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Amadeus Pemberton

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  • Nombre: Amadeus Pemberton
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 20
  • Altura: 1.70
  • Peso: 70
  • Lugar de Nacimiento: Lordaeron
  • Ocupación: Aprendiz de Sacerdote
  • Historia rápida

 

Descripción física:

Tiene el pelo bien cuidado y corto, peinado del centro a los lados, aunque se le ven ligeras entradas. De vello castaño y barba afeitada. Su piel es blanca caucásica y gestos suaves en su rostro. Es de estatura media, no tiene demasiado músculo aunque tampoco es escuálido. Sus ojos son de un verde muy claro y rasgados, en su mirada se nota un aire de superioridad.

Suele vestir túnicas, aunque si va de excursión vestirá ropas más de etiqueta. Su estilo de ropa es convencional, aunque para asuntos de interés social si suele vestir algo más fino. Su forma de hablar es correcta, de tenor medio.

 

 

Descripción psíquica:

Es un muchacho temeroso a lo desconocido y devoto de la Luz, pero con un preocupante racismo inculcado por sus padres y por vivencias pasadas. Teme, desprecia u odia a las razas que no son humanos, elfos o enanos. Considera que aquel que no sigue la creencia humana de la Luz es un hereje.

Ante la Luz y los suyos es obediente, dedicado y afable. Es sumamente tranquilo y petulante, intentando evitar el conflicto físico pero lanzando puyas si hay confianza suficiente. Será el último en entablar combate, esto no significa que no socorra a los débiles.

La opción que Amadeus escogería sería rápida, violenta y sencilla, siempre y cuando su pellejo no esté en juego. Es partidario de que el fin justifica los medios. Cuando algo no va bien, se desmorona fácilmente. Es un enclenque.

 

 

 

Historia

 

Amadeus Pemberton nació en Lordaeron, dos años después de la Segunda Guerra. Su padre Seymour era Campellan de la Iglesia de Lordaeron, y su madre Marilin Cabo del ejército de Lordaeron.

La infancia de Amadeus estaba llena de estudio y culto a la Luz. Su padre era muy estricto con él, incluso a veces distante. Su madre Marilin no era muy distinta a Seymour, pero al menos cuidaba y jugaba con el pequeño cuando no la requerían en su oficio.

El año que Amadeus cumplió 10 años, dio comienzo la Tercera Guerra. Su padre Seymour huyó de la ciudad hacia el sur con Amadeus en brazos, rumbo a Stromgarde. Su madre Marilin se quedó a defender el Reino. Jamás se volvió a saber de ella.

Durante el fin de lo que sería su niñez, el odio de su padre a la Plaga que asoló su Reino y le arrebató a su mujer, hacía mella en el muchacho. Para Amadeus, esas horrendas criaturas le arrebataron a lo que más quería en su vida, su madre.

Con 12 años, Seymour le hizo ser monaguillo a Amadeus. Para el chico ya era una costumbre que su padre le ordenara sin cuestionarle. En aquella época, el chico era sumiso y callado, siempre obediente. Amadeus acabó por creerse la enfermiza visión de la Luz que tenía su padre.

Durante la pubertad, Amadeus y sus hormonas sacaron de quicio a su padre. El joven estaba aprendiendo lo que era codearse con gente de su edad, con diverso punto de vista. Y ante los incesantes arrebatos de Amadeus, Seymour intentó tomar cartas en el asunto de la única forma que conocía. Le prohibió que se juntase con el resto de jóvenes. Esto no le sentó nada bien a Amadeus. Por una vez estaba haciendo algo que él había decidido, y desobedeció a su padre marchándose fuera de la ciudad tan solo con un pequeño morral.

Durante su huida nocturna, se adentró en la Cuenca de Arathi, zona conflictiva entre la Horda rebelde y las fuerzas de Stromgarde. Entre sus torpes pasos y sus agotados jadeos, llamó la atención de una pareja de trols armados, el chico jamás había visto uno de cerca, sentía miedo a la vez que curiosidad.

Uno de los Trols rio ante la torpeza de Amadeus mientras el otro se acercaba a pasos toscos en dirección al chico. Amadeus cayó de espaldas de un respingo soltando el morral del miedo que tenía, arrastrándose en dirección opuesta.

Fue entonces cuando dos guardias de Stromgarde irrumpieron en escena junto a su padre, que había salido en su búsqueda al poco de enterarse de su huida. Los guardias se encararon a los trols, mas estos no se achantaron. La cabeza cubierta por el casco del soldado, cortada de su propio cuerpo, acabó a los pies de Padre e Hijo. Mientras el otro acabó empalado en ristre contra el suelo por el mandoble de uno de los trols.

Los beatos no tardaron en poner pies en polvorosa al ver tan cruenta escena. Siendo perseguidos por los trols, Seymour tropezó y le gritó a su hijo que siguiera corriendo. Amadeus se detuvo a levantar a su padre, pero este no se dejó. “No pierdas el tiempo ¡Vete, corre!” fueron las últimas palabras que Amadeus oyó de su padre, pues el joven aterrado y confuso solo pudo obedecer y huir.

Amadeus jamás se perdonaría lo que ocurrió ese día. Si él no hubiera escapado, esos dos hombres y su padre seguirían con vida. Era un cobarde, jamás había combatido en su vida. Fue al año siguiente, teniendo 18 años, cuando decidió alistarse al ejército Stormgardiano.

Amadeus nunca había empuñado un arma de verdad, ni se había peleado nunca en su vida. Su oficial lo supo nada más verle, y le dijo que no duraría ni una semana. Amadeus no llegó a superar el periodo de instrucción, no estaba hecho para el combate, aunque aprendió a desinhibirse.

Finalmente, Amadeus ingresó en la Iglesia de la Luz, es lo que su padre deseaba desde siempre, que su hijo siguiera sus pasos. Al paso del año, su maestro Evanson llegó a estar impresionado con la paciencia y la dedicación del joven.

Ahora en el año 30, Amadeus y su maestro han viajado a Ventormenta por petición de Evanson, ya que su familia está allí y nada retiene a Amadeus en Stormgarde.

Editado por rhid

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