Saltar al contenido
Conéctate para seguir esto  
Elireth

Alexander Maxwell

Recommended Posts

  • Nombre: Alexander Maxwell
  • Raza: Humano
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 30
  • Lugar de Nacimiento: Paramos de poniente
  • Ocupación: Marinero
  • Historia completa

 

Descripción física:

Alto, cuerpo fibrado y ágil, musculatura marcada pero nada corpulento. Lleva siempre la ropa bien arreglada aun cuando sean harapos, el pelo bien peinado y sus tatuajes siempre resaltan. Los tiene por muchos lugares y cada uno guarda una razón de ser.

Su rostro es fino, sus rasgos no son demasiado bruscos.

 

uncharted-4_drake-looking1.jpg

 

Historia

 

 

 

¡ Y aqui estaaas ! -una voz resonó por la oscura recámara, con olor a moho y sal marina. Debía ser un barco pues se bamboleaba y las tablas del suelo hacían ruidos raros como si se quejaran. La voz era clara, burlona pero relativamente distante y encajonada. Una respiración agitada se escuchó y entonces se hizo la luz. En el centro de la sala un hombre amarrado a una silla observaba un poco aturdido por el cambio repentino de ambiente aquel que le había hablado. Un joven alto, de cabello negro y no muy corpulento cuyo rostro mostraba una cicatriz en el labio. Una ropa curiosamente elegante, probablemente alguna moda Goblin con retazos de cuero digna de cualquier pirata, un cabello bien peinado y una sonrisa divertida. Aquel curioso hombre caminó hasta el sujeto de la silla y como si se tratara de un amigo, le palmeo el rostro y se acercó - ¿Como has estado?, ¿te han tratado mal estos idiotas? - un par de hombres miraban desde la puerta, pero cerraron al momento. El hombre de la silla negó con tranquilidad, no parecía entender qué pasaba - ¿Qué hago aquí y quien eres tu?  - el hombre entonces le tomó el rostro con cierta fuerza apretando sus cachetes - Alex para los amigos, y tranquilo, tendremos muuucho tiempo para presentarnos - y tras esto lo soltó. Caminó por los alrededores hasta una mesa donde una botella de vino y una copa le esperaban. Se sirvió un trago y camino de regreso - Dime una cosa, ¿que hiciste para que la dama de los siete te persiguiera por todo azeroth?, todos hablan de matar a un tal Michael - el tipo alzó la vista, frunciendo el ceño- ¿Por eso estoy aquí?, son solo tonterías que algunos han inventado para dañarme. Deberías soltarme, esto es un malentendido. - Finalmente Alex se paró frente a él y tras dar un trago a la copa le ofreció uno. Pero debido a su estado, él nunca pudo beberla, esto pareció enfurecer a su anfitrión quien derramó todo el vino en el rostro del capturado - Te doy la oportunidad de explicarme todo por las buenas, como caballeros. Te ofresco vino y espero, y me niegas la verdad tanto como la cortesía de recibir mi bebida -  lanzó la copa contra una pared rompiéndola en pedazos - ¿De qué te sirve negar la verdad?, de todas formas, vas a decirlo - El hombre abrió los ojos de par en par por el cambio repentino de actitud - ¿No es asi, Lester? - abrió un cajón y sacó una herramienta como pinza bastante alargada y un cuchillo afilado - comencemos el juego…

 

Esto será muy, muy divertido…

 

Días después Alex se encontraba en la proa, sentado tranquilamente fumando un puro mientras observaba al mar. Estaba esperando el momento apropiado para terminar algunas cosas pendientes. dió una calada al puro de nuevo y luego lo tiró al mar, era momento de regresar al interior. Bajó por varios niveles, hasta la cámara más profunda, mohosa y oscura del barco. Una suerte de celda improvisada. Abrió la bisagra que parecía tener mucho tiempo sin usarse y encendió el fuego iluminando parcialmente la instancia. Al patear una pequeña compuerta en el interior, una caja metálica se bario y de allí cayó el cuerpo apenas vivo de quien una vez fuera Lester, ahora completamente catatónico, temblando como pez fuera del agua - Ah, vaya, aun estas vivo. Que bien - se agachó y colocó una rodilla en su costado, tomando luego su rostro para mirarle a la cara. Sus ojos estaban vacíos, llenos de pánico - ¿Cuál es tu nombre? -tardó un rato en responder - r-rata… de mar… - Alex sonrió - Muy bien, rata de mar. Descansa, pronto vendré por ti. Vuelve a tu caja - se puso de pie y esperó. El sujeto, como fuera de sí, se levantó y volvió a meterse en esa pequeña caja. Ni siquiera habló, solo lo hizo y el único sonido que hacía, era aquel que generaba el temblor de su cuerpo. Alex  se deleito de aquello y salió.

 

Las horas pasaron, hasta que dos hombres buscaron a la víctima de tan horrible destino solo para ponerlo frente al capitán - ¡ Aqui esta mi rata ! - dijo Alex una vez lo tenía al frente, tras el imponente escritorio, el capitán del barco miraba incrédulo el resultado - ¿Esto lo has hecho tu? - Alex asintió complacido con esa sonrisa curiosa en el rostro - Huele a mierda y demas, pero eso se resuelve con un baño. Por lo demás, va hacer lo que quieras sin oponerse a nada. Ahora solo es un animal. - alzó una ceja el capitán, aún más incrédulo - quiero ver eso - desenvainó su cuchillo y lo puso en la mesa - quiero que se apuñale así mismo la mano - Alex asintió y simplemente hizo un gesto a la rata. La víctima se acercó, tembloroso y confundido, con ojos desorbitados, tomó el cuchillo y sin dudarlo lo clavó en su mano izquierda pegando sendo chillido lastimero antes de sacarlo de nuevo - ¿Lo ve?, está hecho. He cumplido mi parte.

 

El capitán observó en silencio por un largo rato y luego de nuevo a Alex, estaba sopesando algo - Bien, me será útil para los proyectos futuros. Preparate, pronto cazaremos a su hermano y pondremos fin a esto - y tras decirlo invitó a salir a Alex - Como usted diga capitán - y tras una reverencia burlona se dio la puerta y salió. Por lo general, los demás miembros de la tripulación no hablaban mucho con él y por ello solo se limitaba a fumar y beber en alguna parte del barco. No necesitaba hacer nada más, tenía una posición privilegiada gracias al trabajo sucio que cumplia. Cazar y destruir psicológicamente a los enemigos del capitán.

 

Quien iba decir, pensaba él, que un sureño iba terminar siendo un enloquecedor a sueldo. Si es que así se le decía. ¿Pero que iba saber él?, hace mucho tiempo que perdió todo. Su hogar, su familia y su cabeza. Y quienes hicieron eso crearon un monstruo vengativo. Alguien cuyo único deseo es encontrarlos y destruirlo de formas inimaginables. El problema, es que esos enemigos son más poderosos que él. Sobretodo cuando su capitán, es uno de ellos.

- Prepararme para lo que vendrá… sin duda, estaré preparado… “capitán” - dejó caer el puro, su rostro era serio, su mandíbula apretada. Su mente no podía parar de pensar en lo que vendría. Un poco de venganza, finalmente.

 

Los días y las noches pasaron, finalmente el día se acercaba. Ahora estaban cerca de la costa y la noche llegó para felicidad de Maxwell. La rata abrió la puerta a medianoche. Con sumo cuidado Alex se coló en el camarote del capitán gracias aquello y se acercó en silencio. En cuanto tuvo oportunidad se colocó sobre el capitán tapando su boca con tela de la cama. Apretó con fuerza mientras reía mirandolo, con mirada perdida - ¡ Aahh… sí, ¿pensaste que me había olvidado de ti? ! - el capitán se movía como loco. La rata observaba por si alguien se acercaba - Bastardo confiado, sabía que algún día bajarias la guardia. Ya no te resistas más, esta noche será la última. Pero… noo… no te resistas hombre. No tiene caso, deja que disfrute de esto - tras apretar lo suficiente, movió el cuello del capitán con fuerza, dejandolo inmovil pero sin matarlo - Perfecto… -se puso en pie con calma, limpiándose las manos ahora llenas de saliva - Que asco, ¿has visto rata?, el bastardo intento chuparme la mano - soltó otra risita y caminó hasta la mesa para tomar el cuchillo del ahora parapléjico capitán. Este no podía hacer nada más que ver, ni siquiera podía gritar. El cuchillo primero rasgó la ropa que tenia puesta y luego cortó algo de piel - Sabes… *se sentó sobre él mientras palmeaba un poco su rostro, divertido - pensé durante meses como sería más divertido matarte. ¿Un disparo?, no, demasiado rápido. Mi mujer sufrió mucho más que eso en tus manos - lo golpeando con el filo del cuchillo en la cara, no muy fuerte pero lo suficiente para cortarle unos tajos - Quizá… cortarte el cuello o apuñalarte, pero, seguiría siendo demasiado rápido - limpio la sangre contra la tela que cubría la cama - Pero cuando me enviaste a torturar a la rata lo entendí, eso era lo que debía hacer - se puso en pie - ¿torturarte?, no, eso sería demasiado esfuerzo invertido en ti que no mereces. Se lo que estás pensando amigo, lo se, que idiota soy. ¿Como puedo considerarte tan poco?, y siento mucho que sea así. Pero… debes entender, no dispongo de tanto tiempo en este maldito barco. Así que… para eso entrene a la rata -camino hasta la puerta dándole el cuchillo a la rata y luego susurrando algo palmeo su espalda - me asegure de que pasara mucha hambre y le enseñe que tu carne era todo lo que necesitaba para vivir. ¿Alguna vez has visto qué pasa si colocas una rata atrapada sobre el alguien, y luego calientas el recipiente?... jé, bueno. Lo descubrirás ahora - el capitán, sin nada que poder hacer al respecto solo hizo sonidos guturales y abrió los ojos horrorizado. Alexander cerró la puerta. De la nada fuego surgió por todas partes, el barco se incendiaba y la rata… la rata tenía hambre. Se abalanzó sobre el capitán. Solo un grito gutural agónico se escuchó entre las llamas y el pánico. Alex ya no estaba en el barco.

 

Había escapado.

 

Mientras remaba hacia la orilla pensaba en sus siguientes objetivos. Eran muchos, quizá le tomaría toda la vida vengarse de cada uno. Y debía comenzar de nuevo, sin nada.


Sería divertido.

 

 

Editado por Elireth

Compartir este post


Enlace al mensaje
Conéctate para seguir esto  

×
×
  • Crear Nuevo...