Rolf 233 Denunciar mensaje Publicado March 12, 2023 (editado) Nombre Helvetti Jürgendottir del Clan Barbaceniza. Raza Enana Hierro Negro. Sexo Ardiente. Clase Chamán. Especialización Fuego de Ragnaros. Trabajo Refugiada, acólito de la Llama. Edad 56 años. Altura 136cm. Peso 75Kg. Complexión Gruesa. Misceláneos Pinturas negras tradicionales suelen cubrir su rostro desde la mitad de la nariz hacia arriba. Apariencia Una joven enana que no destaca por estatura ni por proeza física, de complexión mas bien gruesa. Tanto su piel como su cabellera hacen honor a las cenizas y brasas en diferentes estados con una tez grisácea clara y pelo de color blanquecino con puntas que, candentes, brillan con menor o mayor intensidad. Formas redondeadas y regordetas predominan tanto en su cráneo como en su rostro, con dos grandes ojos que brillan con un fuego natural intenso, una nariz circular tirando a chata y labios gruesos. Su cuerpo está predominado por las curvas de alguien que se alimenta bien y no consume apenas energías en el día a día. Referencia Miedos y/o traumas El trabajo honesto. Hobbies Estudio sobre ley, tradiciones y el origen de los relatos. Personalidad Seguidora del Señor del Fuego y de sus doctrinas. No acostumbrada a ocuparse de todas sus necesidades por si misma, plácida y algo perezosa para lo que se espera de cualquier enano, prefiere que otros se encarguen de realizar sus tareas mas triviales. Tranquila y estoica en apariencia, como brasas apacibles que recobran su candor de ser removidas, goza un temperamento explosivo que puede pasar de la calma a la ira en cuestión de segundos y de nuevo a la calma. Altiva e imperativa. Conocimientos Lenguaje común y enánico. Saberes sobre leyes y tradiciones enanas, ritos del culto a la Llama, conocimiento elemental y sobre magias oscuras. Trueque y etiqueta básicos. Helvetti Jürgendottir del Clan Barbaceniza, familia formada durante los sucesos de la Guerra de los Tres Martillos, que desde entonces, han contado con al menos uno o mas miembros del linaje entre las filas de los adoradores a Ragnaros, así hasta el punto de volverse tradición y, la tradición se respeta. Jürgen Thoragsson, padre de Helvetti lo sabía, por lo que al conocer del potencial de su hija, aquel con el que el mismo no tuvo la fortuna de nacer, la educó para representar el fuego y complacer al dios tirano del interior de la Montaña Roca Negra. Una humillación, blasfemia, el Señor del Fuego se los llevaría a todos. ¿Cómo osaban atentar contra el Culto de la Llama? Aquella aciaga noche las albas losas de Dun Hvid se tiñeron de rojo. Un golpe de los rebeldes sin duda, nadie mas se atrevería a atentar contra el clero de Ragnaros. Helvetti ahora solo podía observar la Montaña Blanca reflejar la luz de las Lunas desde el exterior, con un vestido manchado y magullado. Ah, Hvid Modan, un fenómeno entre montañas, siendo de hecho, un volcán que exudaba un mineral albo en contraste con el resto de piedra oscura de las cordilleras de las Estepas Ardientes, en sus cándidas extrañas se forjó el Fuerte Blanco, hogar de mercaderes y artesanos como cualquier otro fuerte si, pero en este concretamente, se erigieron grandes templos, pasillos y cámaras con la única intención de ensalzar al Señor de la Llama, tal fue así, que este mismo les bendecía expulsando rico mineral desde las magmáticas profundidades de la tierra hasta el fuerte. Y es en este fuerte donde el Clan Barbaceniza había ostentado una posición acomodada por sus numerosos miembros de linaje con el don del fuego. Así fue durante años, y décadas, y siglos. Pero ya no, ahora solo un viento frío acariciaba los hombros de la enana que viendo aquella tranquila montaña con sus ojos candentes, sabía que en el interior solo había caos, sabía que ese caos apuntaba a acabar a los que son como ella, su hogar ya no era seguro y, si los salones de Dun Hvid no eran seguros para ella. ¿Qué lugar lo sería? En la capital solo encontraría a quienes la verían como una extranjera tratando de hacer competencia a sus puestos establecidos y, el resto de fuertes no serian mas seguros para ella de lo que alguna vez lo fue su hogar. Escuchó las tripas de la Montaña Blanca rugir tras de si, el miedo que sintió durante el ataque empequeñeció con el pavor primal que ahora la dominaba, su Señor se encontraba molesto y su alcance llegaba sin problemas hasta el Fuerte Blanco, por tanto, su furia iba con el. Jürgendottir no se quedó a presenciar el resto, corrió como no había corrido en su vida, su corazón poco acostumbrado quería abandonar su pecho, sus músculos quemaban como la llama misma. Amaneció un nuevo día, Helvetti se levantó de las cenizas donde había quedado tirada, en el horizonte se veía una lejana cortina de humo negro, una visión no demasiado extraña en sus tierras, pero esta tenía otro significado. Con resignación deshizo el camino que hizo durante su escapada nocturna, ahora con mas calma, los interiores del Fuerte Blanco ya no brillaban, suelos y paredes, ahora negruzcos por el pasar del fuego, la mayor parte de la población fallecida, el resto buscaban rescatar lo que hubiera quedado de sus pertenencias, el gremio de guerreros trataba de imponer orden mediante la violencia. La sacerdotisa de la llama recorrió los pasillos en silencio para llegar a lo que fueron sus aposentos, en un estado deleznable, rescató cuanto equipaje pudo y decidida abandonó el lugar en busca de un hogar lejos del conflicto, lejos de los traicioneros rebeldes y lejos de la ira de su Señor. Editado March 12, 2023 por Rolf 2 Quote Compartir este post Enlace al mensaje