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Stannis the Mannis

Nahlia Velker Fell - ¡La mejor futura maga!

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Nombre: Nahlia Velker Fell4rERSDB.jpg

Edad: 23
Altura: 1:65 m

Complexión: Liviana 

Ocupación: Estudiante 
Facción: Academia de las Artes y las Ciencias Arcanas

 




Descripción física:

Nahlia es una joven humana de unos dieciocho años recién cumplidos. De aspecto inocente y delicado además de juvenil. Con un busto poco pronunciado. Es bastante débil debido a su constitución, aunque puede caminar bastante sin cansase, siempre y cuando no sea un camino abrupto. De cabellos largos de un tono rubio crema, que le llegan bajo los hombros, trenzado o en coleta. De cara inocente, con ojos grandes y de color azules cuales zafiros, cejas finas, nariz pequeña y redondita, labios pequeños pero carnosos.

Descripción psicológica:

Es bastante inocente, pero no confiada. Suele ser reservada y algo tímida con los desconocidos, pero es alegre ante todo. Le gusta mucho hacer reír a los demás y que estén felices. Siempre es muy educada y aplicada en sus tareas, aunque luego en el fondo sea un caos. Es bastante curiosa y preguntona. Siempre escucha las opiniones de los demás y las aplicará de buen grado -Si tienen sentido-. Tiene fobias y terrores que aún no ha podido superar referentes a la caída de Lordaeron.

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~Una historia solo para ti~
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Spoiler

 

 

"Vive con amabilidad y vivirás con fortaleza, con confianza, con efectividad verdadera.
Vive amablemente y harás de tu mundo un mejor lugar para vivir"

 

 

   Prologo: Otra cálida mañana de verano.


"El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos."  


 

                                
Era una mañana cálida de verano, empezando un nuevo día mientras el sol bañaba con sus rayos el Barrio de magos de Ventormenta. Unos rayos cruzaban tenuemente las cortinas finas que tapaban un poco una ventana de uno de los edificios donde vivian los aprendices hechiceros y magos. Los rayos de sol entraban por las ventanas poco a poco.

La pequeña habitación iba iluminándose, dejando ver la mesa llena de libros, pergaminos y velas ya derretidas. Estanterías con más libros y extraños utensilios, unos armarios y una cama pegada a la pared, con el cabecero al lado de la ventana. Sobre la misma cama había alguien durmiendo, y  un conejo a los pies de la cama. El conejo, el cual de forma curioso se despertó, bostezo y se estiro, para luego ir hacia la persona para darle un extraño masaje con las patas delanteras. La persona dormida no tardó en soltar un leve manotazo que hizo que el conejo fuera a parar al suelo.

 

La puerta se abrió y paso una muchacha de pelo corto, negro como el carbón, ojos grisáceos, de estatura común y cuerpo esbelto al cual se le ceñía la toga de color escarlata con las mangas abiertas y los hombros desnudos.

El conejo se colocó delante de la puerta, atento a la voz y el ruido, pero no la joven Nahlia, la cual seguía durmiendo, desabrigada, bocarriba y con un hilo de baba por la comisura de la boca.



--Nahlia, ¿Estas despierta, estás vistiéndote? ¡Nahlia, se te hace tarde!



Pasado un largo rato; la habitación completamente iluminada y tras la puerta el ir y venir de los jóvenes que se levantaban para desayunar. La puerta de la habitación fue tocada de forma suave al principio, para luego con más energía acompañado de una voz femenina.

La muchacha cerró la puerta y esquivó al conejo que la seguía con la mirada. Sacudió a la dormilona que seguía sin enterarse de nada y dijo con voz severa al principio:


--Siempre llegas tarde, siempre tengo que venir a despertarte … ¡NAHLIA, DESPIERTA DE UNA JODIDA VEZ!


El grito hizo despertar de sobresalto a la joven Nahlia. Con el cabello color caramelo todo revuelto y la mirada perdida. Se pasó la mano por la boca babeada y miró de nuevo a la muchacha con ojos adormilados.

--Deja de gritar ... así no se dan unos buenos días, Samantha. Venga ... ahora me levanto, si no será tarde  -Nahlia iba a acostarse de nuevo cuando Samantha la agarró por los hombros desnudos y finos.

--Ya son más de las siete … las primeras clases empiezan dentro de diez minutos … ¡Y aún no te has ni vestido!


Samantha se levantó y caminó hacía uno de los armarios. Lo abrió y se puso a rebuscar. Mientras, Nahlia se levantaba lentamente, bostezando y frotándose los ojos. El conejo se acercó hasta sus pies descalzos, mirándola mientras abría la boca y le pasaba las patas suaves por la pierna.


--¿Quieres comer ya, Tali? -Dicho esto, las tripas de Nahlia resonaron como un monstruo en una cueva, lo cual hizo que Samantha soltara una gran risotada mientras dejaba un vestido en la cama. De color blanco y los bordes azul oscuro, con los hombros al aire, sin mangas y estilo palabra de honor.

--Ponte este, lávate la cara, péinate y baja a comer algo ... ¡Y no tardes más de la cuenta! Yo le daré de comer a Tali.


Samantha y el conejo salieron por la puerta, dejando a Nahlia sola, de pie junto a la cama, observando el vestido. Soltó un profundo suspiro y empezó a prepararse.

Después de unos casi diez minutos, Nahlia ya estaba lista, con su vestido bien puesto, su pelo recogido por dos trenzas a los lados, algo de colorete y las pestañas retocadas. Llegó al comedor el cual ya esta desierto si no es por Samantha y el conejo, el cual estaba comiendo de un cuenco en el suelo.

--Las dos vamos a llegar tarde ... y todo por querer dormir más de la cuenta. -Dijo una enfurruñada Samantha. Nahlia solo podría resignarse a comerse un bollo de miel con mermelada de fresas y un vaso de leche fresca, lo más rápido posible y con mucho cuidado de no mancharse el bonito vestido.


Después del corto desayuno y las palabras severas del profesor Lucio Mero, con el cual tenían clase, llegó a su asiento en el aula de enseñanza de la torre arcana. Lucio les enseñaba las habilidades de las ramas de Evocación y Adjuración. La cual no le interesaban a Nahlia pero si a Samantha.


El fuego mágico era y es bastante conocido por su versatilidad y poder destructivo, algo que Samantha parecía hacerle bastante feliz, ya que siempre sonreía cuando manipulaba tal magia. Nahlia en cambio prendía fuego a las mesas y una vez a la frondosa barba del profesor Lucio Mero, el cual ahora estaba casi calvo después de ese ¨incidente¨.

 

Nahlia no estaba pendiente de la clase, el hambre aumentaba  el sueño, la aburrida y chillona voz de Lucio le hacían que se perdiera en sus propios pensamientos internos … y en ese momento pensaba en su infancia.

 

Nahlia había nacido en el reino norteño de Lordaeron.  Su madre; Miranda Fell, había sido una maga de Ventormenta que tuvo que escapar de joven refugiándose en Lordaeron junto a su padre durante la caída de Ventormenta por la infame Horda. Allí conoció a un joven soldado llamado Palax Velker, con el cual tuvo a Nahlia.

El abuelo de Nahlia volvió a Ventormenta cuando comenzaron a reconstruirla. Él también era mago, uno con una reputación bastante alta, así que se marcho al poco tiempo de nacer Nahlia. En verdad el abuelo Mathius se había ido de Lordaeron y alejado de su hija y nieta porque no aprobaba el matrimonio entre Miranda y Palax. Una maga con talento, casado con un simple soldado era algo que le parecía una aberración, un gran y fatal error. Pero no por eso odiaba o despreciaba a su sobrina, aún así terminó marchándose.


Las cosas fueron muy bien por aquel tiempo, aunque era joven por aquel entonces, recordando pocas cosas; las fiestas en la capital, las marchas y desfiles de los soldados en las fiestas de recuerdo de la victoria frente a la ¨Horda¨, bañarse en el lago Lordamere en los días de calor, los trucos de hielo arcano que su madre hacia y la armadura de su padre, acompañado de sus fuertes brazos que la alzaba al cielo o le abrazaban en momentos tristes y su voz seria pero tan afectuosa cuando trataba con ella y con su esposa.

Pero hay algo que recordara siempre de una forma tan ardiente como el fuego mágico; la destrucción de Lordaeron por las huestes del Azote.  Los gritos de la gente, las calles ardiendo y los cadáveres reanimados devorando a las gentes aún vivas. Pero es a su padre marcharse para defender la ciudad,  las lágrimas de su madre antes de su partida y la huida de la ciudad lo que más dolor le provocaron y aún le sigue acompañando tal tormento de pena.
 

--Hay que ser dura cómo el hielo, ardiente cómo el fuego y cambiante como la magia alteradora. -La lagrimas de su madre recorrían sus mejillas, pero ella sonreía de forma cariñosa y cálida, cómo un escudo protector para su joven e indefensa hija.


–Recuerda que pase lo que pase, nosotros siempre estaremos contigo de una forma u otra. -Ella le entregó un colgante formado por una pequeña forma en corazón de hielo arcano con una llamita dentro de él. Sostenido por un fino hilo platino.

 

Se lo puso en el cuello de Nahlia, la cual estaba subida en un carro, a las fueras de la ciudad de Lordaeron, la cual estaba en llamas. –El hielo soy yo, el fuego es tu padre … y tu eres la fuerza del cambio, alterable pero a la vez serena, capaz de superar cualquier obstáculo y asimilarlo, resolver los problemas que se crucen en tú camino.


Nahlia no entendía sus palabras, estaba asustada, lloraba contemplando a su madre que tenia  la mano en el vientre manchado por un rojo oscuro.



--Irás a Ventormenta, donde yo nací, con tu abuelo. Allí estarás a salvo ... te quiero hija. Siempre te he querido, estoy y estaré siempre orgullosa de ti. -Su madre la beso por una última vez, al momento el carro empezaba la marcha. Una joven que también lloraba, cogió a Nahlia, antes de que esta se bajara del carro. Nahlia gritó y lloró … hasta que horas o días después ya no tenía fuerzas para seguir llorando o gritando.

 

 

Sus pensamientos se cortaron cuando Samantha le dio un codazo que casi termina con Nahlia en el suelo.

Samantha era algo más grande y mayor que Nahlia. La que en cambio era joven, delgada, bajita comparada con Samantha y no tenía mucha fuerza.


--A ver si despiertas, que aún nos queda toooda la mañana por delante. Y no te voy a cubrir para que te eches otra siestorra de mañana. -A semi arrastras fue Nahlia a otra clase... y otra... y otra cabezada contra sus libros.

 


Capítulo I: Un cuento del pasado.

 


“Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son las que no se derraman. "

 

 

 

Cuando por fin Nahlia regresó a su habitación, ya había caído la tarde. No había parado en todo el día, de clase en clase y de práctica en práctica. Últimamente a ella y a Samantha les hacían muchos exámenes y pruebas, las preparaban para algo. Samantha decía que pronto las mandarían fuera de Ventormenta y más allá. Nahlia en cambio no quería opinar mucho en eso, ella pasaba tiempo entre libros en la biblioteca, pero le gustaba soñar con que salía de la ciudad a conocer mundo, pero cuando Samantha decía estas cosas, ella pensaba en como viviría lejos de la gente que conocía, de su habitación con libros, de sus amigos y sin Samantha. Siempre había sido así y tenía algo de temor por que cambiara.



En la solitaria habitación se sentó sobre la cama mirando tras la ventana mientras acariciaba a Tali. En ese momento comenzó a ponerse melancólica y a recordar su pasada y cómo llegó a donde estaba.



Su madre simplemente le dijo que en la torre rodeada de rosas encontraría a su abuelo. Así que cuando llegó a la ciudad de Ventormenta, con doce años que tenia … se sintió como una pequeña y minúscula hormiga. Ella tenía algo de dinero que su madre le había conseguido dar antes de irse, pero solo le daría  para unas pocas comidas.


Nahlia había pasado un largo tiempo de viaje desde Lordaeron hasta Ventormenta. Y cuando llegó a la capital humana del sur, estaba muy asustada y confusa. Su madre le había hablado de su abuelo Mathius Fell, pero no sabía cómo era, ni donde vivía ni sabia como encontrarlo.

 


Preguntó por la ciudad pero nadie hablaba con una pequeña y mugrienta refugiada, además tenía miedo de que le robaran el dinero, así que casi siempre pasaba tiempo queriendo pasar desapercibida. El primer día lo paso recorriendo partes de la ciudad,  le preguntaba a los guardias, esperando que fueran como su padre de amables, pero no tenían tiempo para una niña huérfana y vagabunda, como muchos otros niños que andaban por la ciudad.
 

Llegó a la capilla, donde se acordó de su padre el cual la llevo más de una vez a la capilla de Alonsus de Stratholme, donde veía a los paladines Caballeros de la Mano de Plata ir a rezar desde su bastión en la ciudad.

Pero Nahlia no vio ningún paladín como los que veía en Stratholme, en cambio vio a muchas mujeres y niños rezando, refugiados también del norte. Ella rezó junto a ellos, rezó por muchas cosas; por sus padres los cuales nunca más volvería a ver.


Al llegar la noche y ya sin esperanzas, llegó al Barrio de Magos y la torre, cuando quiso entrar en ella, los magos de batallas que guardaban la entrada no la dejaron acceder a ella.



--Fuera, mugrienta, vete al albergue o el orfanato,  aquí no se te ha perdido nada.

Nahlia estaba destrozada físicamente, tenía las ropas hechos arrapos, iba descalza, con los pies sucios, despellejados en parte y sucia de arriba a bajo con la cara manchada y lagrimas en sus ojos.
 
Rompió a llorar, quedándose en el sitio. Los magos ya se empezaban a cansar y  uno dio un paso a delante para darle un bofetón cuando una niña de más edad que Nahlia se acercó a ellos dando gritos. Nahlia



--Tu abuelo estará en alguna taberna de mala muerte, gastándose las pocas monedas que tendrá. ¡Ahora lárgate de aquí, o te haré convertir en rata!.

--¡QUIETOS, ASQUEROSOS LAMECULOS! ¡Dejarla tranquila!  -La niña de pelo largo negro y ojos grisáceos se puso delante de Nahlia, y chasqueo los dedos desprendiendo una pequeña e insignificante llamita.


Los magos se miraron entre ellos, con muecas de desprecio, soltaron gruñidos y bufidos de aburrimiento o molestia y se dieron la vuelta, dejándolas  ahí solas, ya con la noche.


--Malditos bastardos -La niña se dio la vuelta y miró a Nahlia con cara de pena y lastima. --¿Por qué lloras? ¿Te han pegado? ¿Por qué estás aquí sola?


Nahlia poco a poco dejó de llorar y le contó su historia a la niña de nombre Samantha, a la cual al escuchar su historia se le escaparon unas lágrimas también.

--Yo también perdí a mis padres … Mi padre era un poderoso mago, cruzó el portal oscuro junto a otros ... y nunca volvió. Mi madre murió por una enfermedad, pero yo ya estaba aquí en la torre. -Se pasó la mano por los ojos y siguió mirando a Nahlia, la cual le devolvía la mirada con interés.

--¿Estabas aquí en la torre? ¿Vives allí? ¿Conoces a mi abuelo? -La cara de Nahlia se ilumino, llena de esperanzas de nuevo pero sus palabras le salían a tropezones y con un leve nudo en la garganta aún.

--No vivo en la torre, boba, vivo en las casas que hay por aquí, en la torre están los magos más listos … ¿Pero tu abuelo está aquí? ¿Cómo se llama?


--Mathius Fell, mi madre decía que estaba en la torre, es un mago muy poderoso ... una vez convirtió un grupo de orcos en ovejas. -Dijo Nahlia, asombrada ella misma por sus propias palabras, pero Samantha solo le dedicaba una sonrisa.


--El nombre me suena … tu espera aquí, luego volverá a por ti … ¿Cómo te llamas?


--Nahlia Velker.  -Y ahí espero, debajo de un árbol, en silencio, en la oscuridad de la noche. Hasta que luego de un largo tiempo, Samantha volvió con un hombre anciano, calvo, con semblante serio y señorial. Con túnica blanca, la cual parecía cambiar de color en la oscuridad, dependiendo de si se movía o le daba una luz de una forma u otro.

Nahlia se levantó y miró al hombre, sintiéndose algo intimidada, tímida y asustada ante el hombre, el cual mantenía el rostro serio y guardaba silencio observándola con atención, hasta que terminó diciendo…


--Vayámonos, tendrás hambre y sueño, además de que tendrás que darte un baño caliente. Y tú, Samantha, vete a dormir ya, es tarde. -La niña se fue rápidamente no sin antes despedirse de Nahlia con un beso en la mejilla, aún teniendo ella  la cara manchada. Su abuelo le tendió la mano y juntos se fueron a casa.

 

 

Capítulo II: Pasado ilusorio, futuro imperfecto.

 

"A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo."

 

 


Su habitación estaba a oscuras, ella estaba tumbada en la cama, sin más ropa que la interior, pensando en que ponerse para bajar a cenar.


--Algo sencillo me pondré … comer y dormir … y estudiar … Ains.  -Tali pasó junto a la cama, mirándola desde el suelo. Nahlia la cogió y la puso sobre su vientre. Acariciándole distraída, el animalito se dejaba, estaba acostumbrado y era manso.


Tali era su confidente, su comodín en momentos bajos, el apoyo que le animaba.  Todo empezó los pocos meses después de vivir con su abuelo. Mathius Fell no solía encontrarse en casa y Nahlia pasaba casi todo el tiempo sola, iba a la escuela y jugaba con Samantha cuando esta no estudiaba artes arcanas, pero el tiempo restante estaba sola.


Ella solía irse a la sala de estudios de su abuelo Mathius a curiosear y leer sus libros en lenguas extrañas, algunas en lo que parecía Alto Elfico. Su madre tenía dos o tres libros sobre magia arcana, pero su abuelo tenía todo una biblioteca para él solo. Y Nahlia leía los libros que estaban en común. Ya que no había otra cosa por hacer.

 

Mathius apareció con la varita de la familia Velker en la mano, causando la mirada de confusión de las dos chicas, al ver que Mathius no iba a ir a la torre y portaba tal cosa.


--¿Por qué llevas la varita, abuelo?- Dijo Nahlia mientras se sentaba en el sofá, dejando la gato en su regazo.

--Porque ahora te pertenece. Como me perteneció a mí y como tuvo que haber pertenecido a tu madre.
 

--Pero ... si tú mismo me habías dicho que no ibas a dejar que fuera a estudiar lo arcano … ¿Por qué ahora si?.

--No tienes porque entenderlo ahora, no hay porque entender el gran plan del universo, solo hay que saber controlar el poder que hemos obtenido. Por eso te entrego la varita de la familia y mañana comienzas tus primeras clases.


Nahlia estuvo cuatro años aprendiendo las artes arcanas en la Torre junto a Samantha, destacando y prefiriendo las artes de la Ilusión. Con algo de interés por una u otra escuela.

 

-Tengo que irme a cenar o se me hará tarde -Le dio un besito en la cabecita peluda, entre las orejas y dejo a Tali a un lado de la cama y empezó a buscar algo que ponerse. 

Tali era un simple conejo doméstico que le regaló su amiga casi hermana Samantha hará ya algo más de media década. Le tenía cariño, mucho, y era su única compañía en momentos donde nadie más podría consolarla o no quería que lo hicieran. Además servia como ayudante de sus experimentos, algo que el conejo estaba claro que aceptaba por ... bueno es un conejo domesticado, si lo alimentas y tratas bien tampoco se pondrá a quejarse.

 

Cuando llegó al comedor, contempló las largas mesas llenas de comida y la gente sentada en bancos por los lados. Ella buscó con la mirada a su amiga Samantha, al verla fue hacia ella, saludando a los que levantaban  la mirada de sus jugosos platos de comida.



--Siempre tarde, al menos aún queda comida. -Dijo Samantha, la cual le había dejado un hueco libre a su lado para Nahlia. Ella se sentó y empezó a comer, estaba hambrienta pero sus formas en la mesa estaban antes.

--Cómp os decía, Mixhal puso la prueba de salir del barrio sin que nos viera… algo imposible, ya que tiene a su pájaro “mágico” que lo ve todo,  pero a mí no me vio. Muchos fallaron pero yo no soy como los demás.


El que hablaba era un muchacho humano de nombre Rolh, que estaba enfrente de Nahlia, era un engreído y arrogante, pero tenía un dominio importante en la magia. El no paraba de sonreír de forma chula mientras se apartaba el pelo castaño que le llegaba hasta los hombros.


--A mí también me puso esa prueba … yo usé mis artes y mi conjuro de “Caida Lenta” para ir por zonas altas y salvar obstáculos y aprovechando los arboles, logré salir sin que me vieran ... tu simplemente usaste el conjuro de “Translación”. Psh, cualquiera hubiera podido... incluso Nahlia. Y eso que es una inútil.  -El otro que hablaba era otro humano llamado Xalario, aunque este tenía más edad que la mayoría, tenía la cabeza rapada y no gozaba de fama de amable.

 

Nahlia paró de comer al escuchar la mofa. No era una mentira en parte. Nahlia no era buena hechicera, pero no era de las peores. Ella había hecho ilusiones de ella misma para confundir al ave y lograr salir del barrio.


--Eso es cierto en parte. Pero tú tampoco puedes hablar mucho. Si mal no recuerdo luego no fuiste capaz de calcular la caída desde un techo y terminantes en el canal y casi ahogándote. Recuerdo que Mixhal al no verte y luego encontrarte en el canal te suspendió por usar trampas y por estúpido.

La mayoría de los que estaban cerca soltaron unas risas. Todos salvo Xalario, el cual se levantó enfadado del banco y le hizo verter el vaso de agua a Rolh, mojándose el pantalón, lo que hizo que más risas aparecieran.
 

 

Terminada la cena y después de un rato hablando con sus amigos y compañeros, Nahlia se despidió para volver a su habitación. Cuando llegó a su cama estaba agotada, el día de hoy había sido uno bastante duro, acompañada de una semana de duras e intensas pruebas.

 


Epilogo: Nuevo amanecer, nueva vida.

 

"Mejor ser feliz en esta vida, que aspirar a serlo en la venidera. 
 

 


Sus estudios seguían, todo era una perfecta monotonía. Tiempo atrás habían quedado alguna que otra aventura con gente que hacía años que no volvió a ver. ¿Qué serían de ellos? Samantha se había marchado hace unos años cuando Nahlia cumplió la veintena. A Kul Tiras ni más ni menos, ahí en las tierras de la famosísima Jaina. Que envidia, aunque cuántas lágrimas derramaron las dos amigas casi hermanas. Lágrimas y lágrimas, pero seguirían en contacto y Nahlia a las pocas semanas se acostumbró a su ausencia, pues en el fondo ella también estaba sintiendo la curiosidad de viajar lejos.

Llevaba años en Ventormenta, viajando alguna vez a Elwynn y no mucho más allá. ¿Cuánto podía aprender si seguía en Ventormenta simplemente revisando libros y escuchando charlas? Éste reino  ya no le aportaba nada y las amistades se habían difuminado en el viento. ¿Y si iba a Kul Tiras? No, pues acabaría con Samantha, haciendo lo que Samantha. No, Nahlia elegiría otro sitio, otro lugar ¡Stromgarde! Claro, era la famosa ciudad de Arathor, ahí estaba en la repudiada torre. 

Nahlia lo tenía decidido, partiría antes del invierno. Tenía mucho que preparar y mucho que hablar con su abuelo. Pero ella se iría a nuevas tierras, a ver nuevas cosas, a hacer nuevas amistades. ¡A ser la futura mejor maga!

 

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Conocimientos arcanos y vivencias y desventuras de una maga aprendiz

 

 

 Rama Arcana

Escuela de Ilusionismo: (Especialización)
Ilusión Básica: (Nivel 2) (Rango) 

  • Efecto: Crea una ilusión de sentido único que afecta entre 1 y 3 objetivos. Duración 5 segundos por nivel de hechizo.
  • Defendible con: Advertir/Notar (Dificultad 14)

Oscuridad Visual: (Nivel 1) (Rango) (Difi 14) (1PM)
Tipo: Rango
Descripción: El ilusionista hace que los ojos de su objetivo dejen de funcionar. O más bien, crean que han dejado de funcionar, envolviendolos de una oscuridad cuasi impenetrable. Puede usarse también para suprimir los sentidos que otras criaturas utilicen para guiarse, como el sonar de un murciélago, o el tacto de una araña.

  • Efecto: El objetivo del ilusionista recibe el estado ceguera durante tantos turnos como un tercio del nivel de la habilidad redondeado al alza.
  • Defendible con: Defensa Mágica


Son Apaciguador: (Nivel 1) (Rango) (Difi 14) (1PM)
Tipo: Rango
Descripción: El ilusionista convoca una canción, murmuro o canto agradable para los aliados a su alcance. No obra milagros, pero en medio de una batalla, puede ser la diferencia entre quebrar la moral o mantenerla.

  • Efecto: Todo objetivo aliado hasta un turno de distancia del Ilusionista recibe +1 a su Voluntad. Dura tantos turnos como la mitad del nivel del hechizo redondeado al alza.

Escuela de Adivinación:

Detectar Energía Arcana: (Nivel 1) (Personal) 

  • Descripción: El adivinador usa sus artes mágicas para rastrear energía arcana en el entorno o las cercanías. Esto le permite detectar su ubicación y procedencia, más no saber exactamente el origen de la fuente mágica, ni el hechizo que de haberlo hecho la ha creado.
  • Efecto: El mago realiza una tirada para obtener información mágica del entorno, dependiente del hechizo a rastrear (A mayor poder de hechizo más fácil detectarla),  de la cantidad de concentración mágica ambiental, o el poder de las criaturas a rastrear...
Spoiler

  ▪️ Dif 22 Hechizo - Dif 12 Detección  (Distancia Maxima de Detección 200m) (Criatura Mayor)
            ▪️ Dif 20 Hechizo - Dif 14 Detección (Distancia Maxima de Detección 200m) 
            ▪️ Dif 18 Hechizo - Dif 16 Detección (Distancia Maxima de Detección 100m) (Criatura Media)
            ▪️ Dif 16 Hechizo - Dif 18 Detección (Distancia Maxima de Detección 100m) 
            ▪️ Dif 14 Hechizo - Dif 20 Detección (Distancia Maxima de Detección 50m) (Criatura Menor)
            ▪️ Dif 12 Hechizo - Dif 22 Detección (Distancia Maxima de Detección 50m)

Escuela de Evocación:

Evocación Básica: (Nivel 1) (Rango) 

  • Descripción: El conjurador canaliza una pequeña cantidad de energía arcana que arroja en forma de su elección contra un enemigo a distancia. También puede simplemente convocar una pequeña cantidad de energía con implicaciones fuera del combate, como encender una luz, mojar algo, etc...
  • Efecto: El objetivo del hechicero recibe 1d6 de daño mágico.
  • Defendible con: Defensa Mágica.

Escuela de Adjuración:
Adjuración Básica: (Nivel 1) (Personal)  

  • Descripción: El taumaturgo convoca energía mágica para defenderse de un hechizo arrojado contra él, ya sea interponiendo barreras arcanas invisibles o alzando una leve contramedida elemental con una rápida reacción.
  • Efecto: Esta habilidad se usa como defensa mágica contra hechizos de dificultad 12, 14 y 16. El valor de defensa mágica será: Intelecto + Abjuración Básica + 1d10. Puede quemarse 3 de maná total para usar esta habilidad para defender un hechizo de dificultad 18 ó 20, o 4 para defender un hechizo de dificultad 22.

Escuela de Conjuración: 

Conjuración Básica: (Nivel 1) (Personal)

 

  • Descripción: El conjurador, usando las energías arcanas, hace llamar un objeto inanimado con el que previamente haya tenido contacto y preparado para ser convocado, ya sea mediante el uso de runas mágicas, aceites arcanos, u otro pequeño ritual de preparación. Es posible que un mago que tiene suficiente empatía mágica con un objeto lo convoque sin necesidad de estas preparaciones.
  • Efecto: Invoca a la posición del hechicero un objeto inanimado de máximo 2 KG, medio metro de tamaño, y hasta un continente de distancia.
     

Escuela de Transmutación:

Transmutación Básica: (Nivel 1) (Toque)

  • Descripción: El transmutador usa la energía arcana para manipular las propiedades físicas de un objeto inanimado de tamaño reducido: Su tamaño, forma, color, etc… de manera temporal. Los límites los pone su imaginación y lo básico del hechizo.
  • Efecto: Manipula las propiedades de un objeto. Dura tantas horas como nivel tenga la habilidad. Puede usarse para crear armas de una mano con -1 al daño (Mínimo 1d6).

 

Escuela de Encantamiento:

Encantamiento Básico: (Nivel 1) (Toque) 

  • Descripción: El encantador usa sus dotes mágicas para dotar a un objeto simple de una aptitud  básica: Ya sea encantar una escoba para que barra, que un libro o jarrón permanezca flotante, hacer que una vara brille, que una baldosa emita ruido al ser pisada, o que una puerta permanezca mágicamente cerrada, etc...
  • Efecto: Da una propiedad básica a un objeto. Dura una semana por nivel del hechizo.
     

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Eventos

Asistidos


Competencia desleal


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Mastreados

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