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Wei Yu

Erundur Dail

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  • Nombre: Erundur Diel
  • Raza: Sin'dorei
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 120
  • Lugar de Nacimiento: Lunargenta
  • Ocupación: Ninguna (por ahora)
  • Historia completa

 

Descripción física:

Erundur es un elfo con una melena rubia, de estatura alta y con un cuerpo bastante atlético, tiene un porte elegante, es un elfo bastante atractivo y con una sonrisa perfecta.

 

 

 

Descripción psíquica:

Erundur siempre ha vivido con un viejo mercenario y ex militar retirado el cual le ha inculcado su profesión, le ha enseñado a ser valeroso, astuto, perspicaz, él siempre ha soñado con ayudar a los demás.  Él tiene sus códigos de honor y sus modales propios de su raza. Siempre tiene el recuerdo de sus padres muertos y el de su hermano desaparecido... o muerto también. Es leal y fiel a aquellos que jura proteger y ayudar, elfo de palabra, pero si hay algo que de verdad destaca de él es su pasión por las mujeres, es todo un ligón.

 

 

 

 

 

 

Historia

 

Erundur no recuerda exactamente en qué sitio nació, solo sabe lo que le contaba su maestro y tutor sobre su vida, su raza, su lengua... Su maestro y tutor se llamaba Vorthul, era un elfo de sangre como él, Vorthul le contó que su padre era un guerrero de Quel`thalas y su madre era la dueña de una modesta tienda de moda allí, y que cuando Erundur era muy pequeño mataron a su madre y padre, y que él era un viejo amigo de la familia, desde entonces siempre ha tenido Vorthul a Erundur. Erundur siempre se llevó genial con su maestro Vorthul, para él, Vorthul era como un padre además de su maestro, siempre le ha cuidado desde pequeño y le ha tenido en muy alta estima, a pesar de pelearse muchas veces con él, pero era por peleas que él mismo buscaba, pues Vorthul era gruñón y se enfadaba con nada. Erundur daría la vida por él y estaría con él hasta el día de su muerte, fue la promesa que le hizo cuando tenía uso de razón, pues entendía que él le había salvado la vida cuando aún era un bebé. 

Erundur le contaba todos sus problemas a su maestro, aún recuerda aquella vez en la que le contó cómo se acostó con dos mujeres a la vez en la misma cama, Vorthul le gritó enfadado, pues le decía que debía dejar de concentrarse en las mujeres y concentrarse en cosas más importantes como su entrenamiento, pero Erundur decía que era capaz de hacer las dos cosas, y así hizo siempre, se convirtió en todo un ligón con Vorthul gruñendo y echándole la bronca siempre que podía, pero ambos estaba claro que darían la vida el uno por el otro.

La primera vez que escuchó la historia de cómo Vorthul adoptó a Erundur, ya con 110 años, Erundur le dijo a Vorthul que le enseñara su oficio de mercenario, quería aprender a defenderse y luchar contra aquellas vidas que peligrasen y a la vez recibir un dinero para poder vivir él. Vorthul era ya un viejo elfo retirado de su oficio, pues antes de ello, fue un veterano de guerra de Lunargenta, pero aún podría enseñarle sus técnicas y lo que necesita saber para ser un mercenario decente y un poco distinto. El entrenamiento con Vorthul fue duro, su maestro le hacía estar mucho tiempo en tierras frías para fortalecer su cuerpo y mente, como también le hacía luchar desarmado contra algunas bestias.

 

Pero sin duda el entrenamiento que más le marcó a él y que hizo que su maestro comprendiera que ya estaba a la altura de un buen guerrero, fue aquella vez que se enfrentó a un ogro gigante de las Estepas Ardientes, maestro y aprendiz viajaban por todos los lugares posibles, ayudando a la gente, pero un día, montaron campamento con unos compañeros de armas y esa noche, fueron atacados por el gran ogro, el cual estaba causando estragos en las zonas cercanas que eran seguras, la lucha fue feroz, la gran mayoría de compañeros cayeron, incluso Erundur más de una vez había sido arrollado por el ogro, pero su maestro vio en el esa mirada, la mirada de un guerrero que no se rendiría ante nada, una mirada llena de fuerza, coraje y gran voluntad, agarrando la lanza de su compañero, intentó un ataque desesperado, se quitó el casco para poder ver mejor a su enemigo, y con un feroz grito la lanza voló justo hacia la cabeza del gran ogro, atravesándolo y haciéndolo caer muerto, los pocos compañeros de armas que quedaron se marcharon a sus hogares, sin embargo Vorthul y Erundur continuaron su camino.

Al cabo de 10 años Erundur ya era lo que Vorthul fue al principio de su trabajo, un mercenario con los conocimientos necesarios y suficientes para sobrevivir en una pelea, Vorthul le enseñó a Erundur a usar una espada y un escudo con buena destreza, Erundur no llega a saber usarlas a la perfección, Erundur aprendió a tener modales delante de personas importantes, sabe cuándo debe callar y sabe cuándo debe hablar.

Una noche en la que Vorthul le contaba historias, la siguiente historia que le contó fue la de su hermano desaparecido, Erundur no sabía cómo reaccionar. Aquella noche se enteró de que tenía un hermano mayor, que él llevaba mucho tiempo desaparecido, entonces tuvo otro objetivo, encontrar a su hermano.

Según le contó Vorthul, su hermano mayor, fue el que le llevó a Erundur cuando era pequeño la noche en la que murieron sus padres, su hermano había llegado tarde para cuando ellos estaban muertos, le contó que no habían dejado pistas los asesinos de su padre y que cuando su hermano le entregó, él desapareció también, jurando que acabaría con los asesinos de sus padres, su hermano le pidió a Vorthul que adiestrara a Erundur, él le esperaría llegado el día para acabar con los asesinos juntos.

2 meses después se encontraba ante las puertas de la capital de su raza, con la cual había decidido quedarse tras la guerra, ya que a pesar de no haber estado siempre con ella, los ideales que tenían y su amor a la naturaleza y sus bosques, eran los mismos ideales que tenía él, pero había que añadir también, que decidió quedarse porque pensaba que así podría encontrar pistas de su hermano.

Días atrás murió su viejo maestro y tutor de vejez, estuvo con él hasta el final, el viejo por lo visto tenía una antigua casa en Lunargenta, la cual había puesto de herencia a Erundur junto a una buena suma de dinero, suficiente para poder vivir en paz durante un par de meses a lo sumo, lo primero que hizo fue decorar su nueva casa, dejó algunos muebles y objetos de su viejo maestro, como recuerdo de él para tenerlo siempre presente, pasó unos días primero leyendo y estudiando sobre su ciudad y sus leyes más a fondo, como también estuvo entrenando más hasta que llegara el día en que decidirá unirse definitivamente al ejército.

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