Daz'al Furiarena el Lince Rojo

[Anari 118]

Nombre: Daz'al

Raza: Troll de Arena

Sexo: Cada semana

Edad: 25 veranos, un poco mas, un poco menos, no recuerda bien

Altura y peso: 2,13m y 98Kg

Lugar de nacimiento: Desierto de Tanaris

Ocupacion: Vendedor de venenos/Asesino a sueldo/Duelista

 

Descripcion Fisica.

(Imagen de referencia)

Se trata de un troll de arena enano, para estandares troll en general, de cuerpo de composicion delgada, el poco musculo que tiene esta bastante tonificado. Su cabello es de un rojo amanecer, bastante anaranjado y tropical, lo lleva largo y desaliñeado hacia atras con unos pequeños mechones cayendo sobre su rostro, con una pequeña barba de chivo del mismo color atada con la punta de la cola de un escorpido. Piel de color tipicamente arena, es seca y un tanto agrietada al tacto, algo que necesita para sobrevivir a las inclemencias del desierto, no parece llevar ninguna cicatriz demasiado notoria, mas que los rasguños de una vida un tanto agitada. De larga nariz, sus colmillos son cortos comparados con los de otros troll y estan alzados completamente hacia arriba. Sus ojos son del mismo color que su cabello y su rostro tiene una pequeña cicatriz en el pomulo izquierdo de esta, una cortadura no muy larga pero que se hace ver. Lleva tinturas y maquillaje tradicional de su tribu en el rostro, no muy abundante y de color blanco y negro.

Descripción Psíquica.

Un trol vivaz, lanzado y de lengua tan agil como su cuerpo. Toda su vida se ha basado en sentir emociones y no parece dispuesto a cambiarla, menos ahora que se le ha descubierto todo un mundo por vivir. Aficionado a los negocios oscuros tanto como a los conceptos de honor de la horda, es la mezcla perfecta de entre todo lo bueno y todo lo malo que trae un troll de arena, aunque mucho mas extrovertido y curioso que uno normal. Aun asi, mantiene el orgullo de su pueblo de no doblegarse nunca ante nada ni nadie, aunque esto podria costarle la vida, el orgullo de este trol no conoce limites. Su mayor defecto sea quizas la falta de planes a futuros, solo se embarca a lo que sucede y ya, sin darle mucha importancia si se trata de ir hacia una muerte segura, pero bueno, despues de una vida en el abrasador desierto de Tanaris ¿Que mas da?

 

HISTORIA

Las tormentas de arena nunca paran de moverse, nisiquiera cuando el desierto arde o se congela, no tienen misericordia de nada. Para algunos, son la furia encarnada de los Loa, que claman de sus sacrificios, otros las ven por lo mas simple, polvo y viento combinado. Lo que sea, lo unico seguro es que saben llevar destruccion a su paso y acostumbra la muerte para los desprevenidos, suena al evento mas desafortunado para un parto en medio del desierto ¿No?, pues parece ser que los padres de Daz'al debian bastantes sacrificios a sus Loa y se desquitaron con el naciente en plena caravana del dia. Se podia ver a kilometros como una gran tempestad de arena, viento y polvo se aproximaba sin nada que la parase, y desde luego que el caminar troll poco o nada podian hacer comparado con esa velocidad, mas que intentar armarse en carpas de arena, porque ademas, se hallaba una embarazada a punto de dar a luz en la caravana. Los mas cobardes tomaron sus monturas y echaron a andar en busca de salvar su propio pellejo, el medico brujo comenzaba a rezar e implorar a sus dioses un rescate milagroso, los mas aguerridos plantaron hasta sus armas para asegurar las carpas, pero poco se les puede juzgar en su accionar desesperado tratandose de la asesina tierra de Tanaris. Y el momento finalmente llego, a segundos de que fueran devorados por la furia de la arena, poco a poco se empezaba a asomar la cabeza del pequeño troll rodeado de parientes que se mordisqueaban los dedos con ansias, no se sabe si por el niño o por la polvareda. Aunque el impacto se sintio, se siguio con la ceremonia, con el medico brujo alzando al recien nacido y proclamando que habia sido bendecido por los dioses al permitirle nacer en una escena de muerte casi segura. El polvo paso, y la carpa se abrio para encontrarse completamente sola en medio de la noche, no habia rastro de ninguna de las otras dos tiendas aprovisionadas, ni de quienes se refugiaban en ellas, mas que simples palos sobresalientes de monticulos de arena. El desierto se los llevo.

Ante tal nacimiento, el medico brujo se descoloco, pues no estaba del todo seguro de que Loa habia marcado al pequeño hijo de la tormenta ¿Acaso la gran hidra le cubrio de las inclemencias de la zona? ¿O el temible Mueh'zala se habia apiadado y decidio no llevarselo consigo? Las dudas se despejaron cuando una gran lince tuerto del desierto se acerco de la nada y rodeo al bebe mientras sus padres estaban desprevenidos. No atacaba al bebe, es mas, lo recubria con su cuerpo e intentaba morder a quien se le acercara. Definitivamente, un hijo de Eraka no Kimbul, el tigre, el unico que habia escuchado los gritos de ayuda.

 

En su niñez, su vida giro en torno a la gran Zul'Farrak y los muy habituales viajes por todo el desierto de la gran Tanaris, pues en una tierra tan cambiante, dificilmente se puede residir siempre en el mismo lugar. Esto alimento lo que posteriormente se convirtiria en una insaciable curiosidad, que de por si ya se mostraba mas energico de lo normal, no se entendia muy bien como en una cosa tan pequeña entraban tantas ganas de, todo. Agil, saltarin, movedizo y sociable, sus padres no sabian si habian parido a un mono o a un Farraki de verdad. Hacia amigos con la misma facilidad con la que se conseguia enemigos, puesto que era mas del tipo "vivir el momento" que pensar en el despues. Al menos esto era asi hasta que una vez, en sus 12 años, hizo enfurecer a otro troll que le doblaba en tamaño y fuerza, habia caido y arruinado sobre un monticulo de tierra al tropezar mientras practicaba una de sus habituales acrobacias, resulta que aquel monton de tierra era el totem improvisado de Golo, un giganton que intentaba seguir los caminos del chamanismo aunque claramente tenia mas de ogro. Golo, iracundo, tomo un gran peñazco de piedra y lo revento contra el lince de Daz'al, que lo acompañaba desde su nacimiento. Los sesos del pobre animalito tiñieron la arena de sangre, mientras el grandote solo miraba al danzarin con una sonrisa burlona. Daz, lanzado como era, tomo su lanza sin darse tiempo para llorar y sin titubear reto al asesino de su compañero a un duelo, duelo que surgio y casi acaba con la vida del retador, pues a pesar de ser de pies rapidos, su rival le doblaba en tamaño y tenia algo que el otro no, juego sucio. Atacandole por la espalda, tomo de la cabeza al pequeño Daz y estampo su cara contra la arena, dejandole algunas cicatrices leves de quemadura en el rostro pero principalmente, sus ojos se vieron tan dañados que su vision fue reducida permanentemente. Lo habria matado de no ser por la intromision del jefe de la tribu.

En el suelo y con los ojos llenos de arena, un anciano vestido en togas negras se le aproximo y tendio la mano cuando la multitud finalmente le habia abandonado. Vio en el joven el caldo de cultivo perfecto para heredar sus enseñanzas, artes de magia oscura y alquimia, las herramientras perfecta para darle al pequeño lo que deseaba, venganza, pero tambien el culto a la gran Dambala, la cobra, el loa de la traicion. El marcado por Kimbul, con su curiosidad innata acepto sin dudarlo y se vio fascinado por el enigmatico mundo del misticismo, la creacion de liquidos que al entrar al cuerpo, creaban cualquier clase de efectos, desde volver a un lince lento, hasta tranquilizar a la mas salvaje hiena. Simplemente era todo un mundo por descubrir que no podia rechazar. Se instruyo lo suficiente hasta que por fin clamo por un segundo duelo, su rival confiado acepto, con la condicion de que esta vez si pudiera terminar el trabajo. Pero a su mala suerte, el mismo juego sucio que habia aplicado seria lo que le costaria la vida. Corte a corte, la hoja envenenada de Daz'al iba haciendo al gran Golo tan lento hasta que ya no podia ni moverse, solo se tumbo al suelo sangrante. Viendo que su oponente ya se habia rendio, lejos de mostrar compasion, se lanzo hacia la espalda de este y una magia oscura imbuyo su arma antes de que esta penetrara de lleno la carne y organos del trol. La piel de este desde su herida hasta su lengua se fue agrietando hasta secarse completamente, dejando al cadaver como mas que una pasa de uva negra, un agonizante final. 

 

Pero asi como las nuevas artes traian nuevo poder, conllevaba la perdida de otras. Su loa predilcto, Kimbul, habia dejado de responderle y refugiarle al incursionar en la magia oscura, siendo esto algo totalmente opuesto a lo que el gran tigre representaba. Daz'al no lo dudo mucho antes de abandonar a su maestro y por completo la magia oscura, mas no, el arte de los venenos. Intentaba crear un equilibrio entre su nobleza y supervivencia, entre Kimbul y Dambala, pues a base de nobleza no se sobrevive en el inhospito desierto, y sin ella no se es mas que un malviviente sin causa. 

 

Finalmente los caminos de la vida y la necesidad lo llevaron a incursionar en asaltos a los mercaderes desprevenidos del desierto cuando no podia aprovisionarse con la venta de venenos. Atacaba a la par de las tormentas de arena, sumido en ellas, rapido y fugaz, no dejaba mercancia alguna mas que las vitales, comida y alimento, mas tampoco dejaba victimas a menos de que se le atrevieran a hacer frente. Esto le dio una reputacion ciertamente infame entre los que no eran trolls, lo llamaban "La muerte en el desierto". Pero asi como era infame, entre los suyos ganaba reconocimiento durante las arenas y los coliseos que se celebraban, nunca faltaba a una, y cuando llegaba se encargaba de darle un espectaculo digno de la admiracion Farraki, lo que le valio tambien el apodo del "El lince rojo". Depende a quien le preguntaras, se trataba de un simple bandido de las arenas o un gran duelista en las arenas.

Mas aquella vida de constante peligro de muerte cambio para sumirse a una con, probablemente aun mas peligros, con la llegada pieles verdes a su tierra, nuevos aliados que hablaban de las maravillas del mundo fuera del desierto, de la formidable Orgrimmar y toda clase de seres enormes o pequeños, futuros compañeros o rivales en contienda. No lo dudo ni por un segundo antes de tomar todas sus cosas y meterse de lleno al primer barco de la Horda.

Primer destino; Trinquete.