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Zora

Astrid Haugen

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Nombre Astrid Haugen Raza Humana
Sexo Mujer Edad 17 años
Altura 1,62 mts Peso 55 kgs
Origen Lordaeron Ocupación Mensajera
Residencia Ventormenta Luz Sagrada
  • Descripción Física

Es una muchacha joven de estatura por debajo de la media, es flacucha pero grácil. Su cabello es de color negro y liso, lo mantiene bien peinado y recortado hasta la altura de sus hombros. Sus ojos son de un color azul como el cielo oscurecido por la noche. Cuando trabaja viste ropas de cuero preparados para largas caminatas, pero en sus días libres prefiere vestir ropas cómodas y frescas como vestidos y camisas sueltas.

  • Descripción Psíquica

    Fue educada para ser una mujer educada y servicial. Esta comprometida a cumplir su trabajo de manera diligente. A causa de su infancia traumática y que se ha visto forzada a sobrevivir por su propia cuenta, ha aprendido a ser astuta e ingeniosa.Bajo la tutela de Cattya ha aprendido a leer y a escribir, así también a ser fina, con modales y atenta a los detalles

Spoiler

Ficha Rápida
No (1000 palabras mínimo)

 

Historia

Astrid nació en una modesta granja en el reino de Lordaeron, era la menor de tres hijos. Creció viendo a sus padres cultivando calabazas, maíz y otros frutos de la tierra. De su apacible hogar casi no tiene ningún recuerdo. Pues cuando apenas tenía uso de razón vio criaturas tenebrosas invadir el campo, seres que corrían incansables, que destruían todo lo que encontraban en su camino y no tenían piedad por los granjeros inocentes. Ella recuerda el grito de horror de su madre, a su padre chillando el nombre de su hermano mayor, quien ella nunca más volvio a ver. Años más tarde entendería que aquellas criaturas eran los no muertos de la plaga.

 

Desde entonces, sus recuerdos giran en torno a la huida y el terror. Cada poblado al que iban sufrían las penurias de no tener pertenencias, ni dinero ni nada que comer. Mendigaban ayudas y hacían toda clase de trabajos denigrantes para subsistir. Pero al final la historia se repetía. Los no-muertos llegaban al poblado para destruirlo y debían huir. De modo que el padre marco rumbo directo al sur del continente, tan lejos le fuese posible. 

 

Durante el viaje al sur la familia fue asaltada por ladrones de caminos. Estos rompieron los petates de la familia, esparcieron las pocas prendas y rompieron los objetos de escaso valor. Se mofaron y manosearon a las mujeres por mucho que el padre se opusiera. Como no tenían ningún dinero ni comida para entregar, los ladrones decidieron que se sacarían abusando de cada mujer. Horrorizado y colérico el padre atacó para defender a su familia. Pero rápidamente fue superado aunque su esposa procuro ayudarlo con sus uñas y dientes. La hermana mayor, Cynthia, tomo del brazo a su hermano y corrieron a la espesura del bosque, pues ninguna tenía modo de librar una pelea contra esos bandidos. Astrid vio a su padre ser brutalmente asesinado y a su madre siendo derribada al suelo, arrancaron su falda a pesar de las súplicas de ella.

Sea por bendición de la luz o porque los ladrones se entre tuvieron con sus presas, ambas niñas lograron huir. Cynthia, que por aquel entonces tenía 12 años, sabía que su padre tenía planeado llevarlos a Ventormenta con un viaje en barco que tomarían en un puerto. Por lo que tomó valor de su deseo por proteger a su hermana y guió su camino. Así también continuó con el labor de su madre de tranquilizar a Astrid con cuentos y canciones de cuna cuando está no podía dejar de llorar por las noches. En los poblados eran incapaces de trabajar como lo hacía su padre para traer comida. Así que Cynthia se inició en el robo de carteras a desprevenidos. Luego enseñó a su hermana a hacer lo mismo como si se tratase de un juego y juntas se ingeniaron para ingresar en los hogares para robar comida. Cynthia levantaba a Astrid sobre sus hombros para que entrar por las ventanas altas sin seguro y que una vez adentro le abriese la puerta. Así sobrevivieron las huérfanas hasta alcanzar un puerto y tomaron el barco directo a la Ciudad de Ventormenta.

Llegar a esa ciudad era todo el plan de su padre. Cynthia ya no sabía que hacer luego de eso, tan solo podían seguir  sobreviviendo a base de robos, pero esta vez más peligroso a causa de la alta vigilancia de la guardia.
Sobreviviendo así pasaron varios años más y Astrid dio paso de su niñez a la adolescencia, mientras que Cynthia se volvía una mujer. Ella le prometió que encontraría un trabajo, ganaría dinero y tendrían una casa. Ya nunca más volverían a vivir de los robos.


Un día, Cynthia y Astrid fueron pilladas robando una casa por unos hombres. Estos las rodearon y se mofaron del aspecto hambrientas de estas. Ofrecieron que les darían comida y que no las entregaría a la guardia, si ellas aceptaban calentarles la cama esa noche. Por supuesto que ellas lo rechazaron y por su negativa fueron atacadas. Ambas huyeron e intentaron perderlos internándose en callejones. En situaciones así, ellas tenían el plan de separarse, huir por caminos laberíntico y volverse a encontrar en su refugio. Así lo hicieron pero solo Astrid logro llegar al refugio.
Durante semanas ella busco a su hermana mayor con desespero. Al no encontrarla cayó en la desolación. Lágrimas vivas lloro día y noche. Dejó de comer y beber, pues ya no le quedaba voluntad de seguir sola. Caminando por las calles como un fantasma se desfalleció cerca del puente que lleva al barrio de los magos.


- Claude. Espera, caminas muy rápido. - la mujer apenas lograba seguir el ritmo del hombre. - me duelen los pies.

- Te dije que para caminar necesitas zapatos cómodos. - acomodo el peso de la caja en sus manos y se giro para verla. Ella caminaba de un modo torpe y haciendo muecas de dolor - No esas cosas altas y duras.

- Aish. Son cómodos. Solo que son nuevos y falta aflojar. Además. Me prometiste una cena, no que iríamos a trabajar.

- Lo siento bonita, es de última hora. Te lleva...


 - Claude. Mira! - Ella lo interrumpió.

 El se giro y la vio observando con espanto al suelo. Allí yacía una joven niña, inmóvil y vestida con harapos.

- Una huérfana muerta de hambre.. Vamos. Tengo que entregar esto.

- No podemos dejarla aquí!

- Pero esta muerta.

La mujer tocó el cuello de la chica y compró o que aún vivía. Ella insistió en llevársela y el se negó.

- Claude. Tenemos que.

-¿Para qué? Será un gasto más. Ya tenemos suficiente con no poder pagar a nuestros empleados y...

- Si es huérfana como dices podemos llevarla. No le pagaremos con nada más que comida y trabajará. Lo sé. Además. Es una pequeña niña aún. Podremos educarle a nuestro... Um. Antojo. Ya sabes.

Claude frunció el ceño a la mujer mientras lo pensaba.

- La comida saldrá de tu bolsillo y no quiero ser yo quien la eduque. -Sonrió entusiasmada por salirse con la suya

- ya lo veras. Sacare partidos de ella. Ve ve. Entrega la caja y ven a ayudarme para cargarla.

Cattya llevó a Astrid hasta su casa y cuido de ella para que recuperarse sus fuerzas. Escuchó la historia de la chica con el corazón conmovido y con una sonrisa amable "invitó" a que se quedara en su casa como una empleada más. Claude es dueño de una modesta empresa de correos de la ciudad que pretendía extenderse a hacer envíos a todo Elwynn. Y Cattya es su colaboradora, encargada de formar a las mensajeras para tal misión.

Hasta hoy en día Astrid es incapaz de aceptar la idea de que quizás su hermana haya fallecido y cada día que pasa anhela poder encontrarla.

Editado por Zora

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