Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Thorben

Karl Genzken

Recommended Posts

  • Nombre: Karl Genzken
  • Raza: Renegado
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 30
  • Altura: 1.75
  • Peso: 50
  • Lugar de Nacimiento: Reino de Lordaeron
  • Ocupación: Alquimista

 

Descripción física:

Karl ha pasado ya muchos años en su no-vida, lo cual ha dejado una clara mella en su carácter pero pareciera que muy poca en su cuerpo. Su cuerpo ha recibido lo que podría considerarse un mantenimiento extremo, volviéndolo así muy similar a un ser humano vivo en todas las normas... aunque con una piel de color ceniza y el brillo ocular que la no-muerte misma trajo con el.
Su cabello se mantiene negro, su piel ya no guarda aquel conjunto de tétricos sonidos al resquebrajarse, y las cicatrices del conjunto de operaciones al que se ha sometido son ocultadas mediante cicatrización mágica y también los propios ropajes del renegado.

Ha cambiado completamente su forma de vestir, siendo ahora la propia de un investigador de campo. Algunos ropajes de cuero, y otras defensas ocultan sus órganos vitales así como también una cantidad bastante grande de ropajes oculta todo el resto de su cuerpo. Muchas veces lleva bolsas con diferentes componentes de conjuro, los cuales son viales de sangre y diferentes objetos conocidos únicamente para los demonologos. Junto con ello un diario en el cual anota cada noche todos los acontecimientos de su vida, con pavor a olvidarlos, yace colgando de su cinturón.

Su voz es rasgada y pocas veces fría, ha podido dejar en claro sus emociones con constancia en la misma. Su animo, su aptitud general, y su propia felicidad le han otorgado la capacidad de parecer todo menos una persona en extremo sufrida.

 

 

Descripción psíquica:

Cerrado, hermético en cuanto a su conocimiento, y adorador del mismo es lo mínimo que se puede decir de él. Ama el conocimiento como tal, así como lo hacia en su vida. Hace un gran esfuerzo por abandonar la frialdad propia de la raza para el trato con los demás, inclusive llegando al punto de desear aprender idiomas que le pudiesen resultar útiles para llevar a cabo esta tarea... pero lo cierto es que sus intentos en la materia han sido insuficientes, o poco fructíferos.

Gustoso de estudiar y comprender cualquier tipo de objeto, persona, o cuerpo... él se dedicó a estudiar intentar ingresar a la sociedad real de Apotecarios; lo cual considera su meta de momento. Sin embargo, a sabiendas, desea también conseguir una cantidad de poder adquisitivo notable para poder mejorar su biblioteca personal y no tener que restringirse a ningún tipo de ordenanza.
Con respecto al trato con las demás razas, siempre está abierto al mismo mientras que le deje algo a cambio, inclusive con razas de la "Alianza"; aunque el canibalismo ha despertado en él algo que nunca pensó podría sentir en este nuevo cuerpo, una sensación de calidez, plenitud y vida en sí mismo... por lo cual, si no le sirve de ninguna manera, es posible que termine siendo su cena aquella persona con la que trató.

Es de un actuar errático muchas veces, así como también egoísta y avaro. El conocimiento, su raza, y el oro son las tres cosas que escalan en orden de importancia.
Se encuentra profundamente interesado en cualquier ciencia exacta así como también en las que tratan de la mente; de igual manera que está más que dispuesto a debatir con cualquiera si el tiempo apremia. Mirando el lado negativo de su personalidad, posee 3 fobias notables: Hagiofobia, Tanatofobia y al fallo mismo.

 

 

 

Historia

 

... Shing, shing, shing...


Un sonido constante se escuchaba, cada vez mas fuerte en la superficie... algo le estaba molestando y el no sabia como salir de eso, quería continuar con su gran y larga siesta. Apenas habían pasado un par de minutos y ya sentía como si algo le estuviese intentando abrir el cráneo cada vez que aquel sonido era emitido por la madera. ¿Qué madera?... el estaba durmiendo plácidamente en su cama, no quería pensar en eso ahora.
 

... Shing, shing, shing...


El sonido no paraba, lo estaba volviendo loco. ¿Loco? Pero si había algo... lentamente abrió un ojo, y no vio mas que oscuridad. ¿Que estaba sucediendo? No entendía nada, estaba seguro que hacia unos segundos estaba en su cama... el estaba recostado, dormido, junto a su mujer; por lo cual movió su brazo hacia la derecha.
Se golpeó contra algo... ¿hmm? no, el sabia que estaba en la cama, ¿qué era eso? Lo tocaba, lo sentía... era madera, no tenía duda alguna. Pero, ¿cómo?... empezó a tocar, cada fragmento que se acercaba a sus dedos demostraba ser madera, el tacto no podía estarlo engañando, pero algo le dolía mucho. Se percató de lo seca que sentía su garganta, e intento tragar saliva... un gusto amargo y agrio, como si hubiera algo podrido, inundó instantáneamente sus cavidades. 
 

... Shing, shing, shing...


El sonido no paraba, estaba desesperado ya. Habían pasado horas, se había dado cuenta de que estaba encerrado en un lugar... no estaba respirando, y para colmo algo sabia a podrido. Estaba seguro que podía sentir el olor a carne en descomposición en algún lado, lo cual tan solo contribuía a su paranoia temporal.
Finalmente, escuchó como el sonido se iba volviendo cada vez mas fuerte... y por ultimo, desapareció. ¡Había acabado por fin su eterno pesar y sufrimiento, por fin sería libre!; estaba tan feliz... aunque no sabia muy bien si estaba feliz, sentía muchas cosas extrañas, pero nada como la felicidad que sentía cuando estaba en su tienda, o cuando estaba con su pareja.
 

... Crack, ¡crash!...


Se reventó la madera que estaba frente a el, no podía dejar de estar ... espera, no estaba asustado. ¿Como era eso posible? estaba seguro que debería haber estado asustado en ese momento, y mas aun cuando vio a la criatura que estaba frente a el. Bueno, estaba asustado cuando vio que era un no-muerto, pero cuando antepuso sus manos a sus ojos se dio cuenta de la gran y dolorosa verdad. 
"POR EL AMOR A LA BENDITA LUZ, ¿QUÉ ES ESTO?" Gritó, desde lo profundo de sus pulmones. Ahora comprendía todo... todo. Quien lo había sacado de su tumba tan sólo se retiro, dejando el lugar abierto... no le dijo nada, se sintió como a quien violaban y dejaban tirado en un callejón. Suspiró, y se levantó lentamente... todo parecía tan pesado y todo le causaba un pavor notorio.

Fue entonces cuando todo cayó en su respectivo lugar. Observó su mortaja a medida que continuaba pensando en las diferentes cosas que habían sucedido... los recuerdos volvían lentamente a su mente, cada uno peor que el otro. ¿Se contagiaron de la plaga? ¿Él y ella? pero no había ella, solo él. 
Sintió un vacío en su corazón, en su espíritu sabía que algo estaba mal... no sabía que era, pero temía. El camposanto detrás de él tan sólo le traía peores imágenes y recuerdos, y lo situaba más, y más lejos de la realidad... su mente divago en ideas, nadando en mares negros, por varias horas hasta que se activo algo similar a un mecanismo de autodefensa en la misma, comenzó a pensar en los beneficios que podría traerle la no-muerte... supuso que era el camino correcto a seguir, y antes de seguirlo se propuso una ultima misión como miembro de un matrimonio.
Su esposa habría de ser encontrada, por lo cual el comenzó buscar, inclusive realizando uno de los antiguos rituales que había leído en sus libros... rituales de adivinación, que fallaban en encontrarla. Buscó y rebuscó en todas las mortajas y tumbas cercanas a su pareja; había varias vacías, pero esperó que ella no se hubiese escapado de ninguna sin él, él sabia que ella jamas podría hacer algo así. O al menos eso creía.
 

Imagen



Entonces comenzó a caminar... a pensar, a recordar. Las horas pasaban y vagaba como un alma en pena mientras intentaba discernir en si mismo que era lo que haría ahora con su vida, como la llevaría, e inclusive si servia para algo. Pero en lo profundo de su ser, sabia que debía continuar viviendo, que debía de mantenerse como el hombre que era... quizás su pareja, alguna vez volviera, o podría ser posible devolverle a la vida. 
Sacudió su cabeza, si quería hacer eso... era hora de comenzar con sus estudios. Fue a su antiguo hogar... su tienda, estaba todo en ruinas, había sido incendiado, pero el sabia que algunos de sus libros... los mas oscuros... estarían allí, donde él los había escondido, enterrados en el sótano.

Descendió lentamente hacia el lugar mientras las sombras parecían danzar a su alrededor y se encerró en las profundidades de la caja de la locura, como apodó al sótano tras abandonarlo, durante un buen par de años... cada día y noche eran lo mismo, no comía, no dormía, tan solo leía y pensaba. Algunas veces había salido en busca de algo con lo que practicar sus artes, y en una de aquellas veces fue que tuvo la oportunidad de probar el manjar que era la carne de los humanoides. Sin lugar a dudas, algo que nunca podría haber conocido de otra manera. Lo consideraba su propio néctar personal... le había servido de una manera especial para no perder la cordura, puesto que le dejo volver a sentir la calidez de un cuerpo, y le recordaba a experiencias de su vida pasada en los momentos mas oscuros.
Dos años después del descenso, emergió más sabio, más apto, y mejor entrenado. Iba a encontrar una forma de tener a su pareja con él... de una manera, u otra; pero principalmente, era hora de darle un sentido a toda su no-vida, era hora de visitar a los apotecarios.

 

Imagen

  • Like 2

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...