Ynnari Moonwalker

[Thala 682]

• Nombre: Ynnari Moonwalker
• Raza: Kaldorei
• Sexo: Mujer
• Edad: 300
• Altura: 190
• Peso: 80
• Lugar de Nacimiento: Darnasus
• Ocupación: Aprendiz de Druida
• Historia completa

 

Descripción física:

Si tuviera que describirse en una sola frase, podría usarse "Besada por la luna" De rasgos suaves, mirada languida y curiosa, pelo blanco, pequeño tamaño y con tonos claros en la piel.

Ynnari es algo mas baja que los demás elfos, pero no exceso, tiende a vestir suaves y vaporosas telas de colores claros. Con voz melodiosa y suave. Su mirada curiosa siempre anda mirando alrrededor, inquieta con conocerlo todo, más normalmente prefiere no llamar la atención y quedarse a un lado, como una lechuza posada sobre la copa de un arbol que observa con curiosidad como los animales de abajo juega, se pelean y cazan.

 

 

Descripción psíquica:

Tremendamente curiosa, inquieta, amable y afable, siempre tiene una sonrisa preparada para todo aquel que la mire, y si puede, siempre tenderá su ayuda cuando

sea posible, aun así, aunque esté dispuesta a ayudar siempre, no pondría en grave peligro su vida sin un motivo de vital importancia.

A primera vista puede parecer callada e instrospectiva, pero cuando alguien consigue ganarse su confianza, se encuentra con una elfa de noble corazón, con interés por conocer todo lo que quieras contar y aprender de ello, pues simplemente le gusta pasar desapercibida, pero en confianza, es muy divertida, alegre y jugetona, sin embargo, le cuesta llegar a confiar realmente en alguien antes de abrirse totalmente 

 

 

 

Historia

 

Los druidas son admirables, no es verdad? Es lo que siempre ha pensado Ynnari desde su mas tierna infancia, estar en comunión con la tierra, con los espíritus animales, manejar y entender las energías que dan vida a este mundo.. es algo simplemente, maravilloso. Sus hermanos eran todos druidas, y ella estaba dispuesta a serlo también, aunque a ellos no les hacía gracia, era una joven alegre y curiosa, y siempre que tenía oportunidad seguía a alguno de sus hermanos mayores a donde fueran, encontraba especialmente interesante observarles meditar, sentía tanta calma... tanta paz con simplemente observarles.. como se sentirían ellos? Que estarían escuchando? Como es la voz de la tierra? Aun recuerda con añoranza la primera vez que vio a un druida trasnformandose, era un elfo alto, apuesto, con una larga barba y el pelo azul, no sabía quien era el, ni el sabía quien era ella, posiblemente ni se diese cuenta de que la estaba mirando, sin embargo ahí estaba ella, viendo como un elfo se transformaba en un precioso pájaro y echaba a volar. Soñó con esa escena prácticamente durante semanas, y en ese momento decidió, que ella también sería una druida, que sentiría esa conexión con la naturaleza, y volaría por los cielos como su ave favorita, la lechuza lunar.

Más la noticia no pareció ser de todo del agrado para su familia, la niña parecía tener mas conexión con la Luna y con Elune que con la naturaleza, le trataron de convencer de que como sacerdotisa de Elune tendría un futuro mucho mas prometedor, más se negó rotundamente, pues ya tenía claro cual era su meta y cual era su sueño.

 

En cuanto tubo la edad necesaria, comenzó su adiestramiento, fue...realmente duro, pues no parecía tener ninguna sintonia con el oso.. ni con felino, y tampoco se le daba especialmente bien la magia curativa. Por más que lo intentase, esos espíritus parecían ignorarle, puede que apropósito? Acaso estaban enfurecidos con ella por negarse a ser una sacerdotisa? No podía ser.. ella de verdad anhelaba convertirse en una druida, con toda su fuerza, con todo su corazón, amaba la naturaleza, y su deseo de estar en sintonía con ella, era puramente sincero, entonces, por que no sentía sintonia con los espíritus que si habían aceptado a otros miembros de su familia? Apunto estuvo de abandonar su aprendizaje muchas veces, cada piedra en el camino era como si esa piedra se la hubieran lanzado a la cabeza. Sin embargo..al final consiguió encontrar un camino a seguir.

Ese camino fue la senda del equilibrio, siendo su conexión con la Luna especialmente poderosa, ahí su talento parecía poder aflorar, y se encomió a esa senda con toda su devoción y todo su esfuerzo.

Ella no había nacido con los ojos dorados, sabía que no estaba destinada a ser una gran druida, ni a cambiar el mundo, pero eso no le importaba, con poder ayudar a los suyos, le bastaba, con formar parte de esos que sanan el mundo de sus múltiples heridas y enemigos, sería feliz. Poco a poco fue aprendiendo, no era una estudiante especialmente buena, no aprendía rápido ni demostraba tener un talento superior a lo normal, más todo lo que le faltaba de talento, lo compensaba con trabajo duro y pasión.

Esta senda también trajo buenas noticias a su vida cuotidiana, pues sus relaciones familiares se habían deteriorado ante la insistencia de sus hermanos y padres de que abandonase ese camino, que era su destino y solo estaba perdiendo el tiempo, eso provocó que se alejase de ellos, quitando le uno de los pilares mas importantes de su vida cuando mas necesitada de apoyo estaba, sin embargó lo superó, consiguió encontrar un camino a seguir, aun cuando nadie creía en ella. Ante tal noticia, su trato familiar cambió, su hermano mayor, el druida que siempre había adorado, comenzó a ayudarle, a mejorar su sintonía con la naturaleza, y se centró sobre todo en ayudarle a entender mejor la energía solar, la contraría a la que ella sentía mas sintonia, pues no habría equilibrio en ella si solo se entregaba a las energias Lunares.

La solar era la mas dificil de las tres, pues la natural aunque con esfuerzo y lentamente, consiguió controlarla, dominarla, sentirla. Sin embargo gracias a TulThir, su hermano, consiguió alcanzar un precario, aunque estable, equilibrio en su interior.

 

Ahora, con el paso de los años, Ynnari ha decidido que tarde o temprano conseguirá entrar en sintonia con alguna de las otras ramas, pues con esfuerzo, trabajo y pasión, no hay nada que no se pueda conseguir, el tiempo no es un problema, si ha de tardar 500 años de duro trabajo para conseguirlo, lo hará. Si todo esto no era más que una prueba de los espíritus para demostrar su valía y su paciencia, no les iba a decepcionar, pues la Luz de la luna siempre llena su corazón de esperanza e Ilusión.

Lo mejor de todo, es que nunca más tendrá que estar sola, si volviese a llegar el día en que sus seres queridos dudasen de nuevo de ella, de sus capacidades, no estaría sola, pues hace poco llegó a su vida uno de los seres a los que mas ha querido y en menos tiempo en su existencia, una pequeña lechuza lunar, regalo de Tulthir. Es su compañera, su alma gemela, nunca se separa de ella, y aunque aun tiene un largo camino por recorrer hasta convertirse en una adulta, Ynnari la cuidará y le enseñará. Y en un futuro, quizá mas cercano de lo que ninguna de las dos podría pensar, puedan volar juntas, como dos lechuzas juguetones por la belleza de Darnasus.

La joven lechuza se llama Yvraine, sus blancas plumas reflejan la luz de la luna cuando revolotea por encima de la cabeza de Ynnari por las noches, pues pocas cosas hay mas placenteras para esta elfa, que un tranquilo y solitario paseo bajo la luz de la luna.

Sin embargo, hay algo que Ynnari sigue echando en falta, pues a pesar de tener muchos conocidos con los que mantiene una relación muy afable y saludable, no siente que haya conseguido un amigo.. uno de los de verdad, alguien con quien se sienta libre y segura. Claro, así se siente con su hermano, con sus padres, con su hermano y con su maestros.. pero ellos, son familia, es su maestro, tal vez lo solitarios paseos bajo la luna podrían mejorar con un poco de conversación sincera.. solo tal vez...