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Shiva

Belfhegor

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  • Nombre del Personaje
    Belfhegor
  • Raza
    Humano
  • Sexo
    Hombre
  • Edad
    31
  • Altura
    1 76
  • Peso
    74 kg
  • Lugar de Nacimiento
    Dalaran
  • Ocupación
    Mendigo, Aprendiz de nigromancia
  • Descripción Física

    Un hombre de menos de un metro ochenta, tez pálida, con apariencia delgada y enfermiza. No cuida mucho su apariencia, vistiendo generalmente con túnicas o ropajes alguna vez elegantes pero caídos en la pena tras los años, lo mismo con su cabello, largo, sucio y enredado. Lleva siempre en su cinturón una daga de calidad mala y una pequeña bolsa con artefactos desconocidos.

  • Descripción Psíquica

    Frio y calculador, es un hombre con un estandarte moral muy bajo o mejor dicho subjetivo para lo que pueda ser la creencia y virtud común. Tiene un objetivo en su mente, para el cual, daría o haría cualquier cosa sin importar que para lograrlo. Manipulador, siempre intenta quedar bien parado para agradar, sin mas motivos que el utilizar a los demás en su favor.

  • Ficha Rápida
    No (600 palabras mínimo)
  • Historia

    Hace treinta y un años, con otro nombre y en otro lugar nació un niño, enfermizo y frágil, pero el primero de muchos que habían intentado recorrer ese camino y no llegaron a conocer la vida en el exterior de su madre, o de hacerlo, en no mucho mas de unos días, se despidieron de ella. Pero este lo logro, a pesar de no ser el mas fuerte recién nacido, la alegría invadía el cuerpo de su madre al oír a la partera celebrando que el pequeño lo lograría.

    Muchos dirían que para vivir de esa forma, no hacerlo. El pequeño se crio en una familia que estaba alejada de la pobreza, su padre no era mas que un plebeyo, pero uno con buenas dotes para el comercio. Comenzó trabajando los campos de un señor a las afueras de Dalaran, para luego armarse hasta poder rentarle a este mismo una parcela y vivir mas cómodamente. Lo curioso del comercio, es como puede variar el mercado. Los primeros años fueron prósperos, aun así, para cuando su hijo ya tenia alrededor de cinco años, todo empezó a decaer, al punto, que su padre se endeudo por una gran cifra, malas cosechas, perdidas, además que el suelo de dicha parcela no era el mas fértil para dichas tareas.

    La vida volvió a llevar a la familia a la pobreza, lo cual no solo trajo consecuencias en su nivel de vida, además, su padre cayo en una gran frustración, seguida por una fuerte depresión, la cual cambio a aquel hombre trabajador y que creía en sus habilidades, para volverse un trabajador vago de los campos, quien salía de sus labores y se dirigía a la posada de mala muerte mas cercana, para llegar a altas horas de la noche, despertando a su familia con golpes e insultos.

    Su hijo ya estaba acostumbrado a esto de antes, siempre con una ¨justificación¨, si rompía algo, si contestaba mal a alguno de sus padres. Pero en el peor momento anímico de su padre, las golpizas ya carecían de razones, mas que el hacerles daño, el demostrar que era el que mandaba, el mas fuerte.

    Todo se fue de rumbo al fallecer su madre, su padre perdió todo el interés en cualquier cosa que no fuese la bebida, volviéndose bastante deficiente en su trabajo, por lo cual, comenzó a llevar al niño con el, teniendo que aprender casi por si mismo los trabajos de la granja. Muchas veces, los trabajos eran realizados de muy mala manera, siendo su padre regañado, para luego, darle a el su propio castigo, los cuales se extendían entre los golpes, ahora, hasta cualquier cosa.

    Ya tenia diez años, de los cuales, cinco de ellos fueron sumidos en castigos físicos y psicológicos, cuando finalmente una noche mientras su padre ya estaba inconsciente debido al alcohol que había consumido, decidió acabar con su vida. Tomo su vieja daga y se arrodillo en el piso, sosteniendo el arma con ambas manos y apuntando a su cuello. Pero antes de noticiarse, las lagrimas caían de sus ojos, se sentía incapaz de realizar tal acto, por mas de todo el dolor que había sufrido, se sentía débil y desconcertado. Su padre, a pesar de la resaca que invadía su cuerpo, lo escucho. Al notar como se abrieron los ojos del hombre, casi sin llegar a verlo, un golpe de puño se estrello contra su cara, moviéndole de lugar su nariz y haciendo que dos dientes vuelen de su boca; se lanzo contra el, propinándole golpes repetidos, sin clara intención de detenerse, o de dejarle con vida. Quizás por casualidad, reflejos o instintos, el niño logro acertar con el cuchillo en el cuello del hombre, rasgándolo y logrando que la sangre comience a emanar del mismo, teniendo ahora, a su agresor tirado sobre el mismo, en claro camino hacia la muerte. A diferencia de la primera vez y bastante golpeado, un frenesí lo invadió, apuñalando el cuerpo de su padre hasta romper el mismo cuchillo y luego desmayándose.

     

    Al abrir nuevamente sus ojos, se encontraba recostado dentro de la cama mas grande y limpia que había visto en su vida, la habitación no era parte de la choza donde se había criado, sino que por lo menos en apariencia y por sus conocimientos en esa edad, suponía que era mas cara que toda su vieja casa. La criada que lo vigilaba, se sobresalto y salio corriendo, para volver mas tarde acompañada de un hombre, era alto y de piel pálida, cabellos negros como los suyos, pero no era su padre, era Lord Silvam, medianamente reconocido arcanista de la ciudad de Dalaran y noble Lordinense, el dueño de los campos en los que su padre trabajaba para pagar su gran deuda. El noble se sentó en la punta de la cama e hizo que la criada se retirara, le pregunto como se encontraba, que recordaba, si le dolía algo. Tras conversar un poco, le dijo que el no diría nada de lo que encontraron y lo dejaría sustituir el lugar de su padre hasta pagar su deuda, pero de lo contrario, tenia una oferta que hacerle, una oferta que debería escuchar atentamente. Le explico que lo que le sucedió y desencadeno las consecuencias de la muerte de su padre, eran culpa de ser alguien débil, alguien irrelevante, según Lord Silvam, los débiles siempre son acechados por alguien mas poderoso que los hostigaría. Lord Silvam le conto acerca de sus hijos, el mayor, Asmod, quien ese mismo año había ido a estudiar a la mismísima ciudadela violeta, a una las academias de magia, su heredero. Le conto que sus dos hijos menores le habían ido a visitar, pero un grupo de bandidos habían interceptado la caravana y en la lucha contra la guardia del carruaje, habían perdido su vida. El muchacho no supo que responder, pero no hizo falta, el noble con toda la frialdad y tranquilidad del mundo, simplemente le ofreció tomar el lugar de su hijo del medio, prometiéndole que de aceptar, tendría todos los derechos legítimos como si hubiese sido sangre parida por su esposa; además de asegurarle que no habría ningún riesgo, puesto que los niños se habían criado en la campiña, lejos de la ciudad mágica. Le aseguro ser un padre severo, quizás peor que el que tuvo una vez, pero que siempre seria con una razón y para dejarle una enseñanza. Siendo solo un niño y sin mucha idea de lo que ocurría, el joven acepto la propuesta de aquel hombre gentil, dejando atrás todo su pasado para tomar el nombre de Belfhegor.

     

    Parecía que había sido ayer, cuando el muchacho, años mas tarde, atravesaba la entrada de la ciudad de Stromgarde, con las pintas de un simple plebeyo o incluso un mendigo, habiendo dejado mucho de lo ocurrido en esas épocas, atrás, pero esta vez, con una nueva y oscura misión, la cual podría solo terminar en un éxito rotundo, o en su final.

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