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TitoBryan

Ivar Hegrundsson "Drakkigson" - Matatroggs.

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De la piedra al honor y del acero al valor. 

 

Nombre: Ivar Hegrundsson "Drakkigson" Lugar de nacimiento: Karak Modzhul, Pico Nidal
Raza: Caledonio (Martillo Salvaje)  Profesión: Matatroggs, herrero
Sexo: ¿Como? Creencias e idioma: Dioses antiguos (Titanes) y los ancestros. Común-Enánico.
Edad: 70 inviernos Carácter y alineamiento: Honorable-Irracional. Neutral bueno. 
Peso y altura: 105kg - 4'10'ft Frase: "¡Deja que te arregle esa carita con mi maza!"

 

 

 

 

Descripción Física

 

Spoiler

Poco se puede resaltar de Ivar que no se vea a simple vista. Es un mediano de proporciones aterradoras. Unas pulgadas más alto de lo común, debido a su descomunal físico, que se resume sencillamente en una masa abultada de músculo y riachuelos de cicatrices a la vista donde los tatuajes, el barro o la suciedad no alcanza. Una siniestra mirada de ojos ambár transparenta macabro un espíritu iracundo entre el caos metálico que decora sus facciones y que amenaza con su brote entre constantes bufidos de animal. 

Encima de una cabeza pintada en tatuajes carmesí y con los costados rasurados resplandecientes, se alza con orgullo una cresta de la misma tonalidad. Dos brazos agrietados y fornidos como la roca nacen de las montañas que tiene por hombros, a menudo cubiertos con el mismo pelaje de oso que suele cubrir su cabeza. De cintura para arriba son los metales oscuros y peligrosos los que preservan su objetivo y de cintura para abajo los mismos pelajes de animales que caza a la intemperie son usados para cubrir su temerario avance. 

 

Descripción Psíquica

Spoiler

Es un enano obstinado como cabria esperar, sus ideas y pensamientos son más difíciles de quebrar que su aguante. Si hay que resaltar algo del mediano es su impaciencia, a menudo acompañada con arrebatos irracionales y con inclinación a la violencia como herramienta solucionadora de problemas, acompañada obviamente de un repertorio de amenazas e insultos que no conoce fin. 

Siente un profundo rechazo a todo lo ajeno de su raza, lo cual lo encasilla -muy acertadamente- en un racista de cuidado, frecuentemente tachando a elfos y humanos por igual de indignos. Por ello, la tradición y el honor están grabados en sus pieles, y así lo dicta su conducta. Pero dentro de su intolerancia, reside un cierto afecto por los que se ganan su respeto, sin importar raza ni condición. Pues por encima de todo, el enano reconoce virtud en la fuerza y sabiduría en la destreza de un guerrero. A diferencia de la hechiceria, de la cual no solo recela hasta las raíces de su cresta, sino que a menudo acusa de cobardes a quienes la practican.

El deber con su raza es una de las pocas cosas que ocupan su mente , y aunque aparente que nunca tenga tiempo para nimiedades, siempre hay tiempo para la venganza. Y es que para él los agravios son tan sagrados como la cerveza que corre por sus venas, salvo que el primero se paga -y más vale- con sangre. 

Idolatra a los ancestros caídos, para él los espíritus no son ningún juego e insuflan tanto respeto como temor por ellos en el enano. Dia a dia lucha sin cesar por recuperar su honor, es su única motivación. Pero tras tantos años, por fin ha empezado a entender que cuanto más pelea, más claro tiene que su camino es uno solo de ida. 

 

 

Historia

Proviniente de los pedregosos riscos y bosques frondosos circundantes a la capital salvaje de Pico Nidal. No hay momento en su infancia en el que no recuerde el gigantesco y amplio mundo dentro de las montañas, donde sus mayores se esforzaron durante muchas generaciones en tallar y estructurar la inmensa fortaleza donde se crió, Karak Modzhul. 

Columnas que se pierden a la vista de su inmensa altura. Pasillos estrechos que interconectan cada sector y distrito de la fortaleza. Tuneles laberinticos perfectamente calculados. Cámaras gigantescas con el pavimiento tan resplandeciente como un espejo. Minas y canteras que no conocen fin. Esa era la descripción que daba Ivar del "hogar". 

No hubo momento en el que no trabajase junto a su padre en las forjas para el ejercito enano salvaje. Donde desde la infancia, Ivar ya poseía un afán y admiración por la metalurgia enana. Su familia confeccionaba dia y noche armas y armaduras para los guardianes de las camaras de la fortaleza, poderosos guerreros de capacidades inhumanas y relatos épicos. Simplemente lo adoraba. 

Pero es de lo poco que logra acordarse el enano. Suele pintarlo como un lugar mágico y encantador, el hogar es el hogar despues de todo. Pero en algún punto de su vida, algo se torció. No lo reconoce, ni habla de ello. Se excusa con las manchas borrosas del pasado. Pero sus compañeros saben que guarda algún motivo oculto que justifique la peor de las desdichas para cualquier enano que merezca llamarse cmo tal. El destierro. 

De su clan, Ivar solamente le quedaba el apellido, con el que habia luchado con uñas y dientes para que no se lo arrebataran. Fuese lo que fuese lo que habia hecho, tenía con vagar con la carga y la deshonra de ser un exiliado de su propia gente. Algo que a dia de hoy, tras tanto tiempo, sigue vigente en sus pensamientos. 

Durante un tiempo, logró encontrar un oficio en la capital Barbabronce, donde las fraguas enanicas expulsaban humo y gases desde el interior de la montaña dia y noche. Pero un herrero con tan poco conocimiento como él no era rival para sus compañeros reconocidos por su maestria. Tuvo que buscar refugio donde otros no se hubiesen atrevido. Ya fuese entre los prádos nevados de Dun Morogh o los infestados valles de Loch Modan. 

En algún momento de su vida, por necesidad, tuvo que pasar de forjar armas y armaduras a portarlas y blandirlas. Y al fin pareció encontrar futuro en algo. Pues aunque joven e inexperto, Ivar contaba un talento natural que lo inclinaba a la agresividad. Lograba desatar el caos con facilidad, a vocifeos o a puños si era necesario. Y supo sacarle un provecho. 

Durante mucho tiempo, viajó a las endebles tierras humanas, plagadas de amenazas bestiales y sometidas a las tiranías de sus propias gentes. Algo que desde una primera toma de contacto, causo un rechazo vomitivo en el enano, pero que tenía que aceptar despues de todo. 

En sus viajes, encontró una poca fortuna en las tabernas desperdigadas y horrorosamente ubicadas por territorio humano. Aunque le desagradasen, sabía que era la mina de dinero que necesitaba. Ya fuese por contratos o batidas por algún mercader o por las recompensas en las lizas mano a mano. 

Su nueva vida parecía prometedora, hasta el punto de fundar una banda junto a sus compañeros mercenarios bajo el nombre de "La Compañia Roja".  Durante un breve período de tiempo, la fortuna y gracia les sonrieron. Al sur de los reinos humanos, lograron labrarse un nombre por su historial en combate que habian acumulado. Y fue ahí, ajeno a su compañía, donde conoció a quien sería su medio hermano de por vida. Con quien habria peleado hombro con hombro e incluso, llevar a cabo el sueño de ambos enanos, abrir su propia herreria. Bodvar Budriksson Drakkigson. Un nombre que guarda un lugar especial en el corazón del enano. Tan fuerte era el lazo emocional que habia forjado con el Drakkigson, que sobrepasaba cualquier barrera lógica o cualquier amenaza por imponente que fuese. No habia excepciones.

Fue su guia y mentor durante mucho tiempo, hasta que por un motivo que a dia de hoy desconoce, sus caminos se separaron. Pero incluso sin su presencia, no iba a olvidarle. Fue el único enano que supo ver más allá del deshonor de haber sido desterrado por su propio clan. Y verdaderamente, aunque no lo demuestre abiertamente, el único que lo trató como un hermano, tanto fuera como dentro de la batalla. Hasta que en un punto, el venerable enano lo adoptó de manera no oficial dentro de su clan. Algo impensable, pero suficiente para Ivar.  

Poco a poco, la amenaza en el Norte se pronunciaba. Todo tipo de atrocidades eran llevadas a cabo, y necesitaban de alguien que se encargase de ellas. Y la Compañia Roja no iba a quedarse de brazos cruzados mientras la competencia se llevaba el mérito. Aunque trágicamente, no duró mucho. Fue en las colinas gélidas de Dun Morogh, bajo el asedio de los troles del hielo, donde el nombre de la Compañía Roja se sepultó entre muertos y los escombros de la fortaleza enana. El golpe fue devastador. Diezmados y machacados, los restos de la banda desertaron en cuanto tuvieron ocasión. Una vez más, Ivar volvía a quedarse solo, con una compañía vacia y una herrería que tuvo que cerrar por falta de personal. ¿Era este el final del enano salvaje? 

Jamás. 

Era el hijo de Hegrund y el medio hermano del campeón los Drakkigson. En sus espaldas recaía la única responsabilidad que se le había encomendado. Portar con honor los cimientos de su raza y blandir el acero por ella. 

 

Editado por TitoBryan
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La Compañia de Bodvar.

 

Rol/Ocupación: Herrero e Ingeniero de combate. 

Inventario: 

- 4 antorchas, pedernal y 20 metros de cuerda. (0'5kgx4+5kg=7kg)

- Kit de reparación: (3 piedras de afilar, martillo de herrero, pinzas= 5kg) 

- Martillo de guerra y rifle de montañes, 2 cajas de municion de Loch Modan (20 disparos por caja)= 4+2+2= 8kg

-Mapas y carboncillos= 1kg

-Armadura completa de cuero pesado= 12 kg

-Pipa de fumar, con 3 recargas de tabaco importado de Bahia. 

 

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