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Elireth

[Historia] Marie Lefevre

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Capitulo 1-. Sobreviviendo al Ocaso.

Ocaso era un infierno en vida, ni siquiera la lluvia mejoraba la destrucción que Marie veia cada vez que salia en busca de comida que rapiñar por los al rededores. Se hacia cada vez más dificil con el pasar de los dias y ya era bastante dificil sobrevivir desde que todo se habia ido al demonio. La joven de cabellos negros y rizados habia permanecido oculta en el zotano de su antiguo hogar la mayor parte del tiempo, sin apenas ver la luz del sol y mucho menos la luna. Salia una vez cada cierto tiempo en busca de agua y comida. Hoy era una de esas noches.

Se encontraba famelica y sedienta, su cuerpo se habia resentido enormemente, estaba flaca casi en los huesos y su piel era blanca lechoza por la ausencia de sol. Su granja eran apenas ruinas como todo lo demas, no podia producir nada sin llamar la atención y su cercania con VillaOscura solo lo hacia más dificil. El paso de individuos sin embargo era escaso por las inmediaciones del lugar lo que hacia de ese sitio relativamente seguro. Pero esa noche debia ir más allá, hacia la zona de peligro. Se arrastraba entre arbustos y arboles retrocidos, bajo una tenue lluvia nocturna. Hacia frio, pero al menos aseguraba que habria menos individuos cazando en las cercanias.

Marie se asomo por entre los arbustos, usando una roca y un arbol a su costado como covertura mientras esperaba a que alguien se moviera en la plaza de villaoscura frente a ella. Nada se movia tras un largo rato. Lejos de sentirse segura, la joven se movio con la cautela de una rata, manteniendo un perfil bajo se acerco hasta la parte trasera de un edificio que solia ser panaderia antaño. Seguramente no habia nada, pero la harina le serviria si es que conseguia aunque fuera un poco.

Se metio en el edificio por una ventana rota. En la oscuridad del edificio, se movia con cautela hasta los hornos, habian unos barriles rotos de viejos saqueos, reviso cada anaquel y cada caja sin exito, solo encontro unos pocos gramos de trigo molido. Al menos podria cocinarlo junto a la carne de rata que tenia aguardando en salmuera. Se dispuso a regresar cuando escucho un ruido en el frontal.

Se congeló.

Las voces parecian las de un hombre y una mujer que se adentraban en el edificio tambien. Parecian reirse, sin duda, se sentian seguros. Eso no era bueno, debia salir de alli inmediatamente. Marie se dispuso a caminar lentamente hacia la ventana, cada paso parecia eterno y sus sentidos agudizados por el miedo, hacian más tortuoso cada pequeño sonido que escuchaba. Finalmente alcanzo la ventana y justo cuando estaba pasando pisó un cristal. Los voces callaron repentinamente. La habian escuchado.

La morena se lanzó por la ventana ya sabiendo que no tenia más opcion, el par de individuos se asomo por la ventana solo viendo la melena negra que se mesia hasta perderse en el bosque. Habia esquivado el peligro esta vez, pero cada vez era más complicado. Cuando llegó a casa solo pensaba en lo peligroso que se volvia encontrar comida, habia menos y cada vez más personas parecian merodear el lugar. Entrar en contacto con otras personas era un azar y la mayor parte de las veces le habia servido de más bien poco. Teniendo en cuenta que la mayor parte del tiempo intentaron asesinarla.

Esa noche comio una pasta aguada de trigo y carne de rata en salmuera. Apenas pudo dormir, al siguiente dia tendria que repetir la travesia o moriria de hambre pronto.

El día siguiente inició como todos los demas, se lavo la cara con el agua cumulada del a lluvia y recogio su cabello para evitar que se le pudriera y ensuciara más. Revisó la pequeña despensa improvisada para asegurarse de que habian caido más ratas en la trampa «Al menos, las ratas de campo son gordas» pensaba mientras caminaba para tomar los cuerpos de otras dos ratas que habian caido y pasar a pelarles la piel, salar la carne y colocarlas ahumarlas un poco para matar los parasitos. Despues de todo aquello, procedio a preparar otra vez pasta de trigo y comer otro poco de carne «A este paso, me convertiré en una maldita rata... o me desaparecere por comer tan mal».

Cuando acabó de comer, se recostro ligeramente de la pared. No tenia más que una vieja silla y los restos de una mesa para tratar de al menos recordar los tiempos en que comia cerdo y frutas. Cuando su granja era prospera y podia comer cuanto produciera en ella. Mantequilla, carnes, frutas, verduras... Cosas de un pasado que ya no iban a volver. «No se por que me torturo de esta manera» apenas y se daba cuenta de que desde hacia al menos un mes habla consigo misma como si fuera otra persona más. El aislamiento comenzaba a afectarla más de lo que pensaba.

Se dispuso entonces a preparar sus utencilios, tendria que viajar un poco más lejos si queria conseguir comida de verdad, por lo que habia estado planeando desde hacia una semana un viaje hacia otros pueblos cercanos donde quiza no hubieran saqueado todo ya. Era una apuesta arriesgada pero ya no tenia opciones.

Cuando cayo la noche atranco bien la puerta y salio con su morral y su vara hacia lo desconocido. Antaño habria recorrido con animo los caminos, ahora, todo era potencialmente mortal. El viaje hacia al pueblo más cercano le tomó dos horas de camino por el bosque aun cuando el pueblo estaba a escasos cuarenta minutos de haber ido por el camino. Cuando llegó, solo vio un pueblo fantasma. Bueno o malo ya habia llegado alli, ahora todo seria un asunto de suerte.

Se adentro por detras de las casas, evitando caminos y metiendose entre ruinas y recovecos cual rata huyendo de la luz. Mantenia los sentidos alertas por si escuchaba ruidos, voces. Pero no habia nada, «¿realmente esta abandonado?, no creo tener tanta suerte» decia para sus adentros mientras se asomaba por una ventana. Destrozado, no habia duda de que ya alguien habia pasado por ahi. Continuo por los callejones del pueblo. Otra casa, más pequeña, volvio asomarse y el mismo resultado obtuvo.

Decidió que no tenia más remedio que adentrarse y esperar que la luz le consediera algo de comida.

Mientra avanzaba por el interior veia viejos cuadros de la familia que vivia alli, probablemente una adinerada. Muebles rotos, algunas velas que recolecto en su bolsa y una cocina con algo de comida aun en la despensa secreta que toda casa tiene. Un poco de suerte para una desafortunada mujer. Animada por haber encontrado un poco de harina y azucar, continuó buscando por la casa más señales de comida pero lo que encontró fue algo distinto.

En la parte más oscura de la casa, habia una puerta que parecia dar a una despenza, estaba bien cerrada aunque parecia haber sido usada de forma muy reciente. Miró a los lados, muy alerta. «Si abro esto y el dueño esta cerca...» se mordió el labio «que demonios, lo haré de todos modos» y sin más, apalanco la puerta hasta romper el cerrojo. El ruido fue fuerte, por lo que se quedo quieta y espero a escuchar algo. Nada. Continuo ahora adentrandose en el lugar. Habian unas escaleras y abajo parecia haber fuego «¿antorchas?» continuo bajando «¿por que estoy bajando?, deberia correr...» su curiosidad pudo más que su razon. Al llegar abajo se encontro con un tunel de piedra que continuaba hasta lo profundo. Siguio el camino, quiza catacumbas antiguas. Al final, se encontro con una camara cuadrada iluminada por antorchas y lo que parecia un altar en el medio. Miró a los lados, claramente algo extraño sucedia alli. Habi algunas manzanas, algo de carne salada. Lo recogio todo rapidamente, sea lo que fuera que hicieran alli daba igual.

En el centro del altar habia un libro extraño con una cerradura, parecia muy importante y hacia mucho tiempo que no habia leido nada. Si no encontraba un modo de distraerse se volveria loca. Tomó el libro y lo metio a la bolsa, se dispuso a salir rapidamente del lugar pero cuando llego a la entrada lo ultimo que sintio fue un fuerte golpe en la cabeza.

 

Capitulo 2 -. Animal de sacrificio

Despertó amarrada a una silla. Se encontraba mareada y le dolia la cabeza. Cuando su mente se aclaro y pudo detallar su al rededor se dio cuenta de que estaba en medio de un circulo hecho con pinturas en el suelo. Tenia una forma extraña de triangulos y circulos concentricos. Habia calaveras a los al rededores y velas.Un individuo entró a la habitacion atabiado con una toga que cubria su rostro «Ah, has despertado finalmente. Pensé que se nos habia escapado de las manos» dijó el hombre con voz calma y profunda «¿Quienes son ustedes?, dejenme ir. Solo buscaba comida» dijo ella al poco tiempo, notablemente asustada «No te preocupes, pronto no necesitaras comer de nuevo. Ni dormir, ni sufrir. No tendrás que temer nunca más» el sujeto se movio por la sala tomando distintos implementos mientras la muchacha le miraba fijamente a cada acto «¿De que hablas?» el nerviosismo se notaba en su tono «No te preocupes, lo entenderás pronto» el sujeto se acerco a ella, con aquel libro extraño en la mano ahora abierto. Comenzó a resitar palabras extrañas. Se puso nerviosa, comenzó a tirar de su cuerdas notablemente en panico «Dejame ir, DEJAME IR» comenzó a gritar. La silla se movia de un lado a otro, el sujeto parecia importarle poco. Sus manos comenzaron a brillar de un tono verde y un olor a huevos podridos comenzó aparecer. El circulo en el suelo comenzaba a brillar. La silla oscilo sobre si misma y cayo, rompiendose bruscamente lo que sorprendio al sujeto. Ella se alzo con las cuerdas flojas, tomando la madera para golpearlo.

El cultista fue derribado y ella continuo golpeadolo una y otra vez hasta matarlo. Tomo el libro y su bolsa, y salio corriendo entre pasillos y pasillos, habia más cultistas algunos trataban de detenerla pero ella los golpeaba a su paso en busqueda de la salida y finalmente la encontro, en medio de ningun lugar en los bosques, corrió con desespero buscando una ruta y desaparecio por los bosques. Escuchaba las voces de los individuos que la buscaban. Intentaba ocultarse, asustada. Miraba el libro, ¿por que era tan importante?, estaba escrto en un lenguaje que comprendia, quiza podia ayudarle.

Mientras se ocultaba en los arbustos un cultista se puso en frente, no lograba verla pero estaba alli, a escasos metros de ella. En panico, recito un verso del libro que aseguraba podia defender a quien lo usara. Alzó su mano y espero un milagro. De esta un destello de energia salio, sin control alguno y destruyo al cultista. Ella cayo desmayada en el acto.

Recuerda poco de su regreso. Termino en su hogar horas despues y solo recuerda haber domido durante al menos dos dias consecutivos sin comer ni beber. Su cuerpo habia quedado tan sumamente agotado tras aquella experiencia que no quizo ni siquiera tocar el libro por varias semanas. Pero la curiosidad sobre aquel evento le llevaron eventualmente abrirlo y estudiar sus paginas.

Habian anotaciones, recetas y recuerdos del brujo que antes habia poseido su autoria. Probablemente ese mismo sujeto buscaba llevar de vuelta su libro. Podia ser la solucion a todos su problemas tambien o el origen de los mismos. Lo cierto es que si podia dominar los oscuros poderes en sus paginas, nunca más tendria que volver a pasar hambre otra vez.

Los siguientes meses transcurrieron entre estudios y practicas. Pequeños rituales y usos leves, aprendia rapidamente pero su cuerpo apenas soportaba los rigores de dicha energia, sin experiencia previa ni buena instruccion seria dificil dominar por completo algo asi.

Tendria que buscar un maestro. Uno que no quisiera asesinarla en primer lugar. Por ahora, usaria sus nuevas habilidades para sobrevivir un poco mejor o al menos defenderse...

su historia apenas comenzaba.

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