Buscar en La Comunidad
Mostrando resultados para etiquetas 'team queldo'.
Encontramos 1 resultado
-
Nuevos Integrantes: Últimamente Leandris (la cabra) parece haber engordado bastante. Lo que en un principio aparentaba deberse a una buena alimentación poco a poco pasó a demostrar que el macho cabrío del corral (del cual solo Thamireen recuerda su nombre) no estuvo ocioso durante estos meses y ha dejado preñada a su compañera. Cuando llegue el momento alguien debería asistir ese parto para asegurarse que ni la vida de la cabra adulta ni la de las crías se pongan en peligro. Dificultad: * Black Philip observó distante la sombría luz que se asomaba de la Aguja Plumargenta, su mirada carmesí estaba iluminada suavemente por la luz lunar, dotándole de ese aura maligno que lo caracterizaba, con su barbilla en alto en señal de orgullo, aunque nadie podría asegurar que cruzaba por la cabeza del animal se temía por el mal que pudiera desatar su testaruda actitud y desde luego que su desprestigiosa reputación causó una preocupación generalizada. No demasiado lejos de allí, en el bajo monte, atravesando la pradera, en una falda de árboles que rodeaban el claro del hogar de los Altos Elfos de Hath'lorien, yacía su amada, de pelaje blanco con tonalidades de amarillo pálido, como la misma luna que alumbraba las ventanas del asentamiento élfico, su respiración se encontraba al unisonio con la de un exhausto Eleandris por mantener a la cabra viva, a su lado, una cría con apenas pelaje todavía con las manchas sangrías de su nacimiento consolaba a su madre, escuchando cada aliento que bien podría ser el último. Momentos antes... La respiración forzosa de la cabra interrumpió la sesión de tiro de arco, y de bromas mágicas, cuatro elfos acudieron a observar que causaba los berridos de desespero de Leandris. El primero en descubrir lo que ocurría fue el joven forestal, aunque el resto no demoraría demasiado en intuirlo y verlo con sus propios ojos, una pezuña emergía debajo del rabo de la criatura, aunque un nacimiento animal es visto con ojos más mundanos y menos especiales, siempre invita a un buen augurio, pero en este caso no hubo. Por alguna razón, realmente ninguno de los tres elfos que se habían acercado a la cabra parecía tener los conocimientos para ayudarla, o en caso del más joven de ellos, siquiera haber presenciado un embarazo de cabra antes, aunque si tenía alguna certeza era la de que debía ayudar al animal a conciliar la calma. No como el compañero de corral de ésta, el estoico Black Philip que de inmediato olfateó un aroma desconocido e invasor que atravesó sus terrenos con una enorme arrogancia, cuando la tenebrosa violencia del macho estallaba y los esfuerzos por mantener a salvo a la madre parecían en vanos, Lynnete, tal vez la más sensata, guío a un pastor, Lord Cantoalegre, cuya presencia fue la que salvó la vida del recién nacido aunque a costa de lastimar el animal.
