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Kalrrian Ferrohierro

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  • Nombre: Kalrrian Ferrohierro
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  • (Dibujo por Takeda11 en Deviant Art)
  • Raza: Enano Barbabronce
  • Sexo: Hombre
  • Edad: 67 años de edad
  • Altura: 1'23
  • Peso: 75
  • Orientación Sexual: Heterosexual
  • Lugar de Nacimiento: Forjaz
  • Hogar actual: Ventormenta (Alquiler)
  • Ocupación: Aventurero, Mercenario, Ayudante de tabernero, Minero
  • Historia completa

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Descripción física:

Kálrrian es un enano de constitución física formidable. Su musculatura está trabajada con esfuerzo y actividad física a raíz de sus actividades diarias. Es un enano de cuerpo un tanto robusto, de músculos tonificados y gruesos. La mayor parte de su cuerpo, tanto brazos como piernas, tienen bastante pelo. Su contextura es fuerte y firme como una roca, haciendo honor a sus físicas raciales

Su rostro es circular y rechoncho. Su piel es levemente suave y de color bronceado. Sus ojos son algo pequeños con bolsas de ojeras colgando sobre ellos, en donde el iris de estos es de un intenso color jade. Sus mejillas y mentón están pobladas por una larga barba que le llega hasta la cintura, y está adornada con anillos de bronce con grabados rúnicos. Luce una humilde barba de un fuerte color rojo y de textura suave. Tiene el pelo recogido, teniendo una coleta bastante larga de pelo.

Suele vestir con una armadura de cuero, pero porta unas pocas piezas de placa como una sola hombrera, guantes, y cinturón. Son de una calidad decente pero no sobrepasa lo seguro. Parecen obtenidas de mercados simples. Tiene un arnés de cuero que sostiene un hacha medianamente grande, lo suficiente como para necesitar dos manos para cargarla.

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Descripción psíquica:

Kalrrian es un enano que impone en su personalidad las virtudes del respeto, el honor, y la lealtad. Valora todo lo bueno de un individuo y adora la amistad por sobre todas las cosas. Es alguien socialmente dado al compañerismo, a las buenas relaciones. El enano defenderá y derramará la última gota de sangre por sus seres queridos.

Es alguien de mucha voluntad y tenacidad férrea, haciendo honor a su apellido. No teme a morir en el campo de batalla pero esto no significa que no sea cauteloso. Siempre intenta pensar con la cabeza fría y no es fácil de provocar. Aún en los peores de momentos intenta subir la moral del grupo y levantar los animos siempre.


No es reencoroso, ni es sencillo ganarse su odio. Pero suele tomar mucho malgenio con aquellos individuos que tengan interés propio y a causa de ello posean la sangre fría con quienes les rodean. No tiene pelos en la lengua en soltar sus molestias y si bien es respetuoso, puede ser una vibora con las indirectas

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Historia:

Kalrrian nació de un linaje de guerreros, herreros, mineros, e incluso militares de la ciudad de Forjaz. Su familia posee los ideales de "la familia está primero, luego el trabajo, y luego lo demás". Su situación económica no era lo suficientemente estable como para pagar institutos así que encargaron su educación a varios familiares que a raíz de experiencias y posibilidades de estudio lograron llegar a ser sabias e inteligentes personas.


El enano no tenía mucha agilidad mental, le costaba aprender pero se esforzaba y comprendía la teoría histórica, geografica, etc. Pero aborrecía las matemáticas. Su insistencia provocaba que sus maestros le enseñen solo lo básico y lo dejen de lado. Esto provocó que, cuando le llegó la hora de trabajar en el negocio familiar, sus obras de herrería sean nefastas y asimétricas. Esto lo desmotivó, pero se arregló rápidamente cuando le ofrecieron trabajar en las minas. No tenía mucha dificultad para él, aún bajo supervisión de amigos y compañeros.


Con el tiempo enfermó por el trabajo en las excavaciones. A pesar de que ha hecho un muy buen trabajo recolectando los minerales, el polvo le provocó enfermedades respiratorias que con el tiempo se aliviaron y se curaron. Debido a esto, los familiares tomaron medidas de entrenamiento minero y le otorgaron el equipo necesario, y a su vez, ya vieron la hora de comenzar a entrenarlo en combate físico, individual y grupal.


Hacía honor a su apellido, su aprendizaje en el combate era excelente y con el tiempo podía cazar jabalíes en solitario con un hacha, y en grupo de sus familiares, osos y lobos.


Llegó el día en que su familia viajó a Ventormenta para establecer tratos comerciales con los humanos e intentar expandir sus trabajos de metal y generar mayores ganancias. Dos familias de los enanos enteras viajaron a la ciudad, una pudo instalarse allí con el dinero de sus obras y a su vez ofreciendo mercancía. Pero la familia de Kalrrian tuvo que viajar a Villadorada, pues en Ventormenta el coste de hogares y alquileres era demasiado alto para ellos.
Allí vivieron un tiempo hasta que el padre de Kalrrian estableció un trato comercial con un dueño de una herrería local. Como las minas e

staban ocupadas por humanos y criaturas como kobolds, Kalrrian buscó trabajo en la ciudad de Ventormenta para generar también dinero para su familia. Encontró un puesto de ayudante de tabernero en la Rosa Aurea, el cual tomó.


Le costó mucho a la familia adaptarse a la nueva cultura, leyes, y humanos incluso. Tanto así que generaba tensión e inestabilidad entre todos, pero sin llegar a la agresión física ni verbal. Una vez superado lograron entablar muchas amistades con humanos y enanos de la región.


Cuando llegó el conflicto de la guerra entre los orcos y los humanos, los Ferrohierro fueron notificados de la muerte de varios soldados de la ciudad que intentaron defenderla durante el asedio de la Horda en las puertas de Forjaz. Varios de esos soldados familiares, y el pesar ensombreció los corazones de los Ferrohierro. Pero cuando las fuerzas humanas ayudaron a los enanos en las puertas de la ciudad, una chispa de eterna gratitud y lealtad despertó en Kalrrian hacia la sociedad humana. Sostenía que tal acto debía ser pagado con la misma fuerza y lealtad. Por ello decidió establecerse permanentemente en territorio humano y ayudar siempre que pueda, claro, en caso de que sus familiares decidan volver a Forjaz.


Luego, durante la Guerra de los Gnolls, su hermano murió durante el asedio de Ettins a Villadorada, aplastado por los escombros del hogar de Kalrrian, y su madre quedó gravemente herida, pero lograron salvarla gracias a la retirada a Ventormenta. Una vez la guerra terminó, la familia tomó contacto con una arquitecta enana llamada Kelara, que se comprometió con Kalrrian debido al amor que desarrollaron entre ellos en el proceso que se ayudaban mutuamente a reconstruir su hogar, que aún sigue destrozado hoy en día.


El tiempo pasó y el enano siguió entrenando y cumpliendo sus labores. Poco más ha cambiado, el pesar por la pérdida de su hermano aún sigue vigente, pero el intenso fuego de lealtad a la humanidad parece no tener fin, y quiere encenderlo aún más a toda costa.

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Mensajería:

Cartas recibidas: Ninguno

Cartas enviadas: Ninguno

Informes: Ninguno

 

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Eventos y Misiones:

Eventos acudidos: Ninguno

Eventos creados: Ninguno

Misiones acudidas: Ninguno

Misiones creadas: Ninguno

 

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Relaciones:

Ulric Keel: A pesar del poco tiempo de conocidos, Kalrrian ya tomó confianza con Ulric y le tiene aprecio. Sin embargo aún no está del todo seguro con él. Pero se siente cómodo a su lado.

Robert Prescott: Siente respeto por él y le nota un compañero al igual que Ulric, al menos por ahora. No tiene aún demasiada confianza como para entregarle toda su amistad. Sin embargo, le tiene buena fe de momento

Terenar: Parece ser el más abierto socialmente, y ésto le agrada al enano. Se ve cómodo con el humano y tiene buen augurio de su amistad con él. Sin embargo, como el resto de los demás, no puede fiarse del todo debido al poco tiempo que pasaron juntos.

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 Forjaz: El sendero elegido

Primer relato corto

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Tras tantos años en la ciudad de Ventormenta, Kalrrian finalmente pudo conocer a gente nueva y amistarse con unos pocos residentes del reino. Como bien suele recalcar en sus intereses a medida que habla, buscó mucho tiempo una forma de servir a los humanos como agradecimiento por tanto que han hecho por él. Sin embargo, él mismo lo ha dicho; "Probablemente, ninguna nación, ningún reino y ninguna facción vela por un bienestar mutuo, si no propio."

Bajo este pensamiento, el enano creería que todo es una ilusión de niños, que la bondad humana no existe. Pero no es así. Kalrrian confía en las virtudes de los humanos pero tampoco deja de lado su pasión por la raza enana, por su nación, su sangre, y su familia.

Tras charlarlo con varios conocidos en territorio enano de Ventormenta, tanto conocidos como amigos,  también sus familiares y su propia comprometida, Kalrrian ha decidido viajar a los Reinos Enanos de Forjaz para solicitar el ingreso a la Guardia Militar de los soldados de su clan, Barbabronce. No tiene la más mínima idea de que le espera, ni tampoco sabe si está preparado para los retos que le vendrán a futuro, pero la confianza que tiene así mismo le otorga un estandarte de bondad y tenacidad a su corazón.

Temió viajar tan lejos por cuenta propia así que fue acompañado de dos familiares suyos, primos para ser precisos. El cálculo del viaje de ida y vuelta en su cabeza habrían sido de tres semanas, y puede que superior a eso, en caso de que las cosas se pongan engorrosas por el camino, que sin ninguna duda, así será, aunque sean solo meros contratiempos muy evasibles como un lobo hambriento.

Si todo sale como el enano lo prevee, pediría prestar servicio como enlace con Ventormenta para estar bajo una metafórica protección de ambos Reinos, pues si le necesitaban en su nación, él siempre estaría dispuesto a arriesgar su última gota de sangre por ella. Sus recientes conocidos, y quizá futuros mejores amigos fueron ya avisados de la partida del enano por él mismo. Tras una despedida durmió esa noche en la posada y se dirigió a la casa de sus acompañantes a preparar todas sus cosas. Mapas, cantimploras, agua, brújula, pan, etcétera.

El pueblo humano no verá al enano por un corto periodo de tiempo. Pero una vez pueda lograr su objetivo volverá ya con sus objetivos finalmente puestos en marcha, algo que siempre ha deseado, su propio propósito.

 

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