Velanys Furiaceleste

[diacono17 8]

• Nombre: Velanys Furiaceleste
• Raza: Quel'dorei
• Sexo: Mujer
• Edad: 85
• Lugar de Nacimiento: Quel'thalas
• Ocupación: artista-creadora de melodías

 

Descripción física:

Velanys mide 1 metro 65 centímetros, pesa 55 kilos, su piel es blanca, ojos azules grandes y cabello azulado claro y largo, es de cuerpo atlético y bien formado, sus labios son algo gruesos, usa pendientes en ambas orejas, no tiene marcas particulares o cicatrices. Posee caderas anchas y piernas gruesas y firmes. Lleva consigo una vestimenta de tela Thalassiana común, zapatillas de cuero, una mochila para llevar algunas pertenecías como su ocarina, algunos papiros, tinta y una pluma para tomar apuntes, de igual manera carga consigo una espada corta Thalassiana.

 

 

Descripción psicológica:

Velanys es alegre, optimista y soñadora, siempre enfrenta las peores situaciones con una sonrisa, motivada por cada melodía que expresa con su ocarina, odia la violencia, pero cuando tiene que defender sus ideales o las personas en dificultades lo hace con todo su ser; cuando se sumerge en la música parece ausente de la realidad ya que se llena de inspiración para crear las notas más dulces para llevar alegría a los que la escuchan. Su motivación es aprender cada día más de la música y de los diferentes instrumentos que existen en Azeroth.

 

 

La música en el viento

Aquella tarde en Quel’thalas el viento susurraba una hermosa melodía, era como si la naturaleza se alegrara de aquel nacimiento, uno que estaría marcado por el hermoso sonido de la vida y quizá por melodías tristes que forjarían el carácter necesario para sobrevivir.

Había llegado el momento, aquella pareja de elfos recibían con alegría la llegada de su hija, entre llanto y sonrisas una nueva vida era recibida, desde aquel instante su destino estaría marcado por la magia, era la tradición de la familia Furiaceleste, que todos sus descendientes pertenecieran al mundo de la magia, y dejando su nombre inscrito en ella.

Velanys Furiaceleste era su nombre, mientras sus padres cuidaban y protegían del reino de Quel’thalas, ella se divertía y jugaba sin parar, aquellos bosques los conocía como la palma de su mano, siempre con una melodía en su boca, recorría sin parar cada centímetro de ellos, se mecía en el viento, el cual susurraba finos cantos con su fuerza; al llegar a casa siempre tenía una nueva canción para sus padres, los cuales se sorprendían de la imaginación de su hija, aquella virtud se hacía mucho más fuerte con el paso del tiempo.

Era un día como cualquier otro, en sus constantes recorridos por el bosque, Velanys se encontraba inquieta, era como si su cuerpo le pidiera crear algo para expresara toda la música que llevaba por dentro, inventar canciones ya no era suficiente, tenía que darles vida, darles una melodía, así como el viento susurraba las historias de sus antepasados, con gracia y coherencia, era necesario plasmar su música en un instrumento que les diera vida y que las interpretara por siempre; con una daga que llevaba, corto un tronco de un viejo árbol del bosque, empezó a darle forma guiada por su imaginación, así duro varias horas, hasta que consiguió darle vida a aquel pedazo de madera, ahora tenía una forma ovalada y alargada con algunos orificios y una entrada para soplar, poco a poco fue practicando, soplaba y tapaba algunos orificios con sus dedos en busca de algún sonido placentero pero no lo conseguía, solo se escuchaba el resoplar sin gracia en un tronco hueco, varios meses pasaron y Velanys seguía practicando sin lograr ningún progreso, poco a poco su paciencia flaqueaba y pensaba que no tenía ningún sentido seguir, pero algo muy dentro de ella la motivaba y le impedía rendirse, era una combinación de terquedad y orgullo lo que la mantenía en pie.

Luego de un año de práctica, lleno de penurias y fracasos, Velanys se acerca a sus padres una noche en la que se encontraban frente al fuego de su morada, con una sonrisa en su rostro les pide que escuchen atentamente lo que les iba a presentar, los padres llenos de curiosidad voltean hacia ella y esperan a que su hija exprese lo que fuera que tuviera planeado, Velanys llenándose de valor, saca aquel instrumento de viento, fabricado por ella misma y comienza a fluir de sus labios una hermosa melodía, era como si el viento mismo se encontrara dentro de la morada, un buen rato escucharon a su hija sin decir una palabra, estaban tan sorprendidos y felices que no podían ocultar su orgullo, al terminar de interpretar aquella melodía, Velanys se queda mirando a sus padres llena de expectativa, esperando alguna palabra para darle un valor a aquella muestra de su ser, que quiso regalarles aquella noche, sus padres se levantan y con una tierna mirada le brindan un aplauso lleno de furor por aquella bella interpretación, los tres se funden en un abrazo inocente, lleno de felicidad y esperanza.

Pasaba el tiempo y Velanys se hizo mayor, su habilidad con aquel instrumento de viento creado por ella, se fortaleció y mejoraba cada vez más, pero pronto el destino que su familia tenía para ella desde muchas generaciones anteriores estaba por alcanzarla, su padre orgulloso le comunico un día que ya era tiempo que comenzara su aprendizaje en la magia, ese era su destino, al igual que toda su familia y los que vendrían, Velanys llena de rabia y desesperación se negó con fuerza para asombro de su padre, con su discurso le hacía saber que su vida era la música, quería recorrer el mundo y seguir aprendiendo, aun le hacía falta mucho conocimiento, quería crear una melodía tan perfecta, que cautivaría al mundo entero; aquellas palabras enojaron mucho a su padre, le dio dos opciones a escoger, sus sueños y su música o el destino de su familia, la magia, con la advertencia que si escogía su camino, se olvidaría para siempre de su familia y tendría que marcharse para siempre; Velanys ofendida y llena rabia le dio la espalda a su padre y se marchó, aquel fue el último día que se vieron.

Desde aquel momento Velanys comenzó su aventura, viajando por diferentes reinos y aprendiendo del arte y la música a donde iba, conoció diferentes instrumentos y formas de tocarlos, lo cual le dio nuevas ideas para mejorar el propio, aun así le hacía falta mucho por aprender, muchas adversidades vivió, trabajando por el alimento de cada día y un pequeño lugar donde pasar la noche donde quiera que iba, a pesar de todo no se rendía y mantenía la esperanza de conseguir su objetivo, todo aquel sufrimiento seria el fruto del éxito algún día, solo con ver las sonrisas de aquellos que escuchaban sus melodías le daban ánimos para continuar en tan dura empresa.

Luego de mucho tiempo pudo enterarse de que su reino Quel’thalas fue destruido por un príncipe de Lordaeron llamado Arthas, aquel hombre, guiaba un ejército de no muertos que arrasaron el reino y a todo aquel que se le enfrentaba, más de la mitad de elfos nobles murieron en aquella matanza y los pocos que quedaban se refugiaron en reinos humanos como exiliados; al pensar en todo esto, Velanys recordó a sus padres, una lagrima rodo por sus mejillas implorando a Belore que sus padres siguieran con vida, pero muy dentro de ella sabía que eso sería algo imposible. Muchos años pasaron y Velanys continuo con su objetivo, aprendiendo cada día más de la música a donde quiera que iba, esta vez se dirigía al reino de Ventormenta en busca de conocimiento y una mano amiga que la instruya para lograr su más grande objetivo, una melodía que haga cautivar a todo Azeroth.

 

 

 

 

 

 

Editado September 20, 2018 por diacono17

[diacono17 8]

Después de un tiempo de viajar por los reinos del este aprendiendo sobre la música y mejorando la habilidad con su ocarina, Velanys decide regresar a Villadorada poner un poco de calma a su vida y su andar errante, quiere sentir la calidez de lo que alguna vez sintió como hogar, quizá queden algunos de los pocos amigos que hizo hace mucho.

Editado September 20, 2018 por diacono17
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