[Historia] Lathorn Globochispa

[Prototaip 1.147]

Descripción Física

Afectado por la edad, rechoncho, fuerte, siempre acompañado de alguna armadura o ropaje pesado. Tiene un colgante de dos llaves inglesas doradas y rojas en el cuello, junto a diversas telas rojizas que representan su pasado. Pelo cenizo y piel morena, poco cuidado, de altura más grande a la media de su raza.

Descripción Psíquica

Protector y marcial, pero a la vez frío en situaciones de riesgo. Lathorn es un gnomo veterano afectado por las visiones de los túneles, de la pérdida y el sufrimiento por Gnomeregan. Tiene un fuerte sentimiento del equipo, y se considera el padre de los gnomos más jóvenes, buscando guiarles y explicarles sobre Gnomeregan, ya que hay muchos que no habrán podido vivirla cómo él, y por suerte, no han visto su caída.

 

HISTORIA

Spoiler

"¡M-Mira Lathorn! ¡Nuestra herencia... nuestro futuro…! ¡Cuánta tecnología hay aquí! ¡Con todo esto seremos... gobernaremos Gnomeregan una vez más! No tendremos que vivir como ratas... con la espada y el rifle recuperaremos el cielo de metal y el sol eléctrico... podremos entrar todo lo profundo que queramos... reconstruir los niveles, que vuelva a haber vida... que los túneles de Gnomeregan vuelvan a llenarse de rápidos trenes plateados... Todo será... Todo-"

Estas fueron las últimas palabras de Hexan, imbuido por alucinaciones, antes de recibir un disparo de pistola en el rostro por parte de Lathorn, el cual bañado en lágrimas, tuvo que terminar con la vida del afectado gnomo, un gnomo afectado por gases, que alucinaba, y su vida iba a apagarse a los minutos. El resto de los gnomos, ajustándose la mochila, cabizbajos, esperaron los pasos del que ahora sería líder del escuadrón.

"Llaves Rojas, volvemos."

Esa voz que resuena por la máscara de gas, apagada y distorsionada, de alguien que debe seguir adelante aún con una carga a la espalda. Subieron a una carretilla y avanzaron por los túneles de nuevo, linternas en mano en los rifles y las armaduras, mochilas llenas de chatarra que seguramente podría intercambiarse en la zona superior.

"Solo hay dos cosas que puede salvar a un gnomo de la locura aquí abajo. Una es la máscara de gas y otra la incertidumbre, ¿lo sabíais? Lo contó el otro día Gunter en las literas." - Añadió Percil, el ingeniero encargado de la supervisión y conocimiento de tarjetas, pasándose la mano por la máscara de gas, intentando sacar algo de conversación, algo que no era lo más seguro, pero estaban más que cerca de las puertas de los pisos seguros.

"Calla, Percil." - Replicó Lathorn, pasándose la mano por el cuello, visualizando su espada sierra y luego su pistola, la cual guardó, sin poder verla, recordando lo que ocurrió anteriormente. No era la primera vez, sin embargo, era muy joven, y su primera vez fuera de los pisos superiores, alguien positivo, que pensaba que se podía recuperar las zonas inferiores... Y murió, esa pequeña luz en la oscuridad murió.

El silencio se hizo presente durante el trayecto, iban a llegar a un punto de control del ejército de Gnomeregan, pero ocurre lo que siempre nadie espera, un ataque sorpresa en los lugares que consideras seguros. Bestias mutadas, rápidas cómo un huargo, fuertes cómo un ogro, que empezaron a devorar a Percil, mientras el resto del escuadrón disparaba a las criaturas para que no se acercasen. Sangre y sudor, gritos, mientras veían la puerta de control abrirse lentamente. Lathorn saltó de la carretilla, espada en mano y la pistola, mientras ayudaba a mantener la puerta abierta. Los compañeros avanzaron, querían rescatar a Lathorn, no buscaban otra baja, pero eso les dejó en una posición desventajosa: la caridad, algo que todos debemos tener, pero controlar. Las bestias se sumaban, sumaban... Y Lathorn tenía que hacerlo, por el bien del punto de control. Tiró de la palanca, la puerta bajaba lentamente, y observó la mirada de uno de los compañeros corriendo hacia la entrada, extendiendo su mano... Hasta que se cerró, y solo se escucharon gritos y las tripas destrozarse, con Lathorn tomando su pistola, respirando con fuerza. La alzó, la apuntó contra su boca... Y de una patada, una gnoma le observó desde arriba:

"El número de plazas para la vida es limitado; solamente en la muerte hay espacio para todos, gnomo. No seas egoísta, has hecho lo que debías." - Añadió Mixxia, sargento del ejército de Gnomeregan, la cual lo ayudó a levantarse para guiarlo al médico.

...

"Hay cosas que no quieres hacer y te prometes a ti mismo que no las harás, te lo prohíbes, y de repente suceden solas. Ni siquiera tienes tiempo de pensar en ellas, y no llegan a los centros cognitivos del cerebro: simplemente suceden y ya está, y te quedas mirándote a ti mismo con sorpresa, y convenciéndote de que no fue tu culpa, simplemente sucedió por sí solo". - Fueron las palabras del psicólogo a Lathorn, el cual después de varios años, sigue con pesadillas, ojeras, sin dormir bien.

Su mente sigue llena de pensamiento sobre Hexan, el joven con fantasías de recuperar la ciudad. Es cierto lo que su psicólogo ha dicho: prometes que no harás algo, pero lo haces. Los años han pasado factura a Lathorn, pero no va a morir en una cama, tiene que redimirse, porque únicamente así, pueden terminar las pesadillas.