debiamos cruzar el lago, solo habria dos botes dispones a cada lado para una persona cada uno, cruzariamos la isla centra y el lago de nuevo hasta el otro lado para finalmente rodear a trote y volver a comenzar. Parecia facil en las palabras, pero la mayoria no se lo tomó asi. Solo algunas imprudentes con suerte eran tan tontas como para creer que asi era. En cuanto se dio la orden comenzó la carrera, me adelante al grupo rapidamente con Masha tras de mi, aquella joven que habia ayudado en el árbol y que ahora procuraba ir junto a mi cada que podia, ayudandome y por inercia yo ayudandola. Llegue al bote de segunda pues otra me adelanto llevandose el primero. Masha se habia quedado sin bote, asi que le comente escuetamente "Si te lanzas al agua y empujas el bote sin que me de cuenta, no podria evitarlo" y sin más comence a remar. La cachorra muy astuta siguio el juego tal cual lo habia comentado y gracias a esto ganamos velocidad, aunque un poco de descontrol en el bote, sin embargo llegamos a la isla. Alli comenzamos a correr, flechas con punta plana salian por todas partes golpeando a las participantes, algunos quejidos y algunos dedos rotos comenzaron a surgir. Un humo espeso bloqueaba la vision y el olfato, ruidos intensos anulaban nuestros oidos y nos desorientaban. Un mar de raices con puas nos obligaban a pasar al raz del suelo y aun asi, nos rasguñaban, producian cortes y quemaban mientras nos arrastrabamos por el fango. Nos desorientamos todas mientras recibiamos la embatida.

Logré ubicarme, pero no encontraba a Masha y el resto seguia perdida, yo no deseba competir si no que deseaba salir de alli con mis hermanas. Quiza fue un recuerdo del pasado en el ejercito, una necesidad adquirida de mi tiempo en convivencia con otros soldados. Sea com ofuere grite a todo pulmon "Por aqui" y las jovenes aturdidas rapidamente comenzaron a seguirme, Masha fue la primera en alcanzarme cuando llegamos al otro lado. Entre flechas y ataques varios los botes se encontrban alli, Masha dijo que debiamos usar los botes para protegernos. Recorde a las tortugas y llame a las jovenes que nos habian seguido "Usaremos los botes al reves y nadaremos con ellos como caparazones, TODAS JUNTAS " nos unimos, a una se le disloco el hombro cuando recibio una flecha pero el resto voletamos los botes y nos cubrimos abajo, nadando hasta el otro lado mientras las flechas golpeaban. No se si las Celadoras esperaban que esto ocurriera, pero no mencionaron nada al respecto igual que las otras veces, solo me observaron fijamente cuando llegamos a la orilla. La carrera entonces inicio de regreso y el ciclo se repitio una y otra vez durante todo el día con pequeños descansos.

Hasta que Astra dijo basta y nos detuvimos. Ya no podiamos ni siquiera estar de pie por nuestra cuenta y nos apoyabamos unas de las otras, el sudor y el barro nos embarraban, los golpes y cortes nos cubrian el cuerpo. Solo quedabamos veinte de las cuarenta y ocho restantes. Algunas de las que habian logrado llegar tenian dedos rotos y hombros dislocados, pero habian seguido luchando. No hubo felicitaciones, ni alagos, nos atendieron medicamente y nos devolvieron al cuartel. Era como si intentaran hacernos entender que ese seria el día a día, que no habria un premio al final del camino. Nosotroas debiamos estar preparadas para entrar al infierno y salir de él.

Esa semana seria un infierno.

Cada vez faltaba menos para salir de él. De una forma u otra.

 

Masteado por Vagabundo.
Duracion: 4 horas.
Participante: Dicea Sombralunar.
Habilidades usadas con exito: Escalar, Reflejos, Atletismo, buscar

 

 

Editado June 7, 2017 por Elireth

[Vagabundo 270]

Masha fue cuidadosa a la hora de montar el arco. La tensión era adecuada. Con su dedo tiro hacia atrás la cuerda hecha a partir de dura fibra vegetal elástica. Produjo una nota aguda que desaparecía conforme la vibración fue atenuándose. Se acerco a la galería de tiro en los pisos inferiores del cuartel, teniendo que descender por unas escaleras en espiral hasta un entramado de túneles, uno de ellos daba a una gran galería muy espaciosa, irregularmente circular. Por los agujeros del techo lograba colarse una tenue luz diurna que pertenecía a la recién nacida madrugada. El centro de la arena se usaba para los duros entrenamientos en combate, mientras que, repartidos entorno a este epicentro se encontraban distintos peleles y dianas.

A esas horas no solían haber muchas hermanas, estaba sola. Al tensar la cuerda, la madera, crujió en un susurro para luego desencadenar la sencilla pero eficaz fuerza contenida. La flecha trazó una parábola sobrepasando la diana con la vaga cara de un orco tallada. Fueron varios intentos y cada uno presentaba un problema distinto, por estadística acertó pero la suerte distaba mucho de considerarse eficaz en su entrenamiento.

" Hasta ahora, es lo unico que he tenido, suerte". Se dijo hacia si misma bajando el arma y mirando al suelo arenoso. Apretó sus labios mordiendoselos, alzó de nuevo el arco, soltando la cuerda que impulsó  otra flecha. Rozó la madera. Sin desanimarse, fue a por la treinta. " ¿O es la treinta y dos? ". Habia perdido la cuenta. Justamente estaba a punto de disparar cuando dos frías manos de metal, de dedos afilados como las garras de un ave de presa sostuvieron sus brazos con delicadeza. Masha sintió como un escalofrió le recorría la espalda.

- Relaja el diafragma. Toma aire. Separa mas las piernas y relaja los brazos- Susurro Astra desde atrás. Masha no la habia escuchado llegar pues aquel fantasma de metal no habia producido ni un solo sonido.

La alineo, posicionando todo su cuerpo en el angulo ideal para disparar. Masha se dejo llevar como si fuese un titere.

- Tensa..- Le hizo caso. Aguardó - Imagínate que eres la flecha, imagina a donde quieres ir, visualiza tu camino, ve con claridad tu objetivo. ¿ Que ves?-

-Una diana-

-¿ Que ves...?- Volvio a repetir Astra, con cruda frialdad. Masha no supo que responder. Le daba mucho miedo no tener una respuesta para Astra .

- Un orc...- Se quedó pensando unos instantes, entonces lo vio
- Veo un iris-

-¿ De que color?-
-...Castaño..-
-¿ Y que hay alrededor?-
-Rojo y blanco-
-Pues si lo ves tan claro, dispara-

Masha soltó la cuerda. La flecha se clavó en el ojo derecho de la cara de Orco tallada.

Editado June 13, 2017 por Vagabundo

[Vagabundo 270]

" ¿Que es Muba?".

Es una pregunta que suelen hacerse muchas hermanas iniciadas cuando escuchan su nombre por primera vez. Una pregunta a la que nadie responde. Las celadoras sean recién nombradas o veteranas tienden a guardar un largo silencio cuando la formulan delante de ellas, ninguna pronuncia palabra, su mudez habla por ellas. Para una recien llegada es una situación inquietante he incomoda como si la pregunta fuese un tema Tabú del que no se puede mediar palabra. Por otro lado muchas de ellas no escuchan ese nombre hasta que están delante del túmulo donde habita. Independientemente del cuando y el como, una vez visitas a Muba, guardas el mismo silencio que resto al escuchar la pregunta de...

"¿ Que es Muba?"

No se sabe que, o quien es Muba. Su guarida se sitúa a varios kilometros del cuartel general de las Celadoras de vallefresno, en mitad de un arboleda antigua. En el interior de un arbol de aspecto siniestro, algo retorcido, pero vivo. Antaño, aquel lugar había servido a los druidas como santuario teniendo su origen en la lejana guerra de las Dunas.

La entrada a la guarida esta llena de marcas, losas de piedra en cuyas superficie hay escritas infinidad de nombres y también  frases de lo mas desconcertantes, desesperanzadoras y cómicas por igual, casi como si fuese una broma.

Pero de broma, la ultima prueba de las celadoras tiene poco. Ninguna habla realmente de lo que ha vivido o visto alli dentro, tampoco nadie sabe si Muba realmente existe. Son cuestiones irrelevantes. Ese lugar, destruye al individuo por dentro y por fuera, los hace retorcerse, los pone al limite sometiéndoles a una serie de presiones psicológicas que quiebran la cordura de las iniciadas. Algunas tienen la sensación de haber estado allí días, semanas, meses...años. La duda de que es real y que no lo es, imperan entre los pasillos de la guarida de Muba haciendo confuso todo cuanto los ojos ven. Ninguna sabe, ni siente ya curiosidad ni interés por Muba una vez salen de alli dentro. Por si fuera poco, tras esa pesadilla su formación aun no a acabado, pues nada mas salir, las iniciadas se ven obligadas durante una hora, a hacer un dibujo. Parece algo sencillo, pero no lo es cuando tu mente ha pasado por una voragine. Muchas se duermen, se ponen nerviosas o entran en shock.  De este arte surgen curiosos dibujos, formas cuya lógica solo entienden sus propias pintoras. La prueba no esta hecha a la ligera, no es un capricho para someter a las iniciadas y darles el susto de sus vidas.

Ya que en el futuro sus ojos veran cosas horribles, sus mentes se veran puestas a prueba asi como su propio espiritu, Muba, no es mas que un calentamiento para el insondable horror al que algun dia se enfrentaran las aspirantes a Celadoras."

 

 

[Elireth 236]

1 semana despues de la ultima prueba.

Aquella imagen aun permanecia en la mente de Dicea, no se borraba, permanecia junto al eco de su voz una y otra vez, despierta o dormida era indiferente. ¿Cuanta verdad habia en sus palabras?, una visión o un engaño. La intriga la estaba volviendo loca, y solo sabia una cosa: Los días que habia pasado allá dentro, ni siquiera se habia dado cuenta de ello. Estaba famelica, sentia como si hubieran pasado mil años. Aquella criatura que le perseguia en la oscuridad más absoluta, el temor constante a ser alcanzada y aun peor, el temor de haber perdido a sus hermanas por el camino.

Probablemente debió haber muerto alli, durante aquella batalla contra ese ser que decia ser ella misma. ¿Acaso realmente se convertiria en eso?, sentia un frio que le recorria la columna cada vez que lo pensaba. Aquel casco como de calavera y esa oscuridad reinante, su armadura destrozada y su luna umbria rota,  y sin embargo... aquella fuerza sobrenatural. Sus palabras se sentian tan reales y sinceras pero aun asi, imbuidas en pura locura. ¿Una visión de futuro?, fue más su temor que su fuerza lo que le hizo destruir aquella visión, pero ya era tarde, habia calado en su mente.

En la ultima prueba, que más parecia tortura, dibujó el rostro de su visión y ese dibujo probablemente se quedaria plasmado en la mente de Astra tambien.

¿Qué es lo que vió?

 

dibujado por Maw

 

Habilidades usadas en la útima prueba:

Guja de guerra x 5
Escalar x3
Atletismo x2
Supervivencia

Editado August 6, 2017 por Elireth