Brandon Strauffen

[Heaven 87]

• ...Brandon Strauffen...   Físico... Su pelo, negro y cuidado caen por los lados de su rostro palidoso, pero no por ello débil. Unas cejas, pobladas pero cuidadas que perfilan la picardía de Brandon y sus ojos, azules claros y cristalinos, demuestran su atractivo natural. En su rostro, la hendidura de una garra en su carne, ya cicatrizada, se muestra como una herida.  Poseé unos labios anchos, rodeados por una barba cuidadosamente afeitada, para que este en su punto. En cuanto a su complexión, se distinguen dos montañas como hombros y una cintura delgada, ergo, la pirámide invertida es notoria, demostrando su capacidad muscular. Sus brazos se muestran bien trabajados y sus ropajes, ceñidos pero no por ello molestos, revelan su poderío.  Va ataviado con una loriga de mallas que le protege de cuerpo a piernas y, por encima, un chaleco de cuero ceñido a la loriga. Más, por encima, suele llevar una gabardina oscura que oculta su trabajo, haciéndose pasar por la plebe normal mientras va armado a todos los lados. Tampoco sería difícil distinguir que de su espalda asoma un mandoble en su vaina, el mandoble parece tener florituras de plata grabadas en la hoja.           Aptitudes psíquicas... Poseé una lengua muy larga y afilada, aunque, la política no es su fuerte. Muestra una actitud engreida y egoista, tratando a casi todos como seres inferiores.  La mayoría de sus compañeros lo veían como alguien de fiar, aunque siempre se ha mostrado como alguien neutral. No se deben tener amigos en un campo donde puedes perderlos al girar la esquina. ...Su historia...   Brandon Strauffen, hijo bastardo de un linaje desaparecido después de la tercera guerra. Su padre, antes de morir en batalla, lo envío con su mejor amigo, experto en la caza de monstruos. El padre y el mejor amigo eran compañeros de toda la vida, juntos e inseparables. Habián derrotado a muchos entes malignos y pronto les llegaría su fin. Pero su padre vío en Brandon la oportunidad de que su linaje no desapareciese y, en sus manos corría peligro por lo que le dio la tutela a su mejor amigo. Alfredo Von Falkrait, el cual vivía en una pequeña finca a las afueras de Villaoscura, Bosque del Ocaso.  Como era un crio apenas, no podía empuñar una espada. Así que Alfredo le impuso la lectura. Aprovechando el camino de su madurez para engullir libros acerca de fauna, relatos, historias escritas acerca de cazadores de brujas e incluso, tomos mágicos arcanos acerca de las ramas y escuelas de esta. Alfredo, por otra parte, cumplió el papel de enseñarle la practica en cuanto a la magia que, más tarde, cuando creciese, la aplicaría a profundidad en sus entrenamientos. Tal era su afán sobre las historias y la narración que en su interior, un atismo de esperanza iluminó su corazón para dirigirlo a la escritura y dibujo. Pero, para cuando quiso darse cuenta, ya era mayor. La belleza de los Strauffen y picardía había hecho fruto, al igual que la frialdad que los caracteriza. La hora de empuñar una espada y aprender el arte de la esgrima había comenzado y Alfredo, no tenía piedad en eso. Recto, estricto y riguroso, Alfredo no dejaba apenas descansos a Brandon, era preciso que aprendiera y rápido. Los únicos momentos que poseía descanso era a la noche, tiempo que aprovechaba para charlar, divertirse y sentirse hombre con las sirvientas del lugar  ya que no era el único que empezaba a mirar con ojos coquetos. Ponía en practica su escritura narrando sus beladas para más tarde, trazar sus recuerdos de las curvas de las sirvientas en un papel. Era feliz, cuando no entrenaba almenos. Pero, los rumores de que la amenaza en el Bosque del Ocaso se agraviaban, su tío no podía permitirse el lujo que el ultimo familiar de los Strauffen pereciera así que aumento la intensidad de los entrenamientos y acortó sus descansos. Y, en los peores momentos, la muerte a manos de una bruja llamó a la puerta de la finca, infundiendo la ira en Brandon quien quería salir a cazar tal monstruo. Pero Alfredo no podía arriesgarse a perderlo... ¿Quizás tambien guiado por una chispa de egoísmo?.     Los entrenamientos acabaron con Brandon, así que un día, cuando Brandon aprendió un mínimo en el arte de la esgrima cogió una mochila y partió de la finca, siguiendo los caminos hacía Villaoscura y, de ahí hacia Villadorada donde su interés se despertó por al saber de un cazador que llamaban "El Brujo" o "El Lobo" aunque de herético y de animal tenía poco.     Cuando podía, le seguía desde atrás, intentando aprender de él. Y cuando no, se iba a la taberna más cercana, a esperarle mientras disfrutaba de los placeres de la vida. Era joven y era fuerte, el trabajo no le era una preocupación, podía encontrarlo rápido. Pero los tiempos han cambiado y así, su vida también esta a punto.