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SpetznazsGandalf

Cienfuegos

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  • Nombre del Personaje
    Cienfuegos.
  • Raza
    Humano
  • Sexo
    Hombre
  • Edad
    46
  • Altura
    1'94.
  • Peso
    85 kg de puro musculo.
  • Lugar de Nacimiento
    Algún recóndito lugar de Strom.
  • Ocupación
    Mercenario.
  • Descripción Física

    De cabeza rapada, poseedor de una tez curtida y cicatrizada. Ojos grandes, de tono verde grisáceo observan denotando una mirada fría como Cuna del Invierno. Su cuerpo está musculado y repleto de costurones, colmado de tatuajes emborronados o directamente atravesados por gruesas marcas fruto de sus incontables combates. Posee una larga y tupida barba, con la perilla recogida en una pequeña trenza. 

    Viste una armadura de cuero, sencilla y funcional. Con remiendos aquí y allá que patentan el continuado uso que se le ha dado. De colores poco llamativos, el único detalle llamativo es el peto, que cuenta con la huella de un oso marcada sobre el cuero.

    Siempre armado, con su espada de mano y media, un puñal particularmente ancho y dos pistolones de chispa. En la empuñadura de sendas armas de filo se ha tallado minuciosamente la escandalosa efigie de una mujer desnuda.

  • Descripción Psíquica

    Desquiciado, consumido por la locura y la ira. Características obtenidas al llevar matando desde que tiene uso de memoria. Abanderado por los ideales de patriotismo que tanto se dan en Stromgarde, empezó a empuñar las armas desde muy joven y eso le ha pasado una clara factura a nivel mental. Ha perdido a muchos grandes amigos en conflictos irrelevantes, y ha matado a muchos más.

    Esto ha provocado en él insomnio, brotes violentos, y en general una clara incapacidad de manejar las emociones además del síndrome de estrés postraumático.

  • Ficha Rápida
    No (600 palabras mínimo)
  • Historia

    Ya caía la noche sobre la ciudad de Ventormenta, Cienfuegos se encontraba en el paraíso del mercenario, la segunda casa de cualquier aventurero, hombre de armas, o en general mala gente de la ciudad. El Cerdo Borracho.

    -Cienfuegos, me tienes hasta los cojones. Me debes tres mil cobres de whisky. No vas a volver a beber aquí hasta que pagues de una puta vez.-dijo el viejo Reese, ciertamente malhumorado-

    -Venga, Reese, estírate un poco que está siendo un día de mierda. -dijo Cienfuegos, apoyado sobre la barra-

    -¡Que no, que no, y que no! ¡Que tú aquí no bebes más! ¡Y ya está! -respondió Reese-

    Fue entonces cuando una tercera figura se personó en la barra, envuelta en un fino manto de color azabache. Un manto caro. Ese hombre vestía ropajes de calidad, desentonaba con toda la clientela de aquel localucho de mala muerte. Fue entonces cuando el incógnito recién llegado depositó una bolsa de monedas bien cargada sobre la barra y alzó la voz.

    -Yo pagaré por él-decía el encapuchado-

    -Ya has oído, carcamal, un whiskey doble-espetó Cienfuegos a Reese antes de girarse hacia el desconocido- ¿A qué se debe tanta caridad?

    -¿Eres aquel que al que llaman Cienfuegos? -contestó el encapuchado, mientras se desprendía de su manto, desvelando el rostro. Un rostro increíblemente similar al que Cienfuegos-

    -Ese soy yo, sí, ¿Quién pregunta?-Cienfuegos cogió la copa y pegó un largo buche-

    -Tú hijo. -respondió el hombre-

    -...Otra vez no. -Cienfuegos daba otro largo trago-



    Cienfuegos fue el hijo de una familia sin un apellido recurrente, un hombre criado en las densas planicies de la ciudad de Strom. En pronta edad se curtió militarmente peleando en las pugnas de nobles menores. Tras eso se lanzó a los caminos como mercenario en compañía de cuatro fieles amigos, formando una pequeña hermandad mercenaria bajo el nombre de los Camisas Rojas. Vendían sus espadas a los terratenientes de la zona, para solventar pequeños problemas, ya sea peleando contra los indómitos trolls o contra simples salteadores.

    No tardaron demasiado en alejarse de su tierra natal, buscando aventuras más prolíficas. Y así es como se vieron envueltos en las intrínsecas tramas políticas de la cruel Gilneas. Actuaron como asesinos sin piedad, y acabaron con una orden de búsqueda y captura. Tuvieron que dejar la nación escondidos en la bodega de un mercante, de forma totalmente clandestina. Tras eso, la compañía se fragmentó y se diseminaron por todo lo largo y ancho de los Reinos del Este.

    En el caso de Cienfuegos, él marchó hacia las antaño gloriosas tierras de la peste, donde peleó contra las infinitas hordas de no-muertos como mercenario, fue allí cuando su salud mental empezó a verse seriamente amenazada. Pudo ver atrocidades de todos los tipos perpetradas por los cultistas. 

    Después de unos meses cambió radicalmente el rumbo de su vida, y se marchó al sur, a Bahía del Botín. Estuvo residiendo allí unos cuantos años como empleado del Cartel Bonvapor. Pero no tardó demasiado en darle la espalda a los goblins, debutando como un pirata más al poco tiempo de llegar a la zona. En sus aventuras marítimas se casó nada más y nada menos que doce veces, el número exacto de veces que pisó puerto durante sus periplos. 

    Aunque tampoco encontró su sitio allí. Y volvió a vagabundear por el continente como un mercenario más, hasta que le reclutaron para trasladarse a una colonia de reciente formación perdida en los Mares del Sur. Allí, rodeado de hombres y mujeres sin instrucción militar acabó coronándose como la máxima autoridad guerrera. Aunque todo se torció rápidamente, tras un tiempo operando como capitán del eje militar de la zona sus arranques de violencia inusitada y su pésima salud mental acabaron llevándolo a ser exiliado. 

    Actualmente se ha trasladado a Fuerte Libre, donde busca nuevos camaradas. Su salud mental ha degenerado tanto que ha llegado al punto en el que solo le apetece matar y ver el mundo arder, por supuesto.

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