Tras la sombra del jinete   Nuestra hora se aproxima.     El sol empezaba a despuntar en el horizonte, arrojando luz en el plagado erial que se abría frente a las puertas de la fortaleza. Sobre las murallas, el relevo de guardia terminaba de realizarse, mientras perezosamente el resto de sus habitantes retomaban sus funciones diarias, mucho más tranquilas desde el fin del asedio. Sobre sus cabezas se alzaba la torre , desde la que el Templario vigilaba en silencio a