Thorch

[Thorch 360]

 

 

• Nombre: Thorch
• Raza: Enano
• Sexo: Hombre
• Edad: 40
• Altura: 1.20
• Peso: 75
• Lugar de Nacimiento: Dun Morogh
• Ocupación: Comerciante/Cazador
• Historia completa

 

Descripción física:

Macizo y fuerte como todos los de su raza, aunque con una contextura física un tanto mas ligera de lo habitual entre enanos (simple genética, no hay motivos en particular). En líneas generales se trata de un individuo de talla media para su raza. Su piel es muy blanca, debido a que ha vivido desde siempre en la nieve. Usa el cabello largo desgreñado, en consonancia con una tupida barba rojiza. Sus ojos son pequeños, de color celeste.

 

 

Descripción psíquica:

De carácter y modales simples, propios de quien se ha criado fuera de la ciudad, su naturaleza es amigable y servicial. Practico ante todo, disfruta de la naturaleza, el trabajo con sus manos, la caza, beber y comer. Tiene un excelente sentido del humor y no le agradan las discusiones. Si puede evitar los enfrentamientos lo hará, pero si se debe defender lo que ama o cree correcto, no medirá consecuencias. 

 

 

Historia

 

Thorch es un enano que apenas alcanza la adultez. Octavo hijo de un total de 12 hermanos, aún vive en la humilde granja familiar situada en los bosques nevados de Dun Morogh. Ciertamente en sus 40 años de vida, nunca sintió la necesidad de salir más allá de las fronteras. Las tierras que lo vieron nacer representan para él un reto diario. Vivir allí siempre ha sido duro, pero nada que un buen enano no pueda superar.

Su padre un anciano tuerto y calvo, supo servir a la alianza como fusilero, pasando a retiro tras perder el ojo izquierdo en combate. La madre por su parte, siempre se ocupó del hogar, aunque ello implicara también saber cómo disparar un arma llegado el caso.

Los aullidos de los lobos aún se podían percibir en la madrugada, Thorch ajustaba sus pesadas ropas de cuero, marchando hacia el granero lentamente mientras el húmedo y frío viento azotaba su rostro. Tras traspasar el umbral se retiró los guantes, dió un buen sorbo a su petaca y se dispuso al trajín diario. Ordeñar las cabras, alimentar los carneros y recoger los huevos de las gallinas eran parte de las labores cotidianas. El sol mostraba ya sus anhelados resplandores cuando emprendió la vuelta hacia la cabaña, cubeta en mano.

-         - Buenos días…_ dijo sonriente mientras posaba la cubeta de leche junto al hogar encendido.

 

-          - Gracias Thorch, siéntate junto a tus hermanos que serviré el desayuno_ respondió la madre de buen grado, mientras señalaba la enorme mesa de madera en la que esperaban ansiosos los más pequeños.

Asintió en silencio, y tras acariciar las cabezas de sus hermanos se dispuso a dar cuenta de lo que le servían. Tocino, huevos y cerveza para los adultos. Leche, pan y queso para los más jóvenes.

Finalmente el jefe de familia irrumpió cojeando, y tras tomar asiento en una de las cabeceras de la mesa y ser servido, esperó que su mujer hiciera lo propio en la otra esquina, para comer de buen grado.

-         - Hoy es día de suministros padre verdad?. Iré a buscar el rifle y el equipamiento de exploración…_ el joven fue interrumpido por el gesto silencioso pero firme de su padre, levantó la mano con la palma extendida.

 

-          Espera hijo mío, efectivamente hoy saldrás de caza, pero no solo. Lleva a dos de tus hermanos menores, enséñales el arte de la exploración y el rastreo, pues armas de fuego ya saben usar…_se interrumpió mientras clavaba sus celestes pupilas en los ojos de Thorch.

 

 

-          Pero padre, no veo la necesidad de exponerlos aún. Yo disfruto de esta labor, y ellos son pequeños._ A pesar de contradecir el mandato del viejo tuerto, el tono resultaba respetuoso y sincero.

-          Debes cumplir con tu deber querido hijo, yo te enseñé todo lo que sé y ahora es el momento en que tú debes hacer lo propio con tus hermanos. Culminado esto marcharás a la ciudad y buscarás tu propia senda._ Sentenció con firmeza.

 

-          La ciudad… Pero padre en que te he fallado?_dijo con desesperación.

 

 

-          Por el contrario ya has cumplido en todo, y es hora de que conozcas el mundo. Aquí no tienes nada más que aprender, te aseguro que tu destino es más grande que estás montañas._dijo finalmente con bondad.

 

-          De acuerdo padre, así será entonces. Martha y Gum alístense de inmediato, en quince minutos los espero en la entrada de la granja_ dijo un tanto resignado antes de levantarse y partir por sus pertrechos raudamente.

 

Afortunadamente mis amados hermanitos resultaron ser buenos aprendices, incluso mejores que quien suscribe.

Tras partir de mi hogar, no tardé en descubrir que mi oficio en Forjaz gozaba de mucha competencia. Infinidad de camaradas enanos de mayor pericia y experiencia ofrecían lo que sobraba casi: pieles, carnes y servicios de caza en general. Por lo que decidí coger el primer tranvía hacia la capital humana y probar suerte.

La ciudad de Ventormenta no parecía prometedora, mismo caso que la capital de mi patria. Variedad de oferta, superior a lo que un humilde cuenta propista como yo podía ofrecer. Sin embargo no todo parecía perdido, en la taberna escuché sobre una población cercana con necesidades y desigualdades, su nombre ''Villadorada''.

Pues allí fui a dar, luego de transitar un trayecto relativamente seguro. Tras consultar a la guardia local, enfilé para la posada mas económica en el barrio de los pobres como uno. Gracias a los titánes forjadores, la luz sagrada y las enanas vírgenes de las colinas que me condujeron a ese sitio. Los lugareños resultaron ser gente amigable y dispuestos a dar trabajo a quien lo busque. No tardé en acordar con el dueño de la posada Joshep ''El Listillo'', una manutención completa .con cerveza incluida faltaba más, a cambio de dos jabalíes faenados a la semana. Ciertamente ese hombre era simpático y buena gente, merecía mi respeto y lealtad al parecer. También conocí a varios iluminados, y otras gentes todas amigables.

Cuando culminaba la noche, me topé con un individuo a tener en cuenta, un elfo de nombre Odriel, muy culto y versado. Conocedor de la magia y dueño de una librería, este elfo también me pareció amistoso y abierto. Sin contar que despejó varias dudas que tenía sobre la magia. Quizás en el futuro pueda trabajar con él y ampliar mis conocimientos en el proceso, el saber nunca ocupa lugar.

Lo único malo hasta ahora es la cerveza local, parece malta sin alcohol para niños. Pero eso intentaré solucionarlo a la brevedad, viajando a Dun Morogh y comprando algunos barriles de cerveza para re vender. También quisiera compartir nuestro oro líquido con algunos amiguetes de la villa, al parecer no conocen nuestra bebida nacional. Nicholas un humilde leñador ya tiene prometida tal degustación.

Casi lo olvido, deberé anotar la receta de la mama para sazonar el cerdo asado, prometida a Joshep. Así como cocinar para una colega cazadora que ya no recuerdo su nombre.

Ya es tarde, escribir a la lumbre de la vela acrecienta mi sueño, demasiado por hoy.

 

Han pasado apenas unos días en Villadorada, pero realmente me siento feliz de estar aquí. Las conversaciones en la taberna de Joseph han forjado amistades y alianzas.

Nicholas el leñador se ha convertido en mi compañero de caza, juntos hemos sabido explorar los bosques y trabajar en equipo. Los titánes forjadores parecen estar de nuestro lado, no solo por el éxito de nuestras  humildes labores. También vemos como poco a poco, lo que se había planteado como una simple labor extra que generaría algunos cobres complementarios, pasa a ser un proyecto serio. Tanto Joshep como Nicholas, ven con buenos ojos la idea de importar y exportar mercaderías entre Dun Morogh y Villadorada. Nos estamos asesorando, y obviamente iniciaremos desde abajo, pues el único inversor sería nuestro colega tabernero, pero poco a poco lo que simplemente era una idea va tomando forma de empresa. 

 

Editado September 20, 2018 por Thorch

[Thorch 360]

Diario de un cuentapropista. Afortunadamente mis amados hermanitos resultaron ser buenos aprendices, incluso mejores que quien suscribe. Tras partir de mi hogar, no tardé en descubrir que mi oficio en Forjaz gozaba de mucha competencia. Infinidad de camaradas enanos de mayor pericia y experiencia ofrecían lo que sobraba casi: pieles, carnes y servicios de caza en general. Por lo que decidí coger el primer tranvía hacia la capital humana y probar suerte. La ciudad de Ventormenta no parecía prometedora, mismo caso que la capital de mi patria. Variedad de oferta, superior a lo que un humilde cuentapropista como yo podía ofrecer. Sin embargo no todo parecía perdido, en la taberna escuché sobre una población cercana con necesidades y desigualdades, su nombre ''Villadorada''. Pues allí fui a dar, luego de transitar un trayecto relativamente seguro. Tras consultar a la guardia local, enfilé para la posada mas económica en el barrio de los pobres como uno. Doy gracias a los titanes forjadores, la luz sagrada y las enanas vírgenes de las colinas que me condujeron a ese sitio. Los lugareños resultaron ser gente amigable, y dispuestos a dar trabajo a quien lo busque. No tardé en acordar con el dueño de la posada Joshep ''El Listillo'', una manutención completa con cerveza incluida faltaba más, a cambio de dos jabalíes faenados a la semana. Ciertamente ese hombre era simpático y buena gente, merecía mi respeto y lealtad al parecer. También conocí a varios iluminados, y otras gentes todas amigables. Cuando culminaba la noche, me topé con un individuo a tener en cuenta, un elfo de nombre Odriel, muy culto y versado. Conocedor de la magia y dueño de una librería, este elfo también me pareció amistoso y abierto. Sin contar que despejó varias dudas que tenía sobre la magia. Quizás en el futuro pueda trabajar con él y ampliar mis conocimientos en el proceso, el saber nunca ocupa lugar. Lo único malo hasta ahora es la cerveza local, parece malta sin alcohol para niños. Pero eso intentaré solucionarlo a la brevedad, viajando a Dun Morogh y comprando algunos barriles de cerveza para re vender. También quisiera compartir nuestro oro líquido con algunos amiguetes de la villa, al parecer no conocen nuestra bebida nacional. Nicholas un humilde leñador ya tiene prometida tal degustación. Casi lo olvido, deberé anotar la receta de la mama para sazonar el cerdo asado, prometida a Joshep. Así como cocinar para una colega cazadora que ya no recuerdo su nombre. Ya es tarde, escribir a la lumbre de la vela acrecienta mi sueño, demasiado por hoy.

Editado December 7, 2017 por Thorch

[Thorch 360]

Oportunidades no faltan. Han pasado apenas unos días en Villadorada, pero realmente me siento feliz de estar aquí. Las conversaciones en la taberna de Joseph han forjado amistades y alianzas. Nicholas el leñador se ha convertido en mi compañero de caza, juntos hemos sabido explorar los bosques y trabajar en equipo. Los titánes forjadores parecen estar de nuestro lado, no solo por el éxito de nuestras  humildes labores. También vemos como poco a poco, lo que se había planteado como una simple labor extra que generaría algunos cobres complementarios, pasa a ser un proyecto serio. Tanto Joshep como Nicholas, ven con buenos ojos la idea de importar y exportar mercaderías entre Dun Morogh y Villadorada. Nos estamos asesorando, y obviamente iniciaremos desde abajo, pues el único inversor sería nuestro colega tabernero, pero poco a poco lo que simplemente era una idea va tomando forma de empresa.  Por mi parte debo viajar a Forjaz, quisiera visitar a mi familia e informarme sobre las necesidades de importación locales. También aprovecharé para copiar las recetas de mi mama que interesan a Joshep, y dialogar con mi padre sobre las rutas alternativas al tranvía, que unen nuestro reino con los bosques de Elwynn.  Continuará...

Editado February 13, 2017 por Thorch