Percival, años de experiencia

[Radz 174]

• Nombre: Percival Morton
• Raza: Humano
• Sexo: Hombre
• Edad: 60
• Altura: 1.78
• Peso: 75
• Lugar de Nacimiento: Lordaeron
• Ocupación: Químico y Arqueólogo
• Historia completa

 

Descripción física:

Percival es un hombre visiblemente anciano, con una gran mata de pelo blanca que le cae por los hombros, al igual que su larga barba blanca poblada que cae de la misma manera. No es un hombre ni muy bajo ni muy alto, la edad ha hecho que mengüe. A pesar de su ancianidad no es necesario que use baston ya que de moverse bastante ha fortalecido los huesos y mantiene una salud... aceptable.

 

 

Descripción psíquica:

Percival no es un hombre reservado siempre y cuando lo conozcas, su sabiduría viene gracias a su avanzada edad y a su vida de viajante, buscando ruinas, alimentando su ansia del saber. Es un hombre que busca sus intereses primero y el de los demas despues pues asi lo ha decidido despues de llevar unos grandes fracasos.

 

 

 

Historia

PERCIVAL MORTON

 

 

Percival ha estado desde que recuerda, viajando. Sus padres, eran exploradores y arqueólogos al servicio de su señor en Lordaeron. Percival era joven cuando empezó a interesarse por la exploración de los antiguos y de la excavación. Sus padres Morla y Fustor eran favorecidos por su señor ya que le habían hecho tres veces más ricos gracias a descubrimientos que pudo vender a un precio triplicado gracias a la cantidad de años que tenían. Percival fue desarrollando un gran número de artículos y descubrimientos por sí solo que le llevaron a su señor casi a interesarse más por el que por sus padres.

 

Un rumor corría en la sala de exploradores del señor feudal, unas ruinas bajo el mar. Desconocían la procedencia de los rumores pero llegaban a pensar que serían rumores creados por otras sociedades de exploradores y puestas en boca del servicio del señor para que fuesen investigadas y perderles de vista un buen trecho de tiempo. A pesar de ello, siguieron el rumor hasta presentarse frente a la costa del supuesto lugar donde las ruinas anegadas se encontraban, esta vez su intelecto les falló y acabaron siendo fruto de una emboscada, los exploradores del rival de su señor. Percival aun con apenas 8 años vio cómo sus padres eran amordazados y como eran hundidos en el mar con una piedra atada a sus pies. El chaval fue abandonado y dejado a su suerte. Así es como comienzan las penurias y desventuras de 52 años de experiencia vital.

 

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Las hojas volaban en el escritorio, la enorme pila de papiros que tenía a su izquierda estaban iluminados por el tenue fuego que brillaba en la chimenea, tratando de que el calor llenase el pequeño salón donde el joven escritor estaba trabajando. Han pasado cerca de 5 años desde la muerte de Moria y Fustor. El joven Percival ha estado largos años pidiendo en las calles de pueblos cercanos al lugar de la catástrofe familiar. La mendicidad no la ejerció demasiado tiempo pues un panadero con aires de escritor le ofreció trabajo al ver las ropas que aún no le habían robado. Tras demostrarle que sabía leer y escribir no le costó demasiado convencer a Willow Ashborough de que era un chaval excelente y de excelentes modales a pesar de la situación en que se encontraba. Le contó la historia de su familia y como habían acabado bajo las aguas del Mare Magnum. El señor Willow, era un hombre aprovechado el cual se negó a devolver al chaval al feudo de su señor hasta que trabajase para él como escritor, Willow Ashborough siempre había querido escribir un libro de recetas, “las recetas familiares de la familia Ashborough”, pero había un problema, el panadero no sabía escribir. Percival aceptó a regañadientes, aunque era mejor eso que vivir en la calle, aquí era pagado con un cobre por libro y con una cama y comida caliente.

 

Acabó escribiendo 5 libros de cocina para Willow, el cual hizo que sus ganancias se incrementarán considerablemente. Percival cansado después de 3 años viviendo en aquella casa y con nada más que 5 cobres en el bolsillo decidió salir una noche para empezar su andadura por Azeroth. Paso cerca de 10 años viajando y trabajando como escritor y bibliotecario en los pueblos que visitaba. En los años que pasó en una botica cerca de Costa Sur, aprendió alquimia en su nivel más básico, esto le hizo interesarse por las artes que su maestro practicaba, la transmutación y el encantamiento. Era muy divertido ver cómo el joven se quedaba embobado viendo a las cucharas removerse solas, el fuelle dando aire al fuego y muchos artilugios trabajando solos. Además de Percival, el químico tenía a su propio Arcanomata, una figura de alrededor de un metro de altura que trabajaba en las labores de limpieza de la casa. Percival sentía fascinación por este tipo de artes y necesitaba aprender a utilizarlas pero quien le daba de comer no estaba muy de acuerdo en enseñarle. Tras convencerlo le enseñó lo más básico, lo que necesitaba saber. Percival al poco tiempo conseguía hacer que el libro levitase y la pluma escribiese, algo que le permitía trabajar en otras cosas en la casa a la vez que escribía, con tiempo aprendió a transmutar la energía de una cuchara en un tenedor y viceversa, según lo que requería en ese momento, poco a poco fue perfeccionando estas artes hasta que las dominó. Cuando el químico murió, Percival se quedó con la botica, no sabiendo muy bien qué hacer con ella, la vendió por buen precio pero se quedó algunos libros de interés personal que le ayudarían en su camino del arte del Arcano.

 

Ya con 25 años, Percival se ha asentado en un pueblo, al sur de Arathi, su pequeña y haciendo de notario y creando medicamentos le hacían poder comer y vivir relativamente bien. Cuando cierto un grito se escuchó en la calle, cerca de su casa. Un hombre había caído redondo al suelo, con un frasco que acababa de venderle en su mano derecha. Fue señalado y apresado por la guardia del señor que tenía aquel pueblo bajo protección, tras un juicio fue condenado a 40 años en los calabozos, pudiendo evitar la horca, era el mejor destino que le pudo tocar. Largos años a la sombra le hicieron pensar que pudo haber ocurrido con aquel frasco. Durante 40 años has estado Percival viviendo entre rejas, sucio, casi loco pero no perdiendo sus artes de magia, quizá deterioradas, si, pero lo que sabía no lo había olvidado. Tras cumplirse la condena, salió y fue hasta su ya… derruida casa, abrió una trampilla y saco ropa y un saco de monedas. Con lo puesto y sin sus preciados libros, necesitaba buscar un lugar, más al sur y sabía que la capital sería un buen lugar para acabar los años que le quedaban y pensar en que había hecho mal para pasar la mayor parte de su vida entre las rejas de un castillo.

Editado February 5, 2018 por Barbas