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Montalba

Rogan Caradhan

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  • Nombre del Personaje
    Rogan Caradhan
  • Raza
    Humano
  • Sexo
    Hombre
  • Edad
    25
  • Altura
    1.78 metros
  • Peso
    82 kg
  • Lugar de Nacimiento
    Àrd-thìrean (noroeste de Arathi)
  • Ocupación
    Aspirante a la Liga de Arathor
  • Descripción Física

    De largos cabellos rojos como el fuego y de ojos claros, Rogan es un joven de espaldas anchas y brazos fuertes. Su barba, a juego con los cabellos y que no siempre lleva todo lo bien recortada que debería, cubre su cuadrada mandíbula. Tiene el donaire de una persona a la que le preocupa su imagen pero que ha tomado algunas malas costumbres por el camino.
     

  • Descripción Psíquica

    El orgullo herido es el principal motor de Rogan. Siente que sobre sus hombros descansa la tarea de restablecer el nombre de su casa y limpiarlo de toda mácula. Dispuesto a defender su honor y el de su familia con uñas y dientes de ser necesario.
    A pesar de que puede llegar a pecar en ocasiones de arrogancia, los últimos años y las compañías han servido para templar un poco su carácter.
    Se trata de alguien joven y ambicioso, que todavía no sabe que lineas estará dispuesto a cruzar en pos de lograr sus objetivos.
     

  • Ficha Rápida
    No (600 palabras mínimo)
  • Historia

    Historia de la Casa Caradhan
    Orígenes


    Cuenta la leyenda que el origen de la Casa Caradhan se remonta a Seòras, guerrero de la tribu de los gwyned, enviado como mensajero por el recientemente proclamado rey Thoradin de los Arathi para reclamar vasallaje a la tribu de los odharnait durante los albores de la Gran Únificación.
    Cuando Seòras llegó hasta la capital de los ordharnait fue recibido por su líder, Liusaidh, pero el aflijido jefe le contó entonces que su única hija, la princesa Morna, había sido raptada por los trol que vivían en las profundidades del bosque y que estos pretendían sacrificarla a una de sus malvadas deidades.
    Liusaidh había prometido colmar de riquezas a quien fuera capaz de rescatar a su hija, e incluso le había prometido su mano a quien fuera capaz de traerla de vuelta. Muchos habían sido los guerreros de los odharnait que habían partido en busca de la princesa, pero ninguno había regresado para contarlo.
    Sin dudarlo un solo instante, el bravo Seòras montó sobre su caballo y partió hacia la espesura, prometiendo a Liusaidh que traería a su hija de vuelta.
    Brillaba el sol en lo más alto del cielo durante el tercer día, cuando Seòras llegó al templo donde retenían a la princesa. Esta se encontraba atada en una pira en lo más alto de la acrópolis, bajo el cielo descubierto, preparada para ser quemada viva mientras los sacerdotes entonaban cánticos ominosos.
    Seòras se abrió paso, haciendo que todo trol que se interpusiera en su camino encontrará el final en la punta de su lanza o el filo de su espada. Para cuando llegó hasta la cima, la pira ya había sido encendida, pero  Seòras logró rescatar a la princesa antes de que las llamas lograran besar su pálida piel.
    Fue cuando se disponía a descender por las escaleras y llevar a la princesa Morna de vuelta con su padre, que descendió de los cielos la bestia. Gahalain, mitad dragón mitad ave de presa, con unas garras afiladas capaces de partir a un caballo por la mitad de un solo golpe y un terrorífico pico que escupía bocanadas de fuego.
    Gahalain estaba furioso, pues aquel humano pretendía negarle el suculento sacrificio que sus adoradores le iban a ofrendar. Pero Seòras no dió un paso atrás y se enzarzo con la bestia en un combate que duró horas. El fuego derritió su armadura, las garras hicieron pedazos su escudo, pero finalmente con un certero lanzamiento clavó su lanza en una de las alas de la fiera y está se precipitó desde lo alto hasta dar con el suelo.
    Con la bestia derribada, Seòras desenvainó su espada y de un solo tajo separó la cabeza de Gahalain de su cuello. Cuando alzó la cabeza en su mano, todavía esta escupiendo fuego, el resto de los trol huyeron aterrorizados a esconderse en el bosque.
    A su regreso, viendo llegar a Seòras con la princesa y la cabeza de la bestia, los odharnait le recibieron al clamor de "¡Caradhan, Caradhan,Caradhan!" o "heroe" en la antigua lengua.
    Cuando el jefe Liusaidh ofreció colmar de riquezas a Seòras por traer de vuelta a su hija, este rechazó la oferta, diciendo al jefe que era a su rey, Thoradin, al que debía recompensar, pues él no era más que su heraldo. Luisadh aceptó entonces unirse a Thoradin como pago a Seóras por haberle devuelto a su hija sana y salva. 
    Aun y a pesar de que Seòras había rechazado toda recompensa por su bravura, Luisadh le ofreció la mano de su querida Morna, oferta que el guerrero fue incapaz de rechazar.
    Desde entonces Seòras fue conocido como Seòras Caradhan, sobrenombre que sería transmitido a su descendencia con la princesa Morna y que acabó por tornarse en el nombre de la dinastía. 


    Caída en desgracia


    Cuentan las crónicas de la fundación del reino de Stromgarde durante la fragmentación del Imperio de Arathor y del reinado de los primeros Aterratrols, que durante el reinado del tercer monarca de la dinastía, el Conde Devan Caradhan de Àrd-thìrean participó en la rebelión del Duque Cullan Aherin de Treubhach contra el rey.
    Hacia el final de la rebelión, el Conde Devan se rindió tras permanecer sitiado durante meses en su castillo de Àrd-thìrean.
    Para cuando terminó la rebelión, la mayoría de los conspiradores fueron ejecutados o desposeídos de tierras y títulos. Al Conde Devan, por ser primo de la reina y por haberse rendido a tiempo, se le perdonó la vida pero le fueron destituidos casi todos los títulos y posesiones, cayendo así el linaje en desgracia.


    Últimos siglos


    Durante los últimos siglos, las únicas menciones a los Caradhan que se pueden encontrar en las crónicas son son de hidalgos y caballeros de escasa o nula importancia, dedicados al oficio de las armas. Se sabe que  todavía cuentan con una pequeña hacienda en el condado de Àrd-thìrean.
    El último miembro mínimamente digno de mención fue Sir Riordán Caradhan, por su distinguido servicio durante la Segunda Guerra. Su hazaña más destacada fue ser el primero en alcanzar la cima de la muralla sur durante el asedio de la capital de Alterac.

    Actualidad

    Historia de Rogan Caradhan
     

    Rogan Caradhan nació en la hacienda familiar de Àrd-thìrean, en las tierras altas, hijo de Bann Caradhan y de su esposa Sebylle Webster. Junto a ellos vivían también su abuelo Sir Riordán Caradhan, caballero y patriarca de la familia y su abuela Marguerite Dupont.
    La hacienda de los Caradhan no era la gran cosa, pero durante la última década habían logrado recuperar un semblante de vida acomodada gracias a su abuelo, que durante la Segunda Guerra no solo había regresado con un generoso botín de guerra si no que había logrado obtener una pensión real por los servicios prestados. El botín lo habían invertido en caballos de raza para la cría y ahora incluso podían permitirse tener unos pocos sirvientes en la hacienda.
    En esta época de bonanza se crió Rogan durante su infancia, sin preocupaciones, creciendo con las historias que le contaba su abuelo de sus aventuras y de héroes del pasado.
    Riordán se encargó de que Rogan aprendiera a montar y empezara su adiestramiento en el uso de las armas desde muy temprana edad. Esperaba de su nieto todo aquello que su hijo había fracasado en darle. El padre de Rogan nunca había destacado en nada de lo que se hubiera propuesto y esto solía ser motivo de discusión frecuente entre este y el cabeza de familia.
    Pero esta discordia no duraría mucho más, pues Riordán moriría poco antes de que Rogan cumpliera dieciocho años de una forma indigna para un hombre de su calado, llevado al seno de la Luz antes de tiempo por unas terribles fiebres.
    Poco después de su decimo octavo día del nombre, Rogan pretendía marchar a la capital del reino para ingresar en las filas de la Liga de Arathor y ganarse el título de caballero siguiendo los pasos de su abuelo, pero tras mucho discutir con su padre accedió a posponer sus planes durante un año. Ahora ya no contaban con la pensión real de su abuelo, por lo que los ingresos familiares ahora dependían enteramente de sus caballerizas.
    Antes de que hubiera terminado el año, falleció también su abuela. Su salud se había ido deteriorando desde la muerte de su marido, hasta que una mañana ya no se despertó. Esta muerte afectó a su padre mucho más de lo que lo hiciera la muerte de Riordán. Bann había encontrado siempre en su madre la aprobación que su padre siempre le había negado.
    Se volvió a hablar entonces de retrasar su partida un año más. A Rogan le enfurecía la idea, no pensaba pasarse su vida siendo un vulgar comerciante de caballos. El suyo era un linaje de héroes de antaño y era su deber hacer honor a ese linaje, a la memoria de su abuelo y sus antepasados, ya que  su padre no parecía dispuesto a hacerlo. Pero aun y con ello acabó accediendo, por intercesión de su madre.
    A lo largo del año siguiente todo fue a peor. Una mezcla de melancolía y desinterés por parte de Bann le llevaron a tomar las peores decisiones posibles. Para mediados de verano no podían pagar a los pocos sirvientes y jornaleros que tenían y para cuando terminó el año la familia de su esposa ya no pensaba prestarle más dinero. Pero no solo a familiares había pedido prestado, si no también a usureros de la villa. Y lo que no había pedido prestado, lo había apostado.
    Ante la amenaza de perder la hacienda familiar ante la incompetencia de su padre, Rogan hizo lo único que podía hacer alguien que se considerase hidalgo y de noble linaje en su situación, dedicarse al oficio de las armas. Fue así como decidió enrolarse en los Franjas Púrpuras, una compañía mercenaria que en aquel momento pasaba por la villa. Podría haberse alistado en el ejército y partir a la guerra de Gilneas, pero entre la mejor paga y la promesa de botín tenía más posibilidades de pagar la deuda de su familia con los Franjas Púrpuras.
    Así pasaría los siguientes cuatro años, viajando entre el Pico Nidal y el Loch Modan en compañía de hombres de armas e hidalgos con deudas o bocas que alimentar. Combatiendo por dinero, y no por honor. Participando en escaramuzas con los trol u otras criaturas, participando en disputas señoriales, escoltando caravanas y en ocasiones participando en tareas de mayor deshonra. Pudo comprobar que el choque del acero y el derramamiento de sangre no eran nunca algo tan sencillo ni loable como cuentan las historias.
    Casi todo lo que ganaba lo enviaba con las cartas para su madre, con la que intercambiaba correspondencia con su señora madre cuando le era posible. De casa rara vez le llegaban buenas noticias. Los problemas con el juego de su padre no habían parecido disminuir y al parecer había empezado a darse a la bebida.
    Nunca en esos cuatro años fue de visita ni tan siquiera cuando la compañía se encontraba cerca. La mera idea de volver a ver a su padre le revolvía el estómago. Él y solo él era el culpable de su situación. 
    Hasta que finalmente, una noche recibió una carta con dos únicas líneas.
    "Tu padre ha muerto.
    Vuelve a casa"
    Se despidió entonces de los que habían sido sus compañeros de penurias y alegrías durante los últimos años y emprendió el camino de vuelta a casa.
    Cuando llegó por primera vez en mucho tiempo a la hacienda familiar, lo primero que hizo fue abrazar a su madre. Después, hablaron largo y tendido y esta le contó como había muerto su padre. Había entrado borracho al establo una noche y uno de los pocos caballos que todavía conservaban le había partido la crisma de una coz. Otra mancha en la reputación de los Caradhan.
    Para mas inri, su terrible administración no había hecho maravillas en pos de dar carpetazo a las deudas.
    Fue su madre la que le convenció de rendirse. Dejar que los usureros se quedaran la hacienda para acabar con la deuda y seguir adelante. A ella la había aceptado mujer del barón a su servicio y le instó a ir con ella, esperando poder convencer al barón de que lo tomara bajo su ala. No era una mala idea, pero Rogan se negó en rotundo. Pensaba alcanzar la fama y la gloria por su cuenta. Labrarse su propio nombre y restaurar el honor de la familia. Ya había pospuesto sus ambiciones durante demasiado tiempo.
    Tras volver a abrazar a su madre y despedirse de ella, montó en su caballo y partió rumbo a la capital.

     

    Heráldica

    w3P7sSZ.png

    El blasón de la Casa Caradhan muestra la cabeza decapitada de un dracohalcón multicolor contorneado ,escupiendo fuego sobre campo de gules y oro.

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