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Prototaip

[Historia] Janul Cornoplata

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Nombre del Personaje   Janul Cornoplata  Peso 130 kilogramos
Raza Kaldorei  Lugar de Nacimiento  Vallefresno
Sexo Hombre Ocupación

 Espadachín errante 

Edad 765 años Creencias  Elune 
Altura 2,20 metros Alineamiento Neutral

 

Descripción Física

Pelo blanco como la nieve, atado en dos trenzas y una coleta superior, con barba del mismo color y cejas pobladas características de sus hermanos élficos, con un ceño fruncido y un rostro incluso amargado sin razón alguna, Janul parece alguien enfadado pero realmente este siempre es su rostro. Con un cuerpo atlético notándose sus viajes a pata, una especie de espada similar a una katana con una funda propia, siempre portando ropajes ligeros como una especie de kimono sin armadura por debajo, y usualmente va descalzo o con sandalias, estando en la media de altura de la raza.

Descripción Psíquica

Calmado, frío, pero no por ello egoísta. Janul fue criado en la mentalidad de protección a sus hermanos de la estrellas, el que el pueblo debe colaborar entre si para preservar su cultura e integridad, en que la unión hace la fuerza, pero sabe que no todos pueden llegar a pensar exactamente, todos se respetan entre ellos, pero no todos tienen esos lazos raciales, por ejemplo con los altonatos, a los cuales no acaba de respetar, pero si su pueblo lo hace, él también.

Tiene un código moral muy marcado, no atacar a desarmados o que se rindan, defender al débil, atacar al malvado, y sobretodo no traicionar a su pueblo, y con una norma auto-impuesta de que solo debe usar su espada y con ambas manos, no debe traicionarla, siendo una extensión de su cuerpo. Y se ha prometido a si mismo que SIEMPRE que saque la espada, tiene que bañarla en sangre, ya sea de un enemigo, o suya.

HISTORIA

Spoiler

Nacido en una humilde familia de Vallefresno, Janul nunca tuvo muchas diferencias junto a sus hermanos y padres kaldorei, no destacaba en nada, pero tampoco faltaba en nada, ayudaba con lo necesario, respetaba la naturaleza, y protegía a sus hermanos, todo lo que se esperaba de un ciudadano de la raza de los hijos de las estrellas, una raza que debía permanecer unida para que no volviesen a repetir errores del pasado.

Los padres no eran altos puestos, no eran personas importantes, simplemente ciudadanos, siendo el padre un peletero que hacia abrigos y la madre una herbolista que hacía tratamientos a los heridos que se hacían daño en alguna caza o simplemente estaban enfermos. Pero algo que sabía Janul es que su padre al menos nunca fue así, se asentó junto a su madre cuando el amor afloró y lo que conoce, es que su padre anteriormente fue un espadachín que ayudaba a los vecinos y los territorios de los kaldorei, en lo que necesitasen, defenderse de furlborgs, cazar un oso, cubrir a mercaderes de la naturaleza, lo que fuese, pero algo importante es que lo hacía a cambio de nada, como mucho comida o estancia, ya que no quería abusar de los servicios, dedicando su entera vida a dar apoyo a los suyos y ayudar en toda situación posible con la espada, y lo que no es con la espada, ya sea cuidando a unos crios perdidos, calmar a animales salvajes, o algo tan pacífico como recoger plantas.

Pero eran simples historias, su padre ya no podía dedicar tiempo a algo así, tenia una pareja, su pareja de por vida hasta la muerte, la cual conoció en cuna del invierno y decidieron establecerse cerca de Astranar, ya que era un lugar que pasaban muchos viajeros y a veces había heridos por la cercania con los bosques, para que la madre pudiese tener su herboristeria y el padre el negocio de los ropajes de piel, pero los planes de Janul no eran esos, adoraba las historias de su padre, ayudar al prójimo, y cuando tuvo la edad suficiente, empezó a pedir clases de espada al padre, y que pudiese usar la suya, ya que siempre la guardaba en un lugar seguro de su hogar.

Cedió durante muchos años, no consiguió clases, pero cuando lo vio capaz, ya con avanzada edad y habiendo trabajado humildemente durante tiempo para que tuviese una visión de lo que es ser un simple kaldorei que trabaja con la tierra y la piel, cerca de la naturaleza, con ello las clases sobre espada empezaron, siendo una vez a la semana, no era mucho, pero era lo suficiente para que empezase a defenderse, además de enseñarle alguna técnica simple, ya que el padre se pasó más de un milenio sin usarla y no es que perdiese facultades, pero no era tan fácil como antaño, aún así pudo enseñarle lo necesario para saber utilizarla, y cuando pasó un largo tiempo mezclado de entrenamientos y trabajos familiares en la herboristeria y la peletería, su padre le otorgó la espada, la espada que le acompañó durante muchos años, una espada que si Janul perdía, sentiría que habría fallado a su padre y su familia en general, y con ello, la guardó cual reliquia un largo tiempo antes de partir en el mismo objetivo que su padre partió hace milenios, a ayudar en lo necesario y ser un maestro de la espada que pueda defender a sus hermanos kaldorei.

Las paradas fueron diversas, lo que si que conoció es que el ritmo de viaje empezó a ser algo que no había acabado de esperar, las largas caminatas le cansaron al principio pero más adelante se acostumbró, llevando ropas que su padre contaba que siempre llevaba encima, una simple toga y sandalias, pero para las largas caminatas iba descalzo para sentir la tierra que pisaba, la tierra en donde creció y vivieron miles de hermanos suyos, unos bosques quedaría su vida lo que hiciese falta para protegerlos, y que lucharía hasta con la mas peligrosa de las bestias sin miedo alguno, porque sabría que lo haría por los hijos de las estrellas, los protectores de la naturaleza y el equilibrio.

Primero no se alejó mucho de donde vivía, estando en los interiores de vallefresno, los seguros bosques, y nada muy especial, solamente acompañaba a kaldoreis a recoger plantas sin nada a cambio, quizás una comida, haciendo de guardaespaldas por si algún animalito no muy peligroso decidía aparecer, para espantarlo, y con esos viajes aprendió aparte de lo que le enseñó su madre, a tratarse a si mismo las heridas, a colocar vendas, identificar plantas, y con ello poder hacer de la naturaleza un santuario dónde pueda conseguir lo que necesitase, siempre sin abusar.

En todo caso necesitaba ver más, no solo cerrarse a los bosques, quizás ir al norte a Costa Oscura, pensó en Feralas, pero no es nada más que un aprendiz, y no quería perder la vida nada más salir en sus viajes, ¿Cuna de invierno? Era otro de los lugares, pero necesitaría taparse más para la nieve del lugar, lo que si que compartían todas las localizaciones es que seguramente tendrían hermanos kaldoreis necesitados de ayuda externa, y quién mejor que él para tener ayuda a cambio de nada, incluso haciéndose promesas para no romper nunca lo que su padre hizo en sus viajes, defender al débil, ayudar al hermano, respetar la rendición y a los desarmados, con una moral marcada inculcada desde joven, una moral que usa de brújula para todas las acciones de la larga vida que le esperaba, de un viaje que quizás nunca terminaba, al menos hasta que le ocurriese como su padre, moriría o conocería el amor y con ello dejaría la vida del errante, la del guerrero espadachín que busca mejorar a través de hacer un trabajo conjunto junto a los hijos de las estrellas que conocería en el camino y que marcarían su vida, marcarían su camino con experiencias y con ello, mejoraría cómo kaldorei, como guerrero, como hermano.

 

Editado por Prototaip
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