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Roleros Destacados


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Showing content with the highest reputation on 23/06/19 en todas las áreas

  1. 6 points
    Hombres de roca y sal. La miríada de voces hermanadas y acordes retumbaba sobre cubierta, deslizando estrofas melodiosas y graves que brotaban de lo más hondo de las rasposas gargantas. Un viento cálido se ocuparía de arrastrarlas, revolverlas y esparcirlas cuál arena en la playa. Aquel desorden, nacido y fruto de una decena de timbres átonos y díscolos acababa componiendo un lienzo ordenado, grato para el oído: un canto triste y melancólico (¿acaso no eran así todas las baladas?) propio de tierras lejanas, pero que al joven aventurero no podían resultarle más familiares. En cierta forma era como estar en casa, pensó. Tenía la extrañísima impresión de estarlo pese a que nada de lo que lo rodeaba en las inmensas planicies de agua y salitre pudiera evocar con su estampa semejantes recuerdos en su entraña. Se sentía gentil y extraño; propio y ajeno a un mismo tiempo entre aquellas gentes pintorescas, por desventura salidas de lo más hondo, salvaje y recóndito de su añeja patria. Era una emoción difícil de entonar con palabras. La tormenta había pasado, y el indómito astro-rey de los Mares del Sur relumbraba ya al filo de la mañana con una saña y fiereza encomiables sobre el cielo límpido y cristalino. Al horizonte la paleta de tonos añiles, índigos, cobaltos y tarcos se abrazaba en un colorido paramento de azules que cubría todo cuanto el ojo alcanzaba a ver por los costados del navío. Mar y cielo, unidos pero divididos como agua y aceite por la etérea línea del horizonte lejano se antojaban para Varno un lírico símil de la sensación que acarreaba en sus adentros. Ninguno había podido descansar ni pegar ojo en la larga noche que antecedió al día, epílogo de la tempestad y la desgracia. Y aún habrían de faenar por horas antes de que sus cuerpos exhaustos pudieran conocer el reposo de la pausa: se tensaban y aliviaban cabos, se achicaba agua salobre y se recomponía la mercancía para izar de nuevo el velamen. Contra el pronóstico de los más agoreros, la humilde chalupa de vela y remo había sido capaz de capear el temporal sin volcarse o quebrarse; aún a costa de dos pobres marineros que ahora estaban ‘danzando en las profundidades con la Madre’. O eso aseguraba Piesmojados. El harapiento charlatán sin duda se atribuiría el éxito en semejante lid. Algunas horas antes se había hecho amarrar por el vientre al palo mayor, para vociferar, canturrear y adorar a su ancestral diosa idólatra en lo más profundo y atroz de la tormenta. Ahora se paseaba por cubierta como pez por las aguas; ajeno al vaivén constante del cascarón de nuez, y de cierto bendecido con un estómago de hierro a prueba de adversidades y vomiteras. Varno lo siguió con la mirada por un fugaz instante, mientras los cánticos de la tripulación reverberaban en su tímpano. Repasó sus pies descalzos y mugrientos, sus calzas de mendigo, y su rostro ajado: los rigores de la vida áspera le habían besado la faz, siempre deslustrada y puerca, opacada por la luenga barba bermeja y la melena revuelta que ni aún apelmazada y sucia lograba ocultar el par de perlas hondas y grises que tenía por orbes. Cuando el ‘sacerdote del Mar’ le devolvió la mirada, Varno no pudo hacer otra cosa sino apartar apresuradamente la suya. Era un hombre extraño salido de tiempos ya caducos, más propios de fábulas y cuentos de viejas. Tiempos que en la fría y próspera ciudad de Boralus habían tocado a su fin. Sus letanías tremebundas y sus histriónicos ritos se antojaban para algunos de los hermanos de la Audaz Cofradía cosa extravagante y profana, casi peligrosamente herética. Quienes habían tenido la fortuna de nacer en tierras pías e ilustradas no podían contemplar aquella sarta de supercherías con buenos ojos; pero lo cierto era que tales tradiciones tampoco le resultaban a Varno (vástago de los caserones del Canal Largo, de la ciudad, el puerto y el mercado) muchísimo más suyas que a Madlyn, Charles o Dianne. Sin embargo, como buen hijo de Kul Tiras, estaba dispuesto a respetarlas y honrarlas. Al menos mientras permanecieran a bordo. De alguna manera las antiguas creencias y las supersticiones marineras quizá fueran el ánima más vívida y pura de la ilustre República; por más que el progreso y la civilización las empujaran y confinaran en los rincones más oscuros y agrestes de las Islas. —¡Cantad, cantad! —animó el lóbrego predicador, con un berrido que sacó a Varno de sus elucubraciones—. ¡Que la Señora de Todas las Aguas oiga vuestras voces, pues gracias a su amparo hemos resistido la tormenta! ¡Cantad para que pueda escucharos en las Profundidades! Varno se incorporó una pizca. Le dolía la rodilla y la boca aún le sabía a vómito seco, pero de cierta y extraña suerte estaba feliz. Habían sorteado otra tempestad. Las aguas volvían a mecerse mansas y el sol brillaba en un cielo libre de nubes. Tal vez aquello también fuera un buen presagio, ¿por qué no? Con algo de fortuna las cosas irían a mejor a partir de ahora, quiso repetirse el joven con una candidez tan fingida como forzada. Un golpe de realidad en las tripas lo devolvió al mundo. Una sacudida floja sobre cubierta en el momento y lugar adecuados bastó para que la remembranza de las aciagas vivencias de la noche retornara a sus pensamientos. Luz. No quería ser pesimista. Jamás lo había pretendido. De hecho, ser pesimista era lo último que quería en el mundo. Pero cada vez que cerraba los ojos, lo último que pasaba por su cabeza antes de quedarse dormido era irremediablemente triste. Triste como despertarse en mitad de un sueño dulce. Triste como pensar en su verga abandonada por todas las mujeres a las que nunca amaría. Triste como entonar el nombre de una madre muerta tan solo para que se pierda en el viento. Triste, en fin, como las pendientes, los precipicios y las cosas que caen como el plomo. Aun así, se deseaba suerte todas las noches justo antes de acostarse. <<Nadie vive solo de ilusiones. —pensó Varno, mientras una levísima nausea punzaba su tripa— Y la esperanza, como la mentira, tiene patas cortas y bordes afilados>>. [...] Resumen: Decisiones relevantes: Consecuencias: Reputación: Habilidades usadas:
  2. 4 points
    Una batalla se avecinaba... Y como todo, habían preparaciones que no podían dejarse de lado. Los mendigos necesitaban saber que la hora se acercaba. Necesitaban moral. Necesitaban de su voz. Y así, desde lo alto de la torre, se oyó la puesta en manifiesto del destino del Maestro. Los muertos se alzarán Los muertos se alzarán, la guerra iniciará Sombras contra el mal, ¿y quién vivirá al acabar? Mendigos y temor, el destino proclamó Maestro solo tú nos llevarás hasta el final Lejos están ya los días de vino y paz Hora de brillar para la magia oscura En el tablero, la Torre moverá Y los peones, uno a uno caerán Se abre la marcha, la guerra comenzó La muerte será el estandarte de aquel vencedor Nuestro destino, manifiesto está La mano del Maestro al enemigo aplastará Lejos están ya los días de vino y paz Hora de brillar para la magia oscura En el tablero, la Torre moverá Y al acabar, la Reina aplastará Al caer jamás podrás, regresar Al caer jamás podrás, regresar Los muertos se alzarán, la guerra iniciará Sombras contra el mal, ¿y quién vivirá al acabar? Mendigos y temor, el destino proclamó Maestro solo tú nos llevarás hasta el final Lejos están ya los días de vino y paz Hora de brillar para la magia oscura En el tablero, la Torre moverá Y los peones, uno a uno caerán Al caer jamás podrás, regresar Al caer jamás podrás, regresar Se abre la marcha, la guerra comenzó La muerte será el estandarte de aquel vencedor Nuestro destino, manifiesto está La mano del Maestro al enemigo aplastará Lejos están ya los días de vino y paz Hora de brillar para la magia oscura En el tablero, la Torre moverá Y al acabar, la Reina aplastará
  3. 3 points
  4. 2 points
    -La pequeña rata- Habia una vez una pequeña rata que nació en la madriguera mas oscura, pues era en el nido mas enfermo que muy pocos se atrevieran visitar. Eso no desalentó al pequeño animal que empujada por un acto mas grande anduvo en busca de una solución que aliviara lo malo que perseguía a todo animal, aunque no lo encontrara en sus idas y venidas si la volvió mas sabia, mucho mas que las demás. Hasta que un día encontró a un viejo pájaro, este se encontraba mal herido y esta lo ayudó a curarlo, el viejo pájaro la engañó para guiarla hasta un lugar donde pudiera tratarlo mejor pero la pobre solo fue encaminada hasta un lugar mas oscuro que el corazón.
  5. 1 point
    “[…] la tenebrosa jungla parece no conocer fin; sino que se alarga por los cuatro costados que el ojo alcanza hasta la línea del horizonte. Bajo la bóveda de los árboles el lugar del cielo ha sido usurpado por impenetrables copas y ramajes; el suelo está cubierto por hilos de niebla y densa maleza, y son verdaderamente escasos los caminos que atraviesan la tierra, pues sus moradores llevan milenios deslizándose por las entrañas de la espesura como fétidas serpientes. Los días son cálidos y asfixiantes, las noches húmedas y bochornosas; y así cualquier hombre que ose adentrarse en el corazón de la foresta no tardará en sentirse débil y acabará cayendo enfermo. Allá moran bestias capaces de despedazar al más aguerrido de los guerreros en un suspiro, y en sus pestilentes ciénagas se arrastran gusanos pálidos y ciegos. Es ahí, en lo profundo de las selvas, donde los salvajes trol adoran a sus iracundos dioses de barro y hueso, y les ofrecen toda clase sacrificios de sangre y vísceras mientras entonan horripilantes cantos en una lengua tan sucia y chirriante como el metal oxidado. Piratas y corsarios han reclamado las costas, y sus mugrientas aldeas se alzan y se abandonan en cuestión de meses. No hay en ellas más ley que la del acero y el oro: en los mentideros se comercia con cualquier cosa conocida, y en los mercados de carne se subastan hombres y mujeres al mejor postor. Y sin embargo, algunos necios todavía afirman que no hay lugar sobre la faz del orbe en el que un hombre pueda ser más libre y más próspero como bajo el cielo de Tuercespina.” – Crónica de los viajes de Havert de Prevost. [...] NOTAS OFFROL. ¡Buenas a todos! Ya era hora de retomar la trama de Varno. Venimos de aquí: [Elwynn] Problemas en el Paraíso; y por fin ha llegado el día en que la acción se traslade al foco de rol de Tuercespina y de los Mares del Sur. Como siempre los roles van para largo (con miras a los próximos meses) y van con calma, sin prisa y sin (espero) mucha pausa. De momento son solo unos poquitos (Hoat, Vey, y Nora) los que acompañan a Varno en esta aventura. Pero esperamos más interesados. Por supuesto, la trama tiene un carácter abierto para los personajes que quieran engancharse, siempre con un poco de coherencia y sentido común. Bastará con que me deis un toque por aquí o por el Discord para ver el momento y la forma en que apañemos las cosas para que quien quiera pueda tener ocasión de inmiscuirse en los acontecimientos. Roles de navegación, de exploración, de búsqueda de tesoros… intentaré que tengamos de todo lo que se espera, siempre con ese toque canallita que ya es marca de la casa. No hay un rumbo definido y las cosas podrán ir por unos derroteros u otros dependiendo de las decisiones que tomen los participantes. La idea es que de todo esto salga, de nuevo, un núcleo de rol duradero en el que más allá del hilo o la trama principal llevada por mí, haya hueco para otras subtramas, pequeños eventos, o roles casuales de quien quiera animarse a hacerlos. Voy a dejar también el par de avisos de rigor como de costumbre, y el primero es que el contenido de lo que se pueda rolear en determinados momentos podría ser susceptible de clasificación como PG-18 por fuerte, visceral o explícito. El otro es que existe riesgo de muerte y mutilación de los personajes. En todo caso, y que esto quede claro, nunca por un mal dado en un momento determinado, pero sí por las acciones o decisiones que puedan tomarse a lo largo de la trama. Y poco más. Espero que pueda acabar saliendo algo decente de esto y que podamos echar algunos buenos ratos roleando. ¡Un saludo y ya sabéis donde estoy, chavales!
  6. 1 point
    Elegost tenía un amigo al que consideraba un hijo, y éste a él como un hermano. Éste hombre cometió crímenes terribles e incluso muerto aún se llegaban a escuchar sus pecados. Esta canción la hizo el Montaraz para no olvidadlo nunca, para siempre recordar una vergüenza y oscuridad latente. con letra Santiago Montaraz arcano Alza su arco con deshonor Santiago dejó escapar La vida entre sus manos Armado y cubierto de sangre y barro Reclamará para él su lugar Santiago alma rota Deja escapar en suspiro Santiago Montaraz avergonzado Él ha perdido su cargo Santiago el Caído Pronto la sombra llamará
  7. 1 point
    Dramatización muy dramática. Un trío de taurens que se encontraban tan panchos paseándose por los baldíos se las arreglaron para colarse en una fiesta jabaespina en la cual los mismos danzaban y cantaban con ¿Alegría? alrededor del puerco, más aquel cerdo, completamente indiferente, no estaría así todo el tiempo, puesto que llegó la tormenta, una muy fea, los jabaespinas huyeron y todas las miradas se fijaron en el cerdo gigante, los ruidos provenientes de la misma enfurecían al puerco, el cual cargó con rapidez hacía el saco de papas Newuen. Entre golpes, mazazos, caídas y MAGIA, el trío de taurens lograrían derrotar a un muy agitado cerdo, pero cuando estuvieron a punto de acabar con su vida, un sentimiento de piedad les llenó el corazón y le dejaron huir, olvidándose por completo de cenar jamón. Fichereo ¡Somos un grupo de roleros hermitaños que rolean a las 4 de la mañana todas las noches, pero nos divertimos, aceptamos a cualquier rolero que se nos quiera unir!
  8. 1 point
    Ya que hoy es día de memes de jasón
  9. 1 point
    Capitulo I "Viejas Rencillas" La mujer galardonada en la blanca armadura observaba, sobre su posición privilegiada en la colina como sus siervos chocaban en las estrechas callejuelas que conformaban los viejos edificios, hechos ruinas de lo que antiguamente seria su hogar, el metal cantaba antes de chocar contra hueso y hendir las viejas armaduras que los antiguos caballeros aun portaban. No había odio en la mirada de la mujer, ni tampoco lastima. Uno no puede sentir ira por tener que matar al lobo que acecha a tus ovejas, Isabella lo sabia bien cual era la naturaleza de aquellos hombres, la figura encapuchada que estaba a su lado no pareciera que tanto, sin aguantar mas con la boca cerrada la inquirió. -¿Por cuanto tiempo mas me vais a estar haciendo perder el tiempo?- La voz áspera pareció romper el encuentro de los metales reclamando la atención de mujer de cabellos dorados, la mueca de la misma se volvió un gesto crudo que incluso en su mascara impoluta que muchos tacharían de belleza se arrugó. -El tiempo que tome será el que necesite, no mas, no menos.- La mujer espeto con suma calma mientras sus ojos ambarinos observaba como la posición de los Salvaguardia quebraba y la corneta de retirada volvía a sonar. -El tiempo se te acaba, y cuando vuestro creso se harte de ti ¿Sabréis a quien enviaran a por tu cabeza? Si... a mi.- La figura encapuchada dejó caer al suelo una portentosa arma rematada en dos filos peligrosos y un largo mango de madera, en un acto de intimidación que quedó enrareciendo el aire con la violencia. -De momento no es ese tiempo, Morhal- Isabella no vario, simplemente sonrió como respuesta cargada de veneno a un perro con correa que no podía defenderse. -He escuchado que los ciegos que siguen al antiguo Nigromante están reuniendo fuerzas para venir aquí, me apetece ver sus coronados craneos en picas a la entrada del Cerro, partid presto.- Morhal gruño y se destapó la capucha asomando un rostro marcado por la guerra rematado por una larga barba blanca que trenzada llegaba hasta su pecho, sin perder el tiempo desclavó el hacha y se puso en marcha -Mandar al martillo para aplastar cucarachas, no te daré una muerte rápida, niña.- Consecuencias:
  10. 1 point
  11. 1 point
    La última orden del Protector Avanzando, a paso lento, sin aliento Cansados, abatidos, sin resuello El camino es largo, sin final... El Protector dio la orden Y allá que vamos... De su mano cuelga un pañuelo negro, despidiéndose de verdes tierras ¡El Protector dio la orden! ¡Y allá que vamos! ¡De su mano cuelga un pañuelo negro! ¡Despidiéndose de verdes tierras! ¡Estamos con usted Protector! ¡La vida en batalla nos unió! ¡Llama roja, puño plateado, la estrella blanca nos guía! ¡NOS LANZAMOS JUNTOS A LUCHAR! ¡La batalla por el norte! ¡La guerra por la libertad! ¡El enemigo recordará con vergüenza la batalla por Scholomance! ¡La guerra por la libertad! ¡Por el Protector! ¡Por el Protector! ¡Sin descanso, sin resuello! ¡Cargamos contra el enemigo sin pensar! ¡Y la oscuridad no podrá! ¡Acabar con los justos! La sangre de los caídos la tierra regará Y la lluvia no limpiará La victoria que se logrará La sangre de los caídos la tierra regará ----- El Protector dio la orden ¡Y allá vamos! de su mano cuelga un pañuelo negro despidiéndose de verdes tierras Avanzando, a paso lento, sin aliento Cansados, abatidos, sin resuello El camino es largo, sin final... Avanzando, a paso lento, sin aliento Cansados, abatidos, sin resuello El camino es largo, sin final... De Elegost Friederich Faler von Falveri para Sir Thomas Benet "el Protector" @Imperator
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