Elwënn Dan'moore

[Feyre 91]

 

 

Raza, sexo	Quel'dorei	Rama principal de magia arcana	Adivinación
Edad	76 años	Altura, peso	1'77m y 72  kg
Lugar de nacimiento	Lunargenta	Oficio	Alquimia
Ocupación	Aprendiz en La  Academia	Color natural de pelo	Rubio

Descripción física

( Las orejas son del tamaño normal de los Quel'dorei, no la de la imagen). Su melodiosa voz es de una tonalidad madura, ni demasiado grave ni demasiado agudo. Hace bastante contraste a veces su físico que a simple vista a veces parece más joven de lo que es. Puede ser por su tersa piel, sus ojos haciendo contraste con su cabello dorado. Siempre un rostro con expresiones suaves, a veces un ceño fruncido por la concentración pero poco más. ¿Y vistes sus ropajes? Suelen ser colores claros, cálidos o fríos, eso es indiferente, pero lo importante es que no suelen ser muy oscuros. Sus antebrazos tienen unos tatuajes con tinta negra de flores (los de la imagen) y en el pecho también. Todos ellos simbolizan sus raíces, o al menos eso es lo que dice ella. Tiene cintura estrecha y caderas anchas, heredadas de su madre, pero su altura claramente es de su padre, pues el resto de féminas de su familia son más bajas. Aun así, su cuerpo es algo más débil que la media y lo más seguro sea por su estilo de vida sedentario entre libros, añadiendo que también su alimentación no es la mejor y eso le ha pasado factura.

Descripción psíquica

La curiosidad destaca en ella, siendo alguien bastante calmada al punto de mantener normalmente una neutralidad. Puede ser que hace tiempo que no expresa sus emociones, y no porque no las tenga. Tiene bastante facilidad para mantener la calma y sobretodo es bastante firme con sus objetivos, a veces demasiada cabezota para su propio gusto incluso. Esta calma puede estar presenta incluso cuando está extremadamente enfadada, pues le gusta mantener la compostura y no dejarse llevar por los extremos, porque por experiencias propias sabe que no son buenos. A parte de esto, se puede añadir que es alguien insegura por el momento debido al sentimiento de soledad constante que suele tener, algo que puede cambiar con el tiempo, pero siempre trabajará muy duro y dará todo lo que pueda de sí misma, siempre buscando la auto-superación, jamás el superar a los demás. Ella lleva una competencia consigo misma, se exige en ocasiones demasiado, pero forma parte de ella.

 

Spoiler

Querido diario, Estaba claro desde el primer momento que las cosas no iban a ser como esperábamos. Alejados de nuestras tierras, de nuestro hogar. Lejos de tantos recuerdos que nos hacían seguir adelante a pesar de las caídas y golpes, que de por sí la vida ya te proporciona. Debo admitir que no es fácil, no para mí. Puede que otros olviden lo que un día fueron y se den el lujo de alimentarse de otra fuente, pero si tengo otra oportunidad no lo haré. ¿Qué será de mí en futuro? No lo sé, tan sólo sé que me hayo en un desierto de soledad. No quedan familiares junto a mí: decidieron marcharse con los, ahora llamados, sin’doreis, o bien fueron arrasados por los zombies y otras criaturas que se acercaron a nuestros hogares. No sé si fue suerte o desgracia el no haber estado en casa cuando ocurrió, encontrando como único camino el marchar a la ciudad en busca de seguridad. Una estabilidad, aprendiendo de ese modo el oficio de la alquimia bajo las enseñanzas de una amiga de la familia en las nuevas tierras que nos marchamos. Sin embargo, ¿estaba contenta con solo aquello en mi vida? No, lo cierto es que lejos estaba de ser feliz por completo. Por aquel momento, marcharme significaba dejar al hogar con apenas 76 años, ¿dónde pensaba ir yo sola? No era más que una cría que ganarse la vida tristemente haciendo alguna que otra pequeña poción de poca importancia. ¡Toda una novata! Aunque siendo sinceros, tampoco es que la situación haya cambiado demasiado más. ¿Y mis aspiraciones cuales eran? Marchar a La Academia para desarrollar es magia que fluía por mí y a la que no le di tanta atención como hubiera querido por los dramas familiares. Mis recuerdos de la magia en mi familia florecían gracias a mi tío, principal culpable de verme rodeada de libros y más estudios arcanos donde dejar fluir lo poco que iba aprendiendo de la magia. Lo había visto antes, eso es cierto, pero jamás lo había sentido. No de este modo, o no que yo llegase a recordar. Puede que fuera por la pérdida de mis familiares, quizá la idea de no volver a verlos era lo que realmente me mataba por dentro. Al final acabé en La Academia, llegué hace nada y me parece incluso mentira que uno de mis pequeños sueños pueda hacerse realidad. ¿A quién debo culpar ahora de mi dolor? ¿A quién puedo echarle el peso? Nadie más que a mí, a mi memoria y mis recuerdos. Sé que debo enfrentarme a ellos como pueda, sé que debo ser más dura. Nunca estuve tan segura de algo: de un nuevo comienzo con una nueva vida y rodeada de nuevas personas. ¿Se trata de querer o necesidad de rellenar ese vacío que dejó mi marcha? ¿O tal vez fue la de mis familiares? Ahora se aproxima la noche y busco el calor de una hoguera, las risas con alguien mientras nos tomamos algo junto al fuego. Una taberna, unas amistades. No estar sola. Creo que quizá esa sea mi mayor perdición, algo que quizá me lleve a la locura tarde o temprano. ¿Acaso es realmente lo que busco en mi vida? Pronto iniciaré mi instancia y mi contacto con los profesores, aún no los conocí, no tuve el placer de hacerlo. Debo admitir que tengo miedo, debo admitir que anhelo conseguir grandes cosas, pero… ¿Seré capaz de conseguirlo? He traído todas mis cosas conmigo y siento que aun así me dejo atrás, un recuerdo que no logro recordar. Irónico. No sé como serán los magos de por aquí, sólo se los que he dejado atrás en mi hogar. Si, lo sé. Hablo demasiado sobre algo que debería superar, ¿pero como pretendo hacerlo si puedo sentir aquella sensación familiar? Me siento acogida, pues en el fondo sé que aquí estaré bien. No dudo que podré seguir adelante. Sin embargo, ¿cuánto duraré? ¿Cuánto alcanzaré? Siempre es lo mismo, debería de dejar de pensar. Intentaré escribir a menudo en el diario, espero escribir grandes aventuras y tener informado a todo aquel que algún día quiera saber sobre mi vida cuando me muera. ¡Que espero que sea dentro de mucho tiempo! Pero poco tiempo me queda para seguir despierta, no sé la hora que es, pero sé que debería irme a dormir. ¿Y si mañana llego tarde a las clases? ¿Mañana habrá clases? ¡Estoy demasiado perdida! No quiero meter la pata, no quiero ser una sombra entre tantas luces. Quiero brillar con luz propia y no sé si seré capaz de hacerlo. Por ahora debo despedirme, si no vuelvo a escribir es que uno de los profesores me ha comido. Bueno, no. ¡Pero cuidad de mis libros! Muchos besos, Elwënn.

 

Dejó su diario a un lado junto a su pluma y la tinta, para ella tenía su gracia el hacer aquello, pues acababa de empezar aquel día. Lo había hecho con la finalidad de tener una cronología de que hacía en las clases o en las prácticas. No sabía si iba a ir a alguna aventura, pero también iría allí por si acaso. ¿Y si alguien encontraba el diario y necesitaba ayuda? Siempre podía escribirlo por si había alguna suerte. Aquel era su pensamiento.

No sabía lo que le estaba por venir, no sabía si iba a vivir muchos días más. Quería pensar que estaba protegida por sus seres queridos, pero algo le decía a su vez que no era así, por mucho que quisiera que fuera así. Suspiró, suspiró tanto que sus pulmones se desinflaron y tardó unos pequeños segundos en retomarlo para cerrar los ojos. ¿A dónde le llevarían sus sueños? Al comienzo era un desierto colorido, parecía algo sin sentido, pero era un sueño perdido. Esperaba que no ser un caso perdido.

Y antes de finalmente caer en el profundo sueño, la imagen de sus familiares apareció, por ser el último pensamiento con el que se fue a la cama. Les echaba de menos, si, demasiado. Pero en aquel momento empezaba a superar esas pérdidas que antaño le habían dejado, asumiendo que lo peor estaba aún por llegar y que debía hacerse fuerte. Tenía que ser fuerte. Sin embargo, fue inevitable que una lágrima cayese por su mejilla ante el dolor que sentía.

La pregunta era, ¿hasta cuándo seguiría?

Pero lejos de esa respuesta, pasarían los días y ella se encontraría en una academia en la que se sentía a gusto. En La Academia. Sus sueños comenzaban a hacerse realidad, y aunque no fuera de las más rápidas, ni tampoco la que tuviera la mejor resistencia, si que se había podido ver cómo destacaba en las disciplinas que ponían a prueba su capacidad de resolver todo con la lógica y la razón, gracias a que se podía ver claramente cómo su naturaleza no estaba del todo desequilibrada y había tendido la balanza sobre su mente.

Siempre sintió que era más madura, o eso creía, y que tenía gran facilidad para aprender, tan sólo necesitaba motivación que le hiciera sacar ese brillo a relucir. Ahora siendo consciente de sus grandes capacidades, se pone a prueba siempre que puede e intenta alimentar a su cerebro de todo aquello que esté a su alcance, pues no quiere desperdiciarse, bajo su punto de vista. Y esto lo único que hace es que se exija más…

 

Editado July 30, 2019 por Feyre