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robredo

Edgardo

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  • Nombre: Edgardo
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 35
  • Altura: 1.92
  • Peso: 170
  • Lugar de Nacimiento: stratholme
  • Ocupación: Paladin, Minero, Joyero
  • Historia completa

 

Descripción física:

Alto, fornido, pelo largo color negro, es liso y lo usa amarrado en estilo cola de caballo, ojos oscuros, piel entre blanca y trigueña.

 

 

Descripción psíquica:

Reservado, amigable, servicial, ayuda siempre que puede, no soporta ver el abuso del fuerte al debíl, habla mucho solo con los que tiene confianza, normalmente se aparta de los problemas.

 

 

 

Historia

 

Nacido en la ciudad de stratholme 10 años antes de que esta fuera consumida por la supuesta ''justicia'' del príncipe Arthas. Mi padre era minero y mi madre una herrera que siempre mantuvo su personalidad femenina sin verse afectada por su oficio. Mi padre conseguía todo tipo de minerales para que mi madre prepare las mejores armas y armaduras, a veces él salía durante semanas a buscar minerales fuertes y de mejor calidad, pero mantenía su comunicación con la familia mediante cartas. Yo me encargaba de atender la tienda de la familia y mi hermana menor la mantenía limpia y en orden. Tengo 2 hermanas, una que es 2 años mayor que mí, se llama Maite, quien a los 15 años de edad se fue a estudiar magia en la ciudad de Dalaran, y aún se encuentra ahí. y mi otra hermana se llama Ana Celeste, es 6 años menor que mí. Mantuve una buena relación con mis hermanas, en especial con la pequeña, que aparte de verla como mi hermana menor, también sentía como si fuera mi hija, siempre cuidando de ella, pasaba casi todo el día con mi hermana menor, jugando y explorando los alrededores de la ciudad durante su tiempo libre, la defendía sin dudarlo un segundo de los demás niños que trataban de molestarla.

 

Durante el asedio a la ciudad de Stratholme por parte del príncipe Arthas y el señor de la muerte Mal'Ganis, mi familia y yo escapamos por la parte trasera de la ciudad, dejando atrás todas nuestras pertenencia, huyendo a las montañas cercanas, viendo desde los árboles, la ciudad en llamas, sabiendo que ya no podríamos volver más a nuestro antiguo hogar, decidimos encaminarnos hasta la Ciudad de Dalaran, donde mi hermana mayor estaba, llegando en unos días, caminando sin descanso, ahí le contamos lo sucedido a Maite, quien ya había escuchado unos rumores sobre el príncipe y su obsesiva cruzada. Temiendo lo peor, Maite nos recomienda abandonar la ciudad juntos, he ir a Montañas Crestagraña, cerca de la ciudad de Ventormenta, para estar más seguros, todos estaban de acuerdo, así que partimos al día siguiente por la mañana, habían comprado un caballo y una carreta con provisiones, el oro lo puso Maite quien tenía guardado.

 

Durante el camino tuvimos que desviarnos varias veces, ya que mirábamos a lo lejos algunos no-muertos perdidos, aunque la familia reacciono sorprendida al ver esas cosas, Maite se mostraba tranquila, dijo que había visto cosas más extrañas estudiando con los magos de Dalaran, llegando a la frontera de Cuenca de Arathi, cruzando el puente que une la zona con los Humedales, fuimos atacados por un grupo de Orcos, eran meros bandidos, así que mi hermana usando lo aprendido se deshizo de ellos rápidamente, fue impresionante verla luchar, jamás creí que podría hacer algo así, aunque fueron solo tres orcos, fue algo impresionante. Pero al final del puente había más orcos, cinco. No… seis orcos, corrimos de regreso al otro extremo, donde había cuatro orcos más…. Estábamos rodeados, no teníamos a donde ir, mi padre rápidamente saco su espada y nos dijo que nos mantuviéramos en la carreta, mi hermana se negó y decidió pelear junto a él, sabíamos que no era más una niña, así que mi padre cedió… los orcos se aproximaron a nosotros corriendo y gritando por ambos lados, no sabíamos cual defender, así que mi padre se enfrentó a los seis del frente y mi hermana a los cuatro de atrás, mi madre se paró sobre la carreta y comenzó a lanzar flechas con una ballesta que trajo desde stratholme, ya la había visto antes, pero creí que solo era adorno, la batalla fue ruidosa, mi hermanita no paraba de llorar, yo la tenía abrazada en mis brazos, tratando de que se sintiera segura, luego una flecha pasa frente a mí rostro, pensé que mi madre se estaba descuidando y disparando sin cuidado, pero la dirección en la que iba…. No era la que yo esperaba… esa flecha no fue lanzada por mi madre… fue lanzada asía ella. rápidamente levanto mi cabeza y lo veo, una flecha atravesada en el pecho de mi madre, quede paralizado mientras sostenía la cabeza de mi hermanita para que no pudiera ver lo sucedido, yo empecé a llorar, lloraba a cantaros sin poder detenerme, en un momento comencé a gritar por el dolor de ver morir a mi madre delante de mis ojos, mi padre rápidamente voltea hacia nosotros al oír los gritos, y mira inmóvil a mi madre sobre la carreta, desangrada por el orificio donde entro la flecha, fue desastroso para él, tanto que quedo congelado en su sitio, sin poder comprender con claridad lo sucedido… fue un grave error, un orco lo ataca por la espalda, clavando su hacha en él.. mi padre sucumbe y cae al suelo. acababa de perder a mis dos padres justo delante mío. mi corazón se rompió en pedazos, tratando de razonar por un momento, le grite a Maite que nos fuéramos de ahí, pero estaba igual que yo, sin saber qué hacer, vio el cadáver de nuestros padres, pero ella no paro de luchar, congelo a unos orcos y calcino a otros, pero llegaban más por los extremos... estando ya agotada decidió hacer algo que no pensé que fuera posible en esa situación, me abrazo fuerte, a mi hermanita y a mí, nos abrazó con todas sus fuerzas, y nos dijo al oído lo mucho que nos amaba, luego de esos, nos empujó por el costado del puente, no podía comprender lo que pasaba, mientras caía por el aire con mi hermanita en mis brazos, en dirección al rio de abajo, sentí como si aquello paso en cámara lenta, veía a mi hermana mayor sonriendo y diciendo una última frase: los amo... y nuestros padres también los amaron.

 

Luego de eso vi como levanto sus manos al aire, y dando un fuerte grito cuando estaban los últimos orcos al lado suyo a punto de atraparla… ella se inmolo… todo el puente se prendió en llamas, quemando a los orcos hasta reducirlos a cenizas. y a ella misma junto con el cadáver de nuestros padres…

 

Cuando caí al agua por poco y me ahogo, aún seguía perplejo por lo sucedido, mi hermanita ya no lloraba, porque estaba en shock, llegamos a la orilla y ahí descansamos un momento, al principio pensé que vendrías más orcos, pero supongo que mi hermana ya los había matado cuando…. cuando… cuando se sacrificó por nosotros, mi hermana pequeña se quedó dormida a mi lado, tenía el rostro enrojecido, creo que por tanto llorar, se durmió por el cansancio mental de la situación, así que la cargue en mi espalda, y nos dirigimos al sur siguiendo la orilla del rio, llegando al mar y finalmente llegando al puerto de Menethil, ahí en la posada bulliciosa entre sin permiso alguno, un hombre me dijo en la entrada que ese no era lugar para niños, pero lo ignore y entre sin prestarle atención, subí por las escaleras, delante de todos, podía sentir sus miradas fijas en mí, preguntándose quien era yo, llegue a una habitación y recosté a mi hermana en una cama vacía, yo me desplome a un lado en el suelo y empecé a llorar, llorar sin control, no podía dejar de hacerlo aun sabiendo que podría terminar despertando a mi hermanita, en unos momentos entro la posadera a la habitación seguida de unos hombres que se quedaron a ver desde la entrada del cuarto, la posadera me pregunto qué pasaba, y tras unos momentos logre contener mis lágrimas, y le conté lo sucedido, como tuvimos que abandonar nuestro hogar, como fuimos atacados, como vi morir a mis padres delante mío… como vi a mi hermana mayor dar la vida por mi hermanita y por mi… después de contar lo sucedido empecé a llorar de nuevo, como temía mi hermanita se despertó por el ruido y recordó de inmediato lo sucedido y empezó a llorar también, se lanzó a mis brazos llorando, realmente era una imagen trágica la que tenían en frente esas personas, la posadera nos dijo que podíamos quedarnos con ella, ya que no teníamos a donde ir, acepte pensando que ocupaba un lugar seguro para mi hermanita, ella es lo último que me queda en la vida, pasaron los días, las cosas se calmaron un poco, pero no volví a ver sonreír mas a mi hermanita, yo ayudaba en los deberes en la posada, cortaba leña, y hacia envíos, mi hermana pasaba el día en la cocina.

 

Una noche cuando volvía de dejar unos consumibles en una granja cercana, entre a la habitación y vi llorando a mi hermanita, rápidamente me acerque a ella y le pregunte que pasaba, me dijo que tenía miedo, tenía miedo de que algo me fuera a suceder mientras estaba afuera, de que algo le suceda a ella, o a las personas que nos rodea…

 

En ese momento decidí que sería alguien fuerte, alguien que pueda proteger a todos, definitivamente me haría alguien realmente fuerte, para que mi hermana nunca más vuelva a sufrir como en esos oscuros días.

 

Un día llego un viajero a la posada, bestia una reluciente armadura, y andaba con un enorme escudo en su espalda, me dijo que era un Paladín, un guerrero de la luz encomendado a la protección del prójimo, alguien que dará su vida por los demás, yo en ese instante le dije que quería ser un Paladín como él, me dijo que si ese era mi destino, podría probar en ir a la Abadía del norte, en bosque de Elwyn, que ahí se sabría si tenía o no lo necesario para ser elegido por la luz y servir a los demás, yo emocionado le conté la idea a la posadera y a mi hermana, les dije que me volvería alguien fuerte para poder protegerlas, mi hermana al inicio no estaba de acuerdo, pero pudo ver la determinación en mis ojos, así que accedió a dejarme partir a ese lugar, le dije que viniera conmigo, que no quería dejarla atrás, que quería tenerla siempre a mi lado para asegurarme que estuviera bien, pero se negó, dijo que estaría más segura en la posada, que constantemente es visitada por viajeros, que si ocurre algo, ellos están dispuestos a ayudar. Así que partí junto al Paladín que accedió a llevarme ahí, le prometí a mi hermana que volvería en unos meses, que no se preocupe por las noches, que volveré siendo un gran Paladín. Dándole un fuerte abrazo y diciéndole lo mucho que la amaba, me despedí de mi hermana. ella me sonrió, me volvió a sonreír, esa sonrisa que casi había olvidado, me la dio al despedirse.

 

empecé mi viaje, logre llegar en unos días a bosque de Elwyn, sin ningún percance, ahí el Paladín me presento ante un sacerdote, quien se me quedo viendo fijamente y me dijo: puedo ver en ti que has sufrido mucho, dime ¿Por qué quieres ser un paladín?

 

A lo que yo respondí: hay una persona muy querida por mí, y quiero protegerla, a ella y a quienes la rodean.

 

El sacerdote dijo que estaba bien, que empezaríamos mi entrenamiento y hace poder convertirme en un paladín especializado en la protección del prójimo.

 

‘algún día hermana…nos volveremos a ver’

Editado por robredo

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