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  1. 5 points
    Y todo empezó en la enfermería que habían llevado a la chica que hizo la explosión arcana, estaba ingresada en un lugar cercano a la plaza de la catedral de Ventormenta, y el grupo no se había separado de ella, esperando a que recuperase el conocimiento mientras su compañero de crímenes se mantenía a su lado. Y cuando el momento llegó y la chica despertó empezaron a hablar, a hablar de todos los planes y sobretodo la red de copia de libros, ya que al parecer, un sacerdote preguntó sobre la situación de la chica y llamó a las autoridades, pero al poco rato de que confesasen, la "líder" de la red, una que conocieron al principio de todo, se entregó y buscó que el grupo la ayudase para que el resto de la red lo hiciese pacíficamente, ya que todos eran jóvenes y que muriesen por esa estupidez, la entristecía. Más cuando avanzaron al casco antiguo, llegaron a una pequeña plaza cerrada entre varios callejones y por descuido del doctor Sean, con Astrea intentando avisarle, pisó una runa que aplicó una "esfera de silencio" en la plaza, haciendo que todo el ruido no saliese de ese lugar ni el ruido de fuera se escuchase dentro, y unas figuras encapuchadas se asomaron, eran jóvenes con cuchillos cutres hechos a mano, y se ve que sus intenciones eran... matarlos, pero algunos no parecían muy convencidos además de que todos eran jóvenes, quizás 19-24 años, y a través del habla y un poco de intimidación, hicieron que varios se rindiesen pero dos intentaron escapar, con la ayuda general de todos entre si, consiguieron atraparlos y todos fueron entregados a las autoridades. Si bien era una red de tráfico pequeña, podría haber sido mucho peor si se hubiese dejado extenderse, pero al menos, la cortaron de raíz, aún con todos arrestados. INFORMACIÓN OFF-ROL
  2. 4 points
    Nombre del Personaje: Edric Expósito Raza: Humano Sexo: Hombre Edad: 28 Altura: 1'76 Peso: 70 kg Lugar de Nacimiento: Antiguo reino de Lordaeron Ocupación: Recluta Artillero del Ejército Imperial Descripción Física: Edric es un hombre de un rostro con rasgos duros, un mentón ancho y ligeramente prominente y mantiene su cabello negro bien recortado y peinado, como los estándares militares exigen, así como además se mantiene bien afeitado siempre que puede. A su rostro le acompañan un par de ojos de una tonalidad gris que tienden muy levemente al verde en su zona central. Su cuerpo tiene músculos más anchos que marcados y una complexión atlética, pero no por ello es especialmente robusto, y ya con ropajes o armadura encima su figura tiende a una mucho más en la media. Su tez es la de alguien que alguna vez tuvo una piel bastante más clara, pero que fue chamuscada ligeramente por el sol hasta dejarla un poco más ennegrecida que su tono de nacimiento, tono el cual aún se puede apreciar por debajo de los ropajes desentonando en las manos y del cuello hacia arriba, que es en donde la piel se torna más morena. Descripción Psíquica: A pesar de su aspecto duro, Edric es un hombre jovial en los escasos momentos de tranquilidad, aunque serio en los momentos turbulentos. Era completamente leal a Lordaeron y ahora es completamente leal al Imperio, en el cual ve un nuevo resurgir de la humanidad, una nueva Alianza, una nueva esperanza en un mundo que ha descendido ante la decadencia hasta el punto de ser irreconocible. Tiene la valentía y la lealtad de arrojarse a donde le manden, pero la cabeza en su sitio para al menos intentar aconsejar a sus superiores en contra de una mala orden, la cual aún así cumplirá si estos no ceden, pues él sabe manejar trabuquetes y cañones, pero ellos son los que conocen de estrategias. A pesar de lo que suele aparentar tras esa lealtad y dedicación, Edric está lejos de ser una persona seria, y es de hecho bastante despreocupado con qué pueda ocurrir al día siguiente o en una semana; "lo imposible es posible y seguramente así sucederá, no te molestes en planear su llegada, e improvisa cuando lo haga". Es devoto a la Luz, incluso si no va a misa todas las semanas, y cree firmemente que es esta quien guía sus pasos, quien le protege y le cuida en los momentos de carencia y quien siempre acaba sacándolo adelante. Sin embargo esto fue precisamente lo que llevó a su mayor defecto, y es la poca seriedad con la que se toma sus decisiones más complejas; a menudo sea con una moneda o un dado de seis caras tallado en madera, suele dejar varias decisiones a la "Voluntad de la luz", que por medio de la providencia le dirá el camino correcto en las decisiones más moralmente difíciles. Historia -El niño no será más que problemas- Un infante que apenas poseía 4 años en edad oía curioso al otro lado de una puerta. El lugar y los nombres olvidados hace mucho, más la vívida imagen en su cabeza permanecía de aquel solitario recuerdo, aislado de todos los demás. -Si me dais el permiso, mi señor, puedo hacerlo desaparecer. Vuestros enemigos no podrán usar al bastardo en vuestra contra- -Así sea- Aquel había sido el fatídico veredicto. Aquella noche jamás volvería a ver el hogar en el que el hombre que se hacía llamar su presunto padre le había acogido, más por pena que por nada más, aunque sus recuerdos eran el de dormir en los establos y tener una comida al día. Un infante era incapaz de entender, y solo con los años sería que lo haría: Se había convertido en un estorbo cuando un auténtico heredero había nacido. Él ya no tenía ningún lugar allí, y temprano en su vida fue enviado a un monasterio. Jamás recordaría el nombre de su padre o donde vivía, y jamás lo buscó. ¿En los registros de Lordaeron? Figuraba muerto. El muchacho que alguna vez tuvo otro nombre, también olvidado ya, y que ahora se llamaba simplemente Edric. Edric expósito. En sus años venideros crecería asistiendo en el monasterio, siendo criado entre sacerdotes y sacerdotisas, tartas de limón, calabazas o manzanas, cuchicheos sobre el mundo exterior, rezos, meditaciones, barriendo y fregando los suelos, aprendiendo a leer y escribir y participando en los coros. Y llegado a la decena de años, incluso comenzó a aprender por su propia iniciativa sobre las grandes estructuras, anhelando algún día construir el mayor de los edificios para la gloria de la Luz, un monumento tan útil como hermoso para su gloria que resistiera el paso de los siglos. Quizás en un principio el deseo había surgido como una ambición que estaba allí para convencerse a sí mismo de que no necesitaba de su pasado ni ningún lazo noble para ser algo, y fue ciertamente una noción que jamás abandonó: los títulos no significan nada, escribiría su nombre en la historia por sus propios méritos, honrando a la Luz y a su reino. Pero el tiempo probó tener otros planes para el muchacho. Tan devoto, tan entregado como era a la Luz y a sus deberes, la juventud trae sin embargo consigo la inexperiencia y la impulsividad, y una noche a sus 15 años logró burlar la seguridad del pequeño y apartado monasterio, largándose con el único deseo en el pecho de ver mundo. Los mapas que había leído indicaban que no muy lejos había una pequeña ciudad costera y hacia allí se dirigió. Aguas Turbias probó ser un sitio relativamente pacífico. Una semana estuvo allí, antes de llegar a la realización de que el mundo fuera no era ni tan bello ni tan fácil como, desde la seguridad del monasterio, creía que sería. En esa semana pasó hambre, sus ropas blancas se tiñeron de tierra y mugre, su cabello se opacó y en dos ocasiones en el sexto y séptimo día fue echado de dos posadas creyendo que se trataba de un vagabundo. El octavo día, ya no tuvo que preocuparse por ello. Cuando se despertó aquella mañana tirado en un establo, lo último que le preocupó fue el hambre en las tripas. Aquel día pensaba volver al monasterio, derrotado y listo para volver al abrazo y perdón de los sacerdotes... Más nunca ocurrió. Las columnas de humo se alzaban en varios puntos de la pequeña ciudad costera, columnas de humo que rápidamente crecían en números y se acercaban a la plaza. Pudo ver a todos alarmados, de un lado al otro, y a lo lejos por las callejuelas pudo observar por primera vez a aquellas terribles bestias que le causarían pesadillas hasta el último de sus días, muertos, muertos que andaban, muertos con espadas, muertos con lanzas, muertos con arcos, muertos... Muertos. Muertos. Solo muerte, y muerte dejaban a su paso. Volvió a la realidad tras el impacto inicial que le había producido la visión. Los milicianos y soldados Lordarenses salieron raudos a hacer frente a las bestias, y él... Él solo pudo correr hacia el puerto cuando gritaron a la gente de la plaza que hicieran eso mismo. Corrió, corrió por su vida entre el fuego y el humo, tosiendo y hambriento. Corrió, y cuando llegó al bote... No le dejaron pasar. "Hay gente más importante que cargar". ... Por un segundo se largó con lágrimas en los ojos, derrotado. Se apoyó contra un barril de entre tantos, sollozando, hasta que pudo ver a lo lejos a uno de los marinos bajando y viniendo hacia su dirección. En dirección a los barriles. ¡Agua! ¡Eran barriles de agua, y los estaban cargando al bote! Claro, necesitaban agua si planeaban evacuar gente y que no murieron deshidratada. Sin dudarlo mucho abrió la tapa de un barril y se arrojó dentro. Su peso virtió algo de agua, y entonces volvió a colocar la tapa. El espacio que le había quedado para respirar era reducido, ínfimo, tenía frío y estaba mojado... Pero tal fue su tranquilidad cuando sintió que unos robustos brazos tomaban el barril y lo alzaban. Y así, sin más... Estaba a bordo. Había sobrevivido. -¡Claro que no le darás!- Habían pasado años. El joven, alguna vez de Lordaeron, había acabado en el lejano reino del sur, en el pueblo de Villadorada. Durante un tiempo había vivido ayudando en Villa Norte, más la vida clerical nunca acabó de calarle, y cuando la guerra gnoll se desató se había alistado como un voluntario temporal, convencido de que aquello era lo que la Luz quería de él. En un principio intentaron darle todo tipo de usos: Explorador, infantería, tirador... Más cuando le asignaron a la artillería, no le volvieron a alejar de ella. Resultaba que las largas tardes en su juventud pegado a enormes tomos sobre las grandes estructuras de la Luz y la física detrás de sus construcciones habían dotado al joven de una buena base para el uso de aquel armamento, y durante el asedio final a Villadorada, allí estaba él. Un estallido, un rugido de cañón sonó a su lado tras decirle a aquel otro artillero, que de nada conocía, que jamás lograría calibrar el arma para darle a aquel gnoll, que aunque enorme, era un objetivo en movimiento. Y, a pesar de ello, lo logró. El cañón a su lado había rugido, y la bala de cañón había recorrido el trayecto hasta acabar dando a Hogger, y en aquel momento, aquel preciso instante... Es que la guerra se había ganado. Aquel artillero recibiría toda clase de reconocimientos, entrevistas y solo la Luz sabe que más en el tiempo venidero. Él, por otro lado, solo un voluntario. Una asistencia temporal al ejército, y luego de vuelta al monasterio, pasando desapercibido a ojos de todos y volviendo a ser solo un voluntarioso más ayudando en Villa Norte por necesidad y disfrutando la tarta de limón. Más todo llega a su fin. Un día, un año, quizás dos más tarde, despertó. Esa noche había tenido un sueño. Un sueño de batallas, de espadas, de sangre y gloria. Un sueño de soldados. Estaba seguro que era una señal, por lo que tomó una de sus monedas y como ya había hecho antes, la arrojó... Cara. Aquel día volvió de su guardia por las murallas de Villadorada. Simple rutina, calibró los cañones, cargando las balas, asegurando todo y luego a patrullar las calles. Sus superiores sabían que su talento estaba desperdiciado en una zona de paz, y entonces fue llamado. -Irás al norte- Fue aquello que escuchó primero. -Necesitamos artilleros preparados en Gilneas, y yo necesito que usted gane experiencia. Buscará a este hombre, en el norte.- Recibió una descripción, y un nombre. Una oferta, que podía rechazar, seguir en la seguridad de la villa, más sin embargo... Cara. Era la voluntad de la Luz que buscase a aquel hombre en el norte, que había sido recomendado por sus superiores para que le ayudase a ganar experiencia. Con una mochila con apenas unas pocas pertenencias, se subió a un bote, de nuevo hacia el norte. De nuevo cerca de casa. Justo donde la Luz le quería.
  3. 2 points
    Atributos 7 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 6 Percepción Valores de combate 28 Puntos de vida 18 Mana 7 Iniciativa 8 Ataque a Distancia (Ballesta ligera) 8 Ataque CC Sutil (Lanza ligera) 8 Ataque CC Sutil (Daga) 8 Ataque CC Sutil (Cuchillo) 8 Defensa Físico2 AtletismoDestreza1 Ballesta ligera1 Lanza ligera1 Daga1 Cuchillo1 Cabalgar2 Escalar1 Defensa2 Nadar2 Sigilo1 Trampas/CerradurasInteligencia2 Religión1 Sanación/Hierbas1 Tradición/Historia1 Artillería (Cañón)1 Artillería (Trabuquete)1 Artillería (Catapulta)1 Arquitectura (Humana)1 Física (Humana)Percepción1 Disfraz1 Etiqueta1 Reflejos1 Rumores1 Música (Canto)
  4. 2 points
    Nombre del Personaje Alasdeth Colmilloestelar Raza Kaldorei Sexo Hombre Edad 1255 años Altura 2. 17 Metros Peso 90 Kg Lugar de Nacimiento Vallefresno Ocupación Cazador (Supervivencia) Descripción Física Su estatura es promedio a la normal de su raza, con una complexión ágil, acompañado de musculosos con poca exageración, con pecho y hombros amplios. El tono de piel que porta es un purpura muy claro parecido a un azul pálido. El cabello que luce es largo, con un aspecto lacio y su color es castaño azulado, generalmente lo tiene recogido. Descripción Psíquica Mantiene muchas veces sus sentidos lo mas activos que puede, esto es importante por el papel que tiene como explorador y tiene una actitud apacible casi todo el tiempo. Respeta a la naturaleza por el vinculo que toda la raza siente con ella, pero de manera innata como personal se siente conectado con esta. Su caracterizaras suelen ser de alguien callado, pero gustando del juego que el llama depredador y presa, y si, prefiere el termino "Depredador" que el de cazador. Es indiferente a la mayoría de las cosas que no tengan que ver con el o con los Kaldorei. En pocas palabras si nada lo perjudica el no tiene motivos para darle importancia a menos que garantice que es interesante o tenga un capricho que le haga centrarse en ello. Su trabajo como explorador es una de las cosas que se lo toma demasiado en serio. Ficha Historia completa (1000 palabras mínimo) Historia Hace siglos que ocurrió el nacimiento de un elfo mas , aparentemente en los bosques de Vallefresno. El conjunto enorme arboles eran la mejor compañía para la formación de un joven Kaldorei, casi tomando al bosque como una segunda madre, como una autentica madre. Los vientos soplaban fuertes y repetitiva mente pero cuando encaminaban su ruta hacia las copas de los arboles estos parecían peinar cada una de las hojas y ramas como si de un cabello laceo y suave se tratara. Un panorama totalmente hermoso como si la misma naturaleza estuviera susurrando a los oídos divinas melodías de armonía y equilibrio a quienes estaban presentes. Los ríos que cruzaban los bosques eran una fuente de vida para todos los seres que habitaban en esos paramos de repletos de la tan preciada paz, prácticamente todo era un paraíso natural. Este lugar fue donde un joven elfo creció, viviendo a base de los frutos de los bosques y tomando lo que podía de la gentileza de la naturaleza. Conforme el tiempo transcurría el se adiestraba en el respecto a las creencias de su gente. Se consideraba uno mas de los muchos cazadores y guerreros que existía en la comunidad de su patria, generalizándolo a su raza. Las pasiones de la cacería sin sentido no era para el ni si quiera un chiste, siendo intolerante personalmente a quienes tuvieran comentarios y intenciones similares a actos de asesinato y destrucción sin sentido hacia la naturaleza, este rasgo solo se lo guardaba para el mismo y rara vez lo expresaba, solamente si el asunto lo requería. La impaciencia pocas veces se podía ver por parte de el, prefiriendo dejar que las cosas fluyeran como debían, el tiempo era lo uníco que prevalecía. La única manera de romper ese imagen era cuando el peligro era inminente, siempre decidió actuar para mantener el orden. La familia de la cual venia eran devotos servidores de las tradiciones y sociedad elfa, las cuales el respetaba tanto como ellos. Tenían buenas expectativas de el, dirigios por el sentido de responsabilidad que ellos veían pues declaraban que lo sentían cada vez que lo miraban y pensaban que seria alguien que honraría grandemente a su familia. El sentido de honrar, para el, era de muchos significados y de diversas manera de lograrlo, por azares no coincidió con ellos. Era cierto que tenia antepasados druidas y justos miembros de la milicia Kaldorei, pero por el momento el no se sintió atraído a tales aspiraciones. Respetando estos los deseos, lo único que pudieron hacer en familia por el fue desearle suerte en el puesto que quisiera desempeñar. Cada vez que sentía sus pies en la tierra, el viento en su cuerpo y la mirada al frente mientras se encontraba arriba de un árbol vigilando los bosques, provocaba algo, una satisfacción un poco intensa, era inevitable pues un ligero vigor corría en el. Sabiendo muy bien de ello, era fácil para el reservarlo, solo podía ser un instinto básico el que lo provocaba. Esto se repetía frecuentemente con el tiempo es como si casi tuviera la respuesta a lo que debía enfocarse. Reconocía la ira que siempre a sentido a quienes dañan los mas importante para los Kaldorei, albergando un odio estoico hacia quienes profanan los bosques. Un acto intolerable para toda su raza y particularmente para el mismo. El pretendía hacer entender algún día el valor de la naturaleza a cada raza, un fin noble pero eso no evito que lo olvidara conforme los años pasaban, dejándolo como un sueño lejano y no alcanzable, pues el pensaba que siempre existirán quienes quisieran dañar el equilibrio que su raza siempre a protegido y considerado sagrado. Patrullando normalmente como explorador los bosques locales, expresaba satisfacción en su trabajo, pues servir ir a todos sus principios se demostraba en ello, pero pensaba que en cuanto mayor territorio cubriera seria mas seguro, esto era imposible y lo sabia. Decidido centrarse en los bosques externos de las fronteras, vigilando con mucho cuidado cada cosa inusual que estuviera ocurriendo, y como si fuera por respuesta a lo que deseaba, le daba la oportunidad para poder satisfacer esa sed que lo abrumaba, ese enorme deseo de curiosidad. En cuestión de siglos se dio cuenta que ese deseo no podría ser curado, pero podría mantenerlo saciado. Su trabajo era de mucha importancia para el, podía satisfacer sus deseos hasta cierto punto, pero sobre todo no había nada que fuera mas importante que el equilibrio sagrado de la naturaleza. En la actualidad vaga por los bosques del norte de Kalimdor, pocas veces cruzando las fronteras de los mismos. Esta al tanto de los problemas con los orcos, y no entra en conflicto con ellos a menos de que sea necesario, prefiriendo ocultarse... por ahora. Pequeño relato. "El ocaso del bosque" Las grandes fronteras en Vallefresno sirven como escenarios de crímenes contra la vida, talando sin reservas los ancestrales arboles y marchitando los suelos con maquinarias barbaras. Este crimen, esa ofensa, solo en penada de una manera... Pequeños temblores prevalecían en el ambiente, choques violentos contra los suelos sagrados se escuchaban a demasiados metros de distancia. Pasando unos cuantos arbustos se encontraba un acto de maldad y barbarie total, pues cientos de arboles estaban siendo cortados y arrojados al suelo, un suelo que alguna vez les dio vida. Los montones de troncos se apreciaban como pequeñas montañas que se resaltaban a la vista. Podía sentirse un amargo viento recorriendo los lugares vacíos donde alguna vez estaban los arboles. Es como si el mismo bosque pidiera a gritos un severo alto. Es como si esos asquerosos orcos pidieran a gritos el castigo de Elune... Capataz: "Necesitamos tener ese centenar listo para llevarse antes del atardecer de mañana y ni si quiera hemos acabado de talar los necesarios" Bruto: "Señor, los guerreros están mas al pendiente de ataques externos que en su trabajo" *Se puede notar que lo dice seriamente y con algo de nerviosismo* Capataz: "'¿Acaso traje conmigo a un montón de cobardes incompetentes?...¡¡¡Dales el llamado de apresurar la tala!!!. Orgrimmar no espera mas a unos piones torpes. *Golpea una mesa cerca de el que deja con un segmento roto , mirando con furia al otro orco* Bruto: "Si señor" *Se retira con rapidez a hacia el campamento* En el abrazo de la oscuridad el viento ruge con gran fuerza. Entre las ramas de los grandes arboles que rodean el campamento se encuentra una silueta mirando la escena desde lejos. Fijando su mirada en el capataz imprudente... Explorador: "Se cumplirá la sentencia a las ofensas... " * Terminado de decir estas palabras, desvaina lentamente algo en su cadera mientras se levanta poco a poco hasta estar totalmente erguido, revelando a un elfo y a una lanza utilizada por el* Fin
  5. 1 point
    Atributos 7 Físico 7 Destreza 6 Inteligencia 6 Percepción Valores de combate 28 Puntos de vida 18 Mana 8 Iniciativa 9 Ataque CC (Lanza) 9 Ataque a Distancia (Latigo) 9 Defensa Habilidades Físico 2 Atletismo 2 Lanza Destreza 2 Latigo 1 Cabalgar 2 Escalar 2 Defensa 1 Nadar Inteligencia 1 Fauna 1 Supervivencia Percepción 2 Advertir/Notar 1 Buscar 2 Reflejos
  6. 1 point
    Y todo empezó con un mago que buscaba ayudantes para un simple experimento, pero todo cambió cuando poco después de encontrarse con el Doctor Young (caballero que ya conocía anteriormente) una chica empezó a llamar la atención a los magos que hacían de seguridad del lugar, los cuales parecían haber arrestado a un chico, y ambos magos al empezar a hablar con ella, parece que la chica quería contar algo pero temía hacerlo en público, a lo que les dio una dirección. Al salir de la torre se encontraron con Astrea, que parecía haberse enterado que sus libros de magia no se estaban vendiendo cómo se debería, y se rumoreaba que se estaban haciendo copias de libros, a lo que fue a la torre y se encontró con ambos magos, los cuales contaron la situación a la draenei y ella decidió acompañarles. Al llegar al lugar, que parecía una tienda de cosméticos de la marina, y después de hacer lo que decía la nota, tres toques a la puerta, girar el pomo, les abrieron, y les recibió un chico joven pelinegro, el cual empezaron a preguntar. Mientras todo ocurría, Eleonora, que parecía haber seguido al grupo al haber reconocido al mago transmutador, observó desde la puerta, oculta, y el chico parecía estar evitando las preguntas, pero al poco rato apareció una chica con un hechizo de evocación arcana de alto nivel, inestable, pero consiguieron con abjuración calmar la situación pero la chica recibió heridas por el hechizo, queria pararles, y descubrieron que detrás de la propia chica había una habitación cargada de magia, de plumas encantadas que copiaban libros mágicos: una red de tráfico. Decidieron vendar el brazo a la chica y llevarla a una enfermería, pero debían decidir que hacer con los traficantes, y descubrir sobretodo cómo de profundo era el agujero del conejo, ¿era un gran tráfico? ¿o solo acababa de empezar? INFORMACIÓN OFF-ROL
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