Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Prototaip

[Historia] Avilane

Recommended Posts

kvTpq4N.png

re6PEsN.jpg

Nombre del Personaje   Avilane  Peso 110 kilogramos
Raza Draenei  Lugar de Nacimiento  Draenor/Shattrath
Sexo Mujer Ocupación

 Curandera Errante 

Edad 940 años Creencias Los Naaru
Altura  2,20 metros  Alineamiento Legal Bueno

 

Historia completa

 

Descripción Física

Avilane es una draenei con un físico y un rostro joven, aún así notándose adulto, siendo el primero entrenado pero sin borrar su femenina figura, por el momento. Formándose desde que era una adolescente a llevar armadura pesada, esta es su mejor amiga, pero por ello su físico se ha adaptado visualmente al entrenamiento, notándose un poco musculoso, pero como ya ha sido dicho, sin borrar su figura femenina, y de nuevo, por el momento. Mide dos metros con diez centímetros, siendo un poco más alta a la media.

De piel, ojos y pelo del mismo color, siendo estos de color blanco, notando una mirada tranquila, normalmente acompañada de una sonrisa que la caracteriza en todo momento, incluso en los momentos más duros, pensando que eso puede ser un pequeño empujón para que cualquier problema se solucione.

Su pelo es largo, cuidado lo que más puede, acompañado de una cinta que le ayuda a aguantarlo.

Nunca lleva ningún tipo de maquillaje o algo para ocultar/resaltar facciones faciales.

Lleva un collar con una piedra preciosa de color morado, pequeña, junto anillos en la cola, sin llevar pendientes.

Sus ropas casuales suelen enseñar partes de su cuerpo como abdomen, brazos e incluso piernas, imitando las ropas que llevaba su madre. Su armadura es una cota reforzada de diseño draenei, acompañada por un escudo grande y una espada, todo regalo de su padre antes de la caída de Draenor.

Descripción Psíquica

Avilane es una draenei cuya personalidad suele ser tranquila y amigable con toda raza de la alianza, con una mezcla de curiosidad e interés. Algo que podría definir su mentalidad es que quizás es demasiado protectora con todo el mundo, da igual si eres alguien que es la primera vez en su vida que ve, si estás en peligro, seguro que se pondrá por delante.

Le interesa aprender de este "Nuevo mundo" conocido como Azeroth, poco a poco y con mucha calma, queriendo conocer las diferentes razas que lo componen, aunque para su desgracia no todas están disponibles para su "estudio", la horda es la excepción. Ninguna raza de la horda es de su agrado, siente un odio bastante profundo por los orcos por lo que le hicieron a su pueblo en Draenor y a sus aliados por simplemente tener la valentía de trabajar con ellos.

Siendo algo obvio, también odia a los demonios/brujería, queriendo con todas sus ganas la desaparición de esta mal en todo lugar conocido y por conocer, notando rabia al notar estas energías profanas cerca de su persona o de un aliado.

Intentará por todos los medios que nadie salga herido si van con ella en el grupo, siendo la muralla entre ellos y los enemigos.


 

Historia

Spoiler


"Protege a tus seres queridos, Avilane, sé su luz de esperanza en este universo con oscuridad. Pero no seas inepta, hasta la más bella sonrisa puede esconder un propósito de lo más oscuro, así que por favor, confío en tu criterio."

Archenon poros, madre, la sonrisa de aquel día nunca será olvidada.

 

Avilane nació en Draenor, un siglo después de que los draeneis se asentasen en el planeta, siendo criada por su padre Reemdar y su madre, de nombre Nilae. Ambos pertenecientes a la Mano de Argus, siendo el padre un combatiente con escudo y espada, y su madre una sacerdotisa, no poseían un puesto elevado en esta organización, pero desde joven, Avilane "competía" con su hermano mayor para ver quien podría llegar a ser antes miembro de la Mano de Argus, pero por edad obviamente su hermano mayor llegaría antes a ser un miembro de esta.

Avilane tenia decidido que quería llegar a ser una sacerdotisa como su madre, viendo que podía sanar hasta la más grave de las heridas, o eso pensaba ella, recibiendo la gratitud de los cuales eran sanados, y esa sensación de ver a su madre recibir tales elogios y palabras gratificantes... le hizo sentir bien a Avilane. Por otra parte, el estilo de combate de su padre también le agradaba, viendo que podía evitar que sus aliados recibiesen daño y así que pudiesen seguir peleando con más fuerzas, a lo que escoger no fue nunca lo suyo.

Decidió combinar ambos estilos en uno propio, sabiendo que no podría especializarse en ninguno realmente, pero que para ella, podría ser algo incluso más efectivo que por separado, pudiendo cubrir y sanar en combate a los que creyese necesario. Desde ese día, tuvo claro que quería ayudar a su pueblo de cualquier forma, y la mejor forma que había a su edad era aprendiendo a hacer ungüentos para poder tratar a los heridos y a los enfermos, colaborando sobretodo con su madre, mientras que su padre al escuchar sobre el interés de su hija sobre su estilo de combate, se echó para atrás en un primer momento, ya que no le gustaba la idea de que su hija estuviese en primera linea, pero si eran sus deseos, además de ver en sus ojos la misma mirada que poseía Nilae, decidida, notándose la herencia de esta, no podía decir que no, a lo que comenzó a entrenar casi cada día en el estilo de combate con espada y escudo, empezando por las armaduras menos pesadas y poco a poco aumentando el peso de esta con los años.

Por otro lado, su madre también sabia el interés de Avilane por la sanación a través de la Luz, a lo que, con una gran sonrisa, no rechisto ni se lo pensó para nada, enseñándole a la par con el entrenamiento de su padre los saberes de los Naaru y la Luz, además de hacer pequeñas clases para mejorar el conocimiento de Avilane sobre la creación de ungüentos, medicinas y sus usos, incluyendo un poco de historia por encima sobre su pueblo y sus tradiciones.

Su hermano, de nombre Derai, siguió un camino distinto al de su padre y su madre, el se centró en el combate con maza de cristal y en el uso ofensivo de la Luz, ya que el deseo del exterminio de la brujería y los demonios por su parte era mucho más volátil que la de Avilane o incluso los padres, queriendo exterminar a todos y a cada uno de ellos con el máximo de dolor posible, sin importar el precio.

En su adolescencia, Avilane ya sabía manejar (más o menos) una armadura de mallas acompañada de escudo mediano y espada, canalizar con esfuerzo ráfagas curativas para sanar las heridas más leves, ya que gracia a la bendición que les otorgaron los Naaru, le resultaba bastante más fácil poder aprender a canalizar energías sagradas.

Cuando ya alcanzó la madurez física, Avilane trataba a los heridos junto a su madre y trabajaba cuidando niños en Shattrath, siendo la ciudad donde habían estado viviendo todos esos años, donde nació Avilane y donde se instalaron sus padres al llegar a Draenor. Fue perdiendo el interés en la Mano de Argus cada año, hasta incluso dejar de pensar en esta, queriendo centrarse en el cuidado de niños y en los heridos... pero eso no duró mucho.

Un dia como cualquier otro, mientras Avilane estaba jugando con los niños, se empezaron a escuchar chillidos en el exterior, gritos de voces gurutales y... choques de espadas. Avilane no sabía que esta pasando, pero en ese momento no tenía su armadura, solamente su espada guardada en un lugar seguro donde los niños no pudiesen encontrarla. Los niños no tuvieron tiempo para esconderse del horror que iba a entrar por esa puerta, un orco con los ojos inyectados en sangre, acompañado con una gran hacha de guerra de dos manos, pasó la vista por el lugar con una violenta sonrisa, a lo que Avilane alzó ambas cejas e intentó parar al orco. Nada más intentar asestar el primer tajo, el orco le dio con el mango del arma a Avilane en el estómago, provocando su caida al suelo de la fuerza inhumana de este, el orco no pretendía ejecutarla, sino algo peor, dejarle en su memoria un recuerdo, o pesadilla mejor dicho, que nunca olvidará.

Aturdida y con pocas fuerzas por el contundente golpe del poderoso orco, observó como el orco degollaba los cuellos de los niños, tiñendo de sangre azul el edificio, recordando por toda su eternidad los gritos de estos. Avilane no podía moverse, estaba congelada, horrorizada por la escena, quería matarle, pero no podía, sentía miedo, mucho miedo. Cuando la masacre del orco finalizó, este se acerco con una demoníaca risa al aturdido cuerpo de Avilane, cogiéndola del cuello de las ropas, gruñendole al rostro para luego empujarla y dejarla bocarriba en el suelo, alzó su hacha para seguidamente dejarla caer para decapitarla, Avilane no se movió, realmente creyó que sería un buen final y que podría parar el sufrimiento psicológico que estaba experimentando por la visión de los niños... pero no fue así.

Al alzar el hacha, el orco cayó al suelo después de escucharse un golpe contundente, el sonido del arma no era orco, era draenei, una maza de cristal. Alzó la vista desde el suelo, era su hermano, el cual ejecutó al orco con mucha rabia acumulada, dando bastante miedo. Derai le entregó a Avilane su armadura, una cota reforzada regalo de su padre acompañada de el escudo grande y espada que recibió el mismo día, tenía que luchar, pero después de lo que vio, no se sentía capaz, miró a los ojos a su hermano, el simplemente movió la cabeza hacia la puerta, decidido a exterminar a todo orco que hubiese por el lugar, pero en cambio, Avilane, después de todo lo que había visto, estaba tan aturdida que olvidó por un momento donde estaba incluso, pero rápidamente se puso la armadura, respirando hondo para adentrarse en un verdadero campo de batalla.

Avilane se centró en proteger a los civiles que no tenían posibilidad de defenderse mientras su hermano se encargaba de exterminar a todo el que veía, Avilane estaba preocupada, no encontraba a sus padres por ningún lado, se temió lo peor. Durante una guardia baja, un orco saltó desde una cornisa hacia abajo e intentó hundir el hacha en el hombro de Avilane, pero... un destello de luz inundó la calle y apareció su padre, el cual había recibido el golpe en su hombro para proteger a su hija, Avilane quería llorar, pero no era el momento ni el lugar, conocía la mirada de su padre, era una mirada de disculpa acompañada de una leve sonrisa la cual se deslizaba sangre azul por el borde, cerrando lentamente los ojos ya que había peleado antes y su estado era deprimente.

Su hermano, imbuido en rabia, comenzó a ser muchísimo más violento que los propios orcos, los cráneos no duraban, las piernas eran destruidas, no... era digno de ver, Avilane sintió miedo de su propio hermano, tuvo que aguantar hasta poder convencerlo de unirse en la retirada, en la cual se encontró con su madre tratando en combate a los heridos, protegiendo a los civiles para que pudiesen subirse a la nave. Fue una dura batalla, pero lo fue aún más cuando descubrieron el uso de brujería por parte de los orcos, comenzando a lanzar bolas de fuego viles a la infantería draenei. Nilae invocó una barrera de luz sagrada para proteger a los últimos civiles de la ciudad, pero... no pudo proteger a si misma. Miró de reojo a Avilane y le comentó unas palabras que nunca olvidará por nada del mundo, sonriendo para luego emitir una descarga de luz y comenzar a combatir con los últimos resistentes de la ciudad de Shattrath. Avilane... no vio morir a su madre, su hermano no le dejó ver, además el sentimiento que ella estaba experimentando, era un rango tan elevado de tristeza que dudaba si podría salir de esa sensación algún día, mes, o año.

Pero lo peor aún estaba por llegar, la nave fue modificada por los sin'doreis y no podía trazar una ruta de vuelo estable, a lo que tuvo que aterrizar como pudiese en el planeta más próximo, siendo este Azeroth, bautizado como su nuevo hogar forzoso, el cual no considera de momento un "hogar", pero es lo mejor que puede tener. Su hermano le ayudó en al recuperación y ahora Avilane se ha prometido a si misma seguir los pasos de sus padres respecto a ayudar al prójimo, volviendo su deseo de entrar en la Mano de Argus para poder hacer de este planeta un hogar para siempre, sin tener que volver a recurrir al exilio de nuevo.

 

 

Editado por Prototaip

Compartir este post


Enlace al mensaje

the_naaru_tattoo_project_by_jukii-d3rhy8

Diario personal de viaje y pensamientos de Avilane

Capítulo 1: "Un nuevo mundo"

Escribir en un diario parece algo relajante para mi, poder expresarme libremente y mostrandolo sobre un papel, en el cual, podrá ser recordado. Este nuevo mundo es impresionante, aunque dudo que a corto plazo pueda considerarlo un hogar, aunque las diferentes razas que viven en este parecen no estar en contra de nuestra presencia, quizás los hijos de las estrellas por irrumpir en sus bosques, pero en general, podriamos tener aliados fáciles, aunque no deberíamos estrechar manos tan pronto, este mundo es joven, y tiene que ser visto de arriba a bajo.

En unos dias dejaré el Exodar, quizás sea arriesgarme a perder toda la comodidad que me ofrece estar en mi pueblo, pero debo conocer más allá de estas islas y colaborar para que este mundo no acabe como Draenor, no quisiera que se perdieran más vidas, no más, demasiadas ya. El lugar más próximo que sea seguro son los bosques de los hijos de las estrellas, espero poder colaborar ya que parecen tener problemas con los orcos, los cuales no tendré problema en cuanto a combatir se refiere.

Que los Naaru me guien en esta nueva etapa de mi vida.

916227973073416011016.png

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...