Cressida Caire'lune "De la Magia nace el Orden"

[Featherstorm 73]

Documento de Identificacion de Profesores del Archivo del Sagrario del Norte

Nombre:Cressida Caire'lune

Sexo:F

Edad:452 años

Área de Enseñanza:Historia,General y de la Magia

Ocupación:Profesora de Historia de la Magia

 

Descripción física:

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Mujer de apariencia digna y solemne. Mide 1,79 siendo bastante alta, mostrándose grácil en su andar. Su cabello es largo y lacio hasta a cintura, de color negro azabache. Piel de un tono bronceado oscuro, dados los orígenes marítimos de su familia tienden a ser algo más oscuros de piel. Ojos almendrados de espesas pestañas, labios gruesos, pómulos suavemente marcados. Su nariz es su más notable rasgo, siendo un poco aguileña y prominente. Posee un físico ligeramente curvilíneo, en especial en los muslos y en su cintura pequeña;sus pechos son algo pequeños también.

Por lo general viste túnicas cortas de colores vivaces o con tonalidades de blanco, junto a calzas o pantalones. A pesar de ser alta suele usar botas de caña alta y tacón grueso. Porta siempre un morral de cuero donde lleva algunos libros, su maquillaje y perfume, su reloj de bolsillo, elementos de escritura y un cuaderno para anotar.

 

 

 

Descripción psíquica:

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Elfa adulta, inflexible en sus ideas y valores. De educación amplia y aun sosteniendo valores antiguos, quizás perdidos en los Sin'dorei. Cree en la Magia ciegamente, y cree en que ésta es la fuerza más grande para el cambio. Si bien es una mujer instruida y cultivada, y puede parecer rígida y estricta, los años trabajando con niños y jovenes le han dotado de un aire de instructora, permitiendo un tiempo de tolerancia para con los demás hasta que aprendan. Esto se puede traducir a una actitud de superioridad, aumentada por su orgullo personal y racial. Sumandole a esto, muchos la podrían tomar como una predisposición condescendiente y quizás hay un poco de eso también. Considera que su visión del mundo es la mejor y está dispuesta a todo por ver esa realidad proyectada en Quel'thalas y el mundo.

Tiene una actitud un tanto desdeñosa para con los Caballeros de Sangre, sosteniendo que usan una energía poco fiable como la Luz, a pesar de que ahora el Pozo es de Luz y Magia, no termina de convencerle, aunque no es algo que se la pasa diciendo.

Aunque confía en si misma, le cuesta confiar en los demás y leer sus emociones, salvo quizás las que uno esperaría de un alumno, tales como nerviosísmo, timidez, miedo o altanería. Siempre mantiene una aura de confianza y seguridad, acompañada por un uso de lenguaje muy correcto y específico, ya que se crió entre profesores y sabios. Años de debatir tanto con sus padres como con sus colegas de trabajo le han hecho desarrollar una actitud a veces frontal y sincera, tratando siempre de mantener la fluidez y elocuencia en sus palabras. Es una apasionada por los debates.

Es incansable en sus metas. Crear nuevas maquinarias para dotar a su país de inventos útiles y novedosos, usando las viejas formulas arcanas y mejorando los modelos existentes de la Ingeniería élfica. A su vez busca la recuperación de artefactos mágicos tanto nuevos como viejos, para innovar en sus inventos. Por otro lado quiere expandir la influencia cultural thalassiana y crear lugares "hermosos y perfectos" como Lunargenta o Dalaran, para mejorar las vidas de las demás razas, dado que cree que este es el orden natural de las cosas.

 

 

 

 

Historia

 

Los pasos de la mujer morena eran firmes y lentos mientras avanzaba entre las filas de bancos. El suave sol de la mañana ingresaba por los magnificos cristales a la derecha de la profesora, ocupando una pared entera. La luz perfilaba el rostro de ésta. Su piel oscura, su nariz ligeramente aguileña, su cabello largo y negro que caía hasta su cintura. Avanzaba a paso lento con sus brazos detrás de su espalda, observando meticulosamente que nadie hiciese trampa. Algunos tragaban saliva al verla pasar, intimidante.

-Quedan diez minutos y treinta y tres segundos-dijo revisando el reloj de bolsillo que llevaba con ella siempre.

Caminó con su paso sereno hasta la ventana, mirando el campus que arbolado que se extendía frente a ella. Cuanta belleza. Sus orejas se tensaron al oír un sonido.

-Será mejor que guardes eso, Maltharion Brisalba. No está permitido el consumo de alimentos o bebidas dentro del salón de clases-exclamó en voz clara y nítida sin voltearse ni dejar de ver el parque.

El pequeño elfo rubio se ruborizó ante la veloz reacción de la profesora y guardó el envoltorio de papel.

 

A los pocos minutos recogía los exámenes.

-Ahora una pregunta para puntos extra ¿Quién fue el que desarrolló la teoría de la conductividad mágica en ciertos metales y minerales?

La clase se mantuvo en silencio. Una mano silenciosa se elevó en el aire.

-¿Sí, Doreliel?

-El descubrimiento fue hecho por nuestros ancestros, los Altonato, hace alrededor de 15000 años. Ellos hicieron uso de aleaciones arcanas para ganar más recepción mágica cuando creaban sus armas encantadas. Incluso se descubrió que ciertos elementos podían almacenar energías arcanas durante diferentes períodos de tiempo. Muchos metales se ven afectados y mutan de formas variopintas cuando son expuestos por largo tiempo a las líneas ley.

-Excelente desarrollo,Doreliel. Ahora por favor,abran sus libros de historia de la magia en donde quedamos la última clase. Capítulo 6-tomó su libro de encima del escritorio y abrió mecánicamente la página a leer- Lirys, por favor, comienza a leer.

La muchachita pelirroja se apartó el cabello con ambas manos, detrás de sus orejas y comenzó a leer.

-“Algunos dicen que la Edad de Oro de la Magia comenzó cuando nuestros ancestros comenzaron a hacer uso de las energías del Pozo de la Eternidad y que finalizó con el injusto exilio de los Altonato. Pero en este capítulo, plantearemos que la realidad es otra y aun vivimos en la Era de la Magia….”

 

Las palabras del capítulo trajeron a la mente de la alta elfa memorias antiguas. Un recuerdo enraizado en el fondo de su corazón.

 

“La Era de la Magia”

 

Desde el barco de mi familia era una visión de por si exquisita. La gloriosa Lunargenta. Pero caminar por sus calles era otro tema.

Las amplias y blancas calles empedradas. Las fuentes de agua con peces de colores, el aire perfumado por las flores de los árboles. Las altas torres con cúpulas de oro que refulgían como mil espejos, engalanados con banderines y estandartes flameando al sol. Durante mi primera visita temí que mis sentidos terminaran sobrecargados por tal sobrecogedora perfección. Porque esa era la palabra que más se acercaba pero que no era capaz de hacerle justicia. Perfección.

 

De la mano de mi padre, ingresé a una de las universidades en las que trabajaba. Allí lo observaba discutir acaloradamente con otros eruditos y profesores. Siempre era un tema nuevo; el como afectaban los cuerpos celestes a la canalización, las líneas ley, el uso de magia en exceso, las regularizaciones de ciertas escuelas, las competiciones escolares entre las diferentes Academias Mágicas. Yo solo podía observar,fascinada. Soñando con el día donde yo fuese parte de tales conversaciones.

 

Desde mi más tierna infancia estuve sumergida en el estudio y la ciencia como si del aire que respirase se tratara. Mi padre, Myr’din era un astrónomo y líder de nuestra Casa. Nuestro hogar contaba con una torre de Astronomía propia que funcionaba a su vez, como estudio. Mi pasatiempo principal era leer los libros y pergaminos que allí almacenaba, guardados meticulosamente y ordenados con cuidado. Mi madre era una maga Adivina, que solía servir en campañas militares como táctica y observadora, por lo que pasaba algunas temporadas lejos de casa; más comprendía que era por el deber al Alto Reino.

 

En cada visita a Lunargenta solo me enamoraba más de la belleza del lugar. Aunque era joven, aún no había decidido que haría de mi vida. Y fue entonces cuando me encontré con ellos.

En medio de una plaza llena de viandantes, habían armado su pequeño escenario. Mi padre vio la curiosidad en mis ojos, y aun bajo su atenta mirada, me soltó la mano e instintivamente corrí hacia la fuente de mi atención.

-¡Bienvenidos, bienvenidos!-dijo el elfo con una voz clara y vibrante-¡Sean todos muy bienvenidos al Mundo de la Magia!

-¡Así es! Hay algunos historiadores que dicen que la Edad de Oro de la Magia ya pasó. ¡Pero mi compañero y yo venimos a mostrarles que eso no es cierto!-gritó la elfa

-¡La Magia viene del Corazón, amigos y amigas! ¡Y el corazón de los elfos es grande, generoso y lleno de pasión! ¡La pasión nos trajo en barcos hasta aquí! ¡La pasión por la misma magia que todos amamos!

-¡Así que sin más preámbulos, queridos espectadores…!

-¡Bienvenidos a la Era de la Magia!-gritaron ambos en unisono y bajo una nube de chispas de colores y luz celeste desaparecieron.

 

Lo siguiente que pasó fue lo más maravilloso que vi en mi vida. Uno de los espectáculos de magia mas asombrosos que pude presenciar. Ante mi danzaron todo tipo de visiones. Un enorme barco volador flotando sobre mi,impulsado por inverosímiles olas y ríos que se extendían por el cielo. Capitaneado por el elfo gritando ordenes a unos muñecos vestidos como piratas, lanzaban cañonazos de papel picado contra una enorme serpiente marina que nadaba entre las olas. Sobre la cabeza de la serpiente la elfa gritaba encantamientos y seguía su papel a la perfección, el de una mitica maga que invocó a su elemental para destruir a los piratas que asolaban las costas de Quel’thalas.

 

Luego de una increíble batalla todo explotó en colores y luces cegadoras. La historia siguiente era sobre un gentil pastor que con su música cautivaba tanto a animales como seres mágicos.Los unicornios, brillantes seres con cuernos brillantes pasaban a oírle y las hadas del aire, diminutas damas caprichosas hechas de luz y tormentas, calmaban su viento por él. Su flauta emanaba volutas y suaves cortinas y caireles de luz. Era demasiado hermoso, y de reojo vi gente que lagrimeaba o lloraba abiertamente. Pero de repente una arrogante forestal quiso tenerle como esposo y este no tuvo más remedio que huir con su sequito por el bosque, ya que la mujer no parecía detenerse por nada. Al final los unicornios y las hadas le volvieron un ser de viento, intangible, justo cuando las posesivas manos de la forestal iban a tomarle por la cintura.

Cada historia era más hermosa que la anterior y con más diseños, luces y criaturas en escena. Ciervos de plata y dragones de oro, estrellas brillantes que se arremolinaban en el cabello de él y formaban una diadema en ella, y polvo estelar como pequeños diamantes que descendían en cascada por encima de toda la audiencia. Me encontraba en un trance, elevando mis manos y gritando, riendo o llorando con cada escena.

 

Al final aparecieron en el escenario cuando cerró la última historia, agotados, con sus bastones en mano. El publico vitoreó y aplaudió por más tiempo del que recuerdo haber oído que aplaudiesen jamás, incluso en una ópera.

-¡Recuerden la magia no viene solo del Pozo del Sol! ¡La magia viene del corazón! ¡Esto no es solo canalización, es también lo que soñamos y nos apasiona!

-¡La Edad de Oro de la Magia es ahora! ¡La Edad donde todo es posible!

 

 

“Con la magia todo es posible”

 

Desde ese día quise ser una Diva de la Magia, como ese dueto de elfos. Nunca me consideré particularmente hermosa, como las demás. Pero quería ser hermosa como esa elfa. Brillar con luz propia en el escenario y que la gente mantenga la mirada en mi, a pesar de que las ilusiones y encantamientos a mi alrededor fueran tan llamativos, que nadie pudiese sacar la vista de mi.

Sin embargo las expectativas que eran puestas en mi eran altas. Para cuando comencé mi adolescencia, tal sueño absurdo fue enterrado. No sin amor por ello, me volqué al aprendizaje de la historia de nuestra gente, cumpliendo con no menos que la excelencia que era esperada por alguien de mi apellido. Apellido que portaron médicos de prestigio, magi de todo tipo, investigadores, profesores y sabios.

Cuando formé cierta carrera como profesora de historia, ingresé en la misma Academia de magia que mi madre en su juventud. Aunque era mayor que la mayoría de las ingresantes, eso no me detuvo para cumplir con mis metas. Mi vida se movilizó directamente a estudio arcano y natural.

Como mi padre, adoraba el estudio de las estrellas y los cuerpos celestes por lo que también fue parte de mi formación profesional.

 

 

El estudio de lo arcano abre puertas en la mente. Para una persona hermética como yo, permitió la apertura de lo que bullía por salir de dentro de mi. Todo mi potencial tenía una vía de salida. La magia era, en cierto modo, como una gran danza.

 

Visión de horror. El Caos del mundo

 

El hedor de la sangre. La pestilencia de la muerte. El humo acre que reemplazó el suave aroma del jazmín. Nubes negras que afean y rompen la belleza que Lunargenta tenía. Los torreones ya no brillan. Me hiperventilo. Cuando alguien me tironea estoy al borde de un ataque de pánico. Es una de mis tías, quien me arrastra hasta un edificio en ruinas. Nos escondemos en el sótano con otras personas que también se guarecen allí. Cuando me acostumbro a la penumbra veo lo encerrados que estamos. Acinados. Aplastados. Me abrazo a mi misma. Que patética debo lucir ahora mismo.

Como cuando debo, hago lo que se me pide. Mi tía Daryssa, solo se queja. En retrospectiva no se lamenta de la pérdida de su marido. Solo se concentra en lo que hará en cuanto termine todo esto. Logramos huir de la capital días más tarde y nos encontramos con otros refugiados en la Isla del Caminante del Sol. Pasamos los días, los meses, los años, tratando de hacer el lugar más habitable.

 

Un gentil y viejo forestal me enseña a defenderme a mi misma con lo poco que tenemos. Le estoy tan agradecida. Hace mi estadía en un lugar tan triste más amena. Dota de lo más cercano al sentimiento de alegría a mi corazón. El pobre se marcha con los demás Hijos de la Sangre en posición de pelear y no le vuelvo a ver.

 

De a poco las cosas mejoran. Nos llegan noticias de que han retomado viejos puestos, Sagrarios y  ciudades. Nuestro hogar en las afueras de Lunargenta se ha mantenido casi intacto. Decido moverme allí con mi tía y sus hijas. Sin embargo desde que nos mudamos, parecen tener un desdén enorme por el legado de mi familia.

-¿De que sirven estos viejos papeles y libros sino para juntar polvo y ser alimento de las polillas? Tapicería vieja, artefactos inútiles. Somos Hijos de la Sangre, debemos deshacernos de todo lo que represente nuestra vieja identidad.

Manteniendo un tono inexpresivo, elevo mi mentón con orgullo.

-Te equivocas, querida tía-digo tan gentilmente como puedo-No es así. No toleraré que pisotees las tradiciones y enseñanzas de mis ancestros. Pisoteas el lema familiar, Daryssa.

-Veremos si la tradición mágica te da de comer cuando tengas hambre, sobrina. Tu orgullo por el pasado no va a hacer mas que matarte. Tus padres murieron por salvar todo lo que pudieron de estos salones, y lo pagaron con sus vidas. Haré lo que tengo que hacer para mantener el estilo de vida que nos merecemos.

 

Daryssa comienza a vender artefactos, escritos y piezas históricas de nuestra familia a  mis espaldas. Lo que no cayó en manos de la Plaga, cae en manos de la avaricia de mi tía.

-La Era de la Magia se acabó, sobrina. En la nueva Quel’thalas solo triunfas si estás a la altura…no basta con el talento mágico. Hay nuevas leyes en el juego.

 

 

“Quel’thalas es el Reino de la Magia. Lo que la convierte en el centro del Universo”

Hay quienes dicen que la Edad de la Magia se acabó. Algunos historiadores actuales, compañeros de trabajo en el Sagrario Norte, insisten en que esta no más la Era de la Magia. Que su auge ha quedado opacado por el advenimiento de la Luz sobre nuestra gente. Es la Era de la Luz. Algunas de las más grandes potencias del planeta están basadas en la Luz. El Pozo del Sol es ahora una fuente de potencial inagotable de Luz y Magia. Nuestro Reino mismo posee en una de las más formidables fuerzas militares de la actualidad, los Caballeros de Sangre, cuyo poder reside en la Luz.

 

Pero me niego a creerlo. No aceptaré que la Magia no es la fuerza dominante aún de este mundo. La magia no nos abandonó cuando la necesitamos. La magia nos hizo quienes somos y es quien nos volverá lo que seremos. Son ideas de jóvenes revoltosos, de los muchos que abundan en la nueva realidad que vive mi gente. Jóvenes que solo aspiran al renombre y falsa gloria que ser un Caballero de Sangre traen consigo.

 

Pienso esto mientras asciendo a la torre de mi padre, cerrada hace tiempo. Les demostraré a todos que la magia es la mayor fuerza de cambio.

Los Sin’dorei podemos crear un mundo perfecto. Un mundo donde las ciudades sean tan esplendorosas como Lunargenta, llenas de luz, aire, y orden. Dalaran es una prueba de ello. Sé que nuestra raza no está en su mejor momento. Que somos presa fácil de aquellos que ansían devorarnos y sumirnos en las sombras del caos.

Pero aun no nos rendimos. Yo no me he rendido. Pondré orden donde la desidia quiera hacer su nido. Haré que mi esfuerzo valga por el de cientos. Construiré un mundo mejor.

 

Recuperaré todo artefacto mágico que ayude a mi causa.  Hasta la más básica de las gemas arcanas me servirá. Construiré mi propio legado. Crearé constructos mágicos que asombren al mundo y nos pongan a la vanguardia tecnológica. Fusionaré la magia antigua y moderna en una composición armónica. Diseñaré algo que mis congéneres aun no han visto. Y asombraré al mundo.

 

Pero primero, necesitaré encantar una escoba y limpiar el viejo estudio. Debería bastar, al menos como comienzo, para mis proyectos. Será un excelente taller.

Editado July 8, 2017 por Rupphire

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