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nelo

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  1. Un rolero vuelve de su ausencia desde Londres! Un saludo a todos!
  2. Posteo ausencia indefinida, por asuntos de trabajo y cambios de ciudad. Volveré lo mas pronto posible! Un saludo y buen rol a todos!
  3. Todo solucionado ya! Era simplemente un problema con el nombre de los parches... muchisimas gracias!
  4. Hola a todos, bueno quería comentar un problema que me da con los parches. Cuando abro el juego e intento logear con el parche M dentro de la carpeta, en la pantalla de carga me echa, con un error. Y si saco el M y mantengo el B, me saca a los 10 segundos con el mismo error. Pero si saco ambos parches de la carpeta, me tira bien, pero claramente no veo ningún decorado ni nada. El crasheo que me da es el de Wow dejó de funcionar, buscar solución o cerrar. Solamente me pasa con esos dos parches, con los demás nada. ¿Alguien conoce la solución, o algo? Muchisimas gracias de antemano!!
  5. nelo

    [Ficha] Lethair Alaret

    Nombre: Lethair Alaret Atributos6 Físico7 Destreza6 Inteligencia7 Percepción Valores de combate24 Puntos de vida18 Mana7 Iniciativa9 Ataque CC Sutil (Arma Sutil)7 Defensa Físico1 AtletismoDestreza2 Arma Sutil2 Escalar1 Nadar1 Robar bolsillos2 Sigilo1 Trampas/CerradurasInteligencia2 Callejeo1 Comercio1 Navegar1 Supervivencia/CazarPercepción1 Advertir/Notar1 Buscar1 Disfraz1 Etiqueta1 Rastrear1 Reflejos1 Rumores Escuelas/Especializaciones
  6. nelo

    [Historia] Lethair Alaret

    Nombre: Lethair Alaret Raza: Quel'dorei Sexo: Hombre Edad: 95 Altura: 1'85 Peso: 77 Lugar de Nacimiento: Quel'thalas Ocupación: Ex-marinero - Buscavidas Descripción física: Lethair es un elfo un poco mas alto de la media, con un cuerpo esbelto y tonificado, ojos rasgados y con expresión triste. Su pelo es color plateado, y lo suele llevar corto y peinado hacia arriba, siempre bien acicalado. Gusta de vestir con telas, no caras pero estilosas, cuidando su vestimenta. Armamento: Lethair posee dos armas, un puñal y una daga, ambas son especiales, ya que son regalos de su familia fallecida. Son bastante bonitas, con un decorado singular. Suele llevarlas escondidas, sin que se note que va armado. Descripción psíquica: Lethair es una persona muy calculadora, tranquila y muy paciente, le gusta estar al margen, vivir en tranquilidad sin llamar la atención. Es bastante independiente y responsable. Posee una personalidad ligeramente deprimida, y algo triste, aunque nunca suele demostrarlo. Difícil es alterarle, reacciona con calma ante situaciones comprometidas, pero no dudará en llegar a las manos si no hay mas remedio. Tiene un don de la palabra bastante alto, intenta decir siempre lo que quieren oír, para sacar su beneficio Historia Lethair nació una noche tormentosa, el viento soplaba con fuerza, tanta que parecía que los cimientos de la pequeña cabaña se venían abajo. Y de repente, amainó. Se convirtió en una noche silenciosa, rota únicamente por los llantos de un pequeño niño y el quejido de su madre, exhausta observó a su pequeño, con lágrimas cayendo por sus mejillas, y volvió a cerrar los ojos, para no volver a abrirlos más, el parto de ese niño fue demasiado para ella, no pudo aguantar ante tal esfuerzo. El pequeño fue entregado a una pareja que poseía una pequeña empresa comerciante, tenían una pequeña flota de barcos y la cosa no les iba mal, así que se mataba dos pájaros de un tiro, el niño estaría bien, y cuando fuera mayor no se quedaría casi nada de tiempo en el Alto Reino. Elend y Shalandryia, tenían una vida bastante agetreada, dado a su trabajo en la mar, pero ambos hacia tiempo venian hablando de la posibilidad de tener un hijo, ya que llevaban una vida algo desenfrenada y no sabían lo que les quedaba. Elend no era un hombre de familia, es más, le encantaba el mar, era el capitán de su propio barco, mientras que su pareja, Shalandryia, era la capitana del otro. Les iba bien, hacían varios viajes al año hacia Bahía del botín, soltando allí su cargamento. Al principio pensaron que no sería posible cuidar de él, y que la decisión de adoptarlo no habia sido la mas inteligente de todas, pero ambos se encariñaron rapidamente del pequeño, así que decidieron que el padre de Elend, Lethair, se encargara de cuidar del bebé, mientras ellos estaban fuera. El pequeño Lethair creció sano y fuerte, desde joven fue entrenado por su abuelo para ser un buen hombre de provecho cuando fuera mayor, pero aunque su abuelo lo tratara como si de su hijo se tratase, Lethair poseía un carácter extraño, reservado y triste, únicamente le despertaba interés su madre, Shalandryia, la admiraba. Esta era una mujer fuerte, y dura, pero cariñosa a la vez, calculadora y paciente, y lo más importante, tenía un carácter como el de su hijo, y era la única que lo entendía y sabía como tratarlo. Todas las noches que estaba en casa, le contaba historias sobre el mar, sobre los negocios y la familia, eran uña y carne. Largo tiempo después Lethair seguía con su entrenamiento, le enseñaron a escalar, saltar, como caer, mantener el equilibrio y el combate cuerpo a cuerpo. El día de su cumpleaños, Shalandryia acababa de llegar de un viaje muy largo, había partido un año antes, y llegó justo a tiempo. Le regaló un puñal, era especial. El filo tenía una ligera curva en la punta, y el mango era de color azul. El elfo sintió un profundo sentimiento, no por el regalo en si, más bien por la situación, abrazó a su madre, esos gestos de cariño únicamente los tenía con ella. Esta le explicó que ya estaba preparado, y que era hora de enseñarle todo sobre el negocio, a que se encargaba y que es lo que llevaban. El elfo siempre había sentido curiosidad, mas nunca preguntó. Su madre le explicó que el negocio no era del todo legal. Los productos con los que comerciaban en Bahía no estaban permitidos por la ley, así que debían moverse con mucho cuidado, sin llamar la atención. Shalandryia le enseñó a moverse por esos lugares, como debía moverse y comportarse, tenía que ser inteligente y calculador, pero ella sabía que su hijo, era igual que ella. A partir de ese momento, Lethair no se despegaba de ella, iba a todos los envíos, ayudándola en lo que necesitara. Pasaron los años y los cargamentos seguían llegando con éxito, Lethair aprendió todo lo que su madre pudo enseñarle, como comportarse en diversas situaciones, el manejo del puñal, el uso de la brújula y el saber leer los mapas, incluso el como aguantar a un goblin, una de las tareas más complicadas. Siguió avanzando, y tras seguir muchos años preparándose para lo que venia, Lethair se quedó un par de meses en Bahía del botín para investigar unos de los compradores del cargamento, ya que este era más complicado y arriesgado. Durante este tiempo, conocía a una joven humana llamada Anna, que trabajaba de camarera en la posada donde se hospedaba. El no le prestaba nunca atención, pero ella si se fijaba en el, así que el elfo decidió aprovecharse de ella, pidiéndole información, y favores. Shalandryia viajaba junto a Elend, cuando ocurrió aquello, la plaga invadió Quel'thalas, arrasándola por completo y acabando casi por completo con la existencia de los Altos elfos. Lethair se enteró a los pocos días, su abuelo había fallecido en el ataque, pero no sentía rabía, ni sed de venganza, únicamente una pequeña punzada de dolor en lo mas hondo de su ser, tenía que seguir con la investigación. Cuando los barcos llegaron, Lethair estaba esperándolos en el muelle, observó el desembarco, buscando a su madre con la mirada. Esta bajo con Elend a su lado y hablaron con su hijo, sobre la situación del negocio, y Lethair le dijo a su padre que el abuelo había muerto. Elend, impotente, se marchó, recorriendo las calles de Bahía mientras los demás descargaban. Lethair le explicó todo lo que investigó, todo iba en orden y según lo previsto, ningún incidente, así que el intercambio se llevó a cabo. Pero durante ese intercambio, quedaron en una taberna a las afueras, lejos de miradas indiscretas, y lo que se encontraron fue una emboscada. El goblin lo había planeado todo perfecto, les tendió una trampa en la taberna, quedándose con todo el cargamento y matando a todos los tripulantes del barco, incluido Shalandryia y Elend. Lethair observó la situación, nunca sintió nada igual. Habían muerto por su culpa, había fallado, eran sus únicos pilares y ahora no existían. Sintió un dolor indescriptible... Pero debía mantener la calma. Lethair seguía vivo, estaba malherido pero vivo. Los secuaces del goblin limpiaron por completo la taberna, y los cuerpos los echaron al mar, excepto a Lethair, su cuerpo se había perdido entre todos, había logrado escapar. No tenía donde ir, pero recordó a la camarera de la taberna, acudió como pudo a ella, tirando por los callejones para que nadie lo viera. Logró llegar a la taberna y se adentró en la habitación de la humana, pidiéndole auxilio. Esta se vio desbordada, pero hizo lo que pudo, sanó sus heridas mas graves, pero no todas. Perdió la movilidad completa de una pierna, que le conllevó una muy leve cojera, casi inapreciable y que no le impide realizar ningún movimiento físico. Pasaron unas semanas hasta que pudo recuperarse, gracias a los cuidados de Anna pudo llevar a cabo su venganza. Lo planeó todo perfecto, durante un año estuvo siguiendo los pasos del goblin, sin cometer ni un solo fallo, esta vez no. Y llegó el día, el goblin iba a visitar el burdel, era el momento ideal. El goblin se adentró en una de las habitaciones, y Lethair estaba preparado, le siguió durante su trayecto hacia la habitación, observando donde se quedaba. La puerta estaba protegida por dos ogros gigantes, sabía que no iba a poder con ellos, pero ya lo tenía previsto. Salió del burdel, escaló la fachada y abrió la ventana de la habitación donde estaba él. Se adentró en esta, al instante, saltando y atravesando el corazón del goblin con el puñal. Este con un chillido agudo, lo miró fijamente a los ojos, y se desvaneció. Rápidamente huyó del lugar, con su venganza realizada, sintió un ligero alivio, pero el dolor seguirá siempre. Se marchó de Bahía tras la gran ola, por suerte pudo salvarse y no murió ahogado. Sin dinero y sin contactos, viajó de polizón en un barco dirección Ventormenta, para comenzar allí una vida nueva. ''De nuevo el insomnio me visita. El mundo duerme en silencio y nadie puede oír ninguno de estos recuerdos que me gritan. Nadie sabe como se siente cuando el corazón se angustia de cansarse del sufrimiento, de ese presentimiento que te dice que aún faltan cosas por pasar. He pasado meses deprimido, sin poder evitar la tristeza que me invada, mirando a mi alrededor, intentando de aceptar que ya no queda nadie, que ya no queda nada, solo ese pensamiento repetido, lo he analizado tanto que he concluido que quizá lo próximo que pase: será conmigo. Pero, ¿qué será? El temor lo he contado, se dice que si presientes algo y lo cuentas nunca sucederá; y eso es lo que hago. No quiero ser un 'recuerdo' de esos que nadie dirá cuando grite, por si es verdad eso de que la vida no permite que la descifres. Por si para bien algo pueda cambiar, lo digo en voz baja lo que presiento a diario, que algo me va a pasar, se que algo va a suceder, y quizá morir no duela, pero aún me faltan cosas por hacer. No soy de esos que nace para vivir escondidos. Y es que amo mucho lo que he perdido. Así que sea lo que sea que me toque, que venga. Yo no seré un hasta nunca, yo seré un hasta siempre.''
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