Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
neorexx

Nharden Sward El Espadachín

Recommended Posts

  • Nombre: Nharden Sward
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 21
  • Altura: 1,86
  • Peso: 84
  • Lugar de Nacimiento: Elwyn
  • Ocupación: Ninguna
  • Historia completa

 

Descripción física:

Cabellera larga y plateada casi blanca con ojos verdes y una piel clara, tien un aspecto joven pues lo es, su fisionomía es musculosa sin cicatrices ni lunares, es alto y de pies medianamente grandes.

 

 

Descripción psíquica:

Una persona desidida, si tiene algo en mente lo hace y punto, muy carismatico y buena persona, si tiene la oportunidad te leantará el animo.

Ayuda a quien lo necesite pero todo tiene un precio en la vida, su familia es lo mas importante para él, los amigos sobran pero familia solo una.

Tiende a tomar malas deciciones en presión y no puede evitar su ira cuando se lo provoca.

 

 

 

Historia

 

El día que nació Nharden significó el día más importante en la vida de sus padres, pues tendrían algo por lo que seguir, algo por lo que luchar para proteger. Ellos se conocieron en la segunda guerra, guardándose las espaldas entre las filas de batalla de Ventormenta y de la alianza en general, El padre, que en ese entonces era llamado Jack Sward, era un joven cazador que se unía a las fuerzas del ejército para entregarle un futuro mejor a los habitantes de su pueblo, y la madre, un poco mayor que él, era una hábil guerrera en el combate cuerpo a cuerpo llamada Rebeca Courthson que peleaba en la guerra por vocación, después de pasar tiempo juntos se enamoraron y tuvieron un hijo, al cual llamaron Nharden.

 

Vivían en una cabaña cerca de Villadorada donde cuidaban de su amado hijo, aunque no lo pareciera Rebeca era muy maternal a pesar de ser soldado, por lo que no tuvo problemas en dejar su trabajo un tiempo para criar a Nharden, Jack cazaba de vez en cuando para comer así como vendía las pieles, a veces tenían que comprar en Villadorada el alimento, y cocinaba para su familia no importaba lo cansado que llegara a casa. Ambos padres se preocupaban por darle un futuro mejor a su hijo por lo que a cierta edad decidieron que fuera instruido en la abadía, a si Rebeca podía volver a su trabajo aumentando los ingresos de su familia debido al tiempo que pasaba cuidando de su hijo.

 

En el transcurso de su educación Nharden iba conociendo gente hablándoles sin timidez ni titubeos, era muy carismático y simpático con las personas que lo rodeaban. Así como conocía más personas un día vio curioso como un extraño de vestiduras negras entrenaba con la espada, Nharden sin más que hacer se acercó al extraño y éste se voltea apenas siente su presencia y mira con una mirada sombría a Nharden.

 

-¿Qué haces aquí niño?, ve a jugar a otra parte…

 

Nharden al ver que el hombre lo está “invitando” a irse no hace caso y le contesta.

 

-¿Jugar? ¿Quién tiene tiempo para eso?…

 

El extraño se sorprende al oír las palabras de Nharden, y suelta una risa que con su mirada de asesino no hacen más que intimidar a Nharden.

 

-Vaya… pero que tenemos aquí, un pequeño valiente… Bueno si eres tan valiente, supongo que empuñar una espada no será nada para ti- dice mientras le entrega la espada de reverso.

 

Nharden sin otra opción toma la espada del extraño, esta pesa pero poco a poco empieza a poder con ella.

 

-Bien, ahora levanta y golpea- Parece estar probando la capacidad del niño

 

Después de cierto tiempo practicando dando espadazos al aire Nharden está un poco cansado pero con buenos resultados. Mientras el extraño observa este pone su brazo en la mano que empuña la espada y le dice.

 

 

 

-Ya es suficiente, vuelve mañana y te enseñaré un poco más- Nharden al oír esto asiente y ve como el extraño se va.

 

Y así cada cierto tiempo el hombre regresaba para darle unas cuantas lecciones de espada a su nuevo “alumno” el cual mantenía la existencia de que sabía manejar una espada en secreto de su familia y amigos, esto le llevó a poner excusas cada vez que iba a aprender. Poco a poco fue conociendo más al hombre que lo entrenaba, este se hacía llamar Blake y al parecer tenía un pasado oscuro que nadie conoce o al menos eso creía Nharden.

 

Ya en su adolescencia Nharden manejaba muy bien la espada siendo ya tres las veces que se enfrentó con su instructor, siendo cero las que ganó pero aun entrena tanto con la espada como físicamente, esto sus padres lo notaron y un día le preguntaron qué estaba pasando, Nharden sin otra salida les cuenta a sus padres que entrena con la espada, estos sorprendidos preguntan desde cuándo y la respuesta les deja aún más sorprendidos pero no tanto a su madre, que es la espadachina de la familia y por lo tanto el interés por la espada que a ella le llegó de joven también se ve reflejado en su único hijo, por lo cual Rebeca lo felicita y le desea suerte. En cambio su padre le regaña con que no debe ocultarle cosas a su familia y las consecuencias que eso puede traer.

 

Días más tarde le llega una carta de su instructor que llega mañana y que se prepare para enfrentarle, piensa probar su progreso en un combate.

 

-Mañana será el día en que lo venceré- se dice a sí mismo.

 

Al día siguiente ambos se han reunido en un lugar alejado del bosque llevando espadas de madera. Ambos desenfundan espadas y se preparan para cargar contra el otro.

 

-Muy bien, veremos que tienes ahora- Le dice Blake.

 

Nharden se queda mirándolo intentando encontrar alguna abertura, y de repente siente el impacto de su espada chocando con la de su instructor, aplica cada vez más fuerza para hacerle frente, y en un momento gira hacia la izquierda e intenta asestarle un golpe sin lograrlo debido a la buena defensa de su adversario, ambos se encuentran chocando espadas constantemente hasta que Blake de un asalto golpea a Nharden en el hombro, éste retrocede al sentir el impacto y se reincorpora cargando contra Blake chocando espadas, Blake se echa para atrás e intenta dar un golpe directo al pecho, justo cuando Nharden se agacha para esquivar el impacto éste da una estocada al pecho de Blake tirándolo al suelo y apuntando la punta de su espada al cuello.

 

-Gané-dice Nharden

 

-Jej, si creo que si-dice al aprendiz con una sonrisa

 

Nharden le extiende la mano para levantar a Blake el cual sujeta la mano y se levanta, se sacude el traje con las manos quitando la tierra que lo cubre y enfunda la espada.

 

-Ya no te enseñaré nada más, a partir de ahora deberás desarrollar tú técnica solo-dice Blake

 

-Entiendo, bueno espero algún día volver a enfrentaros-dice Nharden

 

Blake asiente y se voltea caminando hacia la ciudad, a partir de entonces Nharden no lo volvió a ver, pero siguió desarrollando su técnica hasta la adultez donde sale de casa y se despide de su familia para hacer su propia vida, quien sabe que le espera.

 


 

Progresos: Rango economico 3.

Caminando y caminando me hé encontrado con una posada en el barrio viejo, esta se hacía llamar La Capital, sin duda los alrededores eran nefastos, no valía la pena pasearse por aqui al menos que los precios fueran justos, y así fueron. Pagué por cinco noches, ya queda solo una, las personas dentro eran amigables, conocí a Nicholas buen sujeto, aun que un poco ocupado segun lo hé visto, Joshep el posadero, no tengo mucho que decir de él, Alondra, una chica callada y con un perro llamado Runa, Bodvar un enano un poco excentrico pero buen sujeto, suelo hablar con él de vez en cuando, Margot una hermosa enfermera, aún no he probado su comida pero me han contado que es lo mejor que se puede conseguir por aqui en el barrio viejo... no se como tomarme eso. Con una cerveza en mano, y donde dormir el día fué tranquilo.

Hasta que llega Bodvar y me reta a un pulso... Yo sin inconveniente acepto, y termino ganando.

Pasaron los días, yo dibujaba de vez en cuando, algunas veces fuera del barrio, pero sin duda el dinero se agotaba, entonces conocí al montaráz Faler que me explico como unirme al ejercito, una salida que me quedaba comoda, entonces hago una carta y la llevo al cuartél en Villadorada. Al pasar voy a la abadía y dibujo un poco la gran estructura, hermosa arquitectura sin duda, y entonces me habla un joven llamado Konstantine, yo como siempre lo saludo con una sonrisa y este se ofrece a mostrarme la abadía, yo sin pensar acepto, pero nos reciven dos paladines los cuales impiden el paso a civiles, asuntos militares...

Entonces me despido de Konstantine, me dirijo a la posada y bebo un poco de agua. La noche se acercaba y sin mas que hacer desido descansar un poco.

 

 

 

Editado por neorexx

Compartir este post


Enlace al mensaje
Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...