Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
SpetznazsGandalf

Lucien la Touche

Recommended Posts

Nombre del Personaje
Lucien la Touche

Raza
Humano

Sexo
Hombre

Edad
28

Altura
1'81 metros

Peso
63 kilogramos

Lugar de Nacimiento
Arrabales de Gilneas

Ocupación
Superviviente, Mierdero, Ladrón

Descripción Física

 

practice_by_alikasapoglu-d6pfqwk.jpg

 

De greñuda y negra cabellera coronada por un hediondo además de agujereado sombrero de desgastado color ocre, adornado con una mugrienta pluma de garza. Sus verdes ojos de profunda y fría mirada son la parte más llamativa del blanquecino aunque sucio rostro de Lucien. Posee una angosta nariz y es un hombre de marcadas facciones, dueño de un afilado bigote y una frondosa perilla de tonalidades más oscuras que la melena. Actualmente luce una complexión huesuda y llena de contusiones, fruto de las constantes peleas a puño desnudo en las que suele verse implicado por la falta de suministros. Sus manos y nudillos están cubiertas de cayos, las uñas llenas de inmundicia. Viste un descolorido y sucio guardapolvo de cuero, le falta la mitad de una de las mangas junto a todos los botones, además tiene varios agujeros en la zona del torso, alrededor de estos hay manchas de sangre seca, así que se podría deducir con facilidad que se lo ha robado a un cadáver. Debajo del guardapolvo lleva una haraposa camisa de tela marrón, parece tener muchos viajes encima. De su cuello pende un cuchillo con mango de carnero envainado en una funda de piel de vaca, está bien aferrado a Lucien gracias a una tira de tela anudada alrededor de la vaina, normalmente suele cubrir el arma con sus ropajes para ahorrarse malentendidos innecesarios con los diversos pandilleros y guardias que deambulan por las barriadas del gueto. Porta unos deshilachados pantalones que dejan al descubierto la peluda rodilla derecha del propietario, sujetos a la cintura de Lucien gracias a un cinturón de un color marrón demacrado, del cual cuelgan dos saquillos, uno de ellos al caminar hace un repiqueteo metálico para nada parecido al de una bolsa repleta de monedas. En la parte trasera del cinto esconde una honda, camuflada por la chaqueta. Calza unas botas de caña alta, las cuales sorprendentemente están intactas. Colgando de su cinturón mediante cordeles amarrados a él se haya un amuleto de madera negra con el símbolo de la Luz. De su espalda cuelga un manto antaño azabache, ahora de descolorido gris oscuro, tiene un agujero en uno de los extremos y se sujeta al portador gracias a un broche de metal oxidado. Presenta un extraño tatuaje en su mano derecha, ocupando prácticamente todo lo perteneciente a ella. Se ha hecho con dos nuevas pertenencias, unos guantes de gruesa tela marrón a los que les falta la parte que cubre el dedo izquierdo de la mano derecha, también una bufanda manchada y con un nauseabundo olor a humedad.

 

fccbc628c384cea1114da93e4b585c25.jpg

 

 

d87a66da941fb16057e8150c3e0f2b1d--fantas

 

 

En forma de licántropo Lucien se convierte en una musculosa y aterradora bestia de aproximadamente unos dos metros. Sus ojos se vuelven de un azul claro y su melena pasa a ser una desaliñada capa de pelo. El elegante y pulcro bigote que lucía con cierto orgullo se transforma en una fea pelambrera alrededor del cuello y mandibula del Marcado. Los dientes se cambian por puntiagudos colmillos, sus uñas por afiladas garras y el cuerpo adquiere una complexión canina, con una tremenda chepa al caminar haciendo uso de las dos patas traseras. Sus extremidades al igual que el torso se cubren de un espeso pelaje y la mayoría de sus maltrechas ropas terminarán cediendo ante la nueva complexión del maldito, eso junto los rasgos ya nombrados terminan otorgándole un aspecto simplemente estremecedor.

Descripción Psíquica

De férrea voluntad y tozudez digna de enanos, Lucien es un hombre de pensamiento optimista pese al duro ritmo de vida que le ha caracterizado desde practicamente el día en el que nació. Una de sus señas de identidad son los inesperados e impropios destellos cómicos que deja escapar en las situaciones de mayor estrés o extremo riesgo. Presenta una audacia y un temple sorprendente para ser un criminal de poca monta. Como buen gilneano es orgulloso, cosa que suele meterle en problemas de forma casi constante. Tiene una percepción del mundo diferente a la del resto, probablemente haya sido causa de la lamentable educación que le impartieron durante su adolescencia, destacan frases como "Tuyo es si eres el último que lo roba" o "No hay crimen sin testigos". También es propia de él una mentalidad pragmática, sumándole a eso su gris moralidad, hacen que los métodos para llegar a un fin le suelan importar poco. No tiene pelos en la lengua y es bastante brusco a la hora de expresar sus pensamientos, tiene un vocabulario más bien reducido y con mucha mala pronunciación, esto podría ayudar a deducir que ha vivido rodeado de gente sin formación.

Ficha Rápida
No (1000 palabras mínimo)

Historia

Todo empieza con el casamiento de Delion la Touche y Mary Anne Johnson, dos jóvenes gilneanos enamorados de ascendencia humilde que soñaban con montar un prospero negocio de compraventa en la capital, y eso intentaron, pero con su presupuesto no les alcanzó para más que una desvencijada casa en los arrabales de aquella ciudad. Tenía dos goteras en el techo además de un fétido olor a humedad, eso sumado a que estaba junto a los establos y la peste a mierda de caballo era insoportable les hizo plantearse si volver a aquella norteña aldea de la cual eran natales. El optimismo y la capacidad de persuasión de Delion consiguieron mellar la barrera de negación de Mary Anne, logrando que aceptara vivir en ese pútrido agujero

Aquella noche, en el desgastado camastro que venía junto con su casa engendraron al protagonista de esta historia.

Nueve meses después nacería con la ayuda de una comadrona y en unas condiciones sanitarias pésimas, madre y niño sobrevivieron a aquel parto para la alegría de los presentes. A la semana siguiente toda la familia de ambos progenitores acudiría a la pobre casa de los Touche para festejar el nacimiento de la criatura. Se alzaron jarra, botella y copa; todas estas cargadas con un vino de lamentable calidad al que su paladar ya estaba acostumbrado después de décadas de consumo. Tres patos a la cerveza con una ración de patatas fueron cocinados para saciar el hambre de los presentes. Como en todas las reuniones de familia, hubo botellazos, improperios y falsas maldiciones de por medio. Todos esos malentendidos culminaron en una trepidante pelea a puño desnudo, Leo Johnson y Fernando la Touche se dieron una cuantiosa dosis de jarabe de palo mientras la familia formaba un corro alrededor de estos, animando a unos y a otros o aprovechando el jaleo para darse un buen filete sin que nadie se enterara, la endogamia estaba mal vista hasta por esa panda de bárbaros que se hacía llamar familia. Terminada la contienda, ambos con leves brechas y narices sangrantes se dieron la mano como caballeros y siguieron empinando el codo, acabando a las pocas horas con el suministro de vino comprado por los Touche.

A la mañana siguiente tomaron un desayuno frugal, consistía en las sobras y todo lo que había caído al suelo juntado en el mismo cuenco de cerámica y mezclado con agua del abrevadero, después se repartió en diferentes raciones. Hubo un pequeño susto durante aquel desayuno, Jackie la Touche, el tonto del pueblo, casi se asfixia al tragar una de las plumas del pato. Tras acabar con su deprimente desayuno se acicalaron lo máximo que pudieron y marcharon en procesión a la Iglesia más cercana, donde Lucien sería bautizado. La aterradora imagen de treintaicinco catetos mal vestidos, de complexión fornida y rostro agrío al principio intimidó al padre Pablo del Río Silvestre, pero Delion, el más simpáticon de todos y el único que ofrecía unas pintas decentes se abrió paso entre sus familiares y habló en representación de todos. Al ver que solo querían bautizar al crío y no saquear la capilla, Pablo les atendió de buena gana. La ceremonia se llevó a cabo al mediodía, todos tomaron asiento a excepción de padres y padrinos, los cuales se quedaron cerca del párroco. Alguno de los hermanos de Mary Anne llevaba unas cuantas copas de más, probablemente había hecho un viaje a la cantina conocida como Las Tetas de Karen, un nombre cuanto menos peculiar. Al sacar a Lucien del agua bendita, todos a excepción del padre se santificaron con una coordinación sorprendente, parecía una maniobra con horas de ensayo detrás.

 

Acordaron hacer una visita a la ciudad todos en manada, se dirigieron a la panadería y compraron una barra de pan por cabeza, después de eso fueron a la quesería y ordenaron llenar todas las barras de queso fresco, cada uno pagó su bocadillo. Hecho eso fueron a la ciudad con abrigos puestos y sus particulares muecas agrias, acompañados por un amigo de la infancia de Delion que se había asentado allí buscando una vida mejor, recorrieron las calles visitando monumentos, iglesias y palacetes hasta el caer de la noche, cuando todos decidieron volver a la casa de los Touche.

 

La despedida a la mañana siguiente fue dolorosa para todos menos para los Touche, el pensar que no volverían a invadir su casa hasta dentro de años...o incluso décadas les reconfortaba, esa visita por parte de sus familiares les había costado un ojo de la cara.

 

Pasaron meses, años, la familia prosperaba y el negocio de su padre no iba del todo mal teniendo en cuenta que eran tiempos de guerra, se había mantenido al margen en la Guerra Civil, no levantó las armas, pero en su casa era bien sabido que estaba en contra del Muro y era un partidario de Crowley. Delion regentaba un local en el arrabal desde hacía una década, compraventa  y empeños de todo tipo de cachivaches y joyería de dudosa procedencia, pero al vivir en un arrabal no se podría esperar menos. Lucien pasaba los días como un niño más, hizo un grupo de amigos en aquel lugar de mala muerte, consumían las tardes sumergiéndose en el bosque, hasta montaron un pequeño fortín con tablones y clavos robados al carpintero Jesús. Aquella improvisada guarida fue destruida una tarde de ventolera y allí se quedó, desmantelada, además de ser unos gamberros eran unos vagos.

Su infancia fue del todo normal hasta que cumplió los doce años, volvía una tarde de jugar con sus amigos. Una fina cortina de lluvia caía aquella tarde estival, sus ropas estaban embarradas al igual que parte de su cabello, con su típica sonrisilla pícara se acercó a la casa donde le esperarían para cenar, entró a la casa y al no ver a nadie se extrañó bastante. Alcanzó a divisar una nota en la mesa del salón/comedor, decía así "Lucien, tu madre y yo nos hemos ido a la ciudad, tienes lo que ha sobrado del potaje de hoy en la despensa cubierto con un trapo. Antes de irte a dormir pon el pestillo y atranca la puerta con una silla, como te enseñé, si eso no funciona el trabuco está debajo de nuestra cama, te quiero zagal-Papá." Al leer la carta cogió el plato de frío potaje y tiró el trapo por ahí, sin saber muy bien donde acabaría, empezó a comer con un ansia voraz. Tras terminar el plato lo dejó encima de la mesa pasto de las moscas y se dirigió a la puerta para después poner el pestillo y atrancar la manibela con una silla, tras eso fue a la habitación de sus padres con andares lentos y pesados, había sido una tarde movidita. Al subir las escaleras pasó una rápida mirada por la pared, observando unos cuadros que conocía muy bien, dos eran retrados de sus padres y otros 3 frutas dibujadas con una habilidad impresionante pero...¿Quién compraría un puñetero lienzo con frutas dibujadas? Que mal gusto tenían sus padres, pensó el chiquillo. Cuando llegó a la habitación se dejó caer al suelo y estiró el brazo, palpando la fría tarima a ciegas hasta que dio con algo metálico, plegó su brazo y se fue con el trabuco a la habitación, se sacó la ropa quedándose en unos calzones de color marrón desgastado y se fue a dormir.

 

Aquella noche había un tremendo escándalo que no dejaba dormir a Lucien, gritos y protestas contra Cringris por el muro. El muchacho no entendía demasiado de política, pero estaba enterado de ese muro, normal que la gente se hubiera unido para quejarse, y probablemente sus padres estuvieran allí. Intentó conciliar el sueño y lo consiguió de milagro, pero al rato le despertó el ruido de los arcabuces y los gritos de desesperación, se escuchaban también los llantos de los niños confusos por aquel estruendo, los protestantes se batían en desbandada, o eso parecía. Se pegó a la ventana y pudo ver a varios de sus vecinos entrar a las casas, con sus ropas manchadas de sangre, incluso alguno herido de gravedad. Se les veía el miedo en los ojos, Lucien se aventuró a intentar captar la atención de una de sus vecinas "¿Y mis padres, sábeis algo de ellos?" preguntó el muchacho, aquella mujer le miró con lástima, compadeciéndose probablemente, al ver esa mirada el muchacho se petrificó, era incapaz de hablar y en su cabeza solo veía la imagen de sus padres con más agujeros que una esponja marina. Solo la posibilidad de que sus padres hubieran muerto le hizo llorar desconsolado, pero era incapaz de moverse de aquella ventana, esperaba verlos correr algo atrasados, quizá malheridos...pero que volvieran, pese a no ser creyente en ese momento rezaba a la Luz para que volvieran, pero no lo hicieron.

 

Lucien tardó un par de semanas en acabar con los pocos ahorros que tenían sus padres, acabó en la calle y recurriendo a la limosna como única manera de ganarse la vida, pero cada vez el conflicto se hacía mayor y la gente se empobrecía, convirtiéndolo en un método para nada efectivo. Al año de quedarse bajo un puente empezó a practicar el carterismo y el atraco a mano armada, poco a poco se fue labrando un nombre en los bajos fondos. Hizo de su guarida un cruce entre los tejados de dos casas, allí puso una escalera de mano mediante diferentes tablas y subió un colchón con la ayuda de otros maleantes que fueron sus asociados temporales. Un pequeño tejado fabricado con restos de la proa de un bote le protegía de las inclemencias del tiempo. En esas épocas hizo una amistad, un compañero de pillaje y el chico que le metió en negocios turbios por culpa de los cuales su vida peligraría más de una vez. Aquel muchacho era conocido como "El Buitre", se dedicaba a hurgar en los lugares más peligrosos de la ciudad y saquear cadáveres, tumbas y casas abandonadas, además de vender información a gente de dudosa moralidad. Ese muchacho convertía en beneficios la espiral de criminalidad que había en los arrabales y otros barrios con alta criminalidad.

Una mañana como otra cualquiera, Lucien caminaba junto con buitre buscando posibles presas o aliados. Había un joven subido encima de una caja en el centro del mercado, con un abanico de periódicos bajo el brazo "¡Última hora, última hora! ¡Lordaeron, capital por facto del imperio humano ha sucumbido ante las fuerzas de muertos vivientes! ¡Última hora caballeros, cinco monedas de cobre por periódico!" chillaba aquel chiquillo.

Pasaron los años, Buitre y Lucien cada vez ascendían a un ritmo más veloz en el escalafón de la delincuencia, extorsión, tráfico de armas y palizas a sueldo, incluso algún asesinato. Este dúo de criminales harían lo que les mandaran por una cantidad de monedas aceptable, y les iba bien. Recientemente habían adquirido una modesta casa frente al mercado la cual usaban como almacen y las veces de zulo para encerrar a sus rehenes, tenían confianza ciega el uno en el otro. Era el cumpleaños de Lucien y este se encontraba celebrandolo en su antiguo refugio, Buitre había salido a reunirse con uno de sus particulares socios...Fue entonces cuando se escuchó un grito "¡Por Gilneas!" después de eso hubo unos cinco segundos de calma, hasta que empezaron a sonar los aceros...la gente del pueblo acompañada de unos hombres, probablemente los rebeldes bajo el mando del señor Crowley, estaban aniquilando a la guardia, ¿Qué pretendían? Lucien movido por la curiosidad les siguió desde las alturas, moviéndose por los tejados con una felina agilidad adquirida durante estos dos últimos años operando como ladrón. Pasaron dos días y una noche, Lucien había saqueado un par de casas en busca de víveres pero sin alejarse demasiado del conflicto. Más fue en vano, terminaron depositando las armas, algunos más fieles a la causa plantaron cara a los soldados, otros se batían en desbandada...otros que no serían más que campesinos armados, embelesados por los ideales de la rebelión se escondían donde podían, aunque pocos habían sobrevivido a los dos intensos días de combate. Al ver la bravura de esas personas empezó a reflexionar...ellos tenían un ideal al que se aferraban, sin embargo él no, solo era un parásito que vivía del esfuerzo de los demás, un ladrón...una rata. Decidió cortarse el pelo, comprar ropa decente y mudarse a las afueras de la ciudad, el arrabal donde se crió.

Estaba irreconocible, y eso le favorecía, Buitre era la persona más rencorosa y vengativa que había conocido y conocerá jamás, era un detalle a tener en cuenta, probablemente ya estaría moviendo sus hilos para encontrarle, pero no se lo pondría fácil. A la mañana siguiente fue al armero y se hizo con un par de dagas, no tenía ni puñetera idea de manejarlas...pero con un poco de práctica todas las tardes fue aprendiendo. Se ganaba la vida actuando como traficante de información y atracador, tenía a dos huérfanos a los que alimentaba a cambio de todo tipo de datos sobre el sector criminal, ese amasijo de rumores era vendido a un mafioso que intentaba adquirir algo de relevancia en el sector, Martín Ivanov, traficante de psicotrópicos, drogas y objetos robados de toda índole, contaba con una pandilla de 10 matones fornidos a los que tenía bien encandilados, Martín siempre sabía que tecla tocar, por lo que resultaba un hombre convincente y carismático. Conforme fue estrechando lazos con el señor Ivanov, este le hizo un regalo por su vigésimo primer cumpleaños. Un maestro de esgrima especializado en el uso de las dagas, este hombre era un pirata retirado que se había trasladado a Gilneas dos décadas atrás, buscando eludir a las autoridades sureñas, jamás rebeló su nombre real. Les dió un alias a Ivanov y Lucien, "O' Corvo". Pese a ser una persona que prefería mantener una cortina de humo para cubrir sus detalles personales si que contó alguna vez ciertas anécdotas, cabe destacar que llevaba unas cuantas jarras de más encima. Martes y jueves al caer el sol O'Corvo acudía a la casa de Lucien y O'Corvo practicaban el arte de la esgrima hasta que era noche cernida, entablaron cierta amistad y al acabar las clases solían irse a beber al probablemente peor tugurio de toda la capital, Las Tetas de Karen. El posadero era un hombre obeso y con una barba pelirroja, tuerto de un ojo y con una pata de palo, los clientes habituales le habían apodado "Cejohierro" y se rumoreaba que había matado a siete salteadores haciendo uso de una vara de madera...pero eran simples habladurías de taberna. La tarima siempre estaba cubierta de serrín por los constantes vómitos y sucedían con frecuencia botellazos, golpes a puño desnudo e incluso alguna puñalada, ahora que el rey había dado la orden de que todo el mundo pudiera portar consigo armas...todavía tenía más peligro esa cantina. Al terminar la segunda cerveza el misterioso espadachín se marchó diciendo que tenía que reunirse con unos socios, Lucien depositó las monedas pertinentes en la barra al terminarse su bebida y puso rumbo a su casucha, no era mejor que la de sus padres...pero no había estúpidas pinturas de flores por las paredes.

 

A la mañana siguiente recibió una misiva, se fijó en el sello, una M en cera negra...era la estampa del señor Ivanov. La abrió y sacó una nota con hermosa caligrafía sobre un papel de buena calidad, la nota decía "Búscame en Las Tetas de Karen esta noche, la mesa de la esquina. Por fin te he encontrado trabajo". Las gentes cada vez se mostraban más desconfiadas y amargas...todas temiendo por su vida, las historias que traían los valerosos cazadores huargen hacían estremecerse hasta al más aguerrido y experimentado mercenario, y eso de que el cielo se cubriera de humo por las constantes piras solo significaba una cosa, que les triplicaban en número actualmente. La llegada de una cura, aunque sea temporal, había conseguido aflojar levemente las cuerdas que tensaban de forma constante el ambiente. Y cuando la cabeza de la Iglesia decretó que los huargens eran hijos de la Luz y que debían permanecer vivos, la controversia hizo perder el control a la gente...y entonces, en Las Tetas de Karen volaban más jarras, botellas y puños que de costumbre, incluso hubo un asesinato...fue la primera vez en décadas que la guardia acudió a aquel arrabal, la víctima fue Joey Simmons, el hijo del molinero, el asesino fue Nicolas Simmons, el cual ya estaba cabreado porque Joey se llevó a la chica que Nicolas estaba cortejando a retozar con él en el pajar.

Lucien pasó aquel día entrenando sus recién adquiridas habilidades, O'Corvo era un gran maestro y un hombre cuanto menos interesante...con muchos años entrechocando aceros a sus espaldas, al caer la noche fue a la taberna. El señor Ivanov estaba donde dijo, con dos de sus fornidos secuaces en el umbral de la taberna, uno a cada lado de la puerta, vigilando con ojo avizor y una de sus manos en las rudimentarias porras que llevaban encima. Lucien al ver a los secuaces rió entre dientes y se acercó a la alejada mesa. Como siempre el suelo estaba cubierto de serrín y en algunas partes había cristales rotos, se percató de que faltaba el pico de una mesa, pero no le hizo demasiado caso. Se sentó y miró a Ivanov, este pronunció "Lucien, serás parte de una de las cacerías de huargens para probar tus habilidades...si sales vivo y sin la marca, te convertirás en mi mano derecha, adquirirás una posición relevante en mi recién creada organización, la cual de momento va viento en popa como sabrás" Lucien no pudo hacer otra cosa que aceptar, confiando sobremanera en sus nuevas aptitudes.

Pasó una semana tranquila, preparándose para formar parte de aquella panda de granujas desalmados...dedicados a la caza de antaño seres humanos, ahora no más que bestias sin capacidad de razonamiento, invirtió la mitad de sus ahorros en una armadura de cuero resistente, que le confiriera algo de protección ante las mordidas y arañazos de los licántropos pero que tampoco le restara movilidad. Practicó con aquella armadura...no era lo mismo que al vestir ropas normales, pero sería más fácil de llevar que una cota de malla, y más barato además.

Fue una mañana de lunes cuando partió aquella expedición de la que Lucien era parte, al principio a un ritmo acelerado. Tardaron un par de días en encontrar el rastro de aquellas bestias, los cazadores más veteranos dijeron que no serían más de siete...pero que probablemente acabarían con la mitad de nosotros, cosa que desanimó a la mitad de los novatos, la otra mitad no esperaba volver de este viaje por lo que contaban cuando paraban a descansar. Era de noche y todos descansaban alrededor de una hoguera cuando el vigía empezó a despertar a todos a voces, juró haber visto una mirada brillante entre la maleza...además de escuchar un poderoso gruñido, los veteranos apostaron a que se había cagado en los pantalones...y cuando se giró, efectivamente, se había cagado en los pantalones. Lucien perdió una moneda de bronce, pero no la sonrisa, eso jamás. El jefe de aquella panda de bribones, el más curtido, superviviente de unas cuantas cacerías cogió una antorcha y se acercó a aquel arbusto, había huellas de huargen. Dio la orden de desenfundar arcabuces y ponerse espalda con espalda, resonaron aullidos en las profundidades del bosque y el alfa salió a pelear el primero, una bestia de pelaje negro y aproximadamente dos metros y treinta centímetros, falto de un ojo y con cicatrices por todo el torso...ese también había sobrevivido a unas cuantas cacerías, al salir ese otros seis salieron de la espesura del bosque, rodeando al grupo de quince mercenarios de baja calidad. Dispararon sus armas y milagrosamente abatieron a tres, el cabecilla mercenario le saltó el ojo restante al huargen alfa, este se retiró asustadizo, los demás lupinos cargaron contra la formación, uno se lanzó directamente hacia Lucien y le placó, el muchacho esquivó un mordisco dirigido a su brazo sin saber como, recibió un roce del colmillo de la bestia y acto seguido desenvainó una de sus dagas, hundiéndosela a la bestia en la yugular. Mientras el muchacho había estado forcejeando con la bestia, los mercenarios se unieron para acabar con el resto, solo sobrevivieron ocho personas a aquella masacre, y dos de ellas habían sido infectadas...Lucien estaba en aquel saco.

 

Pasaron la noche allí y emprendieron rumbo a la Capital, durante el camino la herida de Lucien se fue infectando y cubriendo de un color negro, con pus borboteando de forma constante, eso hasta que perdió la sensibilidad en esa extremidad. Al llegar a la Capital sus compañeros le desearon buena suerte en las barriadas enmuralladas, primero llevaron a Lucien a un pueblo cercano, destrozado por las hordas de huargens, allí le encadenaron con fuerza a una viga de piedra, los días fueron pasando y alimentaban al infectado con cierta dificultad. Una espesa capa de pelo empezaba a crecer alrededor de la zona mordida y sufría incontrolabes ataques de ira de forma constante, con combulsiones frecuentes. Un día después entró en una catatonia febril de la que no se despertaría, hasta que terminó rasgando sus ropas, encorvándose y sustituyendo manos y pies por unas caninas y peludas patas con unas garras afiladas. Su rostro había tomado una forma similar al de los lobos, al ver eso le sujetaron entre seis de los voluntarios que atendían a los infectados mientras un alquimista le daba la dósis de brebaje, al tragarlo empezó a calmarse y a recuperar la consciencia.


Fue trasladado al gueto de la capital, donde ha sobrevivido hasta el día de hoy rapiñando los suministros, saqueando cadáveres, vendiendo mierda a modo de combustible y alguna que otra vez traficando con cierta información. Recientemente ha tenido que recurrir al canibalismo para sobrevivir, cosa que le ha marcado bastante.

Editado por SpetznazsGandalf
  • Like 1

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...