Dorito 417 Denunciar mensaje Publicado January 26, 2019 (editado) Inaradth Cinderstar Raza Quel'dorei Sexo Mujer Edad 143 Altura 1'76 Peso 61 kg Lugar de Nacimiento Quel'thalas Ocupación Sacerdotisa/Sastre Descripción Física Su rostro casi inexpresivo está marcado con pecas, de tez clara y pelo largo y castaño, su nariz sobresale levemente del rostro, sin abultar demasiado. Sus labios son carnosos, de un color levemente rojizo, el cuál acompaña en algunas ocasiones con pintalabios. Sus orejas están decoradas con numerosos pendientes a lo largo de estas, los cuales va intercambiado cada día. Lo más destacable de su rostro es el parche que tapa su ojo derecho,que suele estar cubierto por una capa de pelo, peinando su larga melena para intentar disimular el parche. Su voz es melodiosa y con tonos agudos, con un buen timbre de voz. De estatura media, suele estar cubierta por una túnica blanca y dorada, aunque suele cambiar de atuendo debido a su amplia colección de ropa hecha por ella misma. Descripción Psíquica Desconfiada con la gente que acaba de conocer y en especial de otras razas, no suele entablar largas conversaciones, mostrándose fría y distante. Tiene un gran orgullo, lo que suele conllevar muchos problemas con otras personas. No suele expresar sus sentimientos, además de estar casi permanentemente en un estado de tristeza y melancolía. Pese a todo eso, tiene un gran corazón, siendo capaz de dar su vida por las personas que crea que lo merecen, anteponiendo el bienestar de los demás al suyo propio. Era una firme seguidora de la Luz, pero tras un retiro dejó de usarla, recientemente volvió a ella, utilizándola para sanar a sus aliados. Suele practicar sus rezos, los cuales canta, practicando todo lo que puede. HISTORIA Spoiler Inaradth nació en el seno de una familia casi idílica, una madre sastre de elegantes vestidos y ropajes para la gente adinerada de Quel'thalas y un padre soldado, firme, responsable, siempre anteponiendo la seguridad de su familia ante todo. Desde pequeña mostró curiosidad por la Luz, empezando a practicarla años antes de su mayoría de edad. Pasó la gran parte de su estancia en su tierra natal sin demasiados problemas o preocupaciones. Al cumplir la mayoría de edad prosiguió siguiendo sus creencias y practicando el vínculo con la Luz Sagrada. Un caluroso día caminando por una calle prácticamente vacía, portando varias cajas cargadas de materiales para la sastrería de su madre se topó con un despistado elfo, el cual caminaba observando el cielo, con una risueña sonrisa en el rostro y las manos en la nuca, Inaradth que iba pensando en sus cosas no lo pudo detectar, chocando irremediablemente contra el joven elfo, acabando los dos en el duro suelo, los rollos de tela se desplegaron por toda la avenida. -¡Lo siento! ¿Estáis bien...? -Dijo desde el suelo el despistado elfo con una sonrisa en el rostro. -Debería mirar por donde voy... -Sí... No se preocupe. -Inaradth no tardó en fruncir el ceño, tragándose toda la bilis. -Venga... Levántese. -Le tendió la mano a la elfa, siendo rechazada con una negación de cabeza, se puso de pie por su cuenta y recogió las preciadas telas, volviendo a introducirlas en su respectiva caja. El joven no tardó en ayudarla, recogiendo también las desperdigadas telas. -Menudo golpe, ¿eh? -Indicó mientras dejaba lo recién tirado en las cajas. -Si alguien mirase por dónde va... -Contestó claramente molesta, terminando de recoger. Cerró la caja y dio media vuelta, dejando atrás al elfo. -¡Espere, no se vaya así! -Articuló desde la distancia, dando una pequeña carrera para alcanzarla. -La invitaré a algo para compensar los daños sufridos. - No tardó en ponerse a su lado, la elfa simplemente suspiró. "Está bien" dejo escapar de sus labios, más que nada para que dejase de seguirla. -Traiga, le llevo la caja... -Tras tomar la caja de Inaradth se presentó. - Soy Ralien Vientosolar es u... -Inaradth le cortó alzando el dedo índice de su diestra. -¿Qué quiere? -No se fiaba de su acompañante, alzando una ceja mientras lo miraba fijamente. -Sólo quiero ayudarla y disculparme. -Acompañó sus palabras con una reverencia, mostrando una sincera sonrisa. -Inaradth Cinderstelar, no necesito su ayuda, pero si insiste... -Tras decir eso, ambos fueron a la sastrería, durante el camino Ralien le contó su vida, ella simplemente se dedicó a asentir y escuchar, al parecer era un aprendiz de magia arcana y sus padres dos adinerados comerciantes. Al llegar a la tienda la madre de la elfa recibió a ambos en la puerta. -Saludos señora, le traigo su encargo, tiene una excelente hija, nunca vi a nadie tan preocupada por el negocio familiar. -Inaradth le dedicó una mirada de odio al elfo, pero acabó suspirando. -Me agrada que así sea, ¿y quien sois vos joven? -La madre dedico una amplia sonrisa a ambos, guiñándole un ojo a Inaradth, quién no tardo en rodar los ojos y cruzarse de brazos. La conversación prosiguió con la presentación de Ralien, quién acabo entablando amistad con la madre, quién le invitó a entrar, tras explicarle lo sucedido Ralien y tomar un par de copas de vino Ralien salió del edificio educadamente, despidiendose de ambas mujeres. Ese fue el primer contacto con Ralien, el siguiente fue cuando el joven la invitó a tomar algo por lo sucedido con la caja, quedaron por la noche en un local cercano a la avenida donde se conocieron, ella llevó un vestido azul que le regaló su madre tras muchas insistencias, él llevo unas refinadas y púrpuras ropajes, Inaradth no se había fijado en el aspecto del elfo hasta ese momento, un cabello rubio y largo recogido en una coleta alta, una pequeña trenza sobre el hombro de color blanco sobresaltaba del resto del pelo, su rostro mostraba seguridad y decisión, lo que la desconcertaba. La noche fue relajada y entretenida, a Ralien se le daba bien dar conversación y tenía suficiente dinero como para invitar toda la noche, Inaradth con el paso del tiempo dejo de lado su orgullo y su caparazón, llegando a sonreír y seguirle la corriente al rubio elfo. -Inaradth, tiene una voz preciosa, ¿ha probado a cantar? -Se atrevió a decir, a la joven se le subieron los colores, negando con la cabeza. -Debería probarlo, sigame. -Le tendió la mano y salieron juntos del local, yendo a una bonita fuente cercana, sentándose al borde. Inaradth comenzó a cantar, sonó mucho mejor de lo esperado. -Está muy bien para tu primera vez, deberías practicar más. -La chica asintió. Pasaron varias horas hasta que se separaron, tras ese día, quedaron todas las tardes para charlar, cantar, beber o simplemente tumbarse en la verde hierba para observar el cielo azul. Un día tranquilo dando su nocturno paseo se encontraron con alguien familiar. -¿Padre...? -Dijo Inaradth observando al elfo de gran estatura - Oh, saludos hija... -El padre le dedicó una fría mirada a Ralien, que no tardó en convertirse en una mirada de felicidad- ¡Ralien, no sabía que eras amigo de mi hija! -Acompañó sus palabras con una leve risa. -Así es Therion, tiene una hija fascinante. -Se atrevió a decir, Inaradth se esperaba lo peor, pero, sorprendentemente su padre se dedico a asentir. -Tienes toda la razón... ¡Pasad una buena noche y a ver si volvemos a coincidir tu padre tu y yo para ir a disfrutar de ese vino tan delicioso que guardáis en la bodega! -Tras decir eso se marchó a su hogar, dejando a la pareja sola. -¿O-Os conocíais? -Dijo Inaradth en un hilo de voz, aun sin creerselo. -Sí, es un viejo amigo de mi padre, una larga historia. -Tras el encontronazo siguieron con el paseo, acompañado con un narración por parte de Ralien sobre cómo se conocieron su padre y él. Los años pasaron, Inaradth y Ralien acabaron siendo inseparables, hasta que sucedió lo que todo el mundo esperaba. -Ina, eres el sol que ilumina mis mañanas, la Luz que me guía en mis días más oscuros, la voz de mi pensamiento... ¿Me harías el favor de convertirme en el elfo más feliz de Azeroth? -Dijo arrodillado con una cajita negruzca abierta, en su interior un anillo dorado con una bonita aguamarina como principal decoración. La elfa se quedó mirando fijamente a Ralien, sin saber cómo actuar, se dedicó a simplemente asentir con la cabeza y luego lanzarse a sus brazos, fundiendo sus labios con los del elfo en un tierno beso. Fueron felices durante muchos años, disfrutando de su tiempo juntos, hasta que llegó el día de la llegada de la plaga. -¡No te dejaré marchar...! -Sollozó la elfa cogiendo en brazos a su amado, ignorando el dolor que sufría por la perdida de su ojo, había logrado arrastrar al malherido a un lugar escondido de la ciudad, tras decir eso se abrazó a él, Ralien acarició el rostro de su amada. -No... Debes vivir... Por mí... P-Por favor... Sé feliz... -Agotó su ultimo aliento en un tierno beso, Inaradth incapaz de aceptarlo, usó todas sus energías para canalizar la Luz y sanarlo, en vano. Consiguió escapar de la ciudad y tratarse el ojo, pero desde ese día todo cambió, dejó de lado la Luz y cambió su forma de ser completamente, sin dejar mostrar sus sentimientos o llegando a apreciar realmente a alguien por miedo a perderlo. Se mudó a Quel'danil dónde pasó sus días trabajando de sastre y tratando a los heridos. Recientemente ha vuelto a creer en la Luz por sus repentinos sueños en los que aparece su amado, rogándole que siga adelante. Editado February 8, 2019 por Dorito 2 Quote Compartir este post Enlace al mensaje
Dorito 417 Denunciar mensaje Publicado January 27, 2019 RELACIONES 50+ Buena amistad 40+ Amistad 30+ Gran confianza 20+ Confianza 10+ Agrado 0: Conocido -10: Desagrado -20: Leve enemistad -30:Enemistad -40: Odio 1 Quote Compartir este post Enlace al mensaje
