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Featherstorm

[Canon Antiguo] Amelia Honeydukes, la peor maga

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Nombre: Amelia Honeydukes

Raza: Humano

Sexo: F

Edad: 17

Nacionalidad: Tirasiana

Ocupación: Desempleada

 

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Descripción física:

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Amelia mide 1,67 y pesa alrededor de 60 kilos.No es particularmente fuerte, pero tiende ser algo mas rápida. De cabello ondulado, largo y rojizo que cae hacia atrás, suele apartarlo de su cara con una cinta; la mayor parte del tiempo, se encuentra despeinado. Sus ojos verdes están enmarcados por un sinfín de pecas. De labios pequeños y rosados, sobre un mentón fino.

Es delgada y de escaso pecho a pesar de tener ya 17 años. No posee un muy buen estado físico, dada su vida un tanto sedentaria. Siempre viste un vestido negro, con botas picudas a juego, capa, un cinturón un morral y un sombrero.

 

 

Descripción psíquica:

Spoiler

Amelia es una joven curiosa, sincera y algo vaga. Si algo la tiene lo suficientemente enganchada puede ignorar todo;ya sea un buen libro, una receta nueva, un pasatiempo recien descubierto o lo que sea. Sino, probablemente la encuentres durmiendo hasta pasado el mediodía y no tendrá reparos en decirlo

Muchas veces peca de poco paciente, cosa que le trae problemas, en especial si las cosas no salen como quisiera. Pone el 100% de ella en cada cosa que hace por lo que el fallar la frustra mucho. Por esto tambien, a veces parece obstinada.

Aunque no es de las personas mas sensibles, una vez comienza a conocer a la gente es capaz de ser considerada y atenta, aunque cueste.

De andar seguro y confiado, para intentar parecer lo mas optimista posible, la verdad es que es muy factible que caiga en la desesperacion si hay peligro. Aunque eso puede resultar mas bien provechoso.

Su apariencia muchas veces descuidada,deja mucho que desear. Probablemente la veras despeinada, con la camisa mal abotonada, los zapatos sucios y la falda mal acomodada. No tiene problema en ensuciarse si la situación es meritoria.

 

 

 

HISTORIA

 

Había una vez una jovencita, de cabellos rojos y mirada verde brillante que vivía en una pequeña casita, junto a su madre, a las afueras de una aldea, en el país de Kul'Tiras. Hete aquí que la niña nunca paró de liarla. A pesar de que no era esa su intención (no todo el tiempo al menos). Esta es su historia...

Spoiler

(Amelia a los 10 años)

 

-Nunca fui la mejor hija. Ni la mejor estudiante. Ni la mejor....bueno, dejémoslo en que no soy buena en muchas cosas ¿vale?

 

Negué un par de veces. Suspiré pesadamente y mire a Zozo. Era bueno escuchando, para ser un gato. Cuando le hablaba siempre me miraba a la cara y no se dedicaba a lamerse sus partes como otros gatos tan tontos del vecindario. Maulló, dándome pie a que continúe.

 

-Sin embargo mamá no se rinde. Creo que voy a intentar ser mejor a partir de ahora

 

Un maullido, aprobador, suponía, me animó a ponerme en pie de un salto, fuera de mi cama.

 

 

 

Mire el afiche que siempre me servía de inspiración. Un enorme dibujo de una maga con las manos llenas de circulos de magia  y runas, flotando ingrávida y hermosa, sobre una ciudad nocturna. Cuantas veces había jugado a posar igual que ella o fingir que era ella. No tenía idea de quien era en realidad la figura de aquel dibujo. Pero la inspiración era indudable.

 

Siempre fue así. Cuando fallaba en algo me frustraba mucho. Pero me obligaba a recapacitar,tras un par de trago de licor de crema, y continuaba. Que rico era el licor, tan dulce…aunque mamá jamás me dejaba tomar mucho. No se porque, si es como caramelo liquido.

 

 

 

El laboratorio de mamá era un desastre. Junté los viales sobrevivientes a mi intento de hacer un caldero de poción de sanacion. Barrí el lugar y trapeé también. Me sentí satisfecha.

 

 

 

(Amelia a los 13 años)

 

-Amelia…Amelia…¡Amelia, Luz Divina! ¿me estás prestando atención?

Me sacudí en mi asiento, sobresaltada

-¡¿Quién se bebió el de fresa?!-grité

Mi madre se dio un sonoro golpe en su frente. Se masajeó las sienes y me miro fijamente.

-Es importante que sepas como cortar la raíz de tierra. A ver. Repíteme ¿Cómo se hace?

-Eeeeh…vale. Solo…lo cortas transversalmente y lo agregas en cubitos…¿verdad?

-Amelia…solo debes usar MEDIA raíz. Asi envenenarás a alguien…mira, mejor dejemeslo asi por ahora. Vamos a dedicarnos mejor a hacer los caramelos para la próxima feria ¿vale, corazón?

-Claro, mami.

 

Siempre me divertía hacer caramelos. Me distraía de otras obligaciones. O de mis falencias también. Y con la feria de la aldea acercándose, había muchos errores que cometer…digo…caramelos que hacer.

 

Mientras rasqueteaba las ollas de mi fallido intento de estofado de carne de murloc con papas, mamá despejaba la mesa de la sala, siempre llena de papeles de recetas y botellas vacías.

 

 

 

(Amelia a los 15 años)

 

-Vamos, mamá. Tienes que dejarme ir. Mira…hace ya meses que te vengo hablando de eso.

-Aun eres muy joven, Amelia.

-¡Ah! ¡Claro! Pero tu estudiaste, te recibiste como maga y conociste el mundo casi a mi edad.

-Tenia más edad que tu. Y no es lo mismo ¡No metas cosas que no vienen a cuento en nuestra discusión!

-Pues entonces me casaré con un marinero. Y me iré con él por el mundo. ¿eso te gustaría, eh, madre?

-Amelia, no digas semejantes barbaridades.

-Pues me ire. Me meteré de polizón en un barco y no me veras jamas.

-Ame..hija. Yo solo no quiero que salgas al mundo sin preparación. Ni siquiera puedes defenderte sola…aun no sabes hacer levitar una pluma.

 

Me sentí atacada porque yo SÍ había estado practicando.

 

-¡Yo puedo hacer levitar una pluma!-grite con toda la fuerza de mis pulmones-Mira…

 

Corrí hacia la mesa donde había un florero

-¡Levitatem flotus ligerus armestus!-y ahí me di cuenta de mi error-….¿flotus no es parte del hechizo, no?

 

Madre me vio horrorizada a medida que la mesa comenzaba a levitar

 

-¡AL SUELO!-se lanzó sobre mi al tiempo que la mesa se elevaba hacia el techo y adquiriendo una velocidad bestial rompía a través del techo y hacia el vasto cielo azul. Diciendo adiós a la casa, a Kul’Tiras y al mundo que había conocido. Era casi majestuoso he de decir.

 

 

 

Actualidad

 

El caldero borboteaba y lanzaba vapores de todo tipo de colores al aire. Desprendiendo un aroma dulzón en el aire. La mujer movía las manos sobre la mezcla musitando por lo bajo. Con cada palabra el líquido brillaba con un tono distinto.

De su cinturón sacó una rama larga, con un veloz movimiento cambio de una rama, a una larga cuchara. Mezclaba pacientemente.

-Ya casi esta lista, ahora solo falta un poco de hojas de....

 

 No terminó la frase cuando un ruido que indicaba que algo se había caído y hecho añicos contra el suelo la sacó de su concentración.

-Vigila la mezcla, Zozo.-dijo al gato negro que observaba todo desde un anaquel lleno de especias.

 

En el comedor de la casa que compartían madre e hija había un regero de un liquido rojo que iba hacia el baño.

-Oh Luz....Amelia...¡¿Amelia, hija donde estas?!-comenzó a preocuparse y echo a correr por el pasillo. Siguiendo el reguero de lo que creía era sangre, abrió la puerta de la habitación de un portazo.

Alli, tirada en el suelo estaba Amelia, roncando profundamente con una botella de licor de fresa, rojo como la sangre, en su mano derecha.

-Amelia por todo lo bueno ¡¿que haces asi?!

La joven pelirroja se despertó de un golpe

 

-Creo que esta vez tu licor artesanal si que esta fuerte. Quería tomar un poco con algo de helado y creo que...uy...

-Creí que te habías lastimado-sentenció firmemente Ressa.

-No, mamá, tranquila¿Por que no tomas un poco conmigo?

-Ahora mismo no puedo. Estoy al final de un importante encargo de pociones para la gripe y no debo descuid...

 

 

 

BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM

Una explosión sacudió la casa. Al correr al salon principal lo unico que vieron fue la estela de humo que el pobre gato chamuscado dejaba al pasar.

-Ay, mami, lo siento no...

 

Pero Ressa ya habia salido corriendo escaleras abajo hacia el laboratorio.

 

 

Mas tarde esa noche, Ressa escribia un pergamino y se lo entregaba a su lechuza mensajera,Plumagris, quien lo llevaría las malas noticias del retraso en el pedido al cliente.

-Lo siento, mamá. Yo no queria...-dijo acercándose a la mesa de la sala, donde se encontraba sentada.

-Creo, Amelia, que es tiempo de que viajes...como tanto querias...

-¿Que? No, mira, si es por el hecho de me bebí el licor puedo hacer mas, no...

-No es eso, Amelia. Creo que es tiempo de que salgas y hagas un bien. Yo aprendí magia en Dalaran y busqué un lugar donde asentarme para hacer un bien a la comunidad. Apoyo a los Tirasianos con mis medicamentos. Y sabes que durante la época de carnaval manejo la tienda de dulces y licores. Tengo todo tipo de formas de ayudar a la comunidad. Creo que es tu momento de buscar tu camino. ¿Es lo que querías, no?

-Si, por supuesto pero no...aun.

-Tienes 17 años. Si esperas mas tiempo te interesaras en algún muchacho, tendrás hijos y te casaras. Y adiós a tus sueños de aprender y viajar. Te estancarás aquí-se quito sus anteojos y se fregó sus ojos

-No estoy lista. Aun...aun no se como hacer ese estofado de carne que tan bien te sale y...y...no se del todo como hacer la poción para el resfriado común.

-Eso no importa, yo tampoco sabia mucho a tu edad-respondió con una sonrisa tierna

-Mamá...

 

 Sabia que tenia razón. Ya antes lo habían hablado el tema y siempre se había negado.

La conversación siguió durante un largo rato. Madre e hija llegaron al acuerdo de que Amelia viajaria por el mundo y se reportaria al menos una vez al mes. Tras un año y un día, debería haber encontrado un lugar donde hacer bien, aprender un oficio o magia y encontrar la forma de ayudar a los demas.

 

 

A la mañana siguiente, con las primeras luces del alba, la muchacha tomó su mochila, algunos de sus libros favoritos y todo lo que podia necesitar para un viaje.

-Zozo te acompañara para que no te metas en problemas-dijo mientras le daba un fuerte abrazo a su hija.

Evito el llorar porque sabia que era lo mejor para ambas

 

 El gato negro como el carbón, caminaba pegado a los pies de su nueva compañera de travesía. Amelia miró atrás a su madre, y a la casa que no vería en un largo tiempo. Agitó su brazo y gritó una última cosa

-¡Te haré sentirte orgullosa de tu hija, mamá!

Ressa sonrió. Se sentía orgullosa de su hija. La vio partir y luego suspiró aliviada. Mientras entraba en la casa que ambas habian compartido por tanto tiempo, se sentó en la mesa, siempre llena de papeles y sacó uno del fondo de la pila

Este rezaba: “Se alquila habitación a muy buen precio. Consultar con Teressa Honeydukes en la Avenida del Campo 111”

 

 

 

 

 

 Tras un largo rato de marcha, vio el puerto.

-Bueno...creo que así empezamos ¿no, Zozo?-contó las monedas- Supongo que alcanzará para viajar a algun lado.

Se sentía sumamente extasiada y nerviosa. El futuro era suyo, podía hacer lo que quisiera. Miedo y excitación la invadieron por partes iguales. ¿O era mareo por la idea de ir en barco? Bueno, al menos se había llevado algunas botellitas de antiacido.

 

Editado por Featherstorm
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La diminuta habitación de Amelia en la Posada Orgullo de León se encontraba bañada por un fino hilo de luz de luna. La pelirroja, tapada hasta la nuca dormitaba plácidamente. Claro, hasta que el primer grito comenzó. La pareja de al lado volvía a tener una pelea.

Adormilada, tanteo el suelo de su habitación y encontró su bastón. Lo acomodó bien entre sus manos, aun sin abrir los ojos y comenzó a golpear la pared

-¡TRATO DE DORMIR MALDITOS INFELICES! ¡LA POSADA NO TIENE QUE CONOCER VUESTRAS MISERIAS!

Tras esto se desplomó en la cama. Los gritos se amortiguaron. Pero el problema ahora es que la joven se encontraba sin un ápice de sueño.

-Maldición...-musitó pegando la cara  a la almohada. 

 

Dado que no iba a dormir, prefirió dedicar su tiempo a algo util. Se sentó frente a la mesa iluminada por la luz de luna y comenzó a escribir

 

Querida Mamá

Las cosas van de maravilla por aquí. Bajé en el puerto de Ventormenta, como había planificado. La verdad la capital

es demasiado para una chica como yo. No me gustaría quedarme en un lugar tan grande y lleno de gente. 

 

Por eso marché a algo un poco mas pequeño, Villadorada. Es realmente más agradable y acogedor. Ademas esta 

dentro del bosque de Elwynn, un lugar fresco y ventoso, como en casa.

 

Conocí al llegar a una chica llamada Lee. Bastante simpática, aunque parecía constantemente estar perdida o 

sumida en sus pensamientos. Estaba acompañada por un chico llamado Gael. Un tipo agradable. Por sus pintas

bueno, por sus pintas y sus armas, supe que era un espadachín. Charlé un poco con ellos y les invité de mi licor

de fresa (si, lo sé, increible, ni yo me lo creo)

 

Luego de eso conseguí una cómoda habitación con una pequeña ventana. Creo, por la cantidad de arañas que suelo 

ver al despertar, que se trata mas bien de un tipo de desván o armario. Al menos estaba algo limpio y no tuve que

barrer demasiado. 

Hay un arcón donde puedo guardar mis cosas bajo llave, una cama, una especie de mesa y un banquito. Y a la hora

de la comida siempre me llega un leve aroma a guisado que me da hambre. Pero por suerte puedo ventilarlo por 

la ventana.

 

Al día siguiente oí que había un tablón de anuncios. Difícil no verlo. Alli mientras leía fijamente un cartel que parecía

estar hecho de piel, me sorprendió Lee por detrás y juro que casi le doy un bastonazo en toda la cara. Más tarde

se nos unieron varias personas mas

 

Zahra, una mujer de piel oscura y magnífico porte quien es parte de las filas de la Iglesia de la Luz. Asmodeo, un 

hombre de gran tamaño y altura...que se tomaba aun mas grandes confianzas. No, no es nada de lo que puedes creer

mamá, simplemente me puso su brazo alrededor mío. Y me decía "amore".

 

También conocí un par de enanos. Muy simpaticos he de decir. Pero esos son un tema aparte, luego te contaré mejor.

                                                                                                                              Besos, Ame

 

Amelia dejo la carta lista para enviar y se recostó otra vez en su cama. Sentía frío. Los primeros indicios de luz despuntaban sobre el bosque cuando se volvió a dormir, roncando profusamente con Zozo, su gato negro, vigilando su sueño.

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Era una tarde muy lluviosa. La pelirroja había tenido que usar su caldero de balde para una diminuta gotera que se había formado en el techo de su habitación.

-¿Ves, Brog?-le indicó señalando con un dedo acusador el caldero casi lleno- Por poco no se me arruina un libro.

El moreno se quedó de brazos cruzados. No ofrecía mucha ayuda. Al final después de un rato de despotricar y alguna amenaza disfrazada de por medio, logró que le descontara un poco a su estadía por esa noche y otro poco a la cena. Se dio por satisfecha.

Tras vaciar el caldero y comprobar que el cuarto estaba en orden se sentó en el escritorio. En el alféizar de la ventana abierta, Zozo, el gato negro miraba la llovizna y la ligera neblina que se dibujaba a lo lejos.

Había tenido su primera aventura desde que puso un pie en el reino y sentía que debía contarselo a su madre. Aun sentía la gran satisfacción de haber podido formular correctamente uno de sus hechizos en un momento de presión.

Querida Mamá.

¿Cómo esta todo por allá? Te extraño mucho por aquí todo está en orden. 

Aquella tarde cuando conocí a Asmodeo, dijo que estaba organizando un grupo para ir a cumplir

uno de los trabajos del tablón. Uno sobre recolección de maíz. 

Aunque estaba cerca de territorio gnoll, una especie de hombres perro bastante belicosos. No tenía

problema. Todos parecían saber luchar o portaban armas. Asmodeo era gigante. Eso era suficiente

seguridad para mi.

 

Quedó acordado ir un par de días después. Claro, me levanté muy puntual y partí con el grupo.

En realidad la maga se había quedado dormida por estar bebiendo hasta tarde en la posada y despertó varias horas después de la partida. Por lo que tuvo que salir corriendo y alcanzarlos más adelante, al borde de un paro cardíaco por salir corriendo asi.

Cerca de llegar a la bifurcación de camino por donde debíamos entrar a la granja, nos

encontramos con un hombre siendo perseguido por dos gnolls. Por suerte Asmodeo y Zahra se 

encargaron rápidamente y salvaron al muchacho, que resultó ser uno de los hijos del granjero.

 

Decidimos que lo mejor era ir y chequear que situación había en la granja. Un chico de pelo oscuro

(Que luego supe que se llamaba Santiago) junto a otro hombre que le llaman Trancos(la verdad

es entendible que le llamen así, siendo que Elegost es un nombre horrible) y Melissa una mujer

que parece estar aprendiendo de los Montaraces, junto a Gael y claro yo, fuimos lo mejor que 

pudimos, en grupos, a investigar.

 

A medio camino, cuando estabamos yendo de vuelta al camino, nos descubrieron. Ahí se desató

el combate. Santiago quedo rodeado de gnolls ¡Pensé que se lo comerían ahí mismo! Por suerte

nadie se quedó quieto y ni lentos ni perezosos comenzaron a luchar. Creo que Zahra y otro 

muchacho se apresuraron a ayudarle. Juro que me sentía muy confundida, mamá. No sabía a

donde ir ni a quien ayudar. Pero me decidí a ayudar a Asmodeo,que se encontraba más cerca.

Primero intenté hacer más pesado al gnoll y me concentré en usar adecuadamente las palabras

que me habías enseñado. Pero no funcionó. Así que volví a intentarlo, pero esta vez para hacerlo

más ligero...¡y funcionó! Quedo levitando ingrávido a unos centímetros del suelo. Casi devuelvo

el desayuno, pero lo logré. En ese momento una draenei con dos hachas llegó y lo partió a la

mitad. Una escena algo brutal pero preferí no mirar demasiado.

 

Lamentablemente los gnolls lograron escapar, no sin antes destrozar la cosecha. Y aunque la draenei

quería ir tras ellos, no me pareció lo mejor internarnos en el bosque. Más con la posibilidad de que la

noche se cerrase sobre nosotros antes de lograr terminar el trabajo. Por lo que comenzamos a recolectar

Melissa, la aprendiz de montaraz, me comentó un poco sobre su campamento, o mas bien el campamento

de Trancos y Santiago. El campamento Falveri. Todo parecía bien en la charla pero creo que le molestó

que pensara que su campamento era un lugar de canibales o algo asi. Digo...su cartel en el tablón estaba

hecho de piel y pintado con lo que parecía sangre ¿quién pensó que eso era una buena publicidad?

Asmodeo me felicitó por mi hechizo logrado y me dijo que le gustaría charlar conmigo sobre su Gremio.

 

Finalmente terminamos la recolección y me pude llevar de vuelta a la villa 60 brillantes monedas de cobre y

20 kilos de maíz.

 

El problema radicaba en que no podía cargarlo yo sola. Y aunque Asmodeo fue muy amable en ofrecerse a 

cargarlo, no quería molestarle. Más tras recibir una herida de gnoll. Por otro lado Melissa y Santiago tenían 

una carreta donde cargar el maíz, que si bien iba muy cargada, podía llevar más si hacía algo. Descubrí, charlando

que Santiago era un mago, un adivino, en realidad.El segundo que conocía,sumando a Darlo Gebb 

Me gustaría haberme quedado mas rato charlando pero Melissa estaba apresurada. Así que me concentré cuanto

mejor pude, en silencio y susurrando para mi las palabras ¡Y FUNCIONÓ! ¡Dos veces en el mismo día!

Fuimos ligeros cual pluma hasta Villadorada, donde me separé de ellos. Fue un día sumamente productivo.

 

Esa noche me dormí muy tranquila de haberme ganado mi dinero justamente. Es algo satisfactorio. Aunque

demasiado agotador.

 

                                                                                                                   Te quiero mucho, Ame

P.D Zozo manda saludos. 

 

 

La lluvia seguía cayendo afuera. Vació el caldero lleno de agua y miró a Zozo.

-¿Quieres bajar por algo dulce que comer y un vaso de leche?

-Mriiiiaaau-maulló, ahora interesado en su ama.

-Eso supuse.

 

Cerró la carta, se la guardo en el bolsillo trasero de su falda y cerró la puerta con llave tras de sí.

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Amelia no se podía dormir.Bueno, el hecho de que estuviese acinada en una pequeña habitación no ayudaba.Había partido junto con el ultimo grupo de refugiados que se escapaba de Villadorada ante el crecien peligro de los gnolls. Esquivando gente que dormía en el suelo del salón,salió a un pasillo.Las dependencias que la Iglesia les había asignado era pequeña e insuficiente para todos.Y cada noche debía dormir abrazando sus cosas para evitar ladrones.Por suerte Zozo, su fiel gato negro, siempre estaba atento a que nadie toque sus cosas.Y a varias ancianas les caía en gracia, así que él hacía su parte para asegurarles algo de simpatía y comida.

 

Salió a la pequeña plaza que quedaba a escasas calles de la Catedral. La torre del campanario dio 12 campanadas. Era tarde, pero...no podía dormir.Asi que ahí,bajo la luz de un farol, comenzó a redactar una carta para su madre. Hacía mucho tiempo que no le escribía.Y no era para menos, habían pasado muchas cosas.

 

La carta llega maltrecha y un tanto descuidada, pero llega. 

Querida Mamá.

Sé que ha pasado mucho tiempo,pero no pude escribirte antes. Han pasado muchas cosas.Pero no te preocupes por lo de que los gnolls invadieron Villadorada, no estuve durante el asedio.Me dijeron que fue muy dramatico, que la misma Emperatriz apareció volando agarrada de un martillo con un ejercito de grifos. O que iba en grifo con un martillo.No sé muy bien. 

Al final visité a los Montaraces en su campamento. Son una compañía muy peculiar. Bueno, Santiago es algo torpe, pero es un buen muchacho. Le daba algo de asco el destripar los peces y le tuve que enseñar en su momento.Creo que tiene potencial para pescador.

Elegost Faler por su parte es un tipo lleno de recursos. Su campamento e idea de base progresa de a poco.O al menos lo hacía. Los gnolls rondaban los bosques por esas fechas.

Por cierto,esa noche me salió un excelente estofado de pescado. Comimos muy bien. Oh y también pude hacer levitar una roca algo pesada. Santiago decía que no podría y quiso sentarse en ella.Insistía en que Elegost no le gustaría lo que estaba haciendo. No lo entiendo. Está adquiriendo conocimientos de adivinación pero actúa como un campesino asustado cuando hago magia ¡quien entiende a los magos! A veces creo que si por él fuera no me dejaría usar magia si no fuese en un ambiente controlado perfectamente bajo la mirada de la veinte guardias.

 

Luego te seguiré contando más de eso, por ahora me iré a dormir. Cuidate y  no te preocupes por mi.

                                                                                                                 Amelia

 

La pelirroja se frotó los ojos y bostezó.Se puso en pie y se marchó camino a su cama.

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