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Lady Soup

[Historia] Bizza van Brando

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Bizza van Brando

 

DATOS BÁSICOS

Nombre del Personaje: Bizza van Brando
Raza: Renegado
Sexo: Mujer
Edad: 43 años
Altura: 1'69 m
Peso: 49 kg
Lugar de Nacimiento: Villanueva de San Esteban
Ocupación: Mortacechadora


DESCRIPCIÓN FÍSICA

Esta muchacha, o sea yo, así para introducirnos en la materia, es un cadáver. Sí, quizás suene obvio el señalarlo teniendo en cuenta que se ve a simple vista, pero creo que es importante remarcar ese hecho antes de ponernos en materia, más que nada, por que es difícil decir que alguien —o sea yo— es “atractiva” cuando hace casi quince años que anda muerta.

Así que nos limitaremos a los hechos, y bueno, estos no es que sean especialmente destacables. Rasgos afilados, piel pálida, ojos verdes bajo ese reluciente manto de reanimada… Lo típico, vaya. ¡Ah! Tengo el cabello corto y verde pistacho y, por si no salta a la vista MI PUTA CARA ESTÁ UNIDA A TIRAS Y ME FALTA UN OJO.

 

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Lo que viene a ser mi personalidad… Meh, creo que egocéntrica sería lo primero que saltaría a la mente ¿Sabes? Pero vaya, que esa clase de mierda casi que la tiene todo el mundo ¡Incluso en la no-vida!

Algunos me llamarían grillada —vulgarismo, según la Real Academia del Común, para «Loca»— ¿Pero sabes qué, chato? Yo diría que, dadas las circunstancias, soy la más cuerda del lugar. Quiero decir: He tenido relaciones con una demonio —o demonia, no sé—, me han matado, luego me han vuelto a alzar, he estado esclavizada por más de una década ¡Y pum! Ahora que vuelvo a estar «centrada» soy un jodido cadáver.

Visto lo visto, lo sorprendente es que mantenga el humor.

 

HISTORIA

Bueno, ahora que estamos así a solas, te voy a contar la historia de mi vida. Tranquilo, no te preocupes, es corta, sencilla de masticar y toda esa mierda. Narra de principio a fin el como el destino —y yo, ya que estoy— cambió mi movida.

No es tan coñazo como imaginas ¿sabes? O bueno, quizás sí, la verdad es que me da un poco igual ¡Me toca contarla a fin de cuentas para salir de aquí! Así que empecemos por el principio, o bueno, algo pasado del principio por que a nadie le interesa como, sin comerlo ni beberlo, llegué a ser forajida.

O bueno, quizás sí, no sé. Pero claro que a nadie le importa donde nací ¿Verdad?

Okey…

Creo que nací en un poblado de mala muerte llamado Villanueva de San Esteban. No es que fuera un lugar acogedor, ni el más bonito pero… Mira, era el que me tocó y, por su situación bien al sur de… No sé, todo, como que la cosa fue muy bien por unos años.

Mis padres eran… No sé ¿Burgueses? ¿Adinerados? ¿Soplaflautas? No sé si se ha inventado alguna de esas palabras, a decir verdad lo hago mucho, pero la cuestión es que tenían un bonito terreno en la zona, bastante dinero y propiedades por aquí y por allá que ahora no merece la cuenta enumerar.

Siempre fuí una chica rebelde —ya sabes, lo que tiene ser hija única, aunque contar aquí eso no es que tenga mucho sentido—, de esas que causan más problemas de los que deberían y terminan con las rodillas escarpadas por más de un motivo, ya te conoces la fiesta.

El asunto es que mis padres quisieron enderezarme. Lo normal, corriente, y esperado en ellos. Lo que pasa es que para cabezona yo. Y creeme, soy muy cabezona, pero las cosas como son —y cómo son, siempre serán— así que el que me mandaran a la Academia Mágica a enderezarme como que no resultó ¿Sabes? Allá donde iba, problemas y rodillas escarpadas era lo que me seguía.

Pero bueno, aprendí cosas ¡Resultó que tenía talento! Y no es que fuera mal con mis progresos pero… Bueno, ya debe haber quedado claro que siempre fuí una chica traviesa, y claro ¿Quien iba a ser yo para no verme atraída por conocimiento prohibido? Si era —o es, a veces me lío con los tiempos, disculpa— pecaminoso y… ¡Bueno! ¡Ya me entiendes!

Cosas que pasan, desde luego ¡Y lo juro que empecé ligeresa! Pero una cosa llevó a otra, esa otra a otra más gorda y… ¿Has visto una alguna vez una torre de naipes derrumbarse? Pues eso.

También, debo señalar, es que todo tenía su gancho: Verás, cuando una demonio se dedica a susurrarte cosas picantes en tus sueños, promesas de poder —entre otras cosas—, ¿Que haces tú? La verdad es que no lo sé, pero yo —podríamos decir—, hice el equivalente herético a decirle que me pisara la cara y dijera cosas sucias mientras me azotaba con su cola —lo cual, ahora que lo pienso, es bastante herético para mis estándares de la época—.

Gracioso esto de la perspectiva.

Como es evidente, esas cosas sucias con la demonio terminaron escalando —para mal— la cosa hasta que inevitablemente me pillaron. No es que te quiera aburrir con los detalles de ese encuentro, pero basta con decir que, para antes de mi vigésimo segundo cumpleaños, podríamos decir que era una hereje perseguida por quien hiciera falta y, por supuesto, repudiada por su familia.

¿Te diviertes? ¿No? Te aguantas, porque la cosa mejora, chato.

¿Sabes esa mierda que nos esclavizó a muchos hace unos años? Bueno, pues hasta entonces yo había sido una fugitiva que bueno, sí, seguía en contacto con la patacabra sexualizada pero, en su mayor parte, como que tenía la cocorota demasiado ocupada en que no me pillaran. Así que poder dedicar el tiempo y atención que una demonia buenamente merece se hizo muy muy mucho difícil.

Aún me debe guardar rencor por eso…

Ehm… ¿Por donde iba? ¡Ah, sí! La cosa.

Bueno, la cuestión es que mis huidas me llevaron a Lordaeron ¡Y sorpresa tu! por esas fechas se celebraba el regreso del príncipe tras una prolongada ausencia ¿Maravilloso? Sabes tan bien como yo que no, así que saltémonos esa parte.

¿Que puedo decir de mi tiempo con el Rey Exánime? No mucho, la verdad, era una jodida cadáver sin voluntad así que… ¿Realmente importa tanto? Para cuando se nos liberó y todo el mundo como que empezó a matarse entre sí, seguí a la Reina.

Quiero decir… Mi cara, con la tontería, apenas se mantiene junta por unas tiras y nudos, ni de blas iba a poder volver a pasar por humana. O bueno, no creo, aunque ví cada cardo en mis tiempos que lo mismo te hago creer lo contrario.

Así que bueno… Como que aquí estoy ¿Sabes? Lo que se dice tirando y esas cosas ¡Sirviendo al Nuevo Orden —muy grandilocuente el nombre, si me preguntas a mí— y esas cosas! Con mi particular suma de talentos casi que es natural que el cuerpo de mortacechadores —casi se me traba la lengua diciendo eso— fuera mi destino.

¿Que como llevo eso de la magia demoníaca? Bueno, como que tirando.

A decir verdad desde que volví a la no-vida como que no es lo mismo. La conexión se ha perdido y esas mierdas. Pero vaya, aún puedo oírla susurrándome de vez en cuando, lo cual es romántico ¿No crees?

Seguramente no.

Así que recapitulemos por si te has perdido —que ojo, soy rara, me voy por las ramas, así que normal—:

No-muerta de pasado libertino que terminó como está por consortar con demonios y pasar una temporada por donde tocaba. Tras ser esclava unos añejos pasé a servir al nuevo orden, donde estoy ahora. Sin muchos remordimientos, blablabla.

¿Ves? Simple, fácil y para toda la familia —bueno, eso último no—.

Tampoco hacía falta tanto rollo para contarlo…

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