Saltar al contenido

Buscar en La Comunidad

Mostrando resultados para etiquetas 'tecnomaga'.

  • Buscar por Etiquetas

    Añade etiquetas separándolas con comas.
  • Buscar por Autor

Tipo de Contenido


Foros

  • Noticias y Normas
    • Novedades
  • Azeroth
    • Kalimdor
    • Reinos del Este
    • Rasganorte
    • Pandaria
    • Mensajería
    • Comercio
  • Archivo
    • Fichas
    • Historias
    • Guías
  • Parlamento
    • Sugerencias
  • Varios
    • Cajón de juguetes
    • Presentaciones y Despedidas
    • Arte y Novelas
    • Multiverso
    • Afiliados
  • Histórico
    • Noticias y Normas
    • Azeroth
    • Archivo
    • Parlamento
    • Varios

Buscar resultados en...

Buscar resultados que...


Fecha de Creación

  • Comienzo

    Fin


Última Actualización

  • Comienzo

    Fin


Filtrar por número de...

Registrado

  • Comienzo

    Fin


Grupo


About Me

Encontramos 2 resultados

  1. Leia

    Astrea

    Atributos 6 Físico 6 Destreza 7 Inteligencia 7 Percepción Valores de combate 24 Puntos de vida 21 Mana 8 Iniciativa 8 Defensa Habilidades Físico 1 Atletismo Destreza 2 Defensa 1 Nadar Inteligencia 1 Leyes 1 Religión 1 Supervivencia/Cazar 1 Tradición/Historia 2 Ingeniería Draenei 2 Evocación Básica 2 Abjuración Básica 2 Encantamiento Básico Percepción 1 Advertir/Notar 1 Bailar 1 Música 1 Rastrear 1 Reflejos
  2. Leia

    Astrea

    Nombre: Astrea Edad: 20 humanos aprox. Altura: 2.12 Peso: 127 kilos Historia completa Descripción Física Joven draenei en las últimas etapas de la pubertad de complexión estándar con pelo de color marrón oscuro cortado en forma de ''V'' por la parte de la melena la cual le llega a la mitad de la espalda y con flequillo ladeado. Tiene los cuernos arqueados hacia atrás pero en sus extremos se curvan hacia arriba de nuevo. Suele vestir togas y ropaje de tela aunque a la hora de combatir prefiere llevar armaduras de cuero por su ligereza. Lo más destacable de su forma de vestir es un guante que cubre todo su brazo izquierdo excepto las falanges de los dedos. En el centro de la palma de la mano contiene un cristal arcano siendo capaz de canalizar a través de él. Descripción Psicológica Es una draenei que busca un entorno mejor para su pueblo y para todos aquellos seres cercanos a ella por lo que su generosidad a veces puede llegar a ser enorme. Es cálida con todos aquellos seres que considera cercanos y suele mantener una actitud alegre y serena en algunas ocasiones. Bajo esa ‘’felicidad’’ se oculta una draenei de muy mal carácter cuando se enfada. En ocasiones puede cambiar de humor muy rápido. Historia Extraño Draenor. Sí, crecí allí. Exactamente en una pequeña aldea cercana a Shattrath. Era la hija única de un matrimonio que llevaba tiempo queriendo tener un hijo como fruto del amor. Mi infancia fue en parte una infancia normal. Jugaba con otros niños, iba a clase y en mis ratos libres me dedicaba a ver cómo mi madre construía cachivaches con el fin de hacer más fácil nuestra vida. Unos fallaban y otros eran un éxito. Cosas normales. Siempre veía a mi madre con un guante largo que prácticamente le llegaba al hombro. Rara vez se lo quitaba por, como decía ella, ‘’si las moscas’’. Siempre que le preguntaba que para qué servía, me respondía: <<¿Te refieres a esto, Astry? Esto es para ayudar a construir un mundo mejor>> Astry era el mote cariñoso con el que mi familia siempre me llamaba. Crecí con él y con él me quedé. De todos modos, que me desvío, no pillaba el sentido a su respuesta hasta que tuve mis primeros pasos con el guante. ¿Preguntas sobre mi padre? Ah, mi padre se dedicaba a la magia. A veces se marchaba de casa unos días y los pasaba en Shattrath trabajando donde era un mago algo reconocido por lo que me quedaba sola a veces con mi madre. Mi madre me enseñó ingeniería mientras que, mi padre ilusionado con que aprendiese de él, me enseñó la rama arcana de la magia no sin antes repetirme mil veces que la magia no es un juego y que se debe utilizar en los momentos de mayor necesidad o, por lo contrario, me condenaría a mi misma y a todos los seres cercanos que tuviese. Siempre hice caso a sus advertencias pues tenían razón. La Legión fue lo que destruyó el planeta natal de mi gente que nunca llegué a conocer. Era algo serio y aunque al principio me costaba controlarme, ahora ya lo he superado. Cuando crecí algo más y obtuve más conocimientos de mis padres, opté por empezar a dar mis primeros pasos sola. Me dedicaba las tardes pensando, planeando y dibujando los planos de artefactos siempre con el mismo fin que mi madre y mi padre me habían inculcado durante todo este tiempo: Ayudar al prójimo con tu poder el cual siempre es una gran responsabilidad. Todo era bonito hasta el momento en el que por razones de trabajo, los dos estaban demasiado ocupados. Al ver mi empeño y mi insistencia en el campo de la tecnomagia, optaron por conseguirme un instructor. Avanzaba en mis estudios tanto como en la ingeniería como en la magia hasta que un día en concreto comenzó a escucharse alboroto en el exterior. Los orcos quienes considerábamos nuestros aliados, comenzaron a venir en grandes grupos o ejércitos con la intención de masacrarnos. Yo, en ese entonces, me encontraba en casa estudiando unos planos. Me asomé al escuchar tanto alboroto que no era ni de lejos normal y logré visualizar a grupos de civiles correr por sus vidas hacia la salida sur de la aldea. Lo que vi no respondió a mis dudas por lo que sí que decidí salir fuera de la casa. Entre el alboroto logré escuchar a unos pacificadores hablar sobre un ejército de orcos y sus intenciones. En ese momento mi padre se encontraba fuera de casa probablemente tratando de ayudar a los civiles a salir. Cuando mi madre salió detrás de mi, le hice un muy breve resumen de lo que oí. Entonces me ordenó recoger de mi casa lo más importante. Así hice. Conmigo me llevé una mochila con lo básico: ropa, una pequeña caja de música que me construyó mi madre y un peluche chiquitito de un elekk. Mi madre llevaría su ropa, la comida y obviamente su guante. Huímos junto al resto de civiles. Tuve miedo al mirar hacia atrás y ver que ya habían alcanzado nuestra casa. Me sorprendió que tardasen tan poco. Pasaron los días en los que no parábamos de caminar y continuamente dormíamos a la interperie a causa de aldeas llenas de refugiados. Finalmente terminamos llegando a la ciudad de la luz: Shattrath. Allí, nos encontramos a un grupo enorme de personas escuchando a un solo hombre: el profeta Velen quien, en sus palabras, nos prometía la salvación. El profeta nos guió hasta una de las naves satélites de los Naaru. Pude instalarme junto a mi madre en aquel lugar. A veces se marchaba con una sonrisa en la cara diciendo que iba a hacer unos recados pero yo en el fondo sabía que todo era una mentira. Sabía que quería quedarse sola para poder llorar y no preocuparme. No teníamos noticias de mi padre y yo en el fondo no podía evitar ponerme en lo peor. Para no agobiar a mi madre, intentaba hacerme la estúpida para evitar que se sintiese más incómoda después de todo el cambio tan repentino. Se que todo era cuestión de tiempo. No sabíamos dónde íbamos exactamente. A veces no podía evitar echarme a llorar. El ambiente era muy pesado. El tiempo pasaba. Aunque podíamos permitirnos dormir y alimentarnos mejor, no tardaron en llegar los problemas otra vez. Una raza desconocida de ojos verdes asaltó nuestra nave. Se formó un completo y absoluto caos. Mi madre se presentó voluntaria a defender a su pueblo por lo que con lo poco que tenía y le prestaron, saltó a la batalla. Marché a esconderme donde mejor pude y tras un instante, comencé a notar un ‘’terremoto’’ en el lugar.. Lo último que recuerdo es notar como perdía el equilibrio y observar fugazmente como las cosas se caían antes de ver solo oscuridad. No sé cuánto tiempo más tarde, desperté en un lugar en el que los rayos del sol daban de pleno en mi cara. Comencé a mover las extremidades poco a poco para ir recuperando la sensibilidad de ellas y comencé a notar hierba. Me costó, pero logré sentarme. En cuanto lo hice miré a mi alrededor; nos habíamos estrellado. Miles de cadáveres o cuerpos inconscientes estaban tirados en el suelo y tras parar un momento a pensar caí en la cuenta de que mi madre no estaba junto a mi. Traté de levantarme a duras penas y comencé a buscar entre los cadáveres que me rodeaban con una mano puesta en una herida que se me había creado en la cabeza. No descansé hasta que logré encontrarla. No respiraba y no tenía pulso. Estaba muerta. Era un duro golpe para mi. Ella era lo único que me quedaba y el perderla supuso quedarme sola en un mundo en el que no se parecía ni de lejos a Draenor. Sin embargo, sabía que ella no quería que me quedara allí llorando. Tome su brazo izquierdo y traté de quitarle el largo guante que portaba siempre. Quería continuar con los objetivos de mi madre y los consejos de mi padre. Quería formar un lugar mejor para los supervivientes de Draenor para que tuviesen un lugar al que llamar hogar y quería que todo ello estuviese equilibrado con las ilimitaciones de la magia. Hacía tiempo que no estudiaba tecnomagia y volver a tomar la rutina como si nada hubiese pasado iba a ser difícil, costoso y doloroso.
×
×
  • Crear Nuevo...