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Shiva

Maddson Triveri

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  • Nombre del Personaje
    Maddson Triveri
  • Raza
    Humano
  • Sexo
    Hombre
  • Edad
    24
  • Altura
    1.79
  • Peso
    80 kg
  • Lugar de Nacimiento
    Puerto Aguaviva (Kul Tiras)
  • Ocupación
    Marinero
  • Descripción Física

    Un muchacho en la plenitud de sus veintes, de tez blanca, aunque algo rojiza por el constante contacto del sol, dándole quizás a simple vista una apariencia rasposa. Mide casi un metro y ochenta centímetros y su peso es algo acorde en lo que una alimentación de marinero permite, su complexión es algo delgada aunque contrasta con sus brazos mas gordos y marcados debidos a la labor de altarmar. Sus cabellos son largos y castaño claro, los cuales cambia de tanto en tanto, aunque siempre manteniendo su longitud. Ojos verdes claros y afilados, dejando quizás una mueca de picardía constante. 

  • Descripción Psíquica

    Animado y algo brabucón, se muestra siempre intentando irradiar una constante confianza propia muy fuerte. A pesar de su buena labia, intenta demostrar que además de ser un hombre de palabra, en el buen o mal sentido, también lo es de acciones, por lo cual no tiene muchos escrúpulos o una ética moral muy arraigada que le impida hacer lo necesario para obtener un bien mayor a sus deseos. No le desea el mal a nadie, pero sobre todo desea su bienestar, lo cual tiene mas peso si debe causar el primero. 

    De todas formas, es un hombre leal a los suyos, buscando siempre dar un paso adelante primero, ya sea para guiar a quienes aprecia o ve utilidad y no pueden darlo antes, o para aprovechar una situación en la que podría salir ganando.

  • Ficha Rápida
    No (600 palabras mínimo)
  • Historia

    Madds, como le decía su padre, nació en un pequeño y pobre puerto remoto en el territorio de Kul Tiras, Puerto Aguaviva, este lugar siempre se caracterizo por la pesca rápida y de poco valor, como también la gran cantidad de almejas que pululan cerca de la costa, aun así, lo mas característico del lugar son las medusas que habitan en ciertas zonas del mar cercano al poblado, siendo de gran peligro nadar sin conocimiento de estas aguas. De todas formas, Maddson nació aquí, su familia estaba compuesta por su padre, Nolt Triveri, un comerciante bastante destacado para lo pobre que era aquel puerto y Lunfard, su hermano mayor, quien ya con bastantes años mas que el, era uno de los tripulantes principales del barco de su padre, siendo entrenado para heredar el negocio cuando el viejo lobo de mar no pudiese comandar un barco, o muriese, lo que pase primero.

    Si bien no vivían en riqueza ni nada similar, no les iba nada mal a comparación del resto de marineros o pescadores, pero el viejo Nolt tenia un secreto, no tan guardado en su ciudad natal, pero un secreto a fin de cuentas y es que tras aquella tapadera de pescados baratos y almejas pequeñas pero sabrosas se dedicaba al contrabando de diversos bienes, tanto en la misma Kul Tiras como en los puertos fuera de ella. Su pasado en la armada del reino, le había dado conocimientos que exprimió hasta la ultima gota de todos sus capitanes en como manejar un navío, siendo en primer instancia de guerra, pero al darse de baja de las filas del Almirante y asentarse en el pueblo pesquero, le sumo a esa sabiduría la de los navíos mas pequeños y veloces. Lejos de ser un corsario estruendoso que disparaba cañones a diestra y siniestra, Nolt era conocido por ser una especie de fantasma ante la ley, buscando siempre la forma de pasar desapercibido y casi siempre lográndolo, haciendo que las autoridades tuvieran el trabajo de averiguar que contrabandista se les estaba escapando entre las narices.

     

    Fue así que a sus doce años y tras una infancia con bastantes comodidades y gustos, a Madds le llego la hora de sumarse a la tripulación del navío fantasma de su padre, en tareas de menor relevancia en principio, para que pudiese ver los conocimientos que el viejo Nolt intento transmitirle desde su primera infancia y asimilarlos, tanto el rol de un capitán, como el de todos los demás integrantes del pequeño barco contrabandista. Varios meses transcurrieron desde que conoció el mar abierto, pero fue un soleado día, cuando a lo lejos, el pequeño diviso velas en su dirección. A pesar del talento del fantasma, no fue suficiente y poco a poco fueron alcanzados, primero por los cañones y luego por la tripulación del Cuervo Hambriento, un navío de poca monta, pero bien equipado para el combate y sus marineros experimentados en el. El muchacho logro esconderse con éxito en todo momento, a pesar de la pequeña matanza en la proa y el saqueo de las provisiones y mercancías del pequeño barco. Nolt, un viejo astuto, sabia cuando un combate no tenia sentido ser peleado y sobre todo, que había mas probabilidades de sobrevivir a un disparo en el pie que a uno en la frente, por lo cual, a pesar de algún que otro intrépido contrabandista resistirse, no presentaron combate alguno y el barco fue saqueado, los botes fueron arrojados al mar, para que se perdiesen. Cuando el hijo del viejo fantasma, volvió a cubierta de su escondite, se encontró con un barco que no podía navegar, una tripulación desesperada y ni una miga de comida en todo el barco. Los días empezaron a pasar y los buenos hombres de tan deshonesto empleo, comenzaron poco a poco a caer en la desesperación, era de esperar para cualquiera, la ración de agua escaseaba cada vez mas, aunque la racionaran a la mitad cada día que pasase, los choques entre quienes era colegas inseparables eran cada vez mas frecuentes, hasta que llego la primer muerte. Lo que en su momento fue el intrépido y fantasma navío de Nolt, se había vuelto en una tumba esperando a llenarse de tierra, de hombres honrados y humildes, que poco a poco fueron sacando lo peor de la naturaleza humana. Sea por hambre, deshidratación o alguna puñalada, uno a uno todos fueron muriendo, el pequeño Madds era bueno escondiéndose y su tamaño era un plus hacia esto, tan solo con aprender a identificar los gestos y cambios de humor de los restantes, sabia cuando mostrarse y cuando desaparecer, por lo cual una puñalada no fue su final, pero si el hambre. Tirado bajo los rayos del sol del mediodía, su visión comenzó a nublarse y sus ojos se comenzaban a cerrar con lentitud, solo podía oír el ruido de su panza al gruñir, desesperada por aunque sea alguna rata medio muerta...cuando, a lo lejos, ¿eran velas? ¿verdes?

     

    Despertó días mas tarde a bordo de un navío, el cual no tardo en averiguar que era parte de la armada de Kul Tiras, quienes por casualidad se encontraron con el barco que habían dejado a la merced de los mares, siendo el, la única persona que pudieron salvar. Lejos de tener una salvación milagrosa, conoció la cruda realidad cara a cara, mas de lo que lo había hecho. El barco tenia rumbo a Boralus, donde Maddson fue dejado a su suerte, teniendo que arreglárselas por su propia cuenta para sobrevivir, sin un centavo y con ropas viejas y gastadas que le habían dado sus rescatistas. Poco duraron sus intenciones honestas y nobles, tanto como para darse cuenta que si no comía volvería a estar como cuando sus ojos se cerraron en el barco, solo que esta vez en lugar de cama, comida y transportarle a un lugar seguro, terminaría ahogándose en un charco y algún perro callejero comiéndose su cadáver, por lo cual rápidamente se metió al mundo de la delincuencia, alguna bolsa que robaba disimuladamente, o no tanto y haciendo uso de su velocidad se escapaba, para mas adelante pasar a atracos menores, usando cuchillos robados o prestados de quienes se volvieron sus colegas de fechorías. Todo iba bien con el pasar de los años, o al menos decente, no había muerto, hasta que un robo al Burgués equivocado, termino con el y dos compañeros siendo capturados por la guardia, dándoles la opción de servir o cumplir pena, eligiendo todos la primera. Por sus conocimientos del mar, Madds fue enviado a la armada, siendo un marinero del mas bajo escalafón en un navío de guerra.

     

    Dos años fueron suficientes para cumplir dicha pena, y además, ganar una experiencia similar a la del viejo Nolt, solo que en circunstancias completamente diferentes. Fue así como Maddson ya en libertad, comenzó tener una idea instaurada desde que toco tierra firme, un contrabandista gana mucho mas que un ratero y hasta tiene menos chances de ser colgado, o por lo menos lo cuelgan con la barriga mas gorda. Por lo cual el ultimo de los Triveri, decidió retomar el viejo negocio familiar se unió a diferentes tripulaciones en trabajos menores de contrabando, viajando de puerto en puerto a lo largo y ancho del Reino, buscando oportunidades y juntando ambiciones a futuro.

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