A los monstruos no mirar
Salió corriendo entre los árboles, gritando en la oscuridad de la noche. Su corazón parecía a punto de estallar, golpeándole el pecho con tanta fuerza que juraría poder sentirlo a punto de saltarle fuera. Apenas se había alejado unos cientos de metros de allí cuando se volvió, tratando de divisar si aquello lo seguía. Aquello. Maldita fuera su estampa y la de sus compañeros. AQUELLO había empezado a perseguirlos nada más volvieron con su carga y Domián y
La Joya de la Corona
El agua goteaba lentamente el suelo, repicando en los maderos del sótano. La lluvia había calado en la casa, ahora con las puertas abiertas. El agua arrastraba lentamente el liquido negruzco, filtrándolo por el suelo del sótano a un paradero desconocido. El olor nauseabundo que había impregnado el sótano se escapaba lentamente, ahuyentando a las bestias que moraban por los alrededores de la villa. Ni un alma se atrevía a adentrarse en las casuchas de VillaEn