Arvia Azar'korath.

[Rolf 233]

Arvia Azar'korath

Información general

Nombre	Arvia Azar’korath.	Clase	Cazadora.
Raza	Enana.	Especialización	Arco largo, bestias.
Trabajo	Errante.	Alineamiento	Caotico-bueno.

Características físicas

Edad	31. (Adolescente)
Altura & peso	1,32m & 65Kg
Complexión	Atlética, algo flaca para una enana.
Misceláneas	Pinturas y tatuajes de tono negro decoran sus brazos y rostro. Algunos son simbología Martillo Salvaje, como las cabezas de grifo tatuadas en sus hombros, pero otros Barbabronce, como las runas que decoran la zona diestra de su rostro.
Apariencia	Una enana joven, aun en su adolescencia, de piel clara y sedosa y cabellera negra como la noche sin luna, despeinada, pero con algunas trenzas desperdigadas aquí y allá. Sus ojos de un color gris pálido transmiten atención y curiosidad por su alrededor, estos están coronados por un par de expresivas cejas, que siguen una línea levemente curva. Su nariz es algo respingona y no destaca en proporciones ni hacia lo ancho ni hacia lo largo. Su boca es algo pequeña y de labios gruesos, aunque modestos para una enana. Bajo los cuales, a un palmo hacia la diestra, como firma, tiene un lunar de moderado tamaño.

Características psicológicas

Miedos & traumas	-
Hobbies	Le gusta mirar a los animales o insectos hacer sus cosas de animales o insectos. Quizás al llegar a tierras civilizadas haga lo mismo con la gente.
Personalidad	Tiene mentalidad abierta y curiosidad por todo, aunque sobre todo por todo lo que suele interesar a un enano, pero combinando en parte tantos intereses más típicos de Barbabronce con intereses mas típicos de Martillo Salvaje. No suele juzgar a nadie sin antes haber entablado conversación con él o haberlo observado durante suficiente tiempo para formar sus propias ideas. Disfruta de la tranquilidad, los animales y los espacios naturales, pero sueña con la grandeza de ser reconocida por sus méritos y obtener gran prestigio para su apellido y familia, ya sea como guerrera por dar muerte a una gran bestia u otros medios. En lo personal suele ser reservada, pero no tiene problema en platicar con cualquiera sobre asuntos más cotidianos.
Conocimientos	Habla, lectura y escritura enánica. Común tan pobre que prefiere no usarlo y meramente hablado. El uso del arco y flecha, combate con hachas, caza en pantanos, supervivencia en pantanos, trato con animales.

 

Historia

Ni en las nevadas dunas y montañas de Dun Morgh, ni en las extensas praderas y arboledas de Loch Modan, sino en la oscura espesura, entre musgo y charcas, con un ambiente de pesada humedad e infecto con insectos, contra todo pronóstico, un porche se alzaba hacia el frente, esculpido con impoluta precisión en la propia piedra de la ladera de una colina, la arquitectura de formas geométricas rectas y robustas declaraban claramente que era obra de los hijos de la montaña y antigua, pues los líquenes y musgos trepaban los costados del porche, y de no ser por una manutención constante, habrían invadido el hogar tiempo atrás. La sólida puerta que resguardaba la entrada al hogar chirrió brevemente antes de abrirse de golpe, del interior surgió una figura de baja estatura, de aspecto joven y cabellos azabache desordenados, con arco y carcaj a la espalda y dos hachas a cada lado de su cinturón. Junto a ella, una criatura cabezona, de cuerpo felino pero faz de ave la siguió con saltitos enérgicos. La joven camino hacia los escalones que separaban el porche de la espesura salvaje antes de detenerse unos segundos, tras de sí se escucharon los pasos de otra persona, tras ella, en la entrada al pétreo hogar apareció su madre, lanzándole una mirada de reprimenda y soltando voces.

 

"¿Cómo que te vas? ¡Aun erres una niña! ¿A dónde vas a ir?"

 

"¡No soy una niña! Y debo conocer mi lugar antes de la adultez madre. ¡Por eso me voy!" Respondió con voz decidida girándose a su madre. "Además, en este pantano no hay nada, aunque cazase a un draco no habría nadie para reconocer mi hazaña. Me haré un nombre fuera, para hacer nuestro apellido reconocido y traeré honor a la familia."

 

"¡Perro que locuras dices, si aun ni te ha crecido la barrba! ¡Cómo que hacerrte un nombrre!" Se quejó la mujer adulta, de rasgos más marcados, con indignación. Pero una tercera figura se unió a la discusión apareciendo tras ella, ahora un hombre, un enano de brazos y rostro tatuado con simbología que representa aves, martillos y relámpagos, principalmente, dejó escapar una profunda carcajada antes de interrumpir.

 

"¿Barba? ¿Te olvidas de que tienes una hija, mujer?" El hombre continuo con su carcajada, ahora más breve un par de segundos, antes de proseguir. "Yo creo que está bien que la mocosa extienda las alas. Si es lo que quiere, no veo por qué no. Nunca aprenderá si no le dejamos aprender, pues ya le hemos enseñado todo lo que podíamos enseñarle nosotros."

 

"Siemprre le has dejado salirrse con la suya." Se quejó finalmente la madre. "Muy bien, perro más te vale que escrribas amenudo. ¡O mejorr, que nos visites amenudo! Como no lo hagas te arrearré una colleja por cada semana sin saberr de ti. ¿Etendido señorrita?"

 

Ante la amenaza la joven parpadeó y río brevemente. "¡Entendido, entendido! Haré lo que pueda."

 

"Vuela pajarillo." Respondió solemne el hombre, quien era su padre. "Y tú, Hai're." Se dirigió entonces a la pequeña cría de grifo, de plumas oscuras como el ébano o la foresta del pantano en una oscura noche, hincando la rodilla para estar a la altura y acariciar su cabeza. "Cuida de ella, ¿sí?" El enano sonrió cómplice antes de levantarse y volver a mirar a su hija. "¿A qué esperas niña? Vuelve cuando te hayas casado con un thane y nos hayas preparado una habitación cálida en su palacio." Soltó una última carcajada dando largos pasos de nuevo hacia la entrada.

 

La joven sonrió antes de despedirse, y emprendió su marcha hacia las tierras enanas centrales. Llamaba la aventura, y había respondido.