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SpetznazsGandalf

Ígor Elmer

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  • Nombre del Personaje
    Ígor Elmer
  • Raza
    Humano
  • Sexo
    Hombre
  • Edad
    25
  • Altura
    1'79 metros.
  • Peso
    73 kilogramos.
  • Lugar de Nacimiento
    Villaoscura, Bosque del Ocaso.
  • Ocupación
    Bandido, superviviente.
  • Descripción Física

    Ígor es un hombre de pálida y sucia piel que cuenta con una azabache melena que desciende hasta la altura de la espalda. Su blanquecino rostro muestra una mirada de ojos marrones y un aspecto congestionado. En el pómulo izquierdo hay una cicatriz en forma de zarpazo. Muestra una complexión  delgada provocada por la mala vida que caracteriza al vagabundo. Actualmente luce una enmarañada barba.

    Viste ropas sucias y castigadas tanto por el paso del tiempo como por el uso continuado. La mayoría de las prendas cuentan con costuras bastante toscas o incluso algún agujero en zonas puntuales.

    Porta una harapienta camisa descolorida, hecha harapos y con manchas de sangre.  Por debajo otra camisa de un tejido más grueso a la que le han extirpado las mangas desde la altura del antebrazo. Calza nuevamente unos pantalones descoloridos, sucios, malolientes. Estos se mantienen aferrados a la cintura del pestilente saqueador gracias a una suerte de cinturón con cuatro saquillos amarrados. Sus botas de piel, cubiertas de forma casi permanente por una espesa capa de barro, cuentan con un agujero en la parte del dedo gordo del pie derecho, un parche de cuero cubre el hueco. A su espalda, una capa que hace las veces de manta. De sus hombros cuelga un rebosante petate, donde Ígor guarda sus bienes más útiles o preciados. También dispone de una capucha de cuero negro y un pañuelo anudado alrededor del cuello. A su espalda carga un desgastado arco junto con su respectivo carcaj, cuenta con una capacidad para 20 flechas.

  • Descripción Psíquica
    Ígor es alguien de comportamiento anómalo comparado con sus congéneres. Muestra un talante humilde y una gran despreocupación respecto a su higiene personal. Bastante calculador, barajando hasta el más ínfimo detalle. Conformista, dónde más se nota es al vestir, prefiriendo sus mugrientos y desgastados ropajes a unos nuevos aunque tenga el suficiente capital para permitírselos. Su experiencia como pordiosero le ha enseñado que es mejor tres comidas de mendigo a una de rey. 
  • Ficha Rápida
    No (1000 palabras mínimo)
  • Historia

    Natal de Bosque del Ocaso, concretamente de la Villa Oscura, sus padres lo abandonaron a temprana edad debido a las fiebres y fue criado por su tío, Egil. Egil acababa de volver a la Villa después de marcharse a estudiar las artes arcanas a Ventormenta, la influencia cultural propiciada por su tío influyó mucho en Ígor, el cual desde la temprana edad mostró un carácter atípico al de los niños normales, prefería enclaustrarse en la casa de su tío, desempolvando los viejos libros de magia que una vez sirvieron a Egil. El muchacho fue creciendo acompañado de la lectura, su mejor aliado y amigo. "Te labrará un futuro" "Haces bien al pasarte el día entre libros" eran las palabras que su tío dedicaba a Ígor para animarle en su persistente búsqueda del conocimiento. Todo iba sobre ruedas, con algunos viajes de Egil a Villadorada para asuntos que nunca fueron contados a Ígor. Tenía once años cuando su tío no regresó de uno de sus esporádicos viajes, lo único que encontró de él la guardia fue su yegua, Melinda, con varias flechas clavadas en el costado. Quedó a cargo del orfanato, muchos chicos se metían con él debido a sus particulares aficiones. Pero entre todos ellos, hubo uno que se convirtió en el mejor aliado de Ígor, era todo lo que él no poseía, aquel muchacho se llamaba Maxwell, y era el vástago de un soldado muerto. Fue su defensor, y un pilar fundamental en su día a día. Gracias a él hizo nuevas amistades y se libró del constante acoso de los otros huérfanos. Las malas compañías no tardaron en llegar, curiosamente de la mano de Maxwell. Empezó a abandonar sus hobbys relacionados con el estudio, sustituyéndolos por el hurto menor acompañado de Maxwell y sus amigos. Fue creciendo, al igual que su historial delictivo. Pasaron del hurto menor a trapicheos con gentuza de la zona cuando apenas tenian 14 años, se dedicaban al contrabando de información y al atraco a mano armada. Al ser una villa no demasiado grande, poco tardaron en pillarlos.

    Era una noche como otra normal, tenían pensado reunirse con el informador de una banda de salteadores locales, habían oído en la taberna que un carromato cargado con minerales llegaría a Villaoscura en breves. Llegaron al punto de encuentro y se encontraron al informador inconsciente y a la guardia nocturna rodéandolos. Al salir todos en desbandada, muchos de los muchachos se chocaron contra la formación de los guardias, en mitad del caos Maxwell y Ígor consiguieron escabullirse entre las piernas de un guardia. Huyeron dirección al orfanato en toda prisa, se colaron por la ventana y entraron al cuarto donde estaban todas las literas colocadas haciendo algo de ruido, interrumpiendo el sueño de muchos y provocando miradas innecesarias.

    Se despertó con los primeros rayos de luz, al desayunar se dirigió junto con Maxwell a la taberna, se sabía que habían cogido a todos los niños menos a dos, y se les buscaba con insistencia, también se oyó que los otros estarían bastante tiempo en las mazmorras por ser partícipes de diferentes crímenes. Las miradas de los dos niños se entrecruzaron, fue entonces cuando Maxwell dijo en un murmullo "No te preocupes, sé que hacer" esas palabras resonarían por la mente de Ígor durante el resto de su vida. Se reunirían otra vez con más gente de la misma banda esta noche, pero para marcharse de la villa. Ígor no lo tenía muy claro, ¿Qué pensaría su tío de esto?...Poco más podía hacer si quería evitar el castigo de la guardia nocturna, además de que Maxwell prometió hacer ricos a los dos zagales. Se reunieron con aquel hombre en las caballerizas, y les llevó al campamento evitando el camino principal durante todo el recorrido. Llegaron después de dos días de trayecto, aquel escondrijo estaba situado en mitad del bosque, se trataba de una cabaña de cazadores abandonada mucho tiempo atrás, allí habían seis individuos, dos fornidos espadachines, tres arqueros y una enigmática figura bastante bien vestida con un rifle de chispa a la espalda, ¿Quién sería ese último hombre? Por las pintas, no parecía un bandido ni nada por el estilo.

    Pasaron días, semanas y meses, al principio los bandidos utilizaban a los dos niños como esclavos, limpiando la mierda de las monturas, ordenando y apilando el botín y demás tareas similares, lo único interesante que les dejaban hacer era preparar las trampas delimitando el campamento, para alertarlos y mantenerlos seguros en caso de que alguna de las criaturas que por allí moran se acercase más de la cuenta. No fue hasta que cumplieron los dieciseis que les empezaron a instruir para que no fueran un completo estorbo, les dieron a elegir. Ígor escogió el arco, este en concreto era un arco corto. Durante un mes fue adiestrado en el arte del tiro, hasta que le vieron lo suficientemente preparado, no era nada fuera de lo común, pero podría defenderse. Una noche, cuando estaban todos cenando en torno a una crepitante hoguera, tuvo la idea de preguntar si alguno era mago, una pregunta estúpida, pero cambió el transcurso de su vida por completo. Aquella figura bien vestida y armada con un rifle alzó la mano, respondiendo a la pregunta de Ígor, dijo que le enseñaría si sobrevivía a su primera emboscada.

    A los dos meses, les informaron de que una pareja de nobles escoltados por cinco mercenarios, iban rumbo a Villadorada, y pasarían cerca del territorio de la banda. Lo planificaron, estudiaron el terreno, eligieron el emplazamiento y se prepararon para asaltarlos. Escondidos desde los arbustos cercanos al camino, vieron acercarse el carro de los nobles escoltado por una panda de mercenarios. Su tarea era simple, abatir al conductor, sacó el arco y tomó aire, preparando una flecha mientras dejaba que se acercara el carro. Soltó el proyectil, que por suerte para todos impactó en la gargante del conductor, que cayó al suelo sin alertar a los caballos. El resto de la banda salió de su escondite, reduciendo y asesinando a los mercenarios para después atar a los nobles y noquearlos, llevándolos al campamento. La operación fue todo un éxito, y sacarían un buen dinero por el rescate de esa pareja de cunas de oro.

    La operación fue todo un éxito, cobraron el rescate y se deshicieron de los nobles sin ser descubiertos, o eso creían. Las semanas siguientes transcurrieron con tranquilidad, y también los meses. El tirador bien vestido, que resultó llamarse Koch, cumplió su palabra y adiestró a Ígor mediante libros y prácticas, pero sus conocimientos eran limitados.

    Pronto les llegó información de un nuevo golpe, un carromato de armas, era un objetivo muy ambicioso, pero ¿Y si salía bien?. Volvieron a estudiar el sitio, preparando cada maniobra con antelación. Todo estaba claro y allí estuvieron el día del golpe. Se oyó un disparo y un virote impactó en el estómago de Koch, luego empezó una lluvia de proyectiles sobre la banda. Solo sobrevivieron unos pocos que acabaron dispersándose por el bosque. Maxwell y él escaparon juntos rumbo norte, alejándose de la guardia todo lo que podían. Un virote impactó en la rodilla de Maxwell y este cayó al suelo, pero Ígor era incapaz de dejar de correr aún viendo como habían tumbado a Max. Corrió y corrió hasta que no pudo más y terminó desmoronándose bajo la copa de un viejo árbol, jadeante, sus piernas le dolían a más no poder, al igual que el pecho. Reflexionó sobre lo acontecido, poniéndose a pensar, ¿Había hecho bien en abandonar a Max a su suerte? Era su mejor amigo, pero no le había traído más que desgracias y una mala vida alejado de toda civilización, lamentó su pérdida, pero había salvado el culo.

    Volvió a Villaoscura, y trabajó durante un tiempo allí como ayudante de herrero. Hizo algunos amigos y compartía jarras con ellos de vez en cuando en la taberna, había adquirido el nombre de Erik para evitar malentendidos, pocos recordarían allí el nombre de Ígor, pero ¿Y si se cruzaba con alguno? Mejor evitarlo. Uno de sus amigos, dijo que necesitaba viajar a Elwynn, pero tenía miedo de ser asaltado en las afueras, Ígor ya les había contado a ellos que sabía manejar el arco, total, que su amigo le contrató como escolta por un puñado de monedas, fueron desde Villaoscura hasta la frontera con Elwynn, allí los dos amigos se despidieron y Ígor puso rumbo a casa, durante el trayecto no hubo incidentes. Vió una gran columna de humo y un insoportable olor a quemado, y se intensificaba al llegar a la villa. Había sido arrasada, al ver esa imagen, Ígor se alejó todo lo que pudo, no sabía quién, ni como había hecho eso, pero era mejor evitarlo. Así que se largó, al bosque, viviendo como podía.

     

    Al convertirse el Bosque en un lugar sin ningún tipo de ley, un lugar donde el pan de cada día son las atrocidades, Ígor retomó su carrera como criminal debutando en varias bandas criminales que se fueron al traste, por desacuerdos, desafortunadas situaciones o la aniquilación casi total de los integrantes. Actualmente vaga solo por los Bosques, buscando alguna forma de subsistir, sea la que sea.

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