En nombre de la Emperatriz
Prólogo: Culpables
Cada minuto pasaba lento. Como una era. Ya no le quedaban uñas ni nada con lo que intentar desviar sus pensamientos. No había podido pegar ojo desde que recibió la primera amenaza. Si no hubiese sentenciado a esos hombres, nada habría ocurrido. Él no había sido el verdugo, pero sí el que dictó la sentencia. Sabía que todo aquello podía traerle desgracias, pero tuvo que elegir; el deber o el miedo. Eran hombres pod
En nombre de la Emperatriz
Prólogo: Culpables
Cada minuto pasaba lento. Como una era. Ya no le quedaban uñas ni nada con lo que intentar desviar sus pensamientos. No había podido pegar ojo desde que recibió la primera amenaza. Si no hubiese sentenciado a esos hombres, nada habría ocurrido. Él no había sido el verdugo, pero sí el que dictó la sentencia. Sabía que todo aquello podía traerle desgracias, pero tuvo que elegir; el deber o el miedo. Eran hombres pod