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Sanguine

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    (Exageración: Puede que la imagen no se ajuste a la realidad) 

     

    • Nombre del Personaje
      Kunghen
    • Raza
      Tauren
    • Sexo
      Hombre
    • Edad
      32
    • Altura
      2,48m
    • Peso
      320kg
    • Lugar de Nacimiento
      Aldea Brumafunesta (Cercanías de Pináculo de la Nube Negra)
    • Ocupación
      Mercenario / Peón de armería
    • Descripción Física

      Físicamente se encuentra entre los más corpulentos y grandes de su raza, aunque su pelaje le sitúa directamente en una de las tribus que peor reputación ostentan. Por lo tanto, es descrito principalmente como una figura temible, oscura y de inquietante tamaño.

      Su pelaje es completamente negro, de amplia melena y trenzada barba, portando una larga cornamenta de tono tostado. Su mirada es oscura, difícil de distinguir salvo por los dos ojos amarillentos y centelleantes que observan el entorno con una perpetua expresión de inquina. Su morro es corto pero de fuerte mentón, adornado por una argolla de metal que pende de su nariz. Sus manos poseen unas duras y negras uñas, afiladas a propósito, y sus gruesas pezuñas acompañan su paso con el clamor propio de su considerable peso.

      Sobre la piel luce cuantiosas cicatrices, la mayoría ocultas tras la frondosa cantidad de pelo, que eventualmente se muestra adornado por pinturas ceremoniales o de guerra.

      Viste con la sencillez tribal propia de cualquier tauren, empleando mayormente cuero y armadura, aunque se esfuerza en ampliar el uso de materiales resistentes orientados al combate pesado. Se acompaña de un portentoso escudo y de una lanza.

    • Descripción Psíquica

      Caótico - Neutral (Malvado)

      Cuando se piensa en los Tauren, en general se toma la idea de criaturas de gran altura, fuerza y sabiduría. Así como de un modo de vida apacible, recio y dedicado al culto a la Madre Tierra. Pero cuando se trata de esos que, en lugar de a tan benevolente deidad, veneran sobretodo a la misma muerte… las cosas cambian radicalmente. Esa es la cuestión cuando se trata de Kunghen. Su cabeza está orientada para la brutalidad de la guerra, habiéndose convertido en un instrumento en sí mismo para matar mediante su cuerpo o cualquier arma de la que pueda disponer. Por si ello fuera poco, parece estar algo demente y si las circunstancias son poco propicias puede entrar facilmente en el fragor de las hostilidades. Cuando lo propicio es una pelea, pues también.

      Cincelado por una vida extremadamente dura, junto con su inagotable deseo de venganza, parece buscar principalmente retribuir su sed de sangre con casi cualquier oportunidad que le permita tener un encuentro violento. Es todo menos lo que se espera encontrar de un habitual Tauren, taimado y sereno, en su lugar muestra un carácter hosco, sombrío y poco hablador. Sin embargo, existe la posibilidad de que en el fondo de su ser continúe latente una pequeña chispa de benevolencia, si es que no se ha extinguido ya fruto de una vida de inagotable lucha. Tal vez pueda aprender algo más de la vida, o quedar atrapado en lo único que conoce.

    • Ficha Rápida
      No (1000 palabras mínimo)
    • Historia

      Posiblemente, algún día Kunghen morirá de la misma forma que vino al mundo: entre gritos y sangre. Vino a la vida significando la muerte de su progenitora, habiendo provocado un parto demasiado complicado para que cualquiera de los dos pudiera sobrevivir. El afortunado aquella calurosa mañana, sobre las yermas y polvorientas estepas del Kalimdor central, fue un ternero de tauren negro como el azabache y demasiado grande para lo normal en un recién nacido. 

      Su padre, un severo Grimtotem, entregó su primogénito al cuidado de las sabias y siniestras matriarcas del Clan, hasta que alcanzara la suficiente edad. Llegado el día, regresaría para llevárselo e introducir a su hijo en una vida de violencia, con el único fin de crear a un brutal guerrero como era costumbre en la tribu. Mientras otras veneraban a la Madre Tierra y aprendian los  ritos tradicionales, ellos se entregaban a seguir una senda marcada por la sangre y la guerra. 

      Para el joven Kunghen, el día a día consistía en sobrevivir a los constantes entrenamientos y competir frente al resto de la camada que había crecido en el poblado del clan, aunque la mayor parte de las pruebas se daban fuera de este. Su tamaño le otorgaba ya desde pequeño cierta ventaja frente a sus rivales, aunque también le colocaba como el primero al que se pretendía derrotar. Atrayendo todos los golpes por costumbre, Kunghen aprendió a luchar sin miramientos y de manera salvaje. Pura supervivencia, la ley del más fuerte. 

      La comida y todo cuanto pudiera necesitar debía ganárselo por la fuerza, dado que sus dotes de caza eran las menos afinadas. Robar o hacer las cosas a escondidas eran difícilmente posibles para él, por lo tanto ir de frente se convirtió en su conducta habitual, así como pagar el precio de la sangre si deseaba conseguir algo que llevarse a la boca. 

      Cuando no era duramente entrenado para luchar y desarrollar al completo su potencial físico, trabajaba en las tareas más pesadas del Clan para ganar su sustento. Sin embargo no tardaría en hacer aquello que realmente se esperaba de él: matar.

      Durante generaciones la vida de todo tauren en la vieja Kalimdor lidiaba con su principal enemigo: los centauros. Asimismo Kunghen dio cuenta de su entrenamiento frente a los implacables hombres-caballo desde muy pronta edad. Su progenitor así lo procuraba. 

      La guerra y el combate era todo cuanto importaba, Gokothan le educaba para convertirle en un arma mucho más allá del tauren que era. Sin embargo, todo iba a cambiar así como la oportunidad de convertirse en un digno guerrero del clan. 

      Su padre murió poco antes de ver a su primogénito enfrentarse al rito de la madurez, que le probaría además si era digno del reconocimiento de los demás guerreros del Clan y ocupar su lugar entre ellos. Ese honor le fue negado tras decirse que había sido incapaz de mantenerse al lado de su progenitor, considerando que no se podía confiar en alguien que pasaba por alto estar donde se le necesitaba. 

      Kunghen fue sorprendido volviendo de caza, encontrando el cuerpo sin vida de Gokothan a las puertas del poblado. Ulkaquem y su propio hijo eran quienes lo habían traído desde las planicies del sur, donde se concentraba una reciente actividad de centauros. Tanto él como el joven aspirante a guerrero, Q'atchak, relataron la decisión que habían tomado de repeler el avance de un grupo de aquellos bárbaros semi-equinos, que habían merodeando demasiado cerca del poblado. Se echó en falta la presencia de Kunghen, cuya participación habría sido diferencial en el destino de su padre. Si no entendía qué lugar le correspondía, no merecía ser llamado guerrero. 

      Desde entonces fue repudiado por todos, desde los Totem Siniestro que lo señalaron con vergüenza, hasta en las demás tribus que le miraban con recelo. 

      No obstante, entre algunas tribus nómadas como los Correbrumas, hay unos pocos tauren que conocen su nombre. Fruto de los rumores acerca de un viejo chamán tauren que supuestamente le habría acogido y salvado la vida después de encontrarle vagando sin rumbo y agonizando. 

      La mayoría de estos rumores cuentan una historia que no habla nada bien de Kunghen. Se especula que la hija del mismo hubiera muerto en extrañas circunstancias y que el susodicho Totem Siniestro hubiera caído en algún tipo de demencia. No se conoce abiertamente cómo están relacionados ambos hechos. Lo que sí se sabe, es que tanto al viejo chamán Tahamuk como al violento Kunghen se les ha podido ver merodear las aldeas del Kalimdor central, aunque muy rara vez juntos. 

      De modo que solamente la llegada de los orcos permitió que encontrara un lugar estable donde ser medianamente aceptado, y sus cualidades empleadas en algo útil. Así pues, Kunghen ha participado, aunque no de manera relevante hasta la fecha, en algunos conflictos importantes junto a la Horda. Su colaboración como mercenario rara vez desmerece cuando se trata de entablar combate directo con algún enemigo común, de modo que en algún punto de su vida desarrolló cierta inclinación hacia el honor y la lealtad, aunque es tan pobre que habitualmente se le tiene en cuenta como un bruto sin control. O que sencillamente encaja con facilidad en el perfil de un guerrero berserker o meramente carne de cañón. 

      Desde entonces vive sólo en su propia choza situada en una pequeña loma montañosa desde donde puede observar el asentamiento de El Cruce. Los curiosos que se han atrevido a acercarse comparten chismes acerca de un funesto altar donde aparentemente ofrenda los trofeos de sus más loables combates. Quienes conocen la tradición tauren sabrán reconocer el culto a sus ancestros Totem Siniestro, venerando así a los guerreros del pasado, pero no dejarían de encontrar incómodo el ofrecimiento de elementos tan desagradables como unas sanguinolentas cabelleras de centauro, cuanto menos.

      Actualmente se dice que, salvo cuando trabaja eventualmente en las armerías, se le asocia con un merodeador de los caminos que reta habitualmente a cualquier viajero capaz de entablar un duelo. A veces incluso cortando el paso a cambio de un peaje “por su seguridad”. Orcos, trolls e incluso otros tauren han compartido experiencias con dicho misterioso guerrero, alegando que es un adversario molesto y en ocasiones difícil de derribar, pero muchos otros afirman con seguridad de que se trata del mismo Kunghen. No serian pocas las veces que probaría su temperamento en el interior de la taberna cuando algún insensato le ha importunado, tanto por despiste o intencionadamente, y no son pocos los guardias que así lo confirman. En general se le toma por un tauren peligroso, aunque potencialmente útil si se sabe dirigir su ira hacia objetivos más provechosos. La cuestión es...

      ¿Hay algo de cierto en todo eso?

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  2. Nombre: Kunghen

     

    Atributos
    9 Físico
    6 Destreza
    6 Inteligencia
    5 Percepción

    Valores de combate
    36 Puntos de vida
    18 Mana
    7 Iniciativa
    10 Ataque CC (Lanza Lig.)
    10 Ataque CC (C.C.aC.)
    >8 Defensa

     

     

    Habilidades

    Físico
    1 Atletismo
    1 Lanza Lig.
    1 C.C.aC.
    1 Martillo/Maza de mano
    Destreza
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Nadar
    Inteligencia
    1 Supervivencia
    1 Tradición/Historia
    2 Herrería
    2 Peleteria

    1 Religión (Cham.)

    1 Sanación/Hierbas


    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Comercio
    1 Rastrear
    2 Reflejos

     

    Escuelas/Especializaciones

     

     


  3. Nombre: Shawn A. Stonecrow

     

    Atributos
    6 Físico
    7 Destreza
    6 Inteligencia
    7 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    18 Mana
    8 Iniciativa
    8 Ataque CC Sutil (C.C.aC.)
    8 Ataque CC Sutil (Espada Lig.)
    8 Defensa

     

     

    Físico
    1 Atletismo

    Destreza
    1 C.C.aC.
    1 Espada Lig.
    1 Escalar
    1 Defensa
    1 Nadar
    1 Sigilo
    1 Trampas/Cerraduras

    Inteligencia
    1 Fauna
    1 Leyes
    1 Navegar
    1 Sanación/Hierbas
    1 Venenos
    1 Supervivencia
    1 Tradición/Historia (Hum.)
    1 Tradición/Historia (Orc.)
    1 Arquitectura
    1 Artillería (Cañones)
    1 Peletería/Desuello

    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Rastrear
    1 Reflejos

    1 Disfraz

    1 Comercio

    1 Falsificación

     

    Escuelas/Especializaciones

     

    Nombre: Phalcor 
    Tipo: Mascota menor (Ave exótica pequeña / Loro) 

     

    Atributos
    4 Físico
    5 Destreza
    5 Inteligencia
    7 Percepción

    Valores de combate
    16 Puntos de vida
    15 Mana
    8 Iniciativa
    6 Defensa

     

     

    Físico

    Destreza
    1 Defensa
    1 Sigilo
    2 Volar (Atletismo)

    Inteligencia
    1 Supervivencia
    1 ¡Whack!

    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Reflejos

     

     

    (Phalcor) Int - "¡Whack!"

    No mantendrá una conversación distendida y clara, pero puede memorizar palabras, y repetirlas para hacerse entender un poco. O al menos el 50% de las veces... Un ejemplo práctico podría ser, tras advertir la presencia de un enemigo en un breve vuelo de reconocimiento, regresar a su amo y decir "Lok'tar-whack", lo que podría indicar que ha divisado la presencia de orcos. A menos que la tirada en el momento sea baja y en lugar de ello diga "Galleta" o alguna otra memez, claro.

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  4. Post image

    Ilustración de Bobkehl

    Nombre: Shawn A. Stonecrow Altura: 1,84m
    Raza: Humano Peso: 75-90kg
    Sexo: Hombre Lugar de Nacimiento: Costa sureña de Páramos de Poniente
    Edad: 36 Ocupación  Aventurero, comerciante / Iniciado Defias


    Descripción Física

    Spoiler

    Tiene el cuerpo propio de una persona acostumbrada al esfuerzo físico y la vida en el campo. Ligeramente alto, de complexión esbelta y musculosa, sin llegar a la corpulencia. Posee el cabello largo, oscuro en apariencia y castaño a la luz del sol; ojos verdes claros y afilados, enmarcados por unas cejas prominentes y ligeramente arqueadas, mirada oscurecida pero de gesto habitualmente sereno; tono de piel oliva suave, acostumbrado al sol. Salvo por la morfología propia de su rostro, generalmente no destaca por unos rasgos concretos llamativos, sino corrientes en las tierras del sur. Desprende un olor propio ligero y agradable, lo que indica que se asea regularmente y que procura dormir en un lugar libre de humedad, a no ser que alguna situación se lo impida. Como todo parameño normalmente suele llevar el perfume de la tierra y los campos de trigo, pero a menudo suele llevar sobre sus ropas la fragancia propia de altamar. Su tono de voz es acorde a su físico, firme, moderadamente grave y cálido, de dicción melosa cuando adquiere un tono suave y susurra, o por el contrario pudiendo endurecerse ampliamente cuando alza la voz. 

    Salvo por algunas cicatrices poco relevantes, la única marca digna de mención es el tatuaje de su mano derecha: Un engranaje; símbolo que acostumbra a llevar oculto bajo las ropas o empleando guantes de piel o cuero. Eventualmente lo hace también mediante vendas de pugilista. 

    Su habitual vestimenta suele ser rudimentaria en colores poco llamativos, envolviendose de una camisa holgada de lino y cuello acordonado, pantalones de la misma confección sencilla, y para rematar unas botas de cuero grueso de caña alta. Ya en mayor grado de vestiduras, intercambia sus pantalones por unos acolchados con refuerzos de cuero suave y se acompaña de una casaca de marinero. Si lo estima oportuno, se cubre de un paño de lino grueso al cuello, con el que normalmente se resguarda del frío, el viento o las miradas incómodas. 

    En cuanto a otros enseres, entre sus armas cuenta con un alfanje de hoja ancha y un basto cuchillo de caza (de confección orca). Luego porta otro tipo de objetos tales como una brújula rudimentaria y un grimorio donde archiva los documentos y registros de sus asuntos comerciales en general.

    Descripción Psicológica

    Spoiler

    Caótico - Neutral (Bueno) 


    Escéptico, propenso a la rebeldía, astuto… y por ende, peligroso. Si bien estas son algunas palabras que lo describen, tan sólo rascan la superficie de su personalidad. Shawn es un hombre cuya vida le ha dado pocas oportunidades de ser verdaderamente feliz o gozar de la tranquilidad de una vida sencilla. A pesar de ello, se muestra optimista, osado y pocas veces su voluntad desfallece. Cuando ocurre, que suele ser por puro agotamiento emocional o psicológico, ya tarde más o tarde menos, con el tiempo procura levantar cabeza y seguir adelante con fuerzas renovadas. 

    Su pasado y sus ideales le han convertido en una persona que no se conforma con su propio bienestar, sino que se guía por el propósito de luchar por la libertad y lo que considera justo, aunque ello signifique realizar actividades ilícitas o de dudosa moral. Es un idealista de mentalidad anárquica y carácter insumiso, que rechaza por encima de todo el sometimiento al poder sobre quienes no lo tienen. 

    Vive valiéndose de una brújula moral alimentada por el sentido ético y autocrítico, aunque a veces también por el odio. Del mismo modo ve la carencia de caridad como una absoluta falta de respeto, y son principalmente aquellas personas avariciosas u opulentas quienes son fácilmente puestas en su punto de mira. Asimismo ha hecho de las actividades criminales su forma de vida, tratando de sobrevivir y combatir la miseria tomándose a menudo la justicia por su mano. Aun así, no por ello ha dejado de desenvolverse en los entornos “civilizados” y no tan civilizados de la sociedad, aunque los considere como ambientes potenciales de vicio y decadencia. En su lugar suele preferir las regiones rurales o la satisfactoria visión del mar abierto.

    No es una lumbrera académica, pero ha sabido aprovechar y desarrollar su intelecto cultivando gran variedad de disciplinas desde su temprana juventud, sobretodo gracias a su educación como cadete de marina y sus posteriores experiencias en tierras lejanas. De aquellos años pese a sus reconocibles calificaciones y méritos, algunas personas podrían recordarle como alguien difícil de meter en vereda, prestando atención sólo a lo que le interesa o en lo que se concentra. Aunque puede pecar de ser algo problemático, en general lo compensa siendo taimado y tenaz, que en la suma de su conducta particular puede dar lugar a una figura detestable especialmente para aquellos que representan alguna autoridad. Para otros, con pretensiones o intereses más dilatados, puede incluso llegar a ser un verdadero dolor de muelas a medianoche, tanto si le conocen personalmente como si solo son testigos de los hechos que provoca. Sin embargo, procura mostrarse como alguien diligente y disciplinado manteniendo con discreción sus inclinaciones e ideales.

    Tales son sus principios que no dudará en robar e incluso matar si es necesario, o al menos siempre que exista una causa que lo justifique. Como por ejemplo, si se ve potencialmente amenazado, tratará de acabar con la vida de quien se haya propuesto poner en peligro la suya, ya sea incluso un protector de la ley o un imbécil con delirios de hacer el bien. Desde su punto de vista, a menudo no son sino ignorantes perros al servicio del poder. Desde joven reconoció la verdadera cara del Imperio, además de entender desde algún tiempo que no se puede dialogar con mentes cerradas. Así, del mismo modo no siempre se puede salvar a alguien que se ahoga y que ello solo conseguiría arrastrar a uno hasta el fondo del agua. Se podría decir que no es propenso a discutir en dichos términos y que tiene muy claro lo que sabe.

    Por muy drásticos o radicales que se puedan considerar sus métodos o acciones, es alguien capaz de sentir compasión, si puede permitirse tal cosa, así como fallarle en algún momento la voluntad dependiendo de la situación. Es por ello que pese a su frialdad, detesta el sufrimiento gratuito y procurará evitarlo siempre que sea posible. A veces incluso demuestra creer en las segundas oportunidades. La conjunción de estos y otros aspectos hacen de él un hombre de contrastes, complicado a primera vista, de un tono gris inconstante cuyos actos pueden difuminarse entre una neblina de sombrías tinieblas así como alumbrar brillantes momentos. 

    En una situación propicia gusta gozar de la buena compañía, el buen yantar, y la camaradería. No es persona que callaría sus pensamientos más básicos a la hora de decir la verdad, que, aunque esto podría ser una virtud a la que otorga gran valor, no olvida el coste que ello puede tener. Quizá por eso emplea cierto grado de sarcasmos, o sencillamente se mantiene en silencio describiendo algún gesto. 

    Por lo general es alguien serio, tranquilo y de una sana predilección por la privacidad. Siempre actúa dando valor a la discreción y la intimidad de su vida, lo que hace que su confianza sea de difícil acceso y para él suponga de los bienes más preciados que puedan existir. Del mismo modo trata de no herir la confianza de quien le conoce y le ha otorgado la suya, no siendo compatible con los casos en que ejerce sus artimañas. Más allá de esos muros, es alguien capaz de mostrarse sumamente cálido, fraternal y afectuoso. Dichos aspectos internos protege con gran recelo, pues entiende que también podrían ser utilizados para herirle como ha podido ocurrir en el pasado. Es así, pues, cuando ha entrado alguien en su vida con tal proximidad, que es capaz de hacer todo por cuidar y defender a esa persona sin importarle su propia integridad o seguridad, pudiendo situarlo como alguien pasional e incluso vengativo. 

    Algunos sólo podrán decir que no es más un caso perdido, un pobre diablo o un canalla. Pero si en el corazón de Shawn hay espacio para albergar algo más que aquello que aparenta, el tiempo lo dirá y sólo unos pocos sabrán descubrirlo.

    Phalcor

    Es una pequeña e inteligente ave, propia de Kalimdor, que fue encontrada por Shawn siendo tan solo un polluelo durante sus años en las yermas planicies y costas de Los Baldíos. Con él guarda un vínculo cercano y cariñoso, considerándolo uno de sus seres más queridos. Tanto más que su acompañante es su plumífero amigo, gracias a el cual ha podido prevenir a tiempo algún escollo cuando le advierte del peligro con sus graznidos, o, cuando le da por chapurrear ciertas palabras. “Besito” y “Galleta” son algunas de las más habituales. 

     

    Historia 

    Spoiler

    Nace en el seno de una familia sencilla cuyo hogar tenía lugar en los viejos Páramos de Poniente, tal y como eran conocidos antes de la primera guerra. Por aquellos años su abuelo aún vivía, aunque tuvo la fortuna de dejar el mundo en su vejez poco antes de los horrores que traería consigo la aparición del Portal Oscuro, así como las terribles criaturas que lo iban a cruzar. Su padre era un humilde capataz constructor, quien en su juventud había comenzado a trabajar en prospecciones mineras, pudiendo arreglárselas él mismo para levantar su propia casa con el paso de los años.  Su proyecto: Un hogar en el que su esposa, mujer de origen Kul'Tirense, y su recién nacido primogénito, pudieran vivir en paz y prosperidad. Sin embargo aquella calma no iba a durar sino unos pocos años, casi como una pequeña muestra de piedad por parte del destino.

    Todo comenzó cuando empezaron a escucharse historias escalofriantes. Rumores que hablaban de extrañas y brutales criaturas recorriendo los pantanos del Este. Fantasías, quizá… pero que con el paso de los meses hacía que las dudas y el temor se hicieran cada vez más difíciles de contener. Gregor, por sus contactos y amigos, recibía noticias de que algo más serio estaba ocurriendo, poniendo en verdadero peligro la seguridad de todos, y la del reino mismo. Poco tenían aquellas historias de mentira o fantasía.

    Viendo cómo sus temores se hacían realidad, finalmente se admitió lo que todos sospechaban. La amenaza era real, la guerra contra la llamada Horda había estallado. No había región que no sufriera los estragos de algún grupo de orcos haciendo escaramuzas mientras saqueaba y arrasaba las aldeas o granjas que encontraban a su paso. Cuando no mataban sin piedad a cualquier lugareño, se lo llevaban prisionero para no volver jamás. Se decía incluso que era mejor morir a ser usado para sus oscuros propósitos. 

    Gregor confiaba en que su pequeña finca pudiera pasar desapercibida gracias a su localización, entre la costa y las montañas del Sur de Poniente, lugar idóneo para la reservada vida que siempre había soñado. Pese a todo, en Arroyo de la Luna todos temían por la llegada de aquellas criaturas en cualquier momento, y el pueblo no estaba demasiado lejos. Ya algunos incluso habían empezado a preparar defensas, iniciativa en la que se implicó. De cualquier modo, la violencia de aquellos orcos no tenían rival frente a unos simples campesinos, cosa que irritaba mucho las esperanzas de los pueblerinos. El Rey Llane, sin embargo, se mantenía convencido de que no había nada que temer y que el reino prevaleceria. Nada más lejos de la realidad.

    Muchos habrían querido que las palabras del monarca y su seguridad bastaran para aplacar la amenaza de la Horda, pero, mientras aguardaba en la capital, las aldeas continuaban ardiendo una tras otra. Así hasta que el humo comenzó a llegar a las puertas de la ciudad. 

    El padre de Shawn sabía que quedarse quietos en la región sería lo mismo que aguardar a la muerte. Tal como lo pensaba, prueba de ello fue cómo no pasó demasiado tiempo en saberse del asesinato del rey por obra de infiltrados orcos. Para entonces, más de medio reino era pasto de la destrucción y el fuego. Durante mucho tiempo recordaría las enormes columnas de humo elevarse más allá del bosque de Elwynn. Fue entonces cuando fue declarado el gran éxodo. 

    Shawn tenía apenas siete años. Desde entonces un día normal era ver como a su primo de quince años lo sacaban a rastras de la cama y lo hacían desaparecer en mitad de la noche. Su tío Jensen nunca se recuperó de aquel trauma. Él tampoco lo olvidaría. 

    Durante meses, casi un año, viajaron hacia el norte seguidos por la despiadada amenaza de la Horda, sintiendo a los feroces orcos tras la pista de cada refugiado que trataba de escapar. Shawn tuvo que acostumbrarse a crecer durante años muy convulsos y confusos, haciendo que su joven mente se defendiera de todos aquellos horrores evadiendose de la realidad o creando una amnesia selectiva de aquel tiempo. De los años en Trabalomas solo sabe, o quiere admitir, que su padre trabajó a menudo en preparar defensas e instalaciones para las fuerzas de la Alianza y que su tío se había alistado en un barco con la firme intención de cobrarse venganza contra los orcos. 

    Para él, salvo los vagos recuerdos de su infancia, las primeras memorias datan del fin de la segunda guerra, en torno a su regreso al sur y el tiempo en que su padre pasó a trabajar en en el proyecto de construcción del castillo de Nethergarde junto al Gremio de Albañiles. Gregor se había unido luego de demostrar sus habilidades durante el conflicto, ganándose un lugar entre los demás artesanos y trabajadores. 

    Por otra parte, Jensen había enloquecido luego de haber estado en un buque de guerra durante los enfrentamientos en altamar. Las historias de su tío todavía consiguen helar la sangre de las venas. Hoy día sigue describiendo una imagen medio ida, siempre con su mano izquierda temblorosa desde entonces. Shawn recuerda unas fuertes pesadillas tras una ocasión que le escuchó hablar de unas monstruosas tortugas marinas. De cómo sus colosales cuerpos emergian de los mares, y que al abrir sus grotescas mandíbulas proyectaban el pútrido aliento de la muerte mientras destrozaban los cuerpos de quienes caían por la borda. Jensen, dijo, que al cerrar los ojos aún podía escuchar los gritos desesperados de sus camaradas a través de la tormenta. Siempre conseguía crear un silencio incómodo y perturbador después de cada palabra, el resto del tiempo parecía tranquilo mientras se agarraba de la botella.

    En cuanto a su madre, Gregor simplemente le dijo que se había marchado de regreso a Kul'Tiras. Rara vez la volvió a mencionar.

    Regresar a casa fue extraño y no menos siniestro. Su hogar, al igual que la mayoría, eran sólo un copioso cúmulo de remanentes y ruinas. Páramos de Poniente era muy diferente a como lo recordaba, o quizá era su impresión, pero había un espíritu común de hermanamiento y esperanza por volver a levantar aquellas tierras. Con eso bastaba.

    Sin embargo Gregor sabía que, pese al fin de las hostilidades, aguardaban tiempos difíciles para todos. Los Stonecrow tendrían que apoyarse y prepararse para soportar años de escasez y verter mucho sudor hasta que los campos volvieran a dar alimento y el reino pudiera recuperar su normalidad. Afortunadamente, se daría un gran plan de trabajo por parte del Gremio de Albañiles: La Casa de Nobles de Ventormenta les había contratado para realizar la reconstrucción de la ciudad capital. Un proyecto masivo, pero que devolvería la prosperidad a tantos que habían perdido todo. 

    Por aquel entonces Shawn ya tenía sobre once o casi doce años. Era una época complicada, de fatigas y mucho esfuerzo, pero pese a la victoria sobre la Horda y la calma general era difícil asegurar que todo estuviera garantizado. Aún existía la amenaza del Portal Oscuro, allende las Tierras Devastadas, como también se sabía que aún  merodeaban orcos en alguna parte del reino, especialmente en las zonas más escarpadas remotas de Crestagrana. Gregor, al igual que muchos otros, comprendía que el mundo tal y como lo conocían había cambiado mucho. Existían cosas más allá de su entendimiento, más grandes y poderosas, de las que nunca imaginó posible. Orcos, brujería, demonios…

    Gregor temía que Shawn corriera tarde o temprano la misma suerte que su hermano Jensen, perturbado de por vida. Ya de por sí demostró ser un niño con dotes, saludable, pero había enfrentado a muchos traumas en muy poco tiempo y aquello le había afectado. Cuando no le costaba dormir, luego dormía demasiadas horas, como si en los sueños encontrara una vía de escape a una realidad demasiado dura para una mente tan joven. Luego, los libros eran su pasatiempo más habitual, y pese a que luego también disfrutaba salir a jugar en aquellos inmensos campos con las imaginarias espadas de madera o caña, pareciera que todo hubiera sido no más que pesadillas. Su padre sabía que algo había hecho mella en él, y, si esperaba verle feliz algún día, afrontar los desafíos que muy probablemente estuvieran aguardando… primero debía de hacerle fuerte. 

    Siempre detestó aquel argumentario de su propio padre, el abuelo de Shawn. Decía siempre “la letra con sangre, entra”, recordando la mano dura con la que fue educado hasta que pudo valerse por sí mismo y vivir su propia vida. No negaba que el trabajo y el esfuerzo hacían camino a la madurez, pero esos derroteros que solía despachar el abuelo Stonecrow no eran sino conceptos muy rancios y propios de gente demasiado simple. Shawn era un muchacho inteligente, por lo que solo bastó enseñarle el camino.

    Gregor se sorprendió de ver la predisposición de Shawn cuando le sugirió unirse como cadete a una academia militar de la marina. De ese modo no pasaría demasiado tiempo lejos el uno del otro, sino que podrían permanecer en la misma ciudad mientras ésta era reconstruida. Jensen, pese a que amaba a su hermano, no era precisamente la mejor de las tutelas mientras trabajaba junto al gremio. 

    Solo desde entonces la familia Stonecrow pudo disfrutar de un ambiente de verdadera paz, pese a los problemas habituales que surgían de vez en cuando. En cierto modo Gregor era más optimista de lo que consideraba. No pocas veces llegaron incluso a pasar hambre y penurias. A fin de cuentas… lo habían perdido todo. Dormían en chozas improvisadas y la comida había que conseguirla, cosa que no siempre era deseable que Jensen se ocupara de ello. Mientras tanto, Gregor volvía de trabajar con las manos peladas y la espalda torcida, al menos con unas monedas para la manutención de los obreros y poder sobrevivir hasta que llegaran tiempos mejores. Vivieron años con la promesa y la esperanza de que aquellos momentos difíciles terminarían pasando. Él no lo decía, al igual que poco se hablaba, pero a veces aquel trabajo tan duro e interminable se cobraba más de una vida cuando ocurría un accidente. Sin duda, nadie debía atreverse a decir que la ciudad se levantara solo con el sudor de sus gentes, sino también con su sangre.

    La academia mientras tanto permitió que Shawn pudiera cultivar una amplia variedad de disciplinas, a pesar de que era de los cadetes con más remiendos. También aprendió a sobrevivir en las calles, buscando a menudo su propia comida cuando golpeaba el hambre. Era un pequeño rufián, pero no carecía de buen corazón. 

    Mientras se esforzaba y trabajaba en la academia, ya fuera haciendo tareas portuarias y aprendiendo el oficio de marinero cual aspirante a grumete, el tiempo libre lo dedicaba a compartirlo con sus propios amigos. Dentro de la academia muy pocos, pero fuera de ella, en los barrios y callejuelas donde otros muchachos tenían todavía menos suerte, allí estaba. Shawn siempre supo cuál era su sitio, incapaz de reconocerse junto a los otros cadetes que eran mayormente hijos e hijas de oficiales o gente pudiente. De hecho, Shawn solía discutir con su padre sobre por qué unos sí podían dormir en casas de piedra bajo la lluvia, mientras ellos todavía tenían que apañarse con tiendas y cabañas. Gregor a veces se preguntaba por qué su hijo era tan sagaz. Pero le entendía perfectamente. Sólo podía consolar los ánimos recordando que su hogar aún estaba en Poniente, y que allí aguardaba hasta que pudieran regresar y volver a levantarlo, que merecía la pena todo aquel esfuerzo. Y era verdad. 

    O una verdad a medias, ya que a medida que pasaban los años, cada vez más cerca de completar la tarea de reconstrucción… las cosas no parecían prometer un final feliz. Ya era cada vez más habitual la tensión que crecía en torno a la resolución del proyecto. Había muchos rumores y poco alentadores en torno a la retribución del trabajo. Sí, los costos eran altos como cabría esperar de un proyecto así, pero pareciere que la Casa de Nobles estuviera reticente a cumplir con su parte. 

    Shawn ya era un adulto. Había pasado los últimos años, luego de que dejara la academia por… “conducta desobediente”, como intendente de un pequeño barco que mercadeaba con pieles y mercancías varias entre Ventormenta y el puerto de Menethil. No le iba mal, se independizó joven y demostró valerse por sí mismo, pero el sueño de los Stonecrow parecía desmoronarse a medida que las protestas empezaron a tener su razón de ser. Y así fue.

    Había pasado alrededor de una década, años de interminable trabajo y dedicación, únicamente alentado por limosnas para su desarrollo y la esperanza de una recompensa justa cuando el reino volviera a levantarse. El momento llegaba, pero las promesas parecían disolverse y retorcerse en una maraña de excusas y falsas prórrogas.

    Durante el tiempo restante, Ventormenta ya no era el escenario de la armonía y la fraternidad que habían unido a sus gentes en el propósito de construir un futuro digno y próspero para todos. No, sólo era próspero para una parte, sobretodo para la burguesía que disponía de las grandes casas y estructuras como si hubieran sido suyas desde tiempos remotos. La abundancia era boyante pero solo entre aquellos cuyas manos permanecían suaves, únicamente pulidas por el contacto de las monedas. El resto, recorría las calles protestando y reclamando lo que les correspondía por derecho.

    Tanto Shawn como su padre recordó las miradas de espanto y rechazo de los nuevos ciudadanos de la capital, como si hubieran olvidado quienes habían arrimado el hombro para levantar cada piedra de aquellas calles. Como si fuera totalmente inadecuado reclamar el fruto justo de tantos años de trabajo. En el mejor de los casos, sólo recibían insultos.

    La pugna llegó a durar años, tiempo en que las reclamaciones acabaron dando paso a las protestas activas cuando ya la Casa de Nobles no podía excusarse más. Debía cumplir con lo prometido, sin olvidar los intereses por demora, y pagar al Gremio de Albañiles lo que se le debía. La respuesta de los nobles: disolver el gremio.

    La orden de artesanos y trabajadores fue deslegitimada por decreto, obligando a su completa desarticulación y cese de sus actividades. Pese a que no todos en la ciudad estaban de acuerdo con la decisión, esto no evitó que terminaran surgiendo violentos disturbios en las calles y barrios de la ciudad. Lo peor fue cuando una piedra firmó la sentencia de aquella disputa sobre la frente de la reina Tiffin.

    Shawn había regresado a la ciudad tras su último viaje en el ‘Newgates’, donde trabajaba, comprobando la aparente quietud de la ciudad. Obviamente, pese a la tranquilidad era notable que algo había ocurrido mientras estaba ausente. Podía temer lo peor, pues sabía de su padre que la situación estaba alcanzando un punto crítico. Supo entonces de la muerte de la consorte del rey Varian Wrynn, quien en su depresión había dictado luto real y endurecido las ordenes de seguridad de la ciudad y las regiones. Sin duda en las calles aún se mostraban los desperfectos de los disturbios, manteniendo muchos muros llenos de pintadas y los locales cerrados por reformas… Así en todo. La ciudad incluso parecía más vacía. Pero más vacío era como encontró la habitacion de su padre y tío, cuando regresó a la posada donde se habían empezado a hospedar, así como su pecho fue invadido por el dolor y el miedo.

    Solo había un solo lugar posible al que ir, la ciudad ya no era segura para él. Pese a su aparente normalidad, era evidente que había un esfuerzo común para tratar de ignorar los últimos sucesos. Shawn pensó que se pretendía enterrar mucho más, aparte del cuerpo de la reina Tiffin.

    Antes de emprender la marcha al sur, hacia su viejo hogar en Páramos de Poniente, un impulso le motivó a ir en dirección de la prisión. Sabía que suponía un riesgo tentar a la autoridad a que le encerraran a él por estar emparentado con algún agitador, y no se equivocarían, pero necesitaba averiguar si los nombres o apellidos de sus familiares figuraban en algún registro de detenciones.

    Shawn llegó a la desértica plaza a mediodía, con el fuerte sol iluminando las calles. Algo en los muros llamó su atención…

    “La máquinaria no funcionará si las piezas reniegan”

    A pesar de que la pintura había sido emborronada, tratando de retirarla, aún quedaban marcas legibles. De igual modo, se distinguía un gran dibujo de un engranaje. 

    Mientras Shawn escudriñaba el significado de aquellas palabras, alguien lo sorprendió colocando una mano sobre su hombro. Al principio creyó que era un guardia urbano, pero nada más lejos de la realidad. Era su tío Jensen.

    Su encuentro fue un alivio final al cúmulo de agonías que estaba experimentando desde su llegada. Se abrazaron, dando gracias, pero Shawn no podía esperar por saber de su padre. No estaba con él.

    Jensen describió en su rostro el gesto que menos deseaba ver su sobrino en aquel momento. Un suspiro amargo se escapó, poco antes de que pudiera continuar. Sin embargo, Shawn necesitaba urgentemente saber qué había pasado. 

    La respuesta: desaparecido.

    Su tío decía que había intentado averiguar si estaba en la prisión, pero no obtuvo más que una violenta invitación a que saliera. Cierto era, cuando se dio cuenta, que Jensen presentaba varias heridas y contusiones por el cuerpo, incluyendo la cara. Si Gregor no estaba allí dentro, era probable que estuviera muerto. 

    Volver a Páramos de Poniente, a la vieja finca, era la idea que sugirió Shawn. Buscarle, encontrar pistas. Conocía bien a su padre y sabía que no se iba a desvanecer como un fantasma sin dejar antes alguna nota. Era un hombre lo bastante inteligente…

    Jensen por el contrario se opuso. Hacía años que la vieja casa permanecía abandonada. El viaje hasta el sur, aparte de peligroso y costoso, sería en vano. Pronto aquellas excusas arrancaron una discusión entre los dos. 

    Shawn quiso pegarle, pero tampoco hubiera sido justo. Jensen sabía de sobra todo cuanto había pasado en aquella ciudad mientras él no estaba. Debía concederle eso y más. Ambos marcharon hacia el puerto. Al parecer, Jensen tenía un plan. 

    Aquel plan consistió en tomar un barco, pese al pánico que tenía Jensen al mar, y poner rumbo norte. Era necesario alejarse un tiempo del reino de Ventormenta, al menos hasta que las cosas se calmaran. De regreso a Trabalomas, una vez más, Shawn se sorprendió de encontrarse de nuevo en aquellas tierras aunque sin poder recordar nada con exactitud. Lo que más le llamó la atención, fueron los campos de internamiento orcos.

    Al principio volver a contemplar a aquellos seres le revolvió el estómago durante un tiempo, aunque fue invadido por un sentimiento mucho más inusual y pesado del que podía imaginarse. Era lástima. 

    Siempre tuvo el recuerdo de unas criaturas monstruosas y brutalmente sanguinarias, nada que ver con lo que contemplaron una vez allí. Había orcos varones, mujeres, ancianos e incluso niños y niñas. Pero…

    Aquel pero se repetía constantemente en su cabeza. Chocando repetidamente contra la idea que se había formado en su cabeza. Los horrores de su pasado seguían allí en su recuerdo, pero lo que tenía ante sus ojos era muy diferente. Estaba mal, incluso. Estaba realmente mal. No era capaz de admitirlo con palabras, mucho menos delante de nadie allí, y ni por asomo delante de su tío. Pero… no encontraba diferencia entre ellos. Si, sus colmillos eran mucho más grandes, su piel y su corpulencia no pasaban desapercibidas…

    Pero respiraban, reían, se abrazaban…

    Así como jadeaban, gruñían y se enfrentaban, cuando los celadores les hostigaban obligándoles a marchar o trabajar en alguna tarea. Eran esclavos, cuanto menos.

    Shawn se preguntó si su padre, de estar vivo o en aquella prisión, no estuviera recibiendo la misma hospitalidad. Algunos humanos eran particularmente hábiles en ejercer la crueldad cuando se trataba de alguien diferente…

    Por aquel entonces, se produjo la segunda gran discusión entre él y su tío. Fue breve y bastó para darse cuenta de que Jensen aún guardaba el recelo de la venganza en su interior. No quiso saber más del tema. Shawn tampoco.

    Cuando llegó el momento de abandonar Trabalomas los hechos les habían cogido de imprevisto, como si volviera a repetirse la misma historia. Comenzó con siniestros rumores, que luego con los meses cobraban cada vez más fuerza. Cuando emergió el Azote de Lordaeron, así como la tercera guerra, Jensen y Shawn fueron de aquellos que se sumaron inmediatamente a la iniciativa de dejar las Tierras del Este. Con alrededor de veinticinco años, Shawn se embarcó junto a su tío rumbo al continente desconocido; Kalimdor.

    Aquellas salvajes tierras podrían haber marcado a Shawn, haciéndole ver que hay cosas mucho más grandes y poderosas más allá de los confines de su entendimiento y que, pese a quien le pese, los orcos eran el menor de los problemas. En parte así fue, pero a medida que crecía y maduraba, no olvidó el lugar de donde venía. Desde los muelles de Theramore, cuando fue fundada, pudo ver el horizonte mientras el sol desaparecía tras el océano, vislumbrando en su recuerdo la tierra que le vio nacer y todo cuanto había quedado allí. No importaba cuantos años podían pasar. Shawn nunca olvidó, ni perdonó. En cierto modo podía experimentar cierto alivio, como si allí pese a la naturaleza indómita de aquella tierra pudiera disponer de un nuevo comienzo. Pero de qué servía, si con ello daba la espalda a todo en lo que creía. Shawn sentía el peso de los remordimientos. Probablemente su padre languidecía de soledad, pena e incertidumbre en las oscuras mazmorras que él y sus compañeros ayudaron a levantar. Jensen parecía satisfecho en Theramore, lidiando con la Horda siempre que las circunstancias se lo permitían. Ahora tenía más problemas con los mandos que con la bebida. 

    Shawn, a diferencia de su tío, prefirió ser independiente y ganarse su sustento únicamente colaborando en las necesidades del bastión u ocupándose de sus propios asuntos. Fue así como empezó a fomentar los puertos libres. 

    Llegó un momento en que Shawn bien podría haberse acabado convirtiendo en algo parecido a un pirata. En cualquier caso, se abrió a un mundo diferente del que había conocido hasta ahora, descubriendo multitud de individuos de toda clase de razas. Algunas más amistosas que otras. Aprendió a cazar y comerciar pieles exóticas con las razas tribales de la región a cambio de bienes varios que eran más fáciles de obtener a través de los mercados y almacenes de la Alianza, y viceversa, prueba de ello es un collar de colmillos de jabaespin y un basto cuchillo para desollar que guarda consigo desde su primer encuentro con unos orcos. Ninguna de sus actividades congeniaba con las ideas de Jensen, ni con las de muchos otros en el bastión humano. A pesar de que estuviera aceptado por la relativa paz entre ambas facciones, Shawn aprendió a mantener sus asuntos con toda discreción. 

    Era difícil conciliar el sueño, pese a su nueva forma de vida. Cada noche recordaba una pregunta que se había estado repitiendo en su cabeza desde el momento que llegó: ¿Hasta cuándo? 

    Una noche, a su encuentro con Jensen en el camarote donde se hospedaban (si, pese a que Theramore no era precisamente pequeña, en la ciudad portuaria era más sencillo aprovechar los barcos para dormir), Shawn enfrentó directamente a su tío en busca de una respuesta. Igualmente era un adulto y podía tomar sus propias decisiones. ¿Pero acaso ya nunca iban a regresar a su verdadero hogar? ¿Acaso permitirían que Gregor se pudriera en una celda, o que aceptaran su desaparición sin más? ¿Iban a olvidar, como todos en Ventormenta, la traición que se había hecho sobre su propia gente? 

    Jensen quedó mudo por unos largos segundos. No tenía una respuesta clara que ofrecer, salvo tomar la botella al otro lado de la mesa. Shawn, pese a que por norma era alguien tranquilo y apacible, arrojó el cristal contra una de las paredes del camarote de un manotazo. Tenía su temperamento, y además era fuerte. Su tío comprobó que los ojos de su sobrino habían dejado de ser los de un muchacho confuso y asustado, que en lugar de amargarse como los suyos habían escogido enfrentarse a sus temores. 

    Era un cobarde, estaba muy cansado de batallar y perder… Una bocanada de hastío escapó de entre sus labios, su mano temblaba como de costumbre. La mirada del viejo lobo de mar yacía apuntando hacia los maderos del suelo, hasta que levantó la mirada de nuevo hacia su sobrino. Entonces Shawn lo supo. Jensen le había estado mintiendo, ninguna de aquellas preguntas tenían una respuesta clara, porque no la había. 

    Antes de que pudiera reaccionar, Jensen le detuvo. Alzó la mano y se dispuso a explicarle la verdad. Una verdad que era difícil de entender, difícil de soportar.

    Tras los fuertes disturbios, Gregor hizo prometer a Jensen que lo protegería y le alejaría de Ventormenta el tiempo suficiente hasta que la situación pudiera normalizarse. Una promesa que era imposible de cumplir porque las cosas en el reino no iban a cambiar.

    Estaban condenados, despojados de todo derecho. Gregor seguía vivo, pero se había visto obligado a tomar un camino por el que un padre sentía imposible arrastrar con él a su familia. Shawn se sentía descompuesto, la razón era sencilla: Su padre se había convertido en enemigo del reino.

    Todo vínculo con Gregor pondría en riesgo la vida de ambos, por tratar de protegerse unos a otros. Por el impacto que provoca la interferencia de los sentimientos en el ejercicio del cometido que ahora perseguiría, la venganza, la retribución… la justicia. Shawn lo comprendió como si la respuesta hubiera estado presente, diáfana, pero había sido incapaz de reconocerlo. Quizá porque no podía o no quería. Aquello significaba muchas cosas, quizá una de ellas, es que tal vez su padre sacrificaría su propia vida por aquello en lo que creía. Y por eso, posiblemente lo mejor era desaparecer.

    Shawn tenía treinta años prácticamente. Había pasado demasiado tiempo creyendo que todo se había perdido, conviviendo con la derrota y la incertidumbre a diario. Su padre tenía su misma edad cuando se abrió el Portal Oscuro por primera vez, ahora le tocaba tomar una decisión a él. Sin embargo, aún debía descubrir qué significaba todo aquello. 

    Para colmo, la quietud y relativa tregua en Kalimdor tocaría a su fin. Esta vez la nación de Kul’Tiras, con quien compartía lazos sanguíneos por línea materna, había llegado a las costas con el propósito de acabar con la Horda. 

    Shawn había crecido rodeado por la amenaza de aquellos seres, pero el tiempo y las circunstancias le permitieron ver las cosas de manera diferente. A ojos de Jensen los orcos iban a seguir siendo enemigos naturales, y quizá estuvieran destinados a enfrentarse para toda la eternidad, pero Shawn ya había dejado atrás esas ideas. Él miraba mucho más allá, veía más profundamente la naturaleza de los conflictos, tuvieran el origen que tuvieran. Para él, era mucho más grave la hipocresía y la traición perpetrada por su propia gente. Ahora estos mismos hombres amenazaban la frágil paz que se había logrado construir. Nuevamente los mismos errores, y la armonía hecha pedazos.

    Tanto Shawn como su tío tenían instinto para prever los problemas que se avecinaban, pero era muy tarde para huir. El bloqueo y súbito control de Theramor por parte del gran almirante Proudmoore hacía imposible evitar la contienda…

    Estaban entre la espada y la pared, entre la Horda que se congregaba para iniciar el asalto a la ciudadela, y el látigo de la Alianza para combatirla. Todo el que rehusara acatar las órdenes, era arrojado a las mazmorras.

    Para Jensen fue fácil tomar la espada. Para Shawn, era diferente: Fue llevado a las celdas de los cuarteles junto con otros tantos indecisos, “para que pudiera reflexionar hasta que pudiera ser juzgado debidamente por desacato y traición”. 

    Cuando todo acabó, la Horda abandonó Theramore sin verter ni una gota de sangre más de la requerida. El gobierno de la ciudad portuaria recuperó su legítimo orden, pese a quienes habían caído por la tiranía de unos pocos. Aquel capítulo de la historia enseñaría valiosas lecciones a Shawn, cuyas decisiones estaban por tomar.

    Jensen estuvo a punto de morir. Sus ansias de venganza ciega le llevaron a enfrentarse a cualquiera que tuviera la piel verde, sin cuestionarse la profundidad de aquella situación, pero una segunda oportunidad le permitió también aprender a tomar mejores decisiones. En su lecho, mientras se recuperaba de las heridas, hizo que Shawn le trajera su cuaderno personal. Una bitácora propia, que hacía las veces de diario.

    Bajo la tela de una de las solapas, mediante las indicaciones de su tío, Shawn extrajo un viejo papel de uno de los pliegues. Había permanecido allí guardado durante años. Aquel trozo de pergamino, que pertenecía a una de las muchas hojas de un grimorio de tamaño medio, llevaba un escrito hecho por el puño y letra de Gregor...

    Spoiler

    Las promesas de paz y prosperidad de los Wrynn han caído en el olvido, dejando tras ellas una estela de sufrimiento e infortunios. Las mentiras urdidas por la Casa de Nobles han mancillado el honor del pueblo de Ventormenta. 

    Entre los gremios existe un descontento generalizado debido a los engaños perpetrados por los nobles, suponiendo el desamparo de civiles, el sometimiento de los menos afortunados al hambre y la miseria, el encarcelamiento constante de aquellos que protestan…

    Mi labor como artesano ya no consiste en construir un lugar mejor, sino en procurar un futuro justo y digno para todos nosotros. Para mí hijo. 

    No encuentro ni un sólo hombre o mujer en situación de hacer frente a esta situación, que tenga el valor suficiente para hacerlo. Estoy rodeado de quienes no pueden o no quieren enfrentarse a la verdad. Wrynn y la Casa de Nobles no son solo un puñado de infames tiranos con poder, también son quienes por desgracia siguen controlando estas tierras y a todas sus gentes. 

    Es necesario rebelarse. 

    Soy un hombre de honor, sirvo a mi patria. Pero esta ya no es mi patria. Estuve allí cuando estalló la primera guerra contra la Horda oscura, cuando salvé todo cuanto pude y huí con mi familia al norte. Cuando se declaró la segunda, estuve allí en las costas de Trabalomas en campaña contra los orcos, levantando muros y cavando trincheras. Y al regresar a casa, un peñasco calcinado de lo que algún día fue, estuve allí cuando nos arrebataron el futuro después de levantar sus castillos y altos hogares.

    Me encontraba allí tirado sangrando cuando los soldados nos apalearon y expulsaron, sabiendo que si íbamos a permitirlo no dejaríamos a nuestros hijos más que vergüenza y miseria. Ahora sé que sólo hay un modo de hacer justicia. Al hacerlo me convertiré en traidor, pero lo acepto. 

    × × ×
    G. E. S.
    × × ×

    Luego de que pudiera leer esas palabras, Jensen le confesó que si quería saber más debía buscar a alguien llamado Barlow, quien con toda seguridad estaría aún en las celdas. La única advertencia era: si estaba determinado a seguir ese camino, debía comprender que ya no habría vuelta atrás.

    Jensen le dijo que aún debía hacer una cosa más: Esperar a la medianoche y aguardar al cambio de turno; además, llevar consigo dos odres con vino. Shawn titubeó, no creía que fuera a ser tan sencillo como sobornar a los guardias con alcohol, pero Jensen insistió.

    Cuando Shawn entró a los cuarteles todo parecía normal, salvo por la considerable magnitud de residentes en las enfermerias. Había un ambiente sosegado propio de las horas tardías y, para su sorpresa, no hubo reticencia en que accediera a las celdas. Ya había estado allí, de hecho. Tan pronto le detuvieron de seguir avanzando, Shawn únicamente mencionó que pasaba a visitar a un amigo. Ante el silencio, decidió sacar uno de los odres como muestra. 

    Los dos guardias tomaron el odre y volvieron a sentarse, dejando que Shawn continuara hacia la galería de celdas. Se sorprendió de la facilidad con la que la seguridad podía ser burlada, pero no era momento para hacerse preguntas al respecto, tenía que ver a alguien. Aunque no sabía muy bien a quién…

    No había sino unos pocos presos, mayormente con estado de embriaguez y durmiendo la mona. En la penúltima celda se detuvo, pronto algo llamó su atención.

    Sus ojos ya habían visto aquel dibujo en los muros de Ventormenta. Estaba convencido de que el engranaje de su mano era una pista, luego el hombre que se sujetaba la cabeza alzó la mirada. A los pocos segundos de silencio, con gesto severo le preguntó quién era.

    Shawn se sentía extraño ante la forma tan fluida en que se desarrollaban las cosas, aunque pronto intuyó que Jensen sabía lo que se hacía y que aparentaba ser más ignorante de lo que realmente era. No saber bien dónde estaba, o por qué, solía incomodar bastante a alguien como él dado que siempre evitaba sentirse a la deriva. Tanto literal como figuradamente.

    “Un amigo”, dijo finalmente Shawn, después de preguntarse si era necesario decir su nombre. Evidentemente, no se conocían. Cuando Barlow alzó una ceja y volvió a hablar, no fue necesario que terminara la frase: “Un amigo traería vi…”. Shawn había sacado el odre.

    El hombre se levantó y caminó sin prisa hacia los barrotes, más pendiente de Shawn que del propio vino que le extendía. Era evidente que éste solo era una excusa, o una invitación a parlamentar.

    Barlow sujetó los barrotes con su mano derecha, la cual lucía el tatuaje del engranaje. Shawn también pudo observar el dorado anillo de su dedo índice tras un gesto de soslayo, antes de que la otra mano tomara el vino. Nuevamente, Barlow describió un brillo inquisitivo en sus ojos azules. En cambio los de Shawn parecían llenarse de nuevas preguntas, había algo que no le cuadraba.

    El hombre frente a él lucía varios detalles inconexos. Aparentemente, viéndole en pie y a la luz, lucía una vestimenta propia de la flota de Kul’Tiras que poco tenía que ver con el hecho de que llevara tatuado el engranaje en su mano. Poco podía ser una coincidencia, su instinto se lo decía.

    Shawn hizo la pregunta más obvia, “la cuestión es, quién eres tú”. Barlow, si así se llamaba, esbozó una sonrisa jubilosa. Aún así mantenía un gesto afilado y adusto, pero a través de sus labios se escapaba una tenue risa. Parecía complacido, cosa que intrigaba aún más a Shawn.

    “Un amigo”, Barlow asintió. Alzó el vino y dio varios tragos antes de devolverle el odre a Shawn, invitando a compartirlo. Luego le sujetó la mano derecha un instante, sin forzarla, preguntándole a él dónde llevaba la marca. 

    Pareciera que Shawn estuviera hecho para conocer todas las respuestas. Quizá cuando dos mentes piensan igual, las palabras surgen por sí solas. Respiró profunda y suavemente, dejándose llevar por la reflexión de aquel momento durante unos breves segundos.

    “Aquí…”, respondió, llevándose una mano al pecho.

    Barlow volvió a recuperar la seriedad, asintiendo quedamente. Sin duda le comprendía más allá de lo que imaginaba. Ya poco les faltaba para comerse la boca el uno al otro. 

    De repente, comenzaron a darse cuenta de la situación. Tan pronto empezaron a mirarse raro mutuamente, ambos estallaron en carcajadas durante un rato. Shawn tuvo que secarse una lagrimilla, incapaz de contener el humor, Barlow mantuvo la sonrisa unos instantes y luego retomaron la conversación. 

    En ese momento Shawn le dijo que había venido a verle por indicación de Jensen. Sin embargo, antes de que pudiera acabar la frase, Barlow le detuvo. Su gesto se había descompuesto, desbaratando su ceño para dar lugar a una melancólica y sorprendida mueca.

    “Tu eres el hijo de Gregor”, musitó. Su aliento parecía agitarse, sin apartar la vista de Shawn. Como si le conociera de toda la vida, atravesó los barrotes con sus brazos y se abrazó de él tanto como pudo.

    Aquel instante tomó a Shawn por sorpresa, haciéndole sentir más vulnerable que cualquiera de las situaciones que había vivido hasta el momento. Curiosamente no sabía si por el tiempo que extrañaba un gesto así, temblaba por dentro sin saber qué pasaba. Permanecía sediento por descubrir quién era ese hombre y qué podía saber se su padre. Llevaba demasiado tiempo esperando respuestas.

    Entonces Barlow le soltó y llevó su mano derecha a un lateral del rostro de Shawn, sujetándolo con firmeza. “Realmente eres la viva imagen de tu viejo”, dijo, luego entonó una suave risa.

    Obviamente Shawn, pese a que sentía una agradable y prematura confianza hacia Barlow, seguía confuso hasta que éste apaciguó sus dudas. Para empezar su nombre era James, quien además era un cercano amigo de su padre. Prometió que las respuestas llegarían pronto, lo importante era saber que Gregor estaba bien, que volverían a reunirse cuando fuera el momento adecuado. De momento tocaba esperar solo un poco más, hasta poder reunirse en un entorno más apropiado. 

    Dos días más tarde liberaron a Barlow de su detención, las causas habían sido motivadas por una reyerta sin importancia. Shawn dedujo por qué, pues solo así pudo haber dicho Jensen que seguramente continuaría en las celdas, por tanto mucho tenía que ver que detrás de ello hubiera una significativa y acalorada discusión entre ambos. Probablemente el vino hubiera sido una manera de hacer las paces. Barlow lo confirmó, admitiendo que se parecía a Gregor más de lo que imaginaba.

    Del mismo modo, Barlow puso al día de cómo habían ido las cosas en los reinos del Este. La situación pintaba mal en Ventormenta, para poco variar, entre otras cosas. Fue entonces cuando Shawn supo que tanto Barlow como su padre estaban involucrados en algo más que una mera oposición contra el gobierno de Ventormenta. 

    Obviamente Barlow pretendía no entrar tan pronto en un tema tan delicado, pero ya era tarde para aquellas sutilezas tratándose de Shawn. Aún poseía el manifiesto. Esta información era de absoluto secreto y exigía la máxima discreción de su parte, por una cuestión vital y de interés para la causa, así que Barlow le instó a quemarla de inmediato. Shawn conocía ya las palabras de memoria, después de leerlo repetidas veces, una y otra vez, y aunque fue reticente al principio finalmente hizo lo más sensato. Quizá tras haber podido conocerlas ya su propósito estaba suficientemente satisfecho. 

    Deshacerse de la única posesión que le acercaba a Gregor de alguna forma le permitió comprender que las cosas materiales carecen de valor real. A menudo no son sino un lastre físico y espiritual. Sin embargo, para Barlow aquello sirvió como muestra del compromiso que era capaz de hacer. Sólo entonces le habló de la Hermandad Defias, que ya empezaba a conocerse en las regiones. Shawn apenas había escuchado rumores hasta entonces, pero lejos de las historias que buscaban criminalizar y demonizar sus acciones, aprendió la verdadera naturaleza que había detrás. No era de extrañar que sintiera su propósito ligado al de esta causa, la de hacer justicia y vengar los ultrajes cometidos contra el pueblo. Y, personalmente, contra él y su familia. 

    Lejos del romanticismo de la rebeldía Barlow no esperaba menos del hijo de Gregor, pero aún era muy pronto para él. Independientemente de lo que pensara, Shawn le hablaba muy en serio. Sus ojos denotaban un profundo recelo que no se había desvanecido con el paso de los años. Por fuera su apariencia podía describir a un hombre disciplinado y afable, cualidades que no tenían por qué ser ajenas a él; sin embargo Barlow distinguió algunos rasgos más tras la mirada de Shawn. Entre otros, la paciencia.

    Eso sí era algo con lo que podía contar. Barlow era incapaz de situar a Shawn en las operaciones de la hermandad ni mucho menos, ni era un honor que se pudiera ganar o merecer por cuestión de voluntad. La verdad, tratándose de ser hijo de quien era, fue todo cuanto esperaba ofrecerle. Sin embargo Barlow ya sospechaba con que aquello no bastaría.

    La determinación de Shawn a seguir aquel camino desde que estallaron las protestas, tal como le ocurrió a todos aquellos que soportaron el peso de las grebas sobre sus cabezas, era algo innegable e incuestionable. Únicamente su momento se había postergado indefinidamente hasta aquel instante, y ni él ni nadie le iba a cambiar. La ira de un hombre paciente es todavía más peligrosa que su espada.

    Barlow podía hacer dos cosas, observar a partir de ese momento, o… guiarle.

    Quizá Jensen sabía que desde el instante en que su sobrino supiera del destino de su padre, no habría quien pudiera detenerlo o desalentarlo a seguir sus pasos. Aunque estos le pudieran llevar a la muerte. Probablemente había esperado lograr en Theramore lo que no pudo en Páramos de Poniente con su propio hijo, Hanse. Jensen sólo trataba de protegerlo.

    Cuando Shawn fue a despedirse, su tío le recordó que hay muchas más cosas por las que vivir que la venganza. La respuesta de su sobrino, aunque entendía aquello que le decía, arrancó una lagrima de sus cansados ojos: rendirse ante la injusticia, olvidar a quienes la padecieron y permitir que se perpetúe, eso es morir en vida. 

    Shawn salió de los cuarteles de Theramore sintiendo que algo en su interior había cambiado. O quizá no. Sencillamente parecía que un gran peso había desaparecido por fin, y que el vacío de su interior se había llenado por la claridad y el hecho de saber quién era. Antes de continuar, apenas dando unos pasos, algo llamó su atención… La noche cubría el cielo con infinitas estrellas, pero bajo este a un lado del camino una pequeña criatura sollozaba: Un polluelo indefenso que apenas podía alzar el vuelo. 

    Sin pensarlo dos veces, instintivamente Shawn lo recogió del suelo y se lo llevó al bolsillo de pecho de su casaca. Aquel encuentro lo consideró una señal tras la conversación que más tarde tendría con Barlow. Antes de alzar el vuelo, primero iba a tener que aprender.

    Varios años han transcurrido desde aquella noche. 

    En la fecha presente, un barco atraca en los muelles de la gran ciudad de Ventormenta con un pasajero muy diferente a como la recordaba. Shawn había alcanzado los treinta y seis otoños, empleando los últimos años en prepararse para su nueva etapa de regreso en su tierra natal. Su historia comienza ahora. 

     

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    El Gremio de Albañiles
    (The Stonemasons Guild)

                                                                                                                                                                          


     

    Trasfondo/Resumen

    El Gremio de Albañiles (The Stonemasons Guild) era un gremio de artesanos y constructores, similar a la Real Unión de Canteros enana (Royal Stonecutters Union), con Edwin VanCleef como su líder electo. 

    Construyeron el Castillo de Nethergarde y luego fueron contratados por la Casa de los Nobles de Ventormenta para reconstruir la Ciudad Capital después de la Segunda Guerra. 

    A través de años de trabajo, completaron la reconstrucción de Ventormenta, momento en el cual las facturas, tarifas y salarios del Gremio de Canteros quedaron sin pagar y sin pagar. Sin embargo, el gremio tenía algunos partidarios de nobles familias, como Tiffin Wrynn o el conde Erlgadin y su hijo S. J. Erlgadin, quienes habían tratado de encontrar una solución al creciente conflicto. Especialmente, la reina Tiffin fue la mayor partidaria de pagar al Gremio de Albañiles la suma inicialmente acordada.


    En ese momento, Edwin VanCleef había sido elegido líder de los Canteros, y habló, exigiendo la restitución de sus trabajos. En respuesta, la Casa de los Nobles de Ventormenta ordenó que se disolviera el Gremio de Canteros, lo que, comprensiblemente, enfureció a VanCleef. Liderando un motín, VanCleef condujo a los Canteros hasta las afueras de la ciudad.

    Durante los disturbios, el teniente y asistente más confiable de VanCleef, Bazil Thredd, fue capturado y encarcelado. En espera de juicio e interrogatorios, Thredd fue casi olvidado en la prisión al igual que muchos otros miembros. 

    Al regresar VanCleef, después de sacar a los restos de los Canteros de Stormwind, se aprovechó del estado relativamente desprotegido de Páramos de Poniente y usó su considerable mano de obra para ahuyentar a muchos de los granjeros y hacerse cargo del puñado de minas de oro. Muchos se fueron con Edwin VanCleef y juntos formaron la Hermandad Defias.

    Desde entonces, aprovechando los recursos a su disposición, VanCleef tramó un plan de retribución contra el gobierno de Ventormenta. 

     


     

    Información adicional

    Fechas de interés y situación temporal

    Año 7 : Post-2ª Guerra / Nethergarde / Inicio de la reconstrucción de Ventormenta

    Se establece el castillo de Nethergarde, para mantener una vigilancia constante sobre la "brecha dimensional" que sigue existiendo en las Tierras Devastadas. Su construcción fue financiada por los varios reinos de la Alianza de Lordaeron, algunos más voluntariosos que otros, y fue erigido por el Gremio de Albañiles bajo la supervisión de Edwin VanCleef. Los más célebres líderes de la Alianza, junto al Kirin Tor, convencieron a los miembros de la Alianza que tan alto coste en cuanto a la construcción de dicha fortaleza era bien merecido considerando los peligros que suponía la posibilidad de una segunda invasión. 

    Siguiendo la derrota de la Vieja Horda durante la Segunda Guerra, hombres y mujeres regresaron a las ruinas de Ventormenta y comenzaron a reconstruir su reino, así como sus hogares como testamento de su propia supervivencia. Al mismo tiempo, la gran ciudad comenzaba a ser minuciosa y sacrificadamente reconstruida por el Gremio de Albañiles, quienes habían sido contratados por la Casa de Nobles. 

    Año 15-18 : La Alianza se quiebra / Liberación de la Horda

    Los líderes de las naciones de la Alianza comienzan a reñir y discutir sobre las posesiones territoriales y la disminución de la influencia política. El rey Terenas de Lordaeron comienza a sospechar que el frágil pacto que habían forjado durante su hora más oscura no duraría mucho más. Terenas había convencido a los líderes de la Alianza para que prestaran dinero y trabajadores para ayudar a reconstruir el reino sureño de Ventormenta, que había sido destruido durante la ocupación orca de Azeroth. Los impuestos tan altos que resultaron, junto con el alto costo de mantener y operar los numerosos campos de internamiento de orcos, llevaron a muchos líderes, Genn Greymane de Gilneas en particular, a creer que sus reinos estarían mejor separados de la Alianza.


    Miembros conocidos 

    - Edwin VanCleef

    - Baros Alexston

    Spoiler

    En su infancia, Baros vivió y trabajó en la Granja Alexston en Westfall. Más tarde, la casa de su familia fue incendiada y tomada por ladrones (no Defias). El padre de Baros no pudo salvar todas sus posesiones, por lo que las escondió en la granja.

    Se convirtió en miembro del Gremio de Albañiles. Trabajó con Edwin VanCleef, y su proyecto principal era reconstruir Ventormenta después de la Guerra. A través de años de trabajo, el Gremio completó la reconstrucción de Ventormenta. En ese momento, Edwin VanCleef había sido elegido lider, y habló, exigiendo la restitución de sus obras. En respuesta, la Casa de los Nobles de Ventormenta ordenó la disolución del Gremio de Albañiles. Dirigiendo una revuelta, VanCleef condujo a los miembros fuera de la ciudad. Fue en este momento cuando se le ofreció a Alexston el puesto de arquitecto de la ciudad si no se unía a VanCleef. Debido a ciertas diferencias ideológicas, Alexston decidió permanecer en Ventormenta.

    Se sabe que el Maestro Mathias Shaw le debe un favor a Baros, aunque no se sabe por qué.

     

    - Morgan el Coleccionista

    Spoiler

    Se especula que pudiera ser un antiguo miembro del Gremio de Albañiles. Actualmente es un ladrón y un agente Defias a cargo de las operaciones de la hermandad en Elwynn, concretamente de la recogida de oro robado de las minas del bosque. Conocido como "El Coleccionista", se encuentra en el huerto de calabazas Brackwell, en la región, y tiene un anillo proporcionado por Edwin Vancleef que proporciona pistas sobre la conexión entre la Hermandad Defias y el antiguo Gremio de Albañiles en Ventormenta, hecho que inicialmente se desconoce.

    Por lo general, a través de su apodo, se le considera un simple bandido de la región pero se desconoce para quién trabaja.

    Se acompaña de Surena Caledon, quien era aprendiz de Gakin the Darkbinder y se especula que pudiera ser una súcubo; y también de Erlan Drudgemoor, un matón el cual convenció a Surena de que abandonara sus estudios y se uniera con él a la Hermandad Defias.

    - Erefor Pelija

    Spoiler

    Erefor Pelija es miembro de la Hermandad Defias. Fue uno de los arquitectos a cargo de la reconstrucción de Stormwind. Ayudó a diseñar el bloque de comerciantes del este. Brann Bronzebeard había trabajado con él durante la construcción. Brann se topó con él durante un viaje en Páramos de Poniente. Erefor no lo recordaba. Charlaron juntos, lo que le permitió a Brann aprender un poco sobre la Hermandad.

    Erefor envía una factura trimestral a Stormwind solicitando los pagos adeudados con intereses.


    Objetos de interés 

    • Anillo ("El anillo del Coleccionista"), sugiere que los miembros del Gremio reciben un anillo por su larga duración como miembro, obsequio de VanCleef. Gravado con las palabras 'Por años de servicio: - EVC'. 

    • Capa del Gremio de Albañiles, prenda común de los obreros y miembros del gremio.

     


     

     

    Spoiler

    Tenía esta traducción guardada desde hacia algún tiempo, con su correspondiente blasón, intentando recopilar información acerca de la formación que precede a la conocida Hermandad Defias. Los datos que hay oficiales, como es costumbre, son algo confusos y hay que buscar minuciosamente para encontrar los mismos y encajar los hechos y fechas en un orden y comprensión coherente. Espero que esto ayude un poco y con el tiempo pueda servir como guía orientativa que pueda adaptarse al lore de PyE.

     

     


     

     

     

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    Nombre del personaje: Einar McMutton Altura: 1,15m
    Raza: Enano Peso: 80kg
    Sexo: Hombre Lugar de Nacimiento: Dun Morogh
    Edad: 92 Ocupación: Criador de carneros / Aspirante a aventurero

     

    • Descripción Física:

    Es un hombre corpulento con un fuerte acento. De cabello largo y grueso hasta los hombros, con incipientes entradas y de color cobrizo. Unos ojos claros níveos de tonos verde-azulados. Nariz gruesa y de aspecto duro, pómulos amplios, dentadura completa y suficientemente limpia. Por último y más importante, una frondosa barba admirablemente trenzada y cuidada, portando unos sencillos adornos.

    Ligera barriga y de curtido físico laborioso, más diestro que fuerte. Suele llevar ropajes de tela acolchada, abrigo y piezas de cuero curtido propias de un habitante de la montaña.

     

    • Descripción Psíquica:

    Es hombre de familia, padre de seis recias muchachas y un varón. Afectuoso y enamorado esposo hasta que quedó viudo, aunque mantiene un vivo recuerdo de la enana que robó su corazón: una feroz y valiente guerrera jinete de carnero. Aparte, tiene una tía-abuela llamada Angus, la cual llama a su martillo de guerra "Diplomacia", y además un carnero inseparable llamado "Copón de Nieve", o sencillamente "Copón".

    Einar es un enano tranquilo y apacible, de mirada serena pero intensa. La pérdida de su afamada compañera supuso un duro golpe con el que carga en silencio, recordándola con nostalgia y pasión. Afortunadamente, conserva una hueste de hijas e hijo que lo mantienen firme de espíritu y ansioso de NO ser abuelo demasiado pronto, tratando de escapar a las varias décadas de paternidad ya vividas (aunque en el fondo se desviva por los pequeños y pequeñas).

    Pasando a un nivel más personal e individual, se caracteriza por ser un preocupado de la política, algo supersticioso y aficionado de la naturaleza. Valora la libertad y la vida al aire libre, pese a que dedicó mucho tiempo al cuidado de sus retoños, sacrificio que hizo gustosamente. Es humilde y bondadoso, muy amigo de sus amigos y juerguista bajo el influjo de las bebidas espirituosas propias de los enanos; por otra parte, es de un temperamento desbocado cuando su abundante paciencia se agota o se le hiere su sensibilidad.

    De resto, es un enano digno de compartir aventuras y amistad. Toca la gaita, o eso dice…

     

    • Ficha Rápida

    No (1000 palabras mínimo)
     

    • Historia
    Spoiler

     

    Su nombre de pila era "Skjor'vajdurr" McMutton, ya que sus padres originalmente querían una niña, pero en búsqueda de la sencillez adoptó el nombre de Einar a una temprana edad. Vivió varias décadas de abundante paz, naciendo en época posterior a la Guerra de los Tres Martillos, siendo su única preocupación el día a día criando carneros como tradición familiar, beber cerveza y cazar eventualmente. Todo cambió para él cuando la conoció a "ella". Aquella enana de cabellos rojos como la sangre, de piel nívea y fuerte en múltiples sentidos... Oh, desde entonces el mundo giró más de una vez para él. Nunca tuvo grandes ambiciones en la vida, pero aquella maravilla prendió de fuego su corazón, como despertando una criatura durmiente.

    Hasta entonces la suya era simplemente la de un humilde criador de carneros aspirante a poco más. Sin embargo, de alguna manera caminar junto a la grandeza le hizo grande. “Ella” apuntaba alto, una formidable guerrera y jinete que destacó en los relatos del ejército como pocas había: Una aventurera fuerte y muy capaz. Una gran luchadora.

    Durante aquellos tempranos tiempos de paz sus caminos se encontraron. No obstante nadie sabe cómo entre ellos, tan diferentes parecieran, pudieron encontrar en el otro un espíritu afín. De hecho, guardaron con recelo su relación lejos de chismorreos y habladurías. Juntos crearon un pequeño hogar al noreste de Kharanos, donde con el tiempo el amor que surgió entre ellos dio como fruto una tanda de tres niñas consecutivas, luego dos gemelas, y finalmente dos mellizos. Nadie supo comprender cómo fue posible la unión entre ellos y mucho menos CÓMO lograron proliferar de aquella manera. Pese a la discreción siempre se bromeo, con cierto respeto, que aquella pareja cualquier año engrosaría por sí sola la mitad de las filas militares de Forjaz. No sería raro encontrar un McMutton en cualquier región del martillo, ya fuera cercano o lejano. Quizá no tanto, pero quien buscaba lo suficiente encontraba tarde o temprano un pariente.

    McMutton los había Barbabronce, mayormente, pero no era raro encontrarlos entre los Martillo Salvaje. Incluso se rumoreaba que también hubiera algún Hierro Negro compartiendo lazos sanguíneos. Nunca se comprobó.

    En cualquier caso para Einar solo quedaba esa familia que efectivamente, lo dejó abrumado por las bocas que alimentar. A pesar de ello, sacó tiempo para alimentar a su camada de pelo rojo, dedicarles cuanta educación era necesaria y todo el cariño que merecían. Se volcó en devoción a su familia para verlos crecer fuertes y sanos.

    Eventualmente, su compañera marchaba rumbo a alguna aventura o mayormente servir a su tierra protegiéndola o luchando allende las fronteras. Llegada la tercera guerra, posterior a protagonizar numerosas hazañas… no volvió a casa.

    Sin poder conocer detalle alguno sobre su final, Einar se cerró en sí mismo durante largo tiempo, tragando con fuerza el vacío de su pecho. Sus hijas e hijo fueron el pilar que lo mantuvo y la fuerza que lo impulsó a continuar, aplacando su dolor a medida que crecían. Cada uno de ellos luce rasgos de su amor, compartiendo alguno de él. Y sólo aquello devolvió calor a su corazón.

    Poco a poco su camada fue abandonando el nido, con sus seis hijas convirtiéndose por supuesto en formidables guerreras en busca de aventuras por doquier. Sus nombres: Skjor, Skaal, Vaakma, las gemelas Quothan y Umhra, y finalmente Helga. Esta última, aspirante a arqueóloga y fervientemente admiradora de Brann el explorador. Las gemelas construyen un porvenir conjunto en Forjaz como herreras, y el resto blanden martillos sobre los cráneos de sus enemigos. Skaal concretamente tiene la asquerosa manía de coleccionar orejas y dejarlas como ofrenda en la puerta de casa, cosa que entusiasma a la vieja Angus… Por no hablar de cuando todos se reunían por la festividad del solsticio de invierno o peor aún, la fiesta de la cerveza. Un verdadero caos McMutton.

    Por otra parte, su hijo Haggis, el más pequeño, destacó en la caza y se dedicó a la vida de montaraz compartiendo aficiones padre e hijo. La crianza de carneros fue una labor que disminuyó con el tiempo, quizá porque terminó regalando un carnero a cada uno de sus buñuelos cada vez que alcanzaban la madurez, así hasta que el hogar McMutton dejó de ser un rancho como tal. Por suerte, el abundante número de su familia permitía que siempre se encontrará a alguno de sus miembros en el interior. Y de algún modo, solía seguir albergando un pequeño grupo de cabras.

    Einar vio que era momento de retomar su vida. Había cumplido como padre, con un sin fin de vivencias y hermosos recuerdos. Pero tan pronto llegó el día, sintió el impulso de embarcarse él mismo en un viaje. Quizá para encontrar la respuesta al destino de “ella”. Quizá para encontrarse a sí mismo.

    Preparó su equipo, tomó su mosquete, puso las riendas a Copón, emprendió la marcha… volvió para dejar una nota a sus retoños y coger su gaita, se hizo un bocata con lo que había porque le sabía mal que se echara a perder el poco queso que quedaba, quizá fuera sólo una excusa, recordó que aún tendría que despedirse de su tía Angus no fuera que lo siguiera para aplicarle un poco de Diplomacia… Le costó partir. Ni siquiera pretendía hacer un largo viaje, como poco salir más allá del pueblo y ya se vería.

    O quizá le daba miedo admitir que probablemente deseaba llegar lejos, y que no esperaba volver a casa pronto.
     

    Corderitos míos,

    Como ya sois adultos he decidido tomarme unas vacaciones y salir a ver tierras lejanas.

    Como vivimos en el mundo que vivimos, si muero no os lamentéis y procurad que no vuelva transformado en un zombie de esos o iré a buscaros con tal de moleros a palos por dejar que vuestro viejo se pudra en la no-vida en lugar de poder reunirme con vuestra madre al otro lado.

    Skjor, como la mayor y como se que eres más bruta que un puchero de piedras, te encomiendo la tarea de recordárselo a tus hermanas si se ponen remolonas, el ogro o la criatura a la que estéis haciendo llorar puede esperar.

    Os quiero. Si eso nos vemos en unos meses para la fiesta de la cerveza.

    Papá.

    Pd: Skaal, cuando vengas limpia tu puñetero cuarto. Hay algo que se mueve dentro y llevo cuatro días sin dormir.

     

     

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  7. Nombre: Einar McMutton

     

    Atributos
    6 Físico
    8 Destreza
    6 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    18 Mana
    7 Iniciativa
    9 Ataque a Distancia (Rifle de chispa)
    9 Ataque CC Sutil (Espada Ligera)
    9 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    1 Atletismo
    Destreza
    1 Rifle de chispa
    1 Espada Ligera
    1 Cabalgar
    1 Escalar
    1 Defensa
    1 Nadar
    1 Sigilo
    1 Trampas/Cerraduras
    Inteligencia
    1 Comercio
    2 Fauna
    1 Leyes
    1 Religión
    1 Sanación/Hierbas
    1 Cirugía/Anatomía
    1 Supervivencia
    1 Tradición/Historia
    1 Peletería
    1 Ingeniería Enana
    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Rastrear
    1 Reflejos
    1 Rumores

     

    Escuelas/Especializaciones

     

     


  8. Anteriormente...

    Spoiler
    •  Alondra asiste a Godric durante las curas habituales de sus heridas, creando un pequeño vínculo de confianza, pese a que de primeras fue un encuentro violento y delicado.
    • Dicha confianza se incrementa con los días y los sucesivos encuentros, llegado el punto de compartir alguna historia personal. En consecuencia, Godric revela una parte de su pasado...


     


     

    Acto III. Una breve mirada atrás 

    La ruina cayó sobre mi familia tiempo atrás. Blackwall era un apellido humilde pero próspero en los años venideros de la segunda guerra, que pudo establecerse bien en la aldea. Vandermar era mi pueblo. Un lugar grande y protegido contra los peligros exteriores, por lo que la vida no recibía amenazas a menudo, sino que transcurría en relativa paz.

    En aquel momento, mi hermano era un recién licenciado del ejército, dejando atrás su tiempo de recluta para servir con orgullo al reino en la defensa de la región. Mamá por otro lado era una hábil botánica, conocedora de secretos sobre plantas que iban más lejos de los conocimientos que describían los libros. Siempre demostró entender mucho más de lo habitual, era sabia… Y muy cariñosa.

    Por otro lado, mi padre. Galeno de profesión y afectivo en mis años más jóvenes, por lo que puedo recordar, al menos hasta que cambiaron las cosas. Nunca entendí bien por qué todo empezó a ir mal.

    Empecé a verle menos, incluso cuando no trabajaba. Se encerraba horas en su despacho, centrado en sus estudios e investigaciones. Su carácter y conducta se volvieron de un ánimo precario, del que mi madre era testigo y rival constante. Ella, tenía además la costumbre de evitarnos el temor de conocer lo que ocurría, cargandolo sola. Pero pese a mi afán por desarrollar mis dotes académicas, aquellos detalles no se escapaban a mi.

    Pensé que implicarme ayudaría, y tal vez conseguiría devolver la armonía a nuestras vidas. Que quizá dejaría de verlos discutir y alejarse uno del otro cada vez más. Pero…

    Jamás imaginé lo que había detrás.

    Decidí intentar pasar más tiempo con él, acercarme y traerlo de vuelta. Al principio no accedió, pero mi interés insistente y falto de juicio despertó el suyo.

    Tan solo recuerdo vagas imágenes y una teoría de lo que pasó. Lo que puedo asegurar es esto…

    Mi padre experimentaba con la plaga.

    Al principio creí que buscaba una cura, al igual que mi madre. Pero no era así.

    Era yo.

     

    Spoiler

    Consecuencias:

    Godric

    • Habiendo podido sacar a la luz recuerdos y temas sepultados por los años, siente un alivio interior que lo mantiene de mejor humor. De hecho, nota fuerzas renovadas y una voluntad más alentada. Tener cerca a alguien de cierta confianza y haber podido sincerarse le favorece.

     

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  9. El Mano-Destrozada terminó de leer el mensaje y, tras memorizarlo, arrojó la piel de kodo hacia las llamas de la hoguera. Acto seguido miró al cachorro de orco y puso en sus manos la buena tajada de carne que hacía apenas unos instantes estaba próximo a devorar. El pequeño no tardó en salir con la pieza para llevársela a la boca tan pronto pudiera, perdiéndose a la vista con una mueca entusiasmada.

    Shaggrath se quedó en silencio, llevándose la mano a la barbilla mientras reflexionaba...

    -Mierda... -Se lanzó a la hoguera a por la piel de kodo, poniéndose nuevamente a leer el mensaje.


  10. Anteriormente...

    Spoiler


     


     

     

     Acto II. Temed al virtuoso 


    Sin duda alguna, todo cuanto había visto hizo mella en su interior. Desde el primer momento que se encaminó fuera del campamento, por primera vez en hacía días. El asedio que hubo por parte de las huestes plagadas lo vivió desde la seguridad de la fortificación, tras las lineas de valientes que defendían los muros y caían en combate. Pero aquella vez, ya no había una gruesa línea que los separase. De nuevo, cruzaba aquellas tierras baldías y malditas, con el corazón en un puño.

    Primero el viento y el frío azotaba su cuerpo, mientras avanzaba junto al grupo tratando de hacer útiles sus conocimientos. Aquel constante azote desconsolador de gélido aire destemplaba los ánimos de casi todos, tensando los nervios por momentos. Luego comenzaron las sospechas, cuando las cosas no figuraban como deberían. Nada era lo que parecía. El amenazador lamento de los rebaños de zombies inundaba los alrededores, como un recordatorio latente de lo cercano que era el peligro. Tanto, que por muy poco hubiera sido un hecho irrecuperable. Después llegaron las ilusiones, como pesadillas macabras que apuntaban a los seres queridos. De por sí aquello removió cosas que Godric había dejado atrás largo tiempo, reviviendo imágenes pasadas y muy sensibles.

    En cualquier caso, lo peor aún estaba por llegar...

    "¡Ayudarle sería poner en riesgo la vida de todos, y sabemos que esto es una trampa...!"

    "Hay que hacerlo, sea como sea. Por la Luz".

    "Sé que parece insensible, pero está perdido... Si morimos también por un imposible, habrá sido en vano".

    "¡Es nuestro deber!"

    "Supongo que no seríamos mejores que las criaturas que pretendemos erradicar..."

    "...Está infectado, hay que hacer lo que es necesario". "Debemos quemarle. El fuego purifica..." "No, hay que descuartizarlo..."

    "¡¿¡ QUÉ !?!"

     

    Spoiler

    Consecuencias:

    Godric

    • La opinión sobre las Ordenes al servicio de la Luz se resiente (especialmente sobre la de todo aquel que se denomina paladín o similar). Desde su humilde conocimiento sobre la religión humana, ve con horror cómo parecen funcionar los que la ostentan con brazo militar, encontrando un peligroso comportamiento totalitario y fundamentalista que produce actos de cuestionable moral. Por mucho hacer el bien, desde la Luz hay quienes pueden cometer acciones igualmente monstruosas. Esta impresión venía de vieja, y tras los últimos sucesos parece haberse reafirmado en gran medida.
    • La aversión a la no-muerte a alcanzado una contundente magnitud. Ya no solo es recelo, miedo, sino también la siente una amenaza que debe erradicarse sin dilación.
    • Aparte de eso, recientemente algo le está pasando más allá de su entendimiento y que por ahora no sabe identificar...

     

     

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  11. Anteriormente...

    Spoiler
    • Godric, a petición de su tutor Ulfric, parte en un viaje con destino a Orvallo, en las Tierras de la Peste. El motivo comprende el asistir al fraile en sus deberes como siervo de la luz, ayudarle y facilitar su estancia. Sin embargo, llegados a Orvallo, los acontecimientos implican a que Godric continúe más allá en dirección a Vigilia, con el fin de asistir allí como enlace de información. Sin embargo, no comprende realmente por qué...
       
    • Tras unos días, durante los cuales se sufrió el repentino asedio de la Vigilia por parte de fuerzas profanas, Godric se reúne con Thomas para ofrecer sus servicios como escriba y facilitar la importante burocracia del asentamiento, la cual tiene las mentes militares exhaustas.


     


     

     

     Acto I. Muera el inocente 


    Había pasado al menos una semana desde que Ulfric y Godric tomaron caminos separados, quedándose el fraile en Orvallo. Había enviado a su lastimoso ayudante a un lugar próximo al peligro, mientras él aguardaba en el campamento que vigilaba la puerta sur de las tierras de la peste. Temprano en la mañana, llegaron noticias.

    -La Vigilia ha sido asediada-. Se anunció. -Un centenar de nomuertos, avistándose abominación y gárgolas. Los heridos y muertos se cuentan por muchos a pesar de la victoria…

    Ulfric, recibió aquellas nuevas con un nudo en la garganta. Necesitó apartarse y buscar un momento a solas para asimilar lo que sentía. Su pesadumbre no se debía a los caídos y la desgracia acaecida en el asentamiento de vanguardia, no… Sino más bien por la vergüenza que le provocaba al sentir alivio.

    Posiblemente fuera mejor así, pensaba, que quizá estaba en obra del destino. Que quizá lo que le dictaba la consciencia, por duro que fuera, hubiera encontrado un camino y el cierre de una labor exhaustiva. Por supuesto lamentaba que se hubiera derramado sangre inocente, pero a veces es inevitable. Otras veces supone un sacrificio necesario. Sin duda Godric era imposible, dado su estado, que sobreviviera a tantas adversidades. Por tanto ya sólo le quedaba un último a deber.

    Ulfric tomó sus posesiones a la vuelta y preparó inmediatamente su viaje de regreso a Ventormenta. Los asuntos a tratar en Orvallo fueros suficientemente breves, aunque no con quienes figuraban regularmente en el campamento, sino con su antigua orden. Simplemente quiso entregar una carta en mano y dejar atrás su pasado. Ya sólo quería olvidar y comenzar una nueva vida, quizá en alguna finca de Elwynn o Páramos, o incluso probar lejos en Theramore. Abandonar definitivamente la vida clerical y dedicarse a labores más sencillas.

    No obstante, antes de ello, en la primera parada camino al sur, vacío una de sus carteras de viaje junto a una sencilla fogata. La remesa de documentos y cartas fue consumiéndose poco a poco, a medida que las arrojaba a las llamas, hasta quedar en meras cenizas. Así quedó casi una vida de estudio, investigación y secretos. Todo cuanto lo vinculaba al cometido que le fue encomendado.

    Aquella sensación de libertad lo reconfortó más que el calor de las brasas. Empezar de cero, expiados sus deberes y perdonados sus pecados, impaciente por fantasear su futuro. Sus temores al fin habían desaparecido.

    Ahora, ¿qué importaría lo que un decadente leproso supiera o no, lo que descubriera o no…? Su muerte podía considerarse incluso piedad.

    Pero, un pequeño pero… pese a las circunstancias y su aflicción, Godric sigue vivo e inmaculado. A su vera contempla a los muchos heridos de la enfermería, padeciendo y lamentándose mientras él limpia los suelos ensangrentados, retira las gasas sucias y vacía los orinales. Contando los días y las horas mientras enumera las bajas, los suministros y demás cuestiones de pura logística. Pero vivo, muy vivo. 

     

     

    Spoiler

     

    Consecuencias:

    Godric

    • Ya no cuenta con la tutela y cuidado del fraile, lo que supondrá que se las verá sólo en la ciudad de Ventormenta una vez regrese, lo cual tendrá diversas repercusiones.
    • Debido al contacto con las criaturas de la región, a desarrollado una mayor aversión hacia las criaturas de naturaleza no-muerta, y con ello, un mayor grado de recelo sobre su propia afección. Sus heridas le recuerdan inevitablemente a la podredumbre de tales seres, llevándole a aumentar con más frecuencia su necesidad de sanearse o desinfectarse.
    • Las labores burocráticas y el manejo de información importante de un entorno militar le dan las primeras impresiones sobre tácticas, heráldica y funciones internas de tal índole.

     

     

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    • Relaciones
      Spoiler
      Humano Jared Neutral  "Poco o nada puedo mencionar aún sobre éste hombre, aunque fue el primero que vi al llegar a La Vigilia..."
      Humano Thomas Neutral  "Ocupa el liderazgo de La Vigilia. Parece un hombre atribulado y preocupado por el bienestar de todos, sin embargo, ello no le ha impedido en confiar en mí hasta donde sé, al menos para ocuparme de bastantes temas burocráticos que lo tienen aturdido. "
      Humano Gabriel Neutral  "Apenas lo conozco, tan solo a petición del señor que lidera La Vigilia para asistirle en algunas tareas."
      Humana Alondra Favorable

       "No mucho que decir sobre ella. Aunque... hasta que la he visto más a menudo me asustaba que casi todo el mundo pareciera inalterable en un lugar como las tierras plagadas. Creo que sufre. "

      "Su cercanía brinda un aliciente y comprensión pese a la vista que ofrece el sombrío páramo en que nos encontramos. Tiene un pasado turbio que ha querido compartir conmigo, pero siento que es una persona en la que puedo confiar..."

      Humana Alfhild Adverso  "Ni sé su nombre, ni realmente sé si quiero saberlo. Mano, Alba, Escarlata... Todos parecen iguales al final... (...)"
      Quel'dorei Ann'Marie Adverso  "(...)... sus virtudes valen según el momento, tanto da abandonar o no a alguien. Claman por salvar una vida...(...)"
      Humana Audrey Adverso  "(...)... pero luego si les parece lo descuartizan o queman. ¿Dónde está su Compasión? ¡Hipócritas! "
      Humana Madlyn Neutral  "Todavía ignoro quien será. Por lo pronto me parece una voluntaria más... El tiempo dirá. "
      Humano Darlon Favorable  "Es alentador y una sorpresa haber encontrado a alguien como el señor Gebb. Me parece alguien interesante con quien compartir el tiempo, y, ciertamente, quizá pueda aprender algunas cosas al ser un escribano más aventajado que yo, seguramente. Además, es intrépido mago, que seguro sabe muchas cosas. De resto, aunque no le conozco en profundidad, creo que en ciertos aspectos me comprende. Podría ser una valiosa... ¿amistad? Ni recuerdo cuál fue el último amigo que tuve... No sé..."
      Humano Miguel Neutral

       "Sacerdote de cierta edad en una poderosa posición... Parece amable, pero... Uff... No quisiera verme otra vez en garras de una Orden. No sé qué hacer..."

      ________ ________ ________ "___________________________________________________________________________________"
             
             
             
             
             
             
             
             
             

      ...

    • NPCs
      Spoiler

       

    • Like 1

    • Relaciones
      Spoiler
      Orco Raeg Favorable  "Puede que sea difícil a veces, pero encuentro cierta confianza en este orco pese a nuestras diferencias".
      Orco Gromgard Neutral  "Poco o nada se de él, aún, aunque parece que suele andar cerca de su amigo Raeg. Supongo que el tiempo dirá..."
             
             
             
             
             
             
             
             

       


  12. Nombre: Shaggrath

     

    Atributos
    6 Físico
    8 Destreza
    6 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    18 Mana
    7 Iniciativa
    10 Ataque CC Sutil (Combate Desarmado (Ofensivo))
    10 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    1 Atletismo
    Destreza
    2 Combate Desarmado (Ofensivo)
    1 Cabalgar
    1 Escalar
    2 Defensa
    1 Nadar
    2 Sigilo
    Inteligencia
    1 Comercio
    1 Fauna
    1 Leyes
    1 Sanación/Hierbas
    1 Cirugía/Anatomía
    1 Supervivencia
    1 Tradición/Historia
    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Callejeo
    1 Rastrear
    1 Reflejos
    1 Rumores

     


     

     

    Escuelas/Especializaciones

     

    [Racial-Orco] Mano Destrozada / Garrafilada: El arma se considera una parte más de su cuerpo por efecto de la sustitución de su mano. Por tanto, el combate desarmado podrá contar como empleo de Armas de Puño, lo que conlleva: +2 Daño / Dual, Se suma al daño de puños (1d6) o al estilo de combate (que será siempre Ofensivo). No puede aplicarse si la hoja llega a romperse considerablemente o desaparece, hasta que pueda ser recolocada, reforjada o sustituida; durante el combate, este cambio de arma/protesis necesitará de un turno. También, al ser un arma que va siempre "de la mano", de manera inicial cuenta siempre como arma desenfundada (o desenfundado rápido), lo que le permite obtener el bono de +3 a iniciativa en combate.

    Manco: La mutilación de una de las manos conlleva a que encuentre dificultades para realizar acciones o tareas manuales que requieran el uso de ambas, tales como trepar por una cuerda, levantar un gran peso a pulso, hacer malabares, nadar (que no mantenerse a flote), emplear armas pesadas, y un amplio etcétera. En cuyo caso, se aplicará un -1 o -2 a la tirada según se considere. En algunos casos cabe la posibilidad de que se encuentre incapacitado de realizar según qué acción.


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    Nombre del personaje: Shaggrath  Altura: 2,05m
    Raza: Orco Peso: 130kg
    Sexo: Hombre Lugar de Nacimiento: Draenor (en algún enclave ogro)
    Edad: 32 Ocupación: Carnicero (en todos los sentidos)

     

    • Descripción Física

      Corpulento y de buen tamaño como cualquier orco, aunque no por encima de la media. Su físico destaca por el tono de piel grisáceo sembrado de cicatrices, curtido y moldeado en una vida dura. Mata larga de cabello oscuro y sin volumen, ojos amarillentos de presencia almendrada y mirada ensombrecida. Dientes puntiagudos y de tono pálido, a la vista amplia de una quijada imberbe y cuadrada. Robustas y afiladas uñas negras como garras y, por supuesto, ante cualquier otro detalle, una afilada hoja de metal sustituyendo su despojada mano.

       

    • Descripción Psíquica

      Frío y de mirada rencorosa, de inclasificable lealtad y moral debido a su ímpetu independiente. Se rige por un código de honor alternativo al dogma chamánico, conservando los valores y pensamiento tradicionales. De carácter duro y osado, pendenciero e implacable, carente o escaso de piedad. Capaz de actuar de manera alternativa al pronóstico o planteamiento establecido, maniobrando en los lindes de lo dispuesto o directamente a su manera si el asunto no le convence. Astuto y de hábito versátil por el fin de mantenerse aventajado en la situación que haga frente. Siente pasión por el saqueo, la destrucción y el sabotaje, especialmente cuando tiene oportunidad de sembrar miedo y desesperación. En resumen, un maldito canalla.

      Referente a lo social, difícilmente congenia al haber crecido en entornos tan hostiles, sintiéndose desubicado en situaciones de afecto. Sin embargo, no por ello se le escapa el instinto de hermanamiento si llega a darse, el cual podría despertar facetas desconocidas de sí mismo. Entre ellas existe una sensible e inusitada aprensión a la hora de tratar con cachorros de cualquier raza o especie, incapaz de causarles un daño directo. Quizá el único instinto de compasión capaz de manifestar.

      De humor ácido o perverso cuando se siente ocioso, gamberro y desobediente, el cual se acentúa por medio del alcohol o si se presenta la ocasión de joder al enemigo. No bastaría sólo con matarlo.

      Odia profundamente a los ogros y los humanos por naturaleza de su pasado, a los elfos por desprecio y deporte, a los no-muertos por recelo y asco. A los goblins porque si. Y por si fuera poco, también odia a otros orcos por arruinar la Horda.

       

    • Ficha Rápida
      No (1000 palabras mínimo)

       
    • Historia
      Spoiler

       

      Apenas era un cachorro cuando cruzó El Portal. Antes de ese día, su madre lo había sacado de su vientre poco después de que los Mano Destrozada pagaran el precio de su libertad, y desde entonces, durante los primeros años de la vida de aquella criatura, creció rodeado por la imagen de la devastación de su mundo y la sangrienta lucha por sobrevivir. Aún podría recordar la imagen de los demonios tan bien como la de los humanos, a pesar de que pareciera haber pasado una eternidad. Tiempos remotos en la memoria, pero imborrables.

      Sin embargo no sabría recordar con exactitud qué fue de sus parientes, ni de su madre siquiera. Solamente sabía que en algún momento se vio sólo, y que con apenas unos pocos años se las arreglaría para colarse a través de aquella inmensa y terrible puerta reluciente, hacia un nuevo mundo. Hacia una nueva vida.

      Lo que le esperaba al otro lado no cambió mucho las cosas, más allá de que aquella tierra no se consumía en la destrucción, sino que prosperaba en verde y abundancia. Aún así, al paso de la Horda la guerra y la lucha continuaron su rumbo allí donde se detenían. Podía recordar aquella sensación que compartía cada orco, el deseo por conquistar su futuro. O la contagiosa sed de sangre.

      Contrario a todo pronóstico, para desgracia de todos ellos vencieron los humanos por grandiosa que fuera la lucha, a pesar de todo el caos sembrado. Ignoraría cuanto tiempo pasó hasta que este cachorro se viera en la situación que aquellos que lo precedieron: encadenado. Esclavo. Como si la memoria de sus ancestros quisiera darle una lección, recordarle de donde vino y lo que hay que sacrificar.

      Una década le costó darse cuenta, a medida que crecía a expensas de la voluntad humana, atrapado entre sus muros y su acero. Sin embargo, quizá no hubiera otro lugar mejor donde de verdad pudiera descubrir cuál era su verdadera naturaleza.

      Esos años sí los recuerda bien. Todavía conservando cada parte de si, a pesar de que con el tiempo se fueran sumando cicatrices en su cuerpo y espíritu. Pero por duro que fuera pudo crecer y aprender, a pesar de lo mucho que lo castigaran los humanos y tratasen de doblegarlo. Jamás cedió. Ese fue su entrenamiento,aunque estuviera cerca de costarle la vida. Su lucha constante, cual fiera indomable, sirvió de entretenimiento para sus captores.

      Aun así, había que reconocer que llegar hasta el final no era sencillo. ¿Hasta qué punto se está dispuesto a algo semejante? Aquello, lo que demostrara si era digno de la sangre en sus venas… Siempre lo supo, pero le llevó tiempo comprenderlo con claridad. La magnitud de su significado. Tal vez antes era un orco como cualquier otro, igual que aquellos otros con los que compartía las frías y sucias celdas. Pero algo no parecía estar en su lugar.

      La ironía y el destino circundaban, como le ocurrió a su madre en el pasado: Que solo podía pagarse el precio de la libertad... con sangre.

      Puede que saliera de aquel campo de concentración sin una mano, pero el cachorro sin clan que era quedó atrás y en su lugar surgió el orco Mano Destrozada. Quienes permanecieran atrás titubeando podían seguir creyendo que sólo le aguardaría la muerte por intentar escapar, pero ahí estaba. Los humanos no lograron alcanzarle, y quienes lo hicieran no viven para contarlo.

      Tras ello las primeras bocanadas de libertad tras varios años en reñideros humanos y cautiverio, se unieron a la corriente de los vientos de cambio y los tambores de guerra que precedían a la batalla por la liberación de los orcos.

      Posiblemente a partir de entonces fue cuando realmente empezó  a vivir. Adoptó el nombre de Shaggrath, referente a como se dirigían a él durante años posteriores. Su significado en lengua común sería algo parecido a “Trinchar la carne con mal carácter”, aunque entre los orcos alude al huargo que sabe lo que es el hambre y tiene ensañamiento con la presa. Una descripción larga quizá, pero entre la habitual docena de “... el carnicero”, “Muerteandante”, o significados del tipo “Yo tengo el mandoble más grande”... Shaggrath, como tal, le pareció bien. No sabía exactamente si era por su forma de comer desde que tenía un machete por mano, o por su carácter frío y cruel. Quizá ambas.

      Esa forma de ser la fue desarrollando de manera natural con el tiempo, fruto de los achaques de la vida pasada y las eventualidades que estaban por llegar.

      Nunca destacó en las memorables batallas, a pesar de su apego inseparable a su arma. De hecho, a veces incluso se consideraba que estuviera poco más por encima de un simple peón. Pero desde luego no era un guerrero orco tradicional.

      En lugar de ello, se dedicó más a incursiones pequeñas y al saqueo. Asaltar a enemigos despistados o pequeños grupos con rapidez y brutalidad. Era su estilo. Disfrutaba de ello, y de hecho era una forma de vida. Al menos mientras duró la guerra.

      Ya en Kalimdor, cuando llegó la calma y empezó a la establecerse la Horda con la construcción de Orgrimmar y la fundación de Durotar, su estilo de vida ocioso y sanguinario languideció. Sin enemigos que combatir, de pronto recuperó la completa noción del tiempo y se vio a sí mismo en la necesidad de trabajar como muchos obreros para ganarse el alimento. No bastaba con ir a cazarlo, no siempre se podía y era más arriesgado.

      Todo era muy diferente por primera vez. La vida del orco ya no giraba únicamente al son del conflicto bélico, ya eran algo más. Era bueno, pero Shaggrath no podía evitar sentirse algo extraño. El orden y las costumbres se acentuaron y no bastaba con lanzarse con un cuchillo. En su lugar, primero había que ganárselo. Merecerlo.

      Mucho tenía que ver con el regreso del chamanismo y la vieja tradición orca, pensamiento y costumbres antiguamente perdidas. Y aquello suponía, en casos como el de Shaggrath, el hecho de empezar de cero.

      Un nuevo comienzo para todos, un nuevo hogar.

      Poco sería decir sobre los problemas que había supuesto el contacto nuevamente con los humanos, y aún más la colaboración eventual con ellos mientras duró. Significó problemas severos para Shaggrath, cuyo odio era profundo. Y aunque el conflicto de la segunda guerra concluyera, los cambios no le situaron demasiado bien. Él se crió al estilo melacargué, vieja escuela, mente dura y hostil.

      Relegado a un matón de poca monta, a batirse nuevamente en algún reñidero clandestino por cuenta de goblins u otros orcos, a resolver trapos sucios... Así hasta que Garrosh, llegado de Draenor, devolvió el sentido común y orden a la Horda. En su opinión: El único que actuó con dos cojones cuando un nuevo mal emergió del norte. Sabía cómo tratar debidamente a los no-muertos, incluso a esa hueste que servía a la Dama Oscura. Sirvieron como una herramienta de los demonios y aquella naturaleza no iba a cambiar. Que pareciera hipócrita por su parte es meramente un vago punto de vista, porque los orcos combatieron el lazo ardiente que los ataba a los demonios. Los renegados y el azote eran un caso perdido irrecuperable. Estaban malditos, fuera de los límites de la vida.

      Shaggrath aprendió que sus convicciones por muy seguras que fueran rara vez eran compartidas por el resto de la Horda, al menos públicamente. Eso también le causó algún problema, hasta el punto de que llegara el desafortunado día en que una de sus disputas le llevara a un calabozo, y poco después a pagar su deuda a golpe de trabajo forzado junto a partidas de peones.

      Lo peor no eran las horas de esfuerzo bajo el sol, sino el aguantar a un capataz inútil con un látigo. Afortunadamente esa situación tocaría a su fin tarde o temprano, y es a partir de ahí donde daría comienzo su verdadera historia.

       

       


  14. Detalles Offrol:

    Inactivo mientras voy construyendo el tema y posiblemente a espera de comprobar la valoración del equipo de PyE.

    En general mi intención es (aparte de que el pj tenga unos ingresos), ofrecer una herramienta más al juego. Para que funcione, en principio la mecánica sería la siguiente: El jugador me envía al correo del foro el mensaje Onrol que desee mandar (indicando el destinatario y los detalles que considere) y yo me encargaría de postearlo correspondientemente en el apartado de Mensajería, conservándose el anonimato del emisor.

    Me motiva el hecho de emplear el misterio y la intriga en el rol. Por otra parte es sabido que el metarol, aunque se respete, hace que inevitablemente se pierda cierto grado de la emoción. De ahí la idea.

    Sin mucho más que añadir, decir que según la acogida que tenga este planteamiento, pues avanzaré con el negocio o lo retiraré. Como bien dije arriba, considero que es algo que depende de la valoración de la directiva del servidor.

    • Like 9

  15. Introducción

    Spoiler

     

    "Una caridad..."

    "Piedad para poder comer..."

    "Una limosna para un enfermo..."

    "Tengo hambre de justicia..."

    Esas y muchas otras eran las consignas escuchadas en los bajos fondos de la ciudad, en las calles de los barrios marginales donde se apelotonaban los miserables a quienes la guardia impedía deambular o mendigar en las zonas más concurridas y acaudaladas. Especialmente las acaudaladas. Y cuando un hombre con el suficiente dinero transcurría por aquellos lares, las manos necesitadas se levantaban implorantes a su paso.

    Seria cualquier hombre, o quizá una mujer, que atravesaba los callejones dejando atrás a aquellas personas para adentrarse en los tramos más solitarios. Mientras que en uno se hallaban reunidos, normalmente en las cercanías de alguna taberna a la caza de un mísero trozo de cobre, había algún otro más allá en mayor silencio y soledad.

    Quien quiera que fuera avanzó por dicho lugar, hasta detenerse frente a otra figura. Podría pasar por uno más de todos los sin techo que había visto anteriormente, salvo que este pertenecía a esos que repudian hasta los que no tienen nada. Sin embargo, tenía una particularidad de su interés.

    El hombre cubierto por retales alzó la vista y de entre sus mantos alargó una mano, la cual lucía diversas vendas a su alrededor. No necesitó pronunciarse para rogar por unas miseras monedas.

    Sea cual fuere la persona de pie, dejó una reluciente moneda sobre la palma, seguido de un sobre sin marcar y una nota doblada.

    El mendigo observó lo recibido, algo perplejo, hasta que puso atención en la nota. Para cuando quiso levantar la vista, quien quiera que se la hubiera dado desaparecía alejándose al final de la callejuela.

    Aquella moneda compro su servicio y su silencio; la nota, el destinatario.

    Lo curioso de aquello era que con el tiempo, aquellos encuentros se volvieron habituales. Caras diferentes ocasionalmente, a veces las mismas durante un tiempo...

    Lo que empezó por ser una tarea, que de no cumplirse tal vez pudiera suponer alguna desagradable consecuencia para un pobre diablo al que nadie echaría de menos, se convirtió en una especie de negocio habitual.

     

     

     


     

    Servicio de mensajería discreto y anónimo.

    Envío normal:

    Entendiéndose como el servicio de ir de un lugar a otro sin condiciones más allá del deber de hacer llegar un simple mensaje de una persona a otra mediante escrito. Normalmente usado por aquellas personas que requieren atender asuntos más importantes en dicho intervalo de tiempo.

     

    Envío discreto:

    Entendiéndose como el servicio de entregar un escrito de una persona anónima a la otra que haya sido indicada, sin que se manifieste la identidad del emisor. Normalmente usado por aquellas personas que desean o precisan transmitir información sensible, soplos, etc…

    De ocurrir complicaciones, el servicio no se hace responsable del mismo contenido, la temporalidad, la pérdida o deterioro del envío según la naturaleza, dificultad o peligrosidad a la que se pueda estar expuesto.

     

    • Like 6

  16. Nombre: Godric

     

    Atributos
    6 Físico
    6 Destreza
    8 Inteligencia
    6 Percepción

    Valores de combate
    24 Puntos de vida
    24 Mana
    7 Iniciativa
    7 Defensa

     

     

    Habilidades
    Físico
    1 Atletismo
    Destreza
    1 Escalar
    1 Defensa
    1 Sigilo
    1 Trampas/Cerraduras
    Inteligencia
    1 Comercio
    1 Fauna
    1 Leyes
    1 Religión
    1 Sanación/Hierbas
    1 Cirugía/Anatomía
    1 Tradición/Historia
    2 Caligrafía/Falsificación
    1 Inscripción
    1 Alquimia
    Percepción
    1 Advertir/Notar
    1 Buscar
    1 Callejeo
    1 Disfraz
    1 Etiqueta
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    1 Reflejos
    1 Rumores
    1 Dibujo

     

    Escuelas/Especializaciones


  17. JxqA1ar.png

    Nombre del personaje: Godric Blackwall / "Odd el leproso" Altura: 1,74m
    Raza: Humano Peso: 63kg
    Sexo: Hombre Lugar de Nacimiento: Aldea Vandermar (Lordaeron)
    Edad: 27 Ocupación: Recadero / Escribano

     

    • Descripción Física:

      Es un hombre que a primera vista destaca y sobrecoge a partes iguales, siendo su rostro lo que más atrae o rehuye las miradas, algo que depende del recelo o la curiosidad de quien deposite la vista en él. ¿El motivo? La mitad de su cara está salpicada por los estragos de La Plaga: Úlceras, ampollas, piel en carne viva…

      Es fácil perderse en los hirientes detalles que lo identifican; cuando no es eso, se aprecian mechones de cabello corto oscuro sin ningún tipo de cuidado. Sus ojos, huidizos y tímidos, son de tonos ambarinos y claros pero carentes de brillo alguno. Casi como el recuerdo de que en otro tiempo sostuvieran una mirada amplia y vivaz, hecho por el cual sobra mencionar su ausente sonrisa.

      Por fortuna para él, mantiene un físico saludable dentro de unos límites. Su postura es deliberadamente encorvada, encogida de hombros y cabeza, aunque es medianamente alto y la suficiente alimentación lo mantiene alejado de la delgadez severa. Esto se define en que es lo suficientemente fuerte como para entablar alguna pelea, soportar condiciones adversas del entorno o realizar trabajos que requieran esfuerzo durante cierto tiempo. Sin embargo, su afección suele causarle una debilidad o fatiga crónica que lo achaca por momentos, además de que su piel pálida denota que escasamente ejerce labores al aire libre o a la luz del sol.

      En cuanto a su ropa, acostumbra a llevar prendas ajadas y de carente lucidez, además de que la mayor parte del tiempo lleva una tela o capucha cubriéndole cabeza y rostro, así como numerosas vendas.
       

    • Descripción Psíquica:

      No mucho se puede decir sobre él más allá de que carece de familia, presumiéndose que murieran todos en Lordaeron. Partiendo de esa base su suerte no ha mejorado con el tiempo, siendo que desde el momento en que fuera marcado haya vivido como un paria, a menudo rechazado en mayor o menor medida por su aspecto y su dolencia. Cierto es que, aun no siendo una afección galopante, por desgracia ello no le salvó de recibir el apodo de “leproso”.

      Vivir o sobrevivir acorde a ese estigma, lo ha mantenido excluido socialmente en cualquier entorno que habitase a excepción de la iglesia. Por ellos siente gratitud y cierto recelo por partes iguales, dado que desde un tiempo son los únicos con la entereza y comprensión suficiente como para tratar con él y aliviar sus males; pero también quienes lo condenaron en un principio, tema que todavía le queda por resolver.

      Debido a ello es un hombre atormentado, con dificultad para confiar en otros, solitario y lleno de angustia. Por otro lado, es muy servicial y trabajador, aunque no desestima la búsqueda de sus propios intereses por pobres que puedan ser. Realmente, en el fondo de su ser conserva un poderoso anhelo, silenciado pero latente; su “yo” interno y el deseo de alcanzar la redención.

      Entretanto, cuenta sus días sin mayor pena ni mucha menos gloria. Es taimado, afable y muy curioso. Correcto y ligeramente cultivado gracias a las horas que pasa entre libros, sea por propio entretenimiento o por oficio de escribano para quien requiere de sus servicios. No le desagradan los trabajos sucios o que precisen de pocos escrúpulos, puesto que ayuda en la medida que puede en las labores más mundanas, desde recorrer distancias para hacer llegar la correspondencia de unos a otros, mantener constantes vigilias a moribundos y enfermos, e incluso limpiar las letrinas y orinales de las abadías e iglesias donde se refugia.

      Ya pocas cosas teme un hombre al que la vida le ha quitado tanto.
       

    • Ficha Rápida
      No (1000 palabras mínimo)

       
    • Historia
      Spoiler

      El dolor era malo, el olor todavía peor. La piel dibujaba fisuras a medida que la presión de las gasas surcaban la superficie de su carne, expulsando el flujo purulento de la infección. Aquel ritual de saneamiento era constante, cada día una o dos veces según fuera, y no mejoraba con el tiempo. Los relatos apenas cuentan los detalles más desagradables del éxodo al que sucumbió la gente de Lordaeron; guerras, muertes, penurias… Sí. Pero de los rezagados, de los que quedaron atrás o sucumbieron a los estragos de La Plaga y se vieron forzados a malvivir a causa de enfermedades o heridas insalvables, de ellos apenas hay sino el más sencillo verso.

      Solo esos incontables pobres diablos; los que menos tenían, la gente humilde, trabajadora y pobre. Solo ellos cuentan la cruda realidad que se vivió en el transcurso de los acontecimientos más crueles de lo que otrora fue un reino poderoso y digno. ¿Quienes si no fueron más vulnerables ante el azote de los muertos? Quienes en mayor medida pudieron escapar de aquella maldad fueron sin duda los pudientes.

      En honor a quienes no fueron tan afortunados, pudieran huir o no: el pueblo, MI pueblo al que fallé y traicioné, he aquí mi relato. Que la Luz pueda perdonarme...

      Inhalo una bocanada de cierzo del norte y mis pulmones se escarchan con un fulgor gélido que truena en mi pecho, calcinando sus paredes internas. Allí donde se posa mi vista, siempre en lontananza, solo veo las simientes impías de la muerte. Los espíritus lloran, la vida se carcome.

      Los pocos rayos de luz se difuminan en un sumidero de aguas detríticas, que otrora vez fueron los campos que cultivaban los tomates y hortalizas que daban sustento a la vida, que ahora solo engendran el amargo fruto del pecado en sus retorcidas parras.

      Cuando miro el horizonte, el que fue mi hogar, y todo cuanto perdimos… Encuentro la dura verdad ante mis ojos: Sucumbimos a la vanidad y el orgullo. Nos corrompimos en nuestro ejercicio, tomando el deber y el poder que se nos otorgó como una herramienta de fuego y hierro, incapaz de crear. En nombre de lo más sagrado, pecamos. Stratholme es prueba de ello. La Cruzada Escarlata, su oscuro legado. Y el Príncipe Caído, su ejecutor.

      Es por ello que yo, Ser Ulfric Hakermann, abandono mis títulos y consagro mi vida a proteger y cuidar a aquellos a quienes debo servir, al inocente.

      * * *

      -¿Por qué me cuentas esto, Ulfric? -Intervino una voz, al otro lado de la cámara confesional.-A estas alturas pareciera que sigues encerrado en el pasado, en lugar de redimirte. Especialmente desde que eres un fraile.

      -Aún me quedan muchos pecados que expiar hermano mio. Y alguno que otro que probablemente jamás pueda resolver. Alguien debe hacerlo, por un bien mayor…

      -¿Qué insinúas?-Inquirió, observando por las pequeñas aperturas la silueta de su anciano amigo.

      -Si, soy un fraile, pero no un santo-. Respondió Ulfric, al término de un suspiro.

      -Sé que anteriormente serviste a la Cruzada Escarlata, pero esos fueron otros tiempos, cuando eras más joven. Tiempo ha que enderezaste tu camino alejándote de esa… doctrina tan extrema.-El sacerdote hizo una pausa, tratando de identificar la naturaleza de la conversación.-Si no es eso, ¿qué es? ¿Qué te aflige tanto?

      -Godric.-Musitó.

      -Si, ya me lo figuraba. Por algo entraste en esos detalles tan… ilustrativos. Pero no es la primera vez que te escucho esas cavilaciones, Ulfric-. El tono de su anfitrión se volvió más serio, instando a su compañero para aclararse. En mitad de una nueva pausa suspiró.-Te reconcome la culpa, puedo reconocerlo.

      -Es mucho más que eso. Podría decirte que si y que no.

      -Por algo tendrás que empezar, pero no creo que sea sano para ti ni para nadie seguir cargando con ese peso en la consciencia. Déjame ayudarte, cuéntame.

      Ulfric se tomo unos instantes antes de continuar, meditando, luego habló.

      -Yo soy el motivo por el que Godric no conserva familia alguna-. Otra pausa, en la que el sacerdote denotó una respiración más tensa-. Su hermano murió por cuenta del Azote. Su padre… desapareció, aunque fue él lo que me llevó a la aldea Vandermar la primera vez. Sin embargo sí encontré a su madre, y a él poco después…

      -Continúa hermano, comprendo lo difícil que es. Pero continúa.

      -No me hagas decir lo que pasó, Theodor, ya sabes con que motivo y qué artes fueron las que empleé. La voz del fraile se había vuelto especialmente temblorosa, casi suplicante.

      -Tranquilo, sé como era la Cruzada Escarlata, pero tu ya no formas parte de esa orden. Cometiste un error y reconociste la gravedad de tus actos. Esa capacidad de comprensión, aunque sea dolorosa de reconocer en uno mismo, te lleva hacia el camino del arrepentimiento y el perdón.

      -...cuando terminé; cuando… ya nada más podía hacerse, fui a las habitaciones. Él estaba ahí, aturdido en el suelo junto a su cama, tratando de arrastrarse. No era sino un muchacho inocente, lo vi en sus ojos. Luego me di cuenta, aunque él no comprendía nada. Aquél día me lo llevé y dejé todo atrás. Pero ese día todavía me persigue…

      -Ese día... Sir Ulfric Hakermann murió, pero en su lugar nació el que eres hoy. Quien realmente debes ser, un hombre piadoso y arrepentido-. Dijo Theodor, el sacerdote, demostrando su comprensión de uno de los preceptos pilares de la fe en la Sagrada Luz: la compasión-. Recuerda, hermano, que el verdadero camino hacia la Luz discurre por senderos tenebrosos. Y en tu caso, cumples tu deber cuidando de ese muchacho. Quizá lo más piadoso hubiera sido acabar con su sufrimiento, pero tu obraste con rectitud y has dedicado todos estos años a brindarle educación, conocimiento y refugio a alguien que por desgracia acabaría en cualquier callejón malviviendo…

      Las campanas redoblaron en la catedral, anunciando la misa que se celebraría próximamente.

      -Seguiremos hablando próximamente, Ulfric-.Concluía el sacerdote, disponiéndose a cerrar la confesión y dispensar al fraile-. Consuélate sabiendo que este es el primer paso en tu redención.

      Theodor salió el primero del confesionario. Ulfric sostuvo la mirada sobre las rendijas del habitáculo un instante más, antes abandonar el lugar, pero antes de ello...

      -Bendita Luz, dame valor para contarle toda la verdad…-Murmuró el hombre, cuya oración alcanzó, al igual que todas las palabras que había pronunciado las paredes de la estancia hasta el suelo. Y allí, sobre la superficie pétrea, hasta un recodo hueco a través de una fisura oscura, las palabras llegaron hasta la galería inferior. Por ella no solo se filtraban los sonidos, sino apenas un pequeño rayo de luz de antorcha que iluminó brevemente un ojo del color de la miel, rodeado de enrojecida y malherida carne.

      Godric inclinó la cabeza hasta dejarla reposar sobre sus rodillas. Desde hacia años que dedicaba sus horas libres y aburridas a deambular por las catacumbas y criptas de la catedral, sin aventurarse más de la cuenta. Por primera vez en casi una década descubría algo concerniente a él y su pasado, algo que ya creía sepultado por el tiempo.

      Escuchar a escondidas era su peculiar y prohibido pasatiempo, aunque no se sentía del todo a gusto. No obstante, muy pocos alicientes podía tener si llevaba varios años sin mayores actividades que fueran realmente interesantes. A medida que volvía sobre sus pasos hacia su cámara, meditó sobre su situación y los hechos que llevaron a estar de esa manera. Su cuarto ya no era tan acogedor, más bien se parecía ahora a lo que realmente solía ser. Una vieja celda convertida en estancia. Una cama, un escritorio junto a una estantería repleta de libros y otros enseres… Un espejo roto.

      Cerró la puerta tras de sí y se aproximó a ese último objeto, mirando su reflejo escondido tras la tela. Pensó en su infancia y su vida en Lordaeron antes de que todo ocurriera. Como era correr y jugar a la luz del sol sobre los campos verdes, el abrazo de una madre y el esfuerzo del trabajo de sus parientes para brindarle la oportunidad de formarse un gran oficio. ¿Optaría por dejar la granja para ser… mercader, alcalde, investigador, o incluso llamar la atención del Kirin Tor en la legendaria Dalaran? Todos aquellos jóvenes sueños.

      De alguna manera, pese a que le gustaba leer y escribir, solo había sido espectador de los increíbles acontecimientos que sucedían en el mundo. Hasta que fue participe a la fuerza de una de las mayores calamidades que la humanidad o la Alianza hubieran vivido. Recordó las historias sobre los orcos y las guerras, e incluso haber visto alguno durante los años que estuvieron recluidos en los campos de Trabalomas. Pero nada como ver a la mismísima muerte alzarse contra los vivos, dejando a su paso su podredumbre y miseria. Se había encontrado con el destino, con la misma intensidad y revés que tiene un mazazo.

      Antes no era nadie. Insignificante, de hecho, como cualquier otro hijo de campesino. Ahora era menos que nadie… Tan solo aguarda la llegada de un milagro, algo que haga que su sino le responda y le devuelva cuanto le debe. Y tal vez, descubrir quien está destinado a ser.

       

       

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  18. Gracias por el consejo Vigon, trataré de recordarlo aunque soy de los que opinan que no hay gloria sin riesgo. 

    De entrada no tiene una clase definible, salvo que usaría la clase pícaro hasta que ya se empezara a inclinar hacia algo concreto. Tengo varias ideas en la cabeza, tanto en el lado del bien como del mal (o lo neutral), pero dependerán en parte de como se vaya desarrollando, el ambiente o tramas que haya actualmente, las relaciones onrol que se den... 

    Como son mis inicios en el servidor iré tanteando, y el personaje previsiblemente comenzaría on-rol al servicio de otro u otros. Esto quizá te diga bastante. Quién sabe qué puede ocurrir.


  19. Un humano con la peste, o por el estilo en lo que viene siendo Warcraft. Pero vivito y coleando. Igualmente no os guiéis mucho por la imagen, que es bastante extrema... De hecho ya me da que pensar que se dude entre si es un renegado o no... xD

    Para aclararlo un poco, dejemoslo en que tiene una afección que le da una apariencia jugosa y desagradable, por lo pronto.

    Añado: En verdad para un renegado mola bastante, seguramente ceda la oportunidad a otro de usarla mejor de lo que yo lo haría. 

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