Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
diacono17

Dante Leblanc (El Rojo)

Recommended Posts

  • Nombre: Dante Leblanc
  • Raza: Renegado
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 30
  • Altura: 1.85
  • Peso: 75
  • Lugar de Nacimiento: Lordaeron
  • Ocupación: Alquimista
  • Historia completa

 

Descripción física:

Dante conserva el cabello largo como lo tenía en vida, pero por la muerte a perdido su brillo y color negro, pasando a un purpura toxico, su piel tiene un color azul pálido, signo de la ausencia de sangre y vida en su cuerpo, los ojos completamente blancos, en sus brazos y piernas se puede ver como sobresalen los huesos por la descomposición del cuerpo, a pesar de esto su rostro no tiene heridas y signos de podredumbre, pero si una rigidez por la muerte, lo cual genera que sus gestos sean algo macabros. 

 

 

Descripción psíquica:

Dante odia a todo ser vivo profundamente, solo mantiene relaciones estrictas con los aliados de los renegados, pero no muestra simpatía ni gestos cordiales con los que se relaciona a menos que sea otro renegado los cuales considera su familia por estar condenados al mismo destino, solo se limita a relacionarse de manera superficial por negocios o alguna orden estricta de la reina Sylvanas a la cual sigue sin cuestionarla. No es alguien en quien debería confiar alguien vivo ya que cuando lo crea necesario o guiado por sus intereses lo traicionara, pero puede fingir lealtad muy fácilmente para que otros bajen la guardia.

 

 

 

Historia

 

Era un día normal en el reino de Lordaeron, como cada día, Dante Leblanc, un hombre de unos 21 años trabajaba en el cementerio, la situación en el reino no era la mejor, con todas las necesidades que se vivían en el reino, aquel trabajo era el único que había podido conseguir. Dante vivía solo, sus padres habían sido asesinados por aquella amenaza de orcos de piel verde que trataron de destruir los reinos humanos, aquella perdida fue un duro golpe que había tenido que ocultar con una falsa sonrisa, ya que no tenía amigos con los cuales desahogar el dolor que sentía. Los vínculos afectivos no eran lo suyo, prefería estar solo, pensaba que si se encariñaba con alguien volvería a sufrir como lo hizo cuando sus padres murieron, pero realmente su corazón estaba muerto en vida, desde el día que perdió a su familia, no se volvió a dibujar una sonrisa en su rostro, sentía que vivía sin propósito, solo por inercia, aquella sensación que solo por instinto lo llevaba a sobrevivir.

Algunos días para mejorar sus ingresos, Dante iba al mercado y vendía algunas pócimas y elixires, los cuales tenían propiedades para aliviar algún dolor simple o alguna intoxicación por alimentos, las cuales preparaba con plantas que encontraba cerca del cementerio, ya que sus padres habían sido alquimistas del reino y le habían enseñado cosas básicas sobre la alquimia. Los días pasaban con normalidad en el reino, Dante continuaba con su trabajo en el cementerio, cada día se acostumbraba más a los muertos, pensaba que la muerte era la única forma de descanso para todas las adversidades de la vida. Cada día en su trabajo podía observar como la muerte no discriminaba, al niño, al adulto, al viejo, hombre, mujer, rico o pobre, todos tenían el mismo final, aquella situación lo hacía reflexionar y pensar cada día en la muerte como una bendición, como aquella fuerza que trataba a todos por igual sin importar la condición de las personas que en ella caían; a veces hasta llegaba a pensar que él era aliado de la muerte, o lo debían ser todos los sepultureros del mundo, ya que ayudaban a la muerte a enviar el cuerpo a su descanso eterno, por lo menos si no era aliado era alguna especie de ayudante o algo por el estilo, cavar tumbas era algo pesado y un trabajo importante, por lo menos para él, si no fuera así, los cuerpos quedarían a la vista de todos y sería un gran problema, por primera vez salía de su rostro una sonrisa algo macabra resultado de aquellos pensamientos. A medida que se refugiaba más en su trabajo, fue perdiendo ese toque social que antes le quedaba, ya no saludaba a nadie ni por cortesía, su mirada se tornó más oscura y parecía que no tuviera sentimientos, lo cual hacia que las personas se alejaran cuando se lo encontraban, muchos niños en el reino se burlaban de él, y hacían bromas imitando como usaba la pala pero de una manera más graciosa la cual lo hacía ver como un bufón, Dante no decía una palabra ante estos insultos pero un odio hacia todas las personas crecía cada día en su corazón.

Un día sin previo aviso, la muerte llego al reino de Lordaeron, hordas de no muertos acabaron con la vida de las personas del reino, incluyendo la de Dante, antes de morir pensó que se liberaría de esa existencia tan triste y sin sentido que llevaba, pero esa no sería su realidad, Dante se levantó después de morir, sin voluntad sobre su nueva existencia lastimera y maldita, caminaba destruyendo todo a su paso y obedeciendo sin conciencia a un amo que no conocía, así existió durante mucho tiempo hasta que fue liberado por una elfa no muerta que se hacía llamar Sylvanas, esa elfa había luchado con la persona que lo controlaba o lo que fuera ese ser, al parecer era un príncipe llamado Arthas o lo fue algún día, hoy solo era un cuerpo frio sin sentimientos y lleno de odio. Sylvanas había obtenido la victoria con una herida que hizo que aquel príncipe maldito escapara, liberando a todos los que como Dante, eran esclavos en la muerte; desde aquel día Dante se unió a los renegados y juro lealtad a aquella elfa, la cual sería su nueva reina, al fin y al cabo, era lo más cercano a una familia que podía tener en ese momento (viéndolo de manera retorcida) pues pensaba que solo aquellos que habían compartido su destino eran dignos de confianza, una persona viva no comprendería nunca el dolor por el cual le toco pasar, pues si nadie lo comprendía en vida ¿por qué lo harían en la muerte?, tenía la esperanza que quizá aquella elfa podría hacer que se reuniera de nuevo con su familia o por lo menos eso pensaba ingenuamente, aunque más que ingenuidad se podría decir que era codicia, codicia por sacarle ventaja a su nuevo estado y si sus padres podían volver como lo había hecho el, podría usarlos de manera descarada y sin escrúpulos.

Dante al recuperar su conciencia, recordó todos los actos despreciables y muertes que había causado, asqueado por su nueva forma física y los pecados que cargaba, se liberó de la poca humanidad que le quedaba, asesinando a un grupo de humanos que se escondían de los no muertos en aquellas tierras malditas, cortando el cuello de una de las personas que había atacado, vio como salía la sangre oscura y brillante, algo que en su cuerpo ya no había, sin pensarlo, bebió de aquella sangre y el calor que brotaba de ella por estar fresca lo hacía sentir como si estuviera vivo de nuevo, como si aquella sangre le diera la fuerza del alma que había tomado, o por lo menos en su retorcida mente eso pensaba. Desde ese día caminaría con odio hacia los vivos y siempre que pudiera, bebería un poco de sangre de sus víctimas para sentir el calor de la vida una vez más, desde ese día olvidaría su apellido humano y se haría llamar Dante el Rojo.

Compartir este post


Enlace al mensaje

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Responder en este tema...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...